Por Jorge
Este verano se cumplen veinte años de la celebración de los JJ.OO. de Barcelona 1992, y con ello también de la participación del por muchos considerado como el mejor equipo de la historia del baloncesto: el Dream Team.
Hemeroteca rescata la portada y algunas fotografías que “Gigantes del Basket” publicó sobre la visita que varios años antes (septiembre de 1990) realizó “Magic” Johnson a Barcelona y que se puede considerar como parte del germen de aquel equipo.
miércoles, 30 de mayo de 2012
Hemeroteca (6): "Magic" y la primera canasta del Sant Jordi
sábado, 26 de mayo de 2012
Imágenes de BA-LON-CES-TO (5): Barcelona
Por Jorge
Solitaria canasta en lo alto del Parque Güell en Barcelona.
Después de subir cuestas cual condenado, y pelearse con turistas y paisanos admirando el arte de Gaudí, pese a que en el suelo haya tierra, no me diréis aficionados que no dan ganas de tirarse unos tiros en una canasta con tan buena pinta.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Rutinas, rituales, y tiro
Por Jorge
La técnica individual tiene mucho de rutina (costumbre o hábito de hacer las cosas de forma mecánica y sin razonar). Para dominar el bote, tiro, paradas, pivotes, etc., primero hay que aprender como realizar los gestos y movimientos correctamente para después repetirlos una y otra vez, añadiendo velocidad a su ejecución.
Cuando los más jóvenes están aprendiendo no terminan de entender porque se insiste en la práctica repetitiva de los gestos técnicos para que luego se hagan con acierto durante el juego. Por ejemplo en el caso del tiro.
Para muchos parece que el acierto en el tiro es casi fruto del azar, cuando en verdad, entre otros muchos factores por supuesto, está la repetición constante, es decir, la práctica que hace que al final existan más probabilidades de encestar.
Ray Allen es un jugador técnicamente notable que destaca por su habilidad para el tiro (máximo anotador de triples de la historia de la NBA) fruto de su trabajo cotidiano, incluso todavía ahora pese a tener una trayectoria y un dominio de los gestos técnicos en el tiro que no ofrece dudas.
Para aquellos que quieren mejorar su técnica, además de su acierto, a veces se preguntan que se necesita, y la respuesta es sencilla, tiempo, paciencia, y constancia. Tener una buena rutina de práctica permitirá mecanizar movimientos que luego se aplicaran al juego:
En el anterior video se ve la rutina que tiene Allen antes de un partido. Además de las virtudes que pueda tener para la mejora técnica y física, en este caso, esta rutina también tiene mucho de ritual que ayuda al jugador a mejora su concentración, además de ayudarle también a mejorar en confianza y seguridad antes de afrontar un partido.
Otro ejemplo de ritual en el baloncesto lo tenemos en el tiro libre. Misma distancia y condiciones similares siempre. Desarrollar siempre el mismo ritual durante su ejecución procura confianza y concentración al tirador. Factores notables para conseguir acierto si además ya se dispone de la mecánica de tiro adecuada.
Las rutinas de tiro o de otros gestos técnicos no son exclusivas de la preparación prepartido, también se pueden considerar en el entrenamiento individual, es decir, aquel jugador que quiera mejorar su técnica sólo necesita una canasta, un balón, y autoimponerse una serie de ejercicios con un determinado número de repeticiones. Por ejemplo, anotar/tirar x tiros en una posición de 45º a tablero, anotar/tirar x triples, hacer x recorridos de fondo a fondo realizando cambios de mano entre las piernas, etc.
Aquellos que juegan en un equipo suelen tener una serie de días de entrenamiento, pero nunca es suficiente, entre otras cosas porque son multitud los detalles a entrenar, y en los equipos además de la técnica, también se tiene que trabajar la preparación física, y la táctica individual, y colectiva. Y si bien tampoco hay que realizar sobreesfuerzos porque tan importante es la actividad como el descanso, buena parte de la mejora en la técnica vendrá determinada por el entrenamiento individual que cada cual esté dispuesto a realiza independientemente del objetivo final que se tenga: jugar en la elite o disfrutar del juego sin más.
Para aquellos que decidan crear y realizar sus propias rutinas para mejorar su técnica y su acierto, recomendarles paciencia pues la mejora en la ejecución técnica se producirá poco a poco. No se tendrá un bote o un tiro técnicamente bueno de la noche a la mañana, ni tampoco se conseguirá anotar con facilidad en un santiamén.
