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lunes, 2 de junio de 2025

Hemeroteca (21): Final ACB 2000

Por Jorge

La ACB entra en el decisivo mes de junio para dilucidar qué equipo será el campeón de liga de este curso. Y BA-LON-CES-TO trae aquí en la sección de “Hemeroteca” el recuerdo de una de las finales históricas de la competición en su veinticinco aniversario y que enfrentó a los dos equipos “futboleros”, Barcelona y Real Madrid.

En los banquillos de ambos equipos estaban dos entrenadores que ya por entonces se podían considerar clásicos de la competición, Aíto García Reneses en el Barça y Sergio Scariolo en el Madrid. Y a lo largo de la serie final se sucedieron ciertas polémicas entre ellos, con el uso de los medios de comunicación para quejarse de los arbitrajes y presionar a los árbitros según les convenía.

El Barça llegó a la final después de ganar en la semifinales a Baskonia (3-1) y el Madrid pasó más apuros en la suya, derrotando al Estudiantes (3-2) después de que Chandler Thompson fallase una especie de “fly” junto al aro madridista en el último segundo del quinto partido (70-69).

Barcelona y Real Madrid protagonizaron muchas finales, pero el precedente de esta del 2000 fue la de la temporada 1996-97 que se llevó el equipo catalán en un quinto y definitivo partido disputado en Madrid, rompiendo así con el factor cancha, y con Aleksandar Djordjevic en las filas de los barcelonistas.



Esta serie final del año 2000 también se decidió en un quinto partido pero esta vez disputado en la ciudad condal con un cierre acompañado de palabras de reproche del entrenador del equipo culé al madridista, y la celebración excesivamente gestual del visitante Djordjevic (que ahora jugaba con los madrileños) en el centro del campo, cosa que no gustó al barcelonista Nacho Rodríguez que se lo recriminó empujándole. Finalmente para evitar males mayores el Madrid recibiría el trofeo de campeón en el vestuario. Y toda esta información la recogía la revista “Gigantes del Basket” en su número 762 (ver portada arriba).

Los resultados de aquella eliminatoria final fueron:

1er partido: 64-72 para el Madrid
2º partido: 83-55 para el Barça
3er partido: 87-61 para el Madrid
4º partido: 71-80 para el Barça
5º partido: 73-82 para el Madrid

En el recuerdo de muchos quedó la irrupción de Pau Gasol en la Copa y liga ACB de 2001, pero como curiosidad hay que decir que ésta del 2000 fue su primera final, jugando 13 minutos por partido con 6 puntos y 2 rebotes de media.

Además ésta también sería la primera liga de Alberto Herreros pese a su participación testimonial dado que se lesionó en “semis” contra el Estu y apenas jugó unos minutos en el cuarto y quinto partido visiblemente cojo.

Luego otro dato a destacar sería que Sergio Scariolo se convirtió en el primer entrenador extranjero en ganar la liga ACB, tal y como recogía en “Gigantes” Paco Torres, director por mucho tiempo de esta mítica publicación.

Como curiosidad, este 2025 se cumplieron 25 años de la Euroliga, y en aquella revista se informaba sobre el cisma que dividió el baloncesto europeo de clubes entre los que conformarían la ULEB (Unión de Ligas Europeas de Baloncesto) que crearían “su” Euroliga, y los que se quedaban bajo el auspicio de la FIBA que jugarían la Suproliga europea que tan sólo convivió un año con la Euroliga que sigue vigente.

Para terminar el recordatorio de aquella final ACB del 2000, dejamos aquí (gracias al archivo de Youtube) el partido definitivo para el que quiera verlo. Así se podrá ver la tensión y el desenlace final, además de revisar como se jugaba a finales del siglo pasado:

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miércoles, 11 de diciembre de 2024

Protestas arbitrales (II): desconocimiento y falta de empatía

Por Jorge

Hace varias semanas ya escribí sobre las protestas arbitrales en una primera entrega en la que ponía por un lado ejemplos que mostraban poca concentración por parte de los jugadores, y por otro situaciones en las que jugadores y entrenadores daban ejemplo de ayudar a la labor arbitral, dada su complejidad, incluso reconociendo el error por protestar.

Y retomo el tema para referirme a la relación del público, poco o muy aficionado al baloncesto, da igual, con el arbitraje. Vaya por delante que el comportamiento de la mayoría es correcto, o que por lo menos muestra cierta indiferencia ante situaciones que en muchos casos son desconocidas para él.

