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lunes, 11 de junio de 2012

Kaunas, pasión por el Baloncesto

Por Juanlu Sánchez*

Kaunas es una ciudad lituana (400 mil habitantes) situada en el centro del país, y con poco o nada que atraiga visitantes salvo por albergar uno de los clubes de baloncesto más importantes de Europa: el Žalgiris, cuna de uno de los mejores pívots de la historia, Arvydas Sabonis.

Kaunas
Llegar a esta ciudad supuso para mí una odisea de doce horas (ocho de escala) en un avión semivacío que llegó a un aeropuerto moderno, pero no mucho más grande que una caseta, situado a unos 10 kms del centro de la ciudad. Coronando una de las paredes del aeródromo encontré el primer indicio (un mural enorme con la imagen de la plantilla) de lo que es una realidad: el Žalgiris es la religión en torno al cual gira la vida de los kaunenses.

Cogí un taxi conducido por un taxista (si es que a ambos se los podía denominar así), que por supuesto no sabía inglés, pero que pese a su olor y su forma de conducir suicida me llevó amablemente a la ciudad. Lo que ví no era
muy alentador: calles desiertas, carreteras en mal estado, aceras que parecen prados y edificios al borde de la ruina a lo largo y ancho de la urbe. Porque esa es otras de las características de esta ciudad y del país en general, Lituania se desarrolla poco a poco y todavía se está lavando la cara después de la independencia de Rusia.

Sus habitantes son gente callada, con aspecto triste y melancólico, debido seguramente a vivir en una ciudad que llega a los -34ºC en invierno y cuyo verano apenas dura poco más de tres semanas, y en la que no hay muchas cosas que hacer además de ir a ver jugar a su equipo de baloncesto.

Kaunas
Cada colegio, cada residencia, cada calle, tiene su cancha de baloncesto, la mayoría en mal estado, con aros sin redes que amenazan con caerse en cualquier momento de su tablero de contrachapado erosionado por el paso del tiempo y las inclemencias. Las calles en Kaunas por lo general están vacías, a excepción de sus campos de baloncesto, que cuando lo permiten las pocas horas de luz solar, están repletas. Además la celebración del último Eurobasket sigue presente por todos lados: enormes balones de baloncesto conmemorativos, pegatinas, carteles e incluso monedas de lita (moneda local) con emblemas que recuerdan la cita.

Mi hermana, que lo vivió en primera persona dice que jamás había visto la ciudad como aquellas semanas, una fiesta continua, el pabellón, el Žalgiris Arena, a reventar. Cabe destacar la idolatría que los lituanos sintieron por el equipo español, en especial con Navarro, al que harían alcalde de la ciudad bien gustosos si se diera el caso… No había diferencias entre sexo, edad o raza, cualquiera que estuviera esos días allí, se veía empapado de la passion por el baloncesto.

El centro neurálgico de la ciudad es un centro comercial de reciente construcción, llamado Akrópolis en el que se se encuentra la tienda oficial del Žalgiris, donde se vende de todo: llaveros, toallas, camisetas, banderas, postales de los jugadores…incluso ¡chanclas!. La única pega, el precio. En un país donde el autobús cuesta una lita (30 céntimos de euro), una camiseta cuesta 95 litas, unos 30 euros, una gran inversion para los paisanos.

Pude hablar con pocos lituanos por cuestiones idiomáticas, así que la forma de vivir el baloncesto la descubrí a través de los estudiantes internacionales, pues aunque parezca contradictorio, Kaunas es una de las ciudades europeas con mayor número de estudiantes de Erasmus: españoles, checos, israelíes, italianos, libaneses, etc. Sus universidades son prestigiosas y sus instalaciones envidiables.

Algunos de estos estudiantes eran amantes del baloncesto antes de llegar a Kaunas, pero otros descubren nuestro deporte en una de sus mecas. Al final todos son asiduos del Žalgiris Arena, bufandas al cuello incluidas, para ver buen baloncesto a buen precio.

También lo normal entre ellos es llegar de la universidad, comer, echarse la siesta y jugar una pachanga. Muchos no saben ni botar, juegan chicas y chicos juntos, buenos y malos, da igual, además de en las fiestas propias del paso por una experiencia Erasmus, en Kaunas los estudiantes se relacionan jugando a baloncesto. Así cuando llegué a la residencia lo primero que me propusieron al enterarse de que jugaba al baloncesto fue bajar a una de tantas canchas a tirar unos tiros, y pese a que el juego no era para nada serio y hacía un poco de frío, disfrute de un buen rato de risas y bromas.

Nunca había visto una ciudad en la que el deporte que amo se viva de esta manera. Kaunas es sinónimo de baloncesto, y probablemente sería inconcebible una ciudad como ésta sin este deporte que representa esfuerzo y pasión. En Kaunas es imposible no respirar baloncesto.




*Juanlu Sánchez es estudiante de fisioterapia, y juega baloncesto federado.

1 comentario:

Mo Sweat dijo...

Me gustaría pasear por Kaunas y respirar ese ambiente. Debe de ser como la Indiana o la North Carolina de Europa (lo digo por lo que dicen de esos sitios, puesto que lo de las canchas en cada esquina más bien me recordaría Harlem).

Saludos.

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