Una vez que el gesto sea bueno, habrá que añadir velocidad a la ejecución, y sobre todo que esa ejecución sea similar a las situaciones de juego que luego nos vamos a encontrar en los partidos. Esto es algo que tampoco entienden los más jóvenes. El juego sin defensa en 1x0 nunca es efectivo si quien ataca no imagina defensa. ¿Por qué tengo que hacer una salida abierta después de finta, bien flexionado y con velocidad si no tengo a nadie delante? ¿Por qué tengo que dar un bote fuerte para que el balón suba rápido para que el gesto de tiro sea a su vez más rápido y efectivo si no tengo defensa? Muy sencillo. Porque si no se practica a la velocidad y en las condiciones que luego se tendrá con defensa, cuando se tenga esa defensa en un partido será poco probable que se alcance un alto nivel de acierto.
Las pulsaciones durante los ejercicios de tiro también son un factor importante que determina el acierto en los partidos. Que quiere decir esto, pues que si un jugador está acostumbrado a tirar y anotar a ochenta pulsaciones, será un buen tirador de “salón”, pero cuando llegue la hora de un partido en el que la agitación del juego le lleve a estar por encima de las ciento sesenta pulsaciones de media, su nivel de acierto bajará notablemente. No es lo mismo tirar “fresco” que “cansado”. Así de sencillo. Otra cosa es que primero haya que practicar a ritmo bajo para coger técnica y confianza para después ir aumentando ese ritmo asemejándolo al que se vivirá durante los partidos.
Si en la práctica sin defensa se puede conseguir una ejecución técnica lo más parecida a la que luego se vaya a aplicar en un partido, y se consigue realizar una ejecución fluida y anotar, luego habrá mayores niveles de acierto por la confianza que el entrenamiento aporta al jugador.
sábado, 19 de mayo de 2012
Leído/escuchado en los medios (2):
formación para la vida "normal" del jugador retirado
Por Jorge
El baloncesto profesional tiene sus peligros cuando los jugadores no se andan con ojo pensando en su futuro pues sus carreras duran pocos años, y están expuestos a lesiones y otros avatares que pueden sumirles en una vida desgraciada sin la formación necesaria.Antoine Walker, exitoso jugador (campeón NCAA con Kentucky, y NBA en Miami Heat) que cayó en desgracia por su mala cabeza (formación).
En los medios de comunicación de vez en cuando aparecen ejemplos de ex-jugadores que una vez retirados no tienen qué hacer tras sus vidas profesionales, y lo que es peor, casos de algunos que dilapidaron grandes fortunas quedando en la ruina y sin poder hacer frente a una vida “normal”.
Estas situaciones suele darse en la NBA, pero encestando.com publicó esta semana una entrevista a Xavi Crespo, jugador en su día de la ACB que incluso llego a ser internacional, en la que habla sobre como fue su experiencia cuando dejó el baloncesto profesional.
Crespo reconocía que el día que tuvo que retirarse prematuramente debido al mal estado de una de sus rodillas se le abrió un mundo de incertidumbres:
“¿Ahora qué se hace?’ Es una situación complicada y a mí me faltaban los mimbres para gestionarla. Debería haber estado preparado mejor de lo que lo estuve.”.
Por suerte pudo reconducir su vida, y ahora trabaja para que otros deportistas no caigan en los mismos errores:
“…gané más dinero que el que la mayoría de la gente ganará en su vida… Cuando tienes mucho, gastas mucho. (…) Busco concienciarles de que se formen, de que tengan perspectiva, conocimiento, de que cuiden el dinero…”.
Hace un tiempo, Corey Crowder en su blog de solobasket.com daba algunos consejos para evitar este tipo de situaciones después de la retirada. Esas recomendaciones eran aplicables a jugadores NBA pero por sentido común también podrían serlo en otros baloncestos y deportes.
Si esta situación la viven profesionales que pueden y suelen, aunque no siempre es así por lo que vemos, estar bien asesorados, que no les pasará a quienes no lo están tanto, o a quienes ni siquiera llegan a la elite, y descuidan su formación.