Reglas: esas grandes desconocidas
Una vez más, me refiero al reglamento como ese complejo compendio de puntos y situaciones con una redacción que a veces no ayuda a su entendimiento… ni siquiera para los aficionados más avezados de nuestro deporte. Y es que hasta los propios protagonistas desconocen algunos de sus detalles como mostré en varias entradas anteriores.

Si algunos jugadores y entrenadores demuestran cierta ignorancia con algunas reglas, eso mismo le pasa al público, sin embargo, lejos de reconocerlo, la toman con el arbitraje protestando también sin mucho sentido.

Un ejemplo habitual de ese desconocimiento lo tenemos con el caso del campo atrás, que lleva a muchos a protestar acciones en las que un jugador del equipo atacante recupera la pelota en campo defensivo y sigue el juego, y es que a veces las situaciones de campo atrás no son tan sencillas porque se deben de dar varias circunstancias para ser pitadas.

Y ahora mismo la palma sobre las quejas del público está con la aplicación del paso 0. Una regla que no todo el mundo asimiló y que lleva a ver protestas como sucede en el siguiente vídeo donde un jugador hace, me parece a mí, una parada en 2 tiempos precedida de un paso 0 previo en el agarre de la pelota para acabar tirando. Y se puede ver a un aficionado, varias filas por encima del banquillo, gesticulando pidiendo pasos. Curiosamente, esa protesta sólo se produce después de que haya canasta y no antes:



Por supuesto, esta acción más allá de la duda que puede generar no deja de ser sólo una muestra de que todos, los aficionados también, creemos que siempre tenemos razón, y no es así, y no pasa nada si nos equivocamos, como tampoco debería pasar nada si erran los árbitros.

Hay que reconocer que el hecho de que algunas acciones estén sujetas a la interpretación arbitral y de que el juego cada vez se juegue a mayor velocidad, no facilita el enjuiciamiento de ninguno de los protagonistas del juego (jugadores, entrenadores, árbitros), como tampoco del público. Pero aquí lejos del “calla” si no estás seguro, ante la duda, quéjate y protesta, que así creemos que se puede solucionar todo.

Empatía: convivir con el error o la imperfección
Nunca dejaré de insistir en la necesaria labor didáctica que ayude a reducir protestas o por lo menos a mejorar el conocimiento del reglamento, y que está en mano de todos: árbitros, competiciones, clubes, entrenadores, jugadores…

Así por ejemplo la ACB por la parte que le toca a su competición, muchos años incluyó entre la videoteca de su canal de Youtube ejemplos de situaciones de juego que pueden llevar a confusión para ayudar a entender algunos cambios en el reglamento, o al menos qué sirva para conocer que se va a sancionar.



También hay que hacer notar una campaña que se hizo al inicio de esta temporada con un anuncio protagonizado por el estamento arbitral en el que los propios árbitros ficcionaban un comportamiento deplorable hacia otros profesionales, en este caso de la hostelería, ejemplificando las conductas que tienen que aguantar ellos en cada partido.



No estaría de más repetir una y otra vez este tipo de anuncio antes de cada partido para concienciar al público que protestar por protestar no tiene sentido, y que tratar así de mal al árbitro, lejos de dar razón la quita.

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sábado, 2 de noviembre de 2024

Hemeroteca (20): “Chechu” Biriukov

Por Jorge

La “hemeroteca” de BA-LON-CES-TO vuelve para recordar a uno de los mejores escoltas de la historia del baloncesto español: José Aleksándrovich Biriukov Aguirregabiria (“Chechu” Biriukov). En concreto recordaremos su pasado en la antigua URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, para los más jóvenes), cómo llegó al baloncesto español y su debut en la liga ACB, para terminar repasando brevemente su paso por la selección y su palmarés.

Biriukov nació en Moscú, hijo de madre española que huyó durante la guerra civil y padre soviético, así inició su carrera baloncestista en la Unión Soviética, donde pasó de las categorías formativas del CSKA al Dinamo, con quienes debutaría en el profesionalismo en 1983, poco antes de fichar por el Real Madrid en octubre de aquel año.

Por cierto, tiene un buen recuerdo de su infancia y sus inicios baloncestistas no solo por su actividad deportiva, también por la buena educación que recibió, especialmente de su primer entrenador en formación que le inculcó el amor por el arte y la lectura: “…además de entrenarnos, nos educaba. Tenía unas reglas muy estrictas. Si no estudiabas no te dejaba viajar para jugar. Te quedabas en casa. Además, en cada viaje nos obligaba a llevar un libro y leerlo”.

