Por Jorge
No sé si antes se jugaba tanto fuera de las horas de entrenamiento habituales como creemos o es mera nostalgia romántica, pero si parece claro que si nos damos una vuelta por pistas de cualquier ciudad o pueblo, día sí y día también, cuesta ver jugar a alguien “a su bola” que no tenga menos de veinte años (siendo generoso). ¿De quién es la culpa? ¿Qué podemos hacer?
Seguramente sean muchas las causas de esa “dejadez”. Los tiempos cambian y los hábitos de ocio son otros, la oferta es tan amplia que el esfuerzo que conlleva la actividad deportiva no es para todos. Y si a eso añadimos las comodidades que facilitan las familias, la falta de espacios para jugar, y el número de horas de entrenamiento, que para los entrenadores siempre son pocas, pero que me parece que son demasiadas (exceso de profesionalización), entonces el cóctel ya está servido.
¿Qué podemos hacer los entrenadores para recuperar ese juego libre? Aquí va una sencilla propuesta. Reservar un espacio de cada entrenamiento para él. Menos quejas porque ya no existe y más dedicar aunque sea diez o quince minutos en cada entrenamiento para que las chicas y chicos jueguen de “manera distinta” a como luego lo harán en los partidos de competición. A su aire, creando esas “burbujas” los jóvenes se pueden “oxigenar” un poco, jugar de otra manera, y quien sabe, lo mismo contribuimos a que luego quieran continuar con ese tipo de juego fuera de los entrenamientos.
Otra vez, menos es más. ¿Dejarán de ser grandes tiradores los chavales que tiren quince minutos menos en cada entrenamiento por hacer un juego libre? No creo. Y, sin embargo, seguro que se gana en diversión y en otros detalles de técnica y táctica individual que serán positivos en su crecimiento deportivo.
Y continuando con esa idea de menos es más, ¿cuándo empezó ese “boom” entre los equipos de formación por empezar antes las pretemporadas? ¿Por qué se tienen que parecer a las que realizan los equipos profesionales? ¿Es necesario que chavales de 11 años jueguen dos torneos y varios amistosos más antes de empezar la competición oficial? Ahora raros son los equipos de formación que no empiezan a mediados o finales de agosto, que si por algunos fuera, no habría ni postemporada ni pretemporada. Que todo fuera un continuo non-stop. Luego querremos que los chavales jueguen también en las pistas de su barrio. Y qué más.