Ésta es la "cara b" del baloncesto profesional que los jóvenes aficionados pocas veces tienen en cuenta cuando sueñan con jugar en la elite, y es que todos alguna vez hemos pensado que la vida del deportista de alta competición es de color de rosa, pero sin la preparación personal adecuada el impacto de la vida profesional puede ser brutal, y acabar mal cuando esa vida se termina.
Para aquellos jóvenes o no tan jóvenes que todavía no se encuentran en estos niveles, pero que trabajan para intentar llegar a lo más alto, insistir en que independientemente de la cota profesional que se llegue a alcanzar (si es que se llega porque las probabilidades son muy pequeñas), conviene no dejar de disfrutar del baloncesto, pero sin olvidar diversificar intereses y formación pues a veces se malgasta mucho tiempo intentando alcanzar un sueño que no se consigue, y al final no se tiene ni la excelencia deportiva ni la preparación adecuada para la vida “normal”.
miércoles, 16 de mayo de 2012
Frases de Baloncesto (14): Kobe Bryant
Por Jorge
El deporte puede transmitir multitud de valores que luego serán de utilidad en la vida cotidiana de los deportistas, pero en general a veces se da demasiada transcendencia a la competición por encima de éstos, sobre todo en la formación, e incluso olvidamos su esencia: su valor lúdico.
Kobe Bryant se refiere a esa condición fundamental del baloncesto en la siguiente frase:
"El baloncesto es mi refugio, mi santuario. Vuelvo a ser un niño en el patio. Cuando llego aquí, todo es bueno". Kobe Bryant
Llama la atención que sea un jugador profesional quien reconozca esa esencia fundamental del baloncesto como juego. Totalmente de acuerdo con él.
Jugar al baloncesto a veces sirve de psicólogo particular que permite refrescar la mente para después ordenar mejor nuestros pensamientos y poder ver así una mejor solución a aquello que nos aflige. Así lo veo al menos.
Cuando tengo un problema, jugar al baloncesto me alivia. No elimina el problema, pero lo hace más llevadero. Cuando estoy enfadado o molesto porque las cosas no me salen como me gustaría, el baloncesto hace que la realidad se transforme y pueda relajarme, y así disfrutar como el niño que no dejamos de ser nunca.
Pero por encima de todo disfruto jugando al baloncesto. Cualquiera puede jugar mejor, cualquiera puede saltar más, coger más rebotes, dar más asistencias, o encestar más canastas, pero nadie es más feliz que yo cuando estoy jugando en una pista de baloncesto.
domingo, 13 de mayo de 2012
Anuncios y Promociones de Baloncesto (4): publicidad global
Por Jorge
La NBA se constituye como el paradigma de la organización que mejor explota comercialmente la dimensión global que ha alcanzado el baloncesto. Y las marcas comerciales no son ajenas a esta nueva realidad del baloncesto mundial.
La conocida marca de refrescos Sprite (producida por Coca-Cola) ofrece un concurso por el que los aficionados de todo el mundo pueden colgar videos en su web mostrando sus habilidades baloncestísticas para ganar un viaje al próximo NBA All Star Weekend de 2013.
Para su promoción, esta marca cuenta con Kobe Bryant y LeBron James, recién nombrado MVP de la presente temporada, como sus estandartes principales a los que suma varios jugadores internacionales: Al Horford (República Dominicana), Omri Casspi (Israel), Serge Ibaka (España de origen congoleño), y Andrea Bargnani (Italia).
viernes, 11 de mayo de 2012
Control mental de los detalles del juego
Por Jorge
La atención y concentración (no son exactamente lo mismo aunque a veces las utilicemos como sinónimos) en el baloncesto son virtudes que pueden convertir a un jugador mediocre en bueno, y a otro bueno en excelente.
Tener controlados todos los detalles que rodean el juego y un partido no es tarea fácil, pero de ello va a depender en muchos casos el éxito de una acción determinada e incluso el resultado final.
Cuanto mayor sea el número de estímulos que tenga controlado un jugador de baloncesto, mayores probabilidades tiene de tomar las decisiones adecuadas para conseguir su objetivo.
En el baloncesto profesional, todos tenemos la sensación de que los jugadores tienen esa atención y concentración necesarias para conseguir su alto rendimiento, aunque no se puede dar por supuesto, ya que seguro que muchos entrenadores que están en la elite podrían ponernos ejemplos de casos en los que no fue así.