Las primeras noticias sobre este jugador que llegaron a España se remontan a un Europeo junior que se jugó en Bulgaria en 1982 donde compartió equipo en la selección de la URSS con Sarunas Marciulionis y Valeri Tikhonenko para jugar y ganar la final del torneo (97-87) a una Yugoslavia liderada por Drazen Petrovic. Por cierto, el máximo anotador de aquel campeonato fue el español Jordi Villacampa con más de 28 puntos por partido.

Aquel torneo daría lugar a la primera entrevista a Biriukov que se publicó en la prensa española (imagen vía Blog “De O´Donnell a Chamartín”), y que a buen seguro que ayudó a que el Real Madrid mostrase interés por su fichaje debido a su ascendencia española.

El Madrid fichó a Biriukov, sobre todo gracias al deseo materno de trasladar a su familia a España pues él estaba bien allí, para jugar como español, pero la burocracia no permitió que eso ocurriese hasta un año después de su fichaje. Algo llamativo si tenemos en cuentas que antes que él otros (Wayne Brabender, Clifford Luyk, Juan de la Cruz, “Chicho” Sibilio) no lo tuvieron tan difícil para jugar como españoles, y por supuesto, nada que ver con la actualidad en la que incluso las selecciones nacionales “fichan” extranjeros.

La próxima semana se cumplirá el 40 aniversario del debut de “Chechu” Biriukov en la liga ACB (10 noviembre 1984):



En el vídeo se alaba sus cualidades como pasador, pero no terminaría jugando de base como sustituto de Juan Antonio Corbalán como se vaticinaba. Sí jugó de base por necesidades del equipo cuando era necesario, pero su posición fue la de escolta aprovechando su potencia en las finalizaciones y su “peculiar” tiro exterior, que, sin embargo, era muy efectivo (40% en su carrera en triples).

Biriukov no sólo jugó con la Unión Soviética en categorías formativas, también lo hizo como sénior aunque sólo en amistosos (22 partidos incluido uno contra España en mayo de 1983), y por la reglamentación de aquella época tuvo que pasar una “cuarentena” de tres años para poder jugar después tanto en competiciones europeas con el Madrid como con la selección española, con la que debutaría el 4 de febrero de 1988 frente a Hungría (15 puntos y victoria por 84-100) en un partido de clasificación para un Eurobasket. (Fuente: “366 historia de baloncesto” de Juan Antonio Casanova).

Con España participó en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, en el Eurobasket de Zagreb de 1989 y por último en los Juegos de Barcelona de 1992. Pero no pudo añadir ningún éxito al estupendo palmarés que conseguiría con el Real Madrid después de once temporadas: 4 ligas, 4 Copas, 2 Recopas, 1 Copa Korac y el colofón de la Copa de Europa ganada en su última temporada en activo en 1995. Y que pese a no jugar en ese partido final, como capitán fue quien recogió el trofeo.

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jueves, 23 de mayo de 2024

Futbolización del baloncesto

Por Jorge

La gente del baloncesto tendemos a mirar por encima del hombro al mundo del fútbol por lo que se refiere al comportamiento general de deportistas y aficiones. La tendencia es considerar al baloncesto como el deporte de los inteligentes, de la gente educada, y como siempre que se tiende a la generalización, hay excepciones como vamos a ver hoy con algunos ejemplos.

Peligrosas irregularidades sobre las que hay que poner el foco de vez en cuando para no creemos el ombligo del mundo en el ámbito deportivo, y poder corregirlas para evitar unos comportamientos que se hacen más habituales de lo que creemos.

Baloncesto de formación
Que se den comportamientos execrables en el baloncesto profesional no es aceptable, pero más sangrante es cuando estos se producen en el baloncesto formativo y amateur. Y es que raro es que alguien del mundo del baloncesto no conozca de primera mano alguna situación parecida a las que se van a comentar aquí.

Así, hace algunas semanas “aprendebaloncesto” (@Aprendebalonces) compartía en X el siguiente comentario vivido en un partido de formación:



También, al final del episodio número 22 de la segunda temporada del podcast “"Hoy me sale azul", programa que trata sobre la actualidad de los equipos principales del Estudiantes, Eugenio, su conductor, comenta de manera anecdótica que haciendo de delegado de campo de un partido del Estu sub-22 masculino se montó jaleo y el árbitro le pidió desalojar a la afición rival de la grada. Y al parecer, el entrenador visitante les dijo que no se marcharan, y el árbitro pidió que se llamase a la policía para echar a esa parte del público.

