Por Jorge
Victoria fácil del Madrid. Muy fácil. Deportivamente no hay mucho que rascar. Crónicas sesudas y análisis detallados de estadísticas y tácticas existen por doquier en papel o en Internet.
La "afición" madridista merece alguna que otra línea que será de interés para aquellos que no pueden ir a Vistalegre habitualmente. Por cierto, que el DKV Joventut iba a perder estaba cantado antes de lanzarse el balón al aire. Calentamiento flojo. Miradas excesivamente tranquilas. ¿Un tramite para ellos? Eso parecía.
Sé que esto puede doler a más de uno, y más que un detalle particular de este partido, por desgracia es la tónica habitual. Media entrada para ver un partido de playoff que de perderse incluso podría ser el último del año, y frente a uno de los equipos más atractivos de ver (teóricamente) con el buque insignia del baloncesto ACB: Ricky Rubio. Tranquilos, ya se inflará el dato en las crónicas.
Peor todavía que muchos de esos “aficionados” entran mediado el primer y hasta el segundo cuarto, y claro, partido que se decide fácil y pronto: a la calle cuando queda medio último cuarto. Pues ¿no quedamos Sr. Gallardón y cía. que el transporte y su movilidad es una de nuestras bazas para albergar los Juegos Olímpicos? Parece que a los madridistas les gusta más dar vueltas con el coche para aparcar en la puerta (no vayan a hacer demasiado deporte caminando unos minutitos), o es que sus siestas son de pijama y orinal.
Muchos argumentarán que jugando Nadal y en pleno puente de San Isidro es normal. Pero lo que es lamentable es que un club como el Madrid tenga esa "afición" ramplona, y que me perdonen los de “verdad”, los de estar al pie del cañón todos los días que no son muchos pero que también los hay.
Y ya de traca es que aquello parece la ópera. Ni las buenas jugadas de su equipo aplaude la gente. Eso sí, pitar cualquier tontería como que el entrenador rival agote su tiempo muerto al máximo, que no falte. ¿Motivos? No tengo dudas: exceso de futboleros que no han visto una pelota de baloncesto ni en pintura, y media grada que ha entrado por la patilla (como un servidor aunque yo si lo disfrute) y que ni le va ni le viene lo que allí pase. Tal vez sea la vergüenza futbolera que no aplaude pero que no pierde tiempo en recriminaciones o insultos.
Detalles (1): lesión de Ricky.
Menudo fastidio. Uno que va a ver las evoluciones del tipo más listo que hay en una pista de baloncesto del mundo, y un resbalón nos priva del espectáculo. Lástima. Esperemos que haya sido más el susto que otra cosa, pero eso no tiene buena pinta.
Igual que tiro palos a la “afición” madridista, lo cortes no quita lo valiente. Ricky se retira al vestuario en pleno juego. Esto no lo vi jamás.: todo el pabellón aplaude como no lo harán en toda la tarde. Pero es más, a la gente que está a mi alrededor no les basta con aplaudir sin más sino que encima lo hacen de pie como si de un torero se tratara. Pero no acabó todo con eso, sino que en el calentamiento del descanso, de repente asoma por el túnel de vestuarios y nuevamente gente aplaudiendo como si fuera de la casa.
Es lo que tiene que se junte de todo un poco. No solo jugar de perlas al baloncesto, sino ser humilde y buena gente. A fin de cuentas, colores al margen todos tenemos aprecios similares.
Detalles (2): Mirotic vete ya.
No puede ser que con el partido decidido esa maravillosa “afición” madridista distraiga su aburrimiento, será que el juego les interesa más bien poco, pidiendo la entrada de la joven perla del Madrid: Nikola Mirotic. Y lo peor es que al final, Joan Plaza traga.
¿Por qué no puede jugar antes? Pau Ribas puede. Ricky en su día podía. ¿No tiene el nivel para jugar en la ACB? A mi me parece que sí, aunque puede que para las mentes pensantes de la casa blanca no. Chaval, si no quieres que acaben contigo, y si quieres dejar de ser la mascota del equipo, vete allí donde te dejen jugar. Claro que dado que tampoco es que en los demás equipos abunden los lumbreras (¿verdad Marco?) quizás le convenía irse fuera de la ACB para poder jugar.
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