Sin ir más lejos, Phil Jackson, el entrenador que más campeonatos ganó en la NBA (11), contaba en su libro “Canastas Sagradas” una anécdota que le dejaba en no muy buen lugar en su época de jugador para los New York Knicks. Jugando para el mítico “Red” Holzman, en una ocasión que estaba despistado en el banquillo, el entrenador le preguntó cuanto tiempo quedaba, y Jackson jactándose de su atención le indicó el tiempo que faltaba para terminar el cuarto. A lo que Holzman le recriminó que no, que cuanto tiempo quedaba para acabar la posesión. Algo que pareciendo trivial, nunca lo es, porque si Jackson hubiese saltado en ese momento al campo en sustitución de un compañero, desconocer ese dato habría hecho que su equipo muy probablemente se comiera la posesión.
Esta anécdota le sirvió al futuro entrenador de Bulls y Lakers para entender que nunca sobra tiempo para estar atento a multitud de detalles que influyen en el juego incluso estando en el banquillo.
En el siguiente video, “Magic” Johnson explica cuantos ojos tiene a propósito de utilizar todos ellos para conseguir ser un buen pasador, pero su explicación acerca de la importancia de la visión en el campo también se podría aplicar a este necesario control de todo cuanto rodea al juego:
Si en ocasiones se producen errores de concentración y atención en profesionales, no hace falta decir que esa es una de las asignaturas pendientes en categorías de formación, pues no es una faceta en la que se ponga mucho énfasis cuando se puede trabajar igual que se hace con cualquier aspecto de la técnica, táctica, o condición física.
Un entrenador amigo comentaba que durante un entrenamiento se podía pedir ya desde temprana edad a los chavales que fueran contando tiros lanzados y anotados, rebotes, pases, etc., tanto individual como colectivamente durante los ejercicios para instruirles lo antes posible en el arte de la concentración exclusiva en la tarea que están realizando evitando así los despistes.
También se puede mejorar añadiendo progresivamente diferentes estímulos a los ejercicios para al complicarlos exigir máxima atención que con el tiempo sea capaz de mantenerse en el juego. A veces se simplifican en exceso las tareas de manera que luego no se corresponden con lo que los chavales se van a encontrar durante el juego real. Si se reserva tiempo de entrenamiento para trabajar situaciones reales de juego a pequeña escala, luego podrán estar más preparados para hacer frente a los diferentes retos que se les plantee en los partidos.
Éstas son algunas ideas pero tal vez se podían aplicar otras, y es que llama la atención que los jóvenes de hoy que son capaces de ver la tele, “estudiar”, chatear, escuchar música en su mp3, y varias actividades más a la vez, pero luego son incapaces de mantener unos mínimos de concentración y atención durante el entrenamiento y los partidos en la práctica de un juego que supuestamente les gusta.
Entrenadores del mundo, ¿cuántas veces observáis que vuestros jóvenes jugadores se despistan con el simple vuelo de una mosca? Y no me refiero sólo a los más pequeños (benjamines y alevines), sino también a los más mayores. ¿Hacéis algo para mejorar en este apartado mental?
lunes, 7 de mayo de 2012
No fue un domingo cualquiera para Estudiantes
Por Jorge
Menudo día se vivió ayer en el Palacio de los Deportes de Madrid. El desenlace del descenso entre Estudiantes y Murcia por un lado, y la despedida de Carlos Jiménez por el otro. Al final lo primero tuvo el resultado más probable, el Estu se cae a la división de plata del baloncesto español, y tendrá que hacer un buen ejercicio de autocrítica y reflexión para no volver a cometer los mismos errores en el futuro.
Sin embargo para mi la noticia más importante es que Carlos Jiménez, su capitán (y durante muchos años de la selección española) jugó su último partido y eso en un club como Estudiantes incluso está por encima de resultados, y merece estas breves palabras.
Podría mencionar aquí las estadísticas que acumuló, los éxitos que cosechó, pero nada reflejará el sentimiento que su juego y su forma de ser significó para sus rivales y compañeros. Ayer se retiró un histórico de nuestro baloncesto, y se le echará de menos en todas las canchas, e incluso por parte de sus rivales, pues para ellos siempre fue un placer deportivo jugar frente a un caballero del baloncesto.
En los tiempos que corren, tener el cariño y la admiración de los aficionados en cualquier deporte no es fácil si no sales todos los días por la tele ofreciendo espectáculo (circense en algunos casos), pero Carlos Jiménez lo consiguió por su honestidad con el juego.