Quien quiera puede escuchar esa parte del podcast para comprobar que se criticó el comportamiento de esa afición y sobre todo la actitud del entrenador, pero con un tono más bien irónico, seguramente por no hacer más sangre sobre un asunto que es más serio de lo que nos creemos.

“Cosillas del deporte”
El exceso de agresividad del público no es algo nuevo, y la verdad es que es demasiado habitual, por desgracia, en muchos deportes, incluido el baloncesto. Y aquí podemos ver un ejemplo ocurrido en el último Baskonia-Breogán de Liga ACB jugado el pasado 14 de abril:



Como se dice en ese tuit, el periodista (y también antiguo entrenador de formación) Fran Fermoso, comentaba en “Overtime”, programa resumen de la jornada ACB, al ver esas imágenes, “cosillas del deporte”, seguramente por no extenderse mucho más, sabiendo que el comportamiento de esos aficionados era deplorable, más si cabe por tratarse de jóvenes que increpan a unos rivales bajo la protección del colectivo.

Y, sí, era un partido de baloncesto, y eso pasa en todas las canchas del baloncesto profesional. No son mayoría, pero raro es no ver una animadversión y agresividad (verbal y gestual) que nunca tiene sentido, pero menos si cabe en el ejemplo que vemos, en el que el jugador del equipo contrario no hace ningún comportamiento antideportivo que merezca recriminación alguna.

Por cierto, me parece notable el comportamiento de Jordan Sakho, que afea la conducta de esos jóvenes aficionados, y es que mirar para otro lado no creo que sea una solución, y de algún modo todos tenemos que contribuir a mejorar la educación deportiva.

Educación mejorable de los jugadores
Comportamiento opuesto al del anterior jugador del Breogán lo tenemos aquí, en un ejemplo vivido en Estambul en los últimos playoffs de la Euroliga:



Entendible es que un jugador con las pulsaciones altas después de ganar un partido sea incapaz de controlarse, pero también habría que hacer una labor importante por mejorar en este tipo de situaciones, pues si bien no es fácil aguantarse jugando frente a un público que a buen seguro insultó y recriminó su juego, aprovechar la victoria para comentarles algo, tampoco le engrandece ni a él ni a nuestro deporte. Y, este tipo de situaciones, me parece que también ocurren más de lo que nos creemos.

Simulación y engaños "futboleros"
En el baloncesto se habla de “flopping” para referirse a la sobreactuación de algunos jugadores al contacto con un contrincante para tratar de engañar al árbitro y lograr que pite una falta. Algo muy común en el ámbito del fútbol, donde un jugador puede “caer redondo al suelo como si le hubiesen pegado un tiro” y al rato, de manera milagrosa, salir corriendo como si no hubiese pasado nada. Actitud poco deportiva y claramente criticable… que, sin embargo, también podemos ver a veces en el baloncesto.



De un tiempo a esta parte se persiguen este tipo de acciones y se castigan con cierta severidad, pero no es el caso en el vídeo que vemos porque el jugador que simula no recibió ni siquiera aviso por “flopping” pese a realizar esa acción delante del árbitro. En cualquier caso, habría que insistir especialmente con los más jóvenes acerca de que esa no es una manera deportiva de jugar.

Hace algunos años ya escribí en el blog la opinión que tenía sobre algunos comportamientos vistos en el ámbito del fútbol profesional (que luego se reproducen en el deporte de base), y miro al futuro con cierto temor de que esas conductas sean cada vez más habituales en el baloncesto aunque no queramos verlas. La conclusión es evidente, hay que mejorar la educación general, y la deportiva en particular, especialmente entre los más jóvenes para erradicar esos malos modos, y esto depende de todos: familias, instituciones, clubes, entrenadores y todos aquellos que rodean el deporte.

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sábado, 11 de noviembre de 2023

Ganar con trampas

Por Jorge

“Aunque sea de penalti, injusto, y en el último minuto”. Hace tiempo, no sé ahora, cuando era futbolero, se decía mucho esa frase entre la gente del fútbol cuando se deseaba la victoria. Puede que hasta la dijeran los entrenadores, no me acuerdo bien.

Hoy Zunder Palencia y UCAM Murcia juegan en una nueva jornada de liga ACB. Y, para mí, la noticia indirecta sobre este partido se produjo hace una semana cuando el entrenador del equipo visitante, “Sito” Alonso, hizo unas declaraciones que se parecen a aquella frase inicial.

