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sábado, 2 de junio de 2012

Comunicación en Baloncesto: hablar durante el juego

Por Jorge

La comunicación es una parte más del baloncesto que sólo se asimila cuando se alcanza cierta madurez en el juego, y que se adquiere a través de las explicaciones oportunas y viendo el ejemplo de los equipos y jugadores ya experimentados.

Pierce y Rondo hablando
Hablar en baloncesto permite resolver problemas ofensivos o defensivos, y favorece la buena química de los equipos animándose y apoyándose cuando las situaciones lo requieren.


La comunicación defensiva es una parte fundamental de la defensa. Los buenos equipos suelen tener regladas las palabras claves que se utilizaran en las diferentes situaciones que se puedan dar durante el juego, y que todos los jugadores que estén en la pista serán capaces de entender para llevar a cabo las acciones que en cada momento se precisen.

Avisar cortes (¡corte!), pedir cambios defensivos en desajustes o en situaciones de bloqueo (¡cambio!), cantar balón (¡balón!) en una situación de inferioridad y así evitar que dos defensores vayan a parar al balón, pedir ayuda (¡ayuda!) cuando se está en un emparejamiento con desventaja o cuando se ha sido desbordado por el balón, cantar tiro (¡tiro!) para que nadie se despiste y se pueda cerrar el rebote, etc.

En ataque, la comunicación es importante sobre todo para los directores de juego (bases) a la hora de mandar jugadas y de colocar a sus compañeros cuando hay cierto atasco ofensivo. Pero también en situaciones de bloqueo indirecto para avisar al compañero que lo recibe si se despista, a la hora de exigir que alguien se prepare para hacer balance defensivo o cargar el rebote de ataque, para avisar que hay que tirar si alguien se despista en un final de posesión, etc.

También los parones en el juego pueden ser un buen momento para hablar. Cuando se pita una violación del reglamento o una falta, durante la ejecución de unos tiros libres o de cualquier otra situación que no sea un tiempo muerto, los jugadores también pueden hablar para decidir emparejamientos defensivos o situaciones ofensivas a realizar en los siguientes ataques. He incluso deberían ser altamente receptivos en esos momentos porque es entonces cuando un entrenador puede hacerles indicaciones concretas sobre situaciones a corregir y mejorar sin necesidad de pedir tiempo muerto.

Un ejemplo de esa comunicación durante parones de juego lo hemos visto todos alguna vez con los corrillos que a veces forman los jugadores en situaciones previas a unos tiros libres en los que el base o un jugador de alto ascendente sobre el equipo reúne a todos para animarles o hacerles alguna indicación oportuna.

Todo esto está muy bien. Pero si tienes un equipo de tímidos, muchas situaciones que se podrían resolver con un poco de comunicación se irán al traste por no hablar. Y si tienes un equipo de jugadores poco receptivos, más de lo mismo. Es decir, que si son incapaces de jugar y escuchar a la vez, vale que a veces no sea fácil, pues nuevamente se perderán las ventajas de una buena comunicación.

Cuando se pide a chavales de baloncesto de formación que tienen que hablar durante el juego, o bien no se atreven, o bien no saben que decir, o bien no paran de hablar para mal.

La mejor manera de enseñar a hablar en el campo esta en el entrenamiento y viendo baloncesto profesional (aunque el ruido ensordecedor que acompaña sus partidos les lleva a una comunicación en ocasiones más gestual) o de otros equipos senior de menor categoría. Los más jóvenes cuando ven un partido por la tele rara vez se dan cuenta de todo lo que se puede llegar a hablar durante el juego. Luego cuando se tiene la suerte de ver un partido en directo desde una distancia próxima a la cancha alucinan con el run-run habitual tanto en ataque como defensa.

En el siguiente video se pueden ver algunos ejemplos de situaciones en las que los jugadores hablan en pleno juego o durante algunos de los parones que se dan en los partidos:


Conocido qué se puede hablar, cómo se puede hablar, y cuándo se puede hablar, para poder aplicar la comunicación en los partidos previamente debemos de haberla practicado durante los entrenamientos pues no se puede pretender que de la noche a la mañana un equipo de “mudos” se ponga a hablar por los codos cuando las situaciones del juego lo requieran.

El polo opuesto de la comunicación que se suele dar en los inicios del baloncesto es el típico pesado que está todo el partido ¡pasa, pasa, pasa! sea cual sea su posición en el campo y la situación del juego.

En el caso de la mala comunicación durante el juego protagonizada por los entrenadores de categoría de formación (también los hay entre los profesionales) se da cuando están “radiando el partido” indicando a los jugadores que tienen que hacer en todo momento. Así no se promueve que los jugadores tengan iniciativa a la hora de tomar decisiones que es una de las enseñanzas fundamentales que aporta los partidos durante la formación. Esto en ocasiones conduce a que los suplentes del banquillo también se apunten al juego y se dediquen a influir en las decisiones que deben tomar los jugadores de campo indicándoles que tiren o pasen según consideren oportuno.

Por último, la comunicación también debe existir con los árbitros. Por ejemplo cuando no se entiende el porqué de una falta u otra acción pitada. En esos casos preguntar permite mejorar el conocimiento del reglamento y corregir futuras sanciones. A esto deberían contribuir los árbitros que a veces son también poco comunicativos incluso cuando los jugadores se dirigen a ellos de manera educada (cuando no se hace así se entienden las negativas arbitrales, claro).

1 comentario:

Anónimo dijo...

interesante

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