Si James Naismith, inventor del baloncesto, levantara la cabeza, y tuviera que ejemplificar que es un jugador de baloncesto, seguro que elegiría a Carlos Jiménez por reunir aquellos valores que pretendía desarrollar cuando creó este deporte: compañerismo, esfuerzo solidario, inteligencia, liderazgo desde el saber hacer, deportividad, y humildad.
He leído que quizás debería de haberse hecho algo especial para su despedida, y a buen seguro que se hará cuando toque mejor ocasión, pero llama la atención que durante todo el día, previo al desenlace del partido ni acb.com, ni feb.es, y apenas clubestudiantes.com hacían mención a la retirada del gran capitán. La misma discreción que siempre le acompañó.
Después de ver a Jiménez hablando para televisión española acerca del final de su carrera deportiva, entiendo que hasta él preferiría esta despedida sencilla, pues con palabras entrecortadas, daba las gracias humildemente y visiblemente emocionado. Para los tímidos no siempre es fácil poder expresar lo que sentimos delante de los demás.
No conozco personalmente a Carlos, pero para mi el baloncesto no es sólo un deporte, es una forma de vida, y el comportamiento que se tiene sobre una pista de baloncesto es para mi reflejo de lo que se es fuera de ella, y siendo así no tengo dudas de que es una buena persona como tantas que abundan en nuestro deporte. Y no me queda más que agradecerle su generosidad con el baloncesto.
Ya sin Carlos sobre la pista, Estudiantes tendrá que reflexionar y aprender de los errores, y sea en la categoría que sea jamás dejará de ser un grande siempre que mantenga sus mayores activos que son su afición y su cantera. Pero el deporte profesional es otra cosa, y no se puede vivir de romanticismos así que tendrá que coger el toro por los cuernos, y conseguir un organigrama que tenga a personas de categoría a la hora de tomar decisiones. Y si bien es verdad que la pela es la pela, y los dineros determinan muchas de ellas, si otros equipos hacen juegos malabares con los números es que se puede hacer mejor.
Este día estará marcado en la historia del baloncesto colegial, por un descenso de categoría, que habrá que ver si se hace efectivo con los problemas de dinero de los clubes que ascienden, y por la despedida de uno de los mejores jugadores de su historia (y del baloncesto español). Pese a todo, gracias Estudiantes por hacernos disfrutar (y a veces sufrir) con el baloncesto, y repito, muchas gracias Carlos por habernos dado tantas alegrías a los aficionados en todo este tiempo.
sábado, 5 de mayo de 2012
Robert Horry, jugador de los playoffs-anillos
Por Jorge
La NBA está en tiempo de playoffs, tiempo para que las grandes estrellas consigan las hazañas que encumbren a sus equipos a lo más alto. A veces también es tiempo para que jugadores menos destacados alcancen su mejor rendimiento permitiendo que sus equipos den un salto de calidad. Robert Horry fue uno de esos jugadores de playoffs.
Robert Horry, retirado en 2008, fue uno de esos jugadores que tenía la postemporada marcada en rojo en su calendario. Después de deambular por la temporada regular, emergía durante los playoffs para ser la guinda del pastel de grandes equipos que pasaron a ser campeones.
Horry es el señor de los anillos de los tiempos modernos. Siete anillos con tres equipos distintos: dos con Houston Rockets (1994, 1995), tres con Los Angeles Lakers (2000, 2001, 2002), y dos más con los San Antonio Spurs (2005, 2007). Sólo es superado en número de anillos por los jugadores que formaron parte de la dinastía de los Celtics de Boston allá por los años 60.
Si bien en sus primeros años en la liga sus buenas cualidades atléticas le hacían ser productivo durante toda la temporada, según fueron avanzado sus años de carrera NBA parecía dosificarse de tal modo que podía pulular por la liga durante la fase regular para destaparse en los playoffs con grandes actuaciones, y sobre todo consiguiendo tiros y acciones vitales para sus equipos que le convertirían en “Big Shot Rob”:
Esas acciones en los momentos calientes de la temporada y su buena consideración como jugador de equipo le permitieron formar parte siempre de franquicias aspirantes al título, e incluso los Miami Heat fueron los últimos en intentar recuperarle de su retiro.