Durante la rueda de prensa pospartido tras la victoria del equipo murciano, ante Baxi Manresa, Alonso dijo:

“Si tú piensas que cualquier grupo de aficionados le va a dar más importancia que yo al partido de Palencia… primero Manresa, hemos ganado a Manresa, vamos a corregir los errores de Manresa, y el partido de Palencia es vital. ¿Por qué? Porque es el siguiente”. (…)

“El objetivo mío es ganar a Palencia como sea. Más objetivo importante como ese no hay. Como sea. Con trampas. Como quieras. Pero ganando. Ese es mi objetivo fundamental en Palencia. Vamos a ver si lo conseguimos. Los jugadores piensan lo mismo. Todo el mundo piensa lo mismo (…).”

Estas palabras las escuché de pasada esta semana en varios podcast de baloncesto, y ante el estupor inicial por aquello de “con trampas”, pensé que no podía ser, y quise buscar el momento en el que el entrenador dijo esas palabras para conocer también el contexto. Y en el canal de Youtube de UCAM Murcia se pueden escuchar, y ver esa rueda de prensa completa con la pregunta del periodista que da lugar a esa respuesta (minuto 16.33 hasta el 18):



A juzgar por la gestualidad del entrenador parece claro que lo que quiere decir es que tienen que ganar este partido sí o sí, y sólo su énfasis debió jugarle una muy mala pasada, porque no me parece a mí que con trampas sea una manera correcta de ganar, y dudo que él piense así.

Verdad es que en el baloncesto profesional la victoria es fundamental por lo que supone para jugadores, entrenadores, afición, club, etc., pero habría que pensar que es una pena que ganar esté por encima de todo, incluso de la deportividad.

Vaya por delante que “Sito” Alonso me parece un muy buen entrenador, que sabe mucho (y lo comparte en numerosos clinics que se pueden ver por Youtube), y que tiene una larga trayectoria al máximo nivel en los banquillos. Si bien, a veces, es algo “guerrero” con su gestualidad y sus palabras.

Esas declaraciones son un claro ejemplo de que un profesional tiene que tener cierta mesura y cuidado en sus comunicaciones públicas, porque sus palabras se pueden malinterpretar, y hasta dejarle en mal lugar, a él y a su deporte.

Algunos piensan que los deportistas más famosos, los profesionales que se pueden ver, leer o escuchar en los medios de comunicación, son ejemplo de comportamiento para muchos jóvenes, y si bien para mí no tiene que ser así necesariamente porque todos pueden cometer algún patinazo, sí deben tener cuidado con lo que hacen o dicen porque a lo mejor alguien si les toma como modelo.

¿Qué pensará un joven entrenador que escucha esas palabras de “Sito” Alonso? Y no digamos, de los jóvenes aficionados.

El deporte debe, o por lo menos intentarlo, ser ejemplar, y utilizar esas palabras me parece un error. Y es verdad que en el deporte también existe la hipocresía, como por ejemplo, cuando un tenista que gana un punto porque al final su pelota toca la red y cae muerta en el campo rival, hace un gesto de disculpa con el adversario… pero el punto se lo queda para él (a lo mejor sería más deportivo que pidiera al árbitro que anulara ese punto). En cualquier caso, la suerte siempre es un factor en el deporte como en la vida, y los deportistas también quieren que esté de su lado. Ahora bien, de ahí a que se diga que se quiere ganar aunque sea con trampas…

Insisto, a mí me parece que fue un lapsus del entrenador del equipo murciano, su objetivo es ganar como sea… pero no necesariamente con trampas, porque nadie quiere jugar contra un tramposo, y desde luego no es nada deportivo ganar con trampas. Pero es que incluso aunque lo pensase, tendría que haberse mordido la lengua.

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lunes, 23 de mayo de 2022

Hemeroteca (18): Antonio Martín

Por Jorge

Esta sección pretende rescatar acontecimientos baloncestistas del pasado aprovechando revistas antiguas. Para recuerdo de los aficionados veteranos, pero también para conocimiento de los más jóvenes. Y en esta ocasión vamos a acordarnos de Antonio Martín, porque hace más de 25 años que se retiró, y seguro que muchos aficionados sólo saben de él porque es el actual presidente de la ACB (desde el 16 de julio de 2018).

Hubo un tiempo en el que la FIBA al estilo de la “Revista Oficial NBA” editó su propia revista mensual de baloncesto a principios de los 90 y se llamó “FIBA Basket”. Concretamente nació en el mes de diciembre de 1991, y su primer número trajo en portada (arriba a la izquierda) la desgraciada noticia de la retirada de “Magic” Johnson por ser portador del virus del SIDA.

