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lunes, 2 de septiembre de 2024

Resaca olímpica (I): rotaciones y árbitros

Por Jorge
Con el inicio del curso 2024-25, aunque cada vez sea más difícil trazar una línea que separe temporadas por las apreturas del calendario y el continuo competir, vuelve BA-LON-CES-TO para ofrecer información y, sobre todo, opinión, como en este caso para repasar brevemente algunos detalles que dejó el baloncesto de los Juegos Olímpicos de París.

Y aquí se inicia esta serie con el apunte referido a las rotaciones que hicieron algunos entrenadores de sus jugadores durante la competición, y, cómo no, la siempre presente polémica arbitral.

Rotaciones más cortas
La realidad es que el debate sobre las rotaciones tuvo como punto de partida la llamativa nula participación de Jayson Tatum, uno de los referentes de Boston Celtics, vigente campeón NBA, en varios partidos. Y por lo que respecta al aficionado español, destacaron los pocos minutos de algunos jóvenes que cuando jugaron lo hicieron bien, y también la poca participación de alguna jugadora en el equipo femenino, como por ejemplo Leticia Romero, que no olvidemos que fue MVP de la Copa de la Reina.

Algunos entrenadores consideran que no es posible jugar con 12 jugadoras o jugadores un partido. Que no hay minutos para todos. Y si los mejores juegan mucho… alguien se tiene que “sacrificar”. ¿Cuántos? Depende, pero quienes defienden esta gestión no pasan de 8 ó 9 jugadores, y si juega alguien más, lo hará por unos segundos para una eventualidad concreta, o algo más si se produjo una lesión o un problema de faltas personales.

Nada hay que objetar a esa manera de dirigir un partido porque esos entrenadores tienen clara su idea, y seguro que las jugadoras o jugadores conocen su rol antes de empezar el torneo y hasta cada partido… pero, ¿qué pasa si las cosas no van bien? ¿Hay plan B? ¿C? ¿Cómo reaccionará una jugadora o jugador que pasa del ostracismo a tener que ser pieza fundamental del equipo?

El caso más paradigmático de las rotaciones lo tuvimos con la selección estadounidense y los casos de Tyrese Haliburton que sólo jugó en 3 de los 6 partidos de su equipo, Joel Embiid, Derrick White y Jrue Holiday que se quedaron sin jugar un partido, y, principalmente, el mencionado Tatum que “calentó banquillo” en dos partidos… aunque sólo estuvo por detrás de LeBron James, Stephen Curry, Devin Booker, Holiday y Kevin Durant en minutos de juego por partido (17.7). Y no olvidemos que el alero de los Celtics además de ganar el último anillo de campeón, fue elegido para formar parte del mejor quinteto de la NBA. Por cierto, White, también campeón, fue el “descarte” del seleccionador estadounidense, Steve Kerr, para la final olímpica.

En la selección femenina española hubo una situación similar con Leticia Romero, que se quedó sin jugar frente a Serbia, y luego en los cuartos de final frente a Bélgica. Pero aquí podríamos estar ante una variante de esas rotaciones limitadas de algunos entrenadores, que consideran que la tercera base no juega o está para imprevistos… si no fuera porque la ausencia de Silvia Domínguez dejó a las españolas con sólo dos bases, aunque hubiera escoltas capaces de cumplir con esa función. Lo curioso es que Romero venía de una gran temporada en su club y con el premio a la mejor jugadora de la última Copa.

A todo esto, por supuesto, cabe la posibilidad de que la base de Valencia Basket no estuviera en condiciones de jugar por algún problema físico, aunque no lo pareció en los minutos (14 en dos partidos) que pasó en pista en este torneo. Sea como fuere, Miguel Méndez, seleccionador español decidió acumular muchos minutos en unas pocas jugadoras, como por ejemplo en el partido decidido con prórroga frente a China (más de 40 minutos para Leonor Rodríguez y Megan Gustafson), y cuando el resultado final del torneo no es muy bueno todas las miradas (y reproches) van para el entrenador.

Parece claro que si un partido va bien, o va igualado, es normal que un entrenador se mantenga en “sus trece”, y si luego el resultado es adverso, no hay mucho que decir más que fue consecuente con su estilo. Sin embargo, si decides modificar el plan inicial y jugadores de banquillo juegan y lo hacen bien… ¿por qué no pueden mantenerse más tiempo sobre la pista? Y, en ese sentido, eso pudo pasarle en algunos momentos a la selección masculina dirigida por Sergio Scariolo, que contó poco con Jaime Pradilla (no jugó el primer partido) o Darío Brizuela, pero el rendimiento de ambos fue muy bueno por momentos y tal vez tendrían que haber gozado de un poco más de su confianza (en forma de más minutos) en algún partido.

Respetando el estilo de cada entrenador creo que este debe ser capaz de acoplar a sus doce jugadores en un partido, sea con el rol que sea. Y, por supuesto, el jugador tiene que saber adaptar su papel, y estar preparado para jugar 30 minutos cuando toque, o hacerlo sólo unos segundos para una determinada defensa o una jugada de ataque. ¿Es difícil para unos y otros? Sin duda, pero nadie dijo que entrenar y jugar fuera fácil.

Árbitros mejorables
Una queja que dejó entre algunos aficionados el pasado torneo olímpico tuvo a los árbitros como protagonistas. Así el reconocido analista, "Piti" Hurtado, publicaba este tuit el 27 de julio:



Desconozco cuál es el criterio exacto de selección arbitral para este campeonato pero imagino que seguirá directrices similares a las de la clasificación de los países participantes, y que consiste en que sean representados todos los continentes, y eso lleva a que en la cita olímpica sea difícil que estén los mejores árbitros si partimos de la idea de que estos, a priori, serán los que arbitran las competiciones de mayor nivel.

Y la verdad es que algún partido olímpico sacó ciertas “vergüenzas” arbitrales a relucir, pero no olvidemos que ningún resultado se decide nunca por la actuación arbitral, porque sus errores (y aciertos) son una parte más del juego, como los son los errores y aciertos de jugadores y entrenadores. Y en cualquier caso, aunque no le falte razón a “Piti” Hurtado, los árbitros Euroliga también se equivocan, y como habitual seguidor NBA, el nivel arbitral allí está por debajo del europeo en general, y tal vez no mucho más allá que el del resto del mundo.

Esperando que las asperezas FIBA-Euroliga se limen del todo y los árbitros de la segunda puedan pitar competiciones FIBA pronto, no olvidemos que eso tampoco supondrá un cambio tan sustancial en este caso si no se cambian los criterios de representatividad olímpica, que me temo que no cambiarán, y que recordemos que también afecta a las selecciones participantes, dejando fuera a jugadores y equipos notables (La Eslovenia de Luka Doncic o la Lituania de Domantas Sabonis) en beneficio de otros menos potentes.

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