A lo largo de la historia todos los equipos campeones destacaron n por el juego de sus estrellas, pero difícilmente hubiesen conseguido títulos si tales equipos no hubieran sido apuntalados por esos jugadores de equipo y por especialistas que permiten la cohesión y la tan famosa química que es necesaria en todo deporte colectivo para poder llegar a lo más alto.
Jugador clásico de equipo capaz de ayudar en defensa y ataque, Robert Horry no tenía ninguna cualidad que le hiciera especialmente valorado a ojos de los espectadores. Sus estadísticas nunca le llevarán a entrar en el Hall of Fame del baloncesto, pero acompañando a grandes estrellas (Hakeem Olajuwon, Shaquille O´Neal, Tim Duncan) nunca le faltará el aprecio y la valoración de los que fueron sus compañeros y entrenadores como pieza muy importante que fue para la consecución de los éxitos de sus equipos.
Artículo publicado por vavel.com el pasado 2 de mayo.
miércoles, 2 de mayo de 2012
Historias de un Entrenador de Formación (8):
estudios y baloncesto
Por Jorge
Las situaciones que vive cualquier entrenador de baloncesto en categorías inferiores son múltiples, ya sean positivas o negativas, pero que siempre invitan a la reflexión. Y la siguiente me llamó la atención por la poca consideración que en ocasiones se le tiene al deporte (en este caso el baloncesto) como un peldaño positivo más en la formación de los jóvenes.
En otro tiempo, la conocida excusa de tener que estudiar para faltar a un entrenamiento y/o partido era reservada a ocasiones excepcionales. Hoy en día no hay entrenador que escuche esa cantinela decenas de veces durante la temporada. Y en mi caso no es una excepción. Pero lo último fue cuando una joven de tan sólo ocho años puso tal pretexto para justificar su ausencia de los entrenamientos de una semana.
Nadie puede dudar que los estudios estén muy por encima de otras actividades (baloncesto incluido) para jóvenes o no tan jóvenes, pero que una niña de tan corta edad necesite apenas tres horas de una semana para estudiar no habla muy bien de la gestión que de su tiempo hacen sus padres.
La verdad es que la pequeña se limitó a comentar la justificación que le habían dado los padres pues ella quería entrenar-jugar, pero ellos preferían que aprovechara ese tiempo para el estudio. ¿Tan cargada es su agenda como para no disponer de tiempo suficiente para estudiar, entrenar, y cumplir con otras actividades?
Los tiempos cambian, pero aplicando el tópico, uno fue cocinero antes que fraile, o sea que también estudió, y no recuerdo que a esa edad ni hasta mucho tiempo después sintiera el más mínimo agobio por los estudios de tal modo que no me permitieran disfrutar de cantidades ingentes de tiempo libre para jugar. Y nunca dejé de aprobar hasta conseguir superar los estudios superiores.
A mi juicio tales situaciones se dan porque existen multitud de alternativas de ocio ya a tan temprana edad que hace que se pierda tal cantidad de tiempo en menudencias que poco o nada aportan a la chavalería, y eso unido a la mala gestión del tiempo libre provoca situaciones cuasi surrealistas (a mi parecer) como la descrita.
Esta demostrado que el deporte es una actividad muy saludable en el desarrollo personal de los jóvenes, y no sólo por cuestiones físicas sino por la multitud de valores que implica, y cuya enseñanza y aprendizaje contribuyen a su formación que les valdrá para toda la vida.
Sin embargo no siempre la formación deportiva es considerada como un pilar básico de la formación en los jóvenes por muchos padres que simplemente lo ven como una actividad extra más que permite rellenar el tiempo de sus hijos sin darle la importancia que a mi entender merece.
Por supuesto también tengo la suerte de haber vivido casos opuestos en los que esa importancia si era dada por los progenitores, y por los chavales que sin faltar a entrenar no dejaban de cumplir con sus obligaciones estudiantiles consiguiendo no solo hacerlo bien en el deporte sino también en los estudios (con orgullo puedo decir que entrené a actuales médicos, ingenieros…) adquiriendo una madurez y responsabilidad muy útil para el futuro de sus vidas.
Esos ejemplos demuestran que capacidades aparte, la clave está en saber administrar el tiempo disponible para ocuparlo con los diferentes apartados importantes de la vida de nuestros jóvenes: estudios, deporte, familia, ocio, descanso, etc.