Varios meses después, en el número de febrero de 1992 la revista incluía una entrevista con Martín, en ella se mencionaba su mayor éxito con la selección española, y por algunas de sus palabras se podía intuir que tal vez no iba a tener una carrera demasiado larga en las pistas.




Eclipsado por la mítica de su hermano, Fernando, primer jugador español en jugar en la NBA, tal vez sea eso y que se retiró pronto (29 años) lo que haga que sea infravalorada la carrera deportiva de Antonio Martín. Sin embargo, su palmarés y juego no estuvieron nada mal.

Como su hermano, sus inicios fueron en la cantera del Estudiantes donde acabaría jugando una temporada (1982-83) con el primer equipo. Luego en el Real Madrid jugaría 300 partidos en la ACB (11 temporadas) consiguiendo numerosos títulos: 5 ligas, 4 copas del Rey, una Korac, 3 recopas y una euroliga (1995). Además, vestiría la camiseta de la selección española en 62 ocasiones, destacando su elección para formar parte del mejor quinteto del europeo de 1991 (que también recordamos en esta sección de “Hemeroteca”) donde fue el mejor reboteador del torneo y España ganó la medalla de bronce.

Sirva este pequeño recuerdo de aquella revista “FIBA Basket” para reivindicar la figura baloncestista de Antonio Martín.

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sábado, 23 de abril de 2022

Lecturas de Baloncesto: “Aquellos maravillosos aros” y “Baloncesto para niños”

Por Jorge

En el día de los libros por excelencia, otra vez BA-LON-CES-TO trae un par de lecturas para animar a pasarse por una biblioteca o una librería para leer baloncesto.

- “Aquellos maravillosos aros”Xabier Sanmartín, 2020

Libro publicado tras una campaña de crowdfunding con la aportación de mecenas y colaboradores, incluye 63 breves retazos de grandes del baloncesto de los años 80/90 (con alguna escapadita a los 2000, por ejemplo con Steve Nash, y a los 70 cuando se refiere a Caldas, jugador gallego de aquella época) que se publicaron en “El Correo Gallego” más otro material inédito.

De lectura fácil por tratarse de píldoras breves, a los veteranos seguidores le servirá para recordar tiempos pasados recuperando datos perdidos, y los más jóvenes necesitarán de apoyarse en “youtube” e internet para digerir la información esquemática de cada personaje para conocer un baloncesto que no vivieron.

El autor, aficionado al horóscopo (quién lea el libro entenderá porqué lo digo), resume con vena poética llena de símiles y requiebros del lenguaje, la trayectoria de grandes jugadores nacionales e internacionales de la historia del baloncesto, haciendo muchas veces un pequeño guiño a su tierra gallega de adopción.

Al final la obra contiene un par de entrevistas, una a Blanca Millán durante su etapa en Maine, talento gallego de la canasta que emigró al baloncesto universitario y que en la actualidad trata de conseguir un hueco en el baloncesto nacional, y otra al entrenador “Piti” Hurtado para referirse a su trayectoria y sus opiniones sobre entrenadores.

Y por último, se remata con un anexo fotográfico que incluye fotografías estupendas, en su mayor parte del mítico fotógrafo Miguel Ángel Forniés, con algunos de los protagonistas reseñados en el libro, destacando algunas difíciles de encontrar como la de Díaz-Miguel entrenador al Pool Getafe, otras de Essie Hollis y Nate Davis, una de Fernando Martín atento al rebote con Charles Barkley, o la del equipo júnior español que ganó la plata en Santiago de Compostela en 1976.

El prólogo está escrito por Esteban Gómez, periodista al que recordamos los seguidores de “Cerca de las Estrellas”, por ser pareja televisiva de Ramón Trecet en ese programa de baloncesto que trajo la NBA a España a finales de los 80, y que deja una frase que puede ser un buen resumen y reclamo para el lector: “Un libro que ofrece la posibilidad de bucear en los recuerdos de personas que contribuyeron a su desarrollo es un tesoro para todos los amantes del baloncesto”.

- “Baloncesto para niños”Iván Libreros, Ediciones JC, 2018

El libro intenta la osadía de repasar brevemente la historia de la NBA (aunque se comienza con las 13 reglas originales del baloncesto y las primeras décadas de crecimiento de este nuevo deporte), citando jugadores, premios, campeones, etc., hasta 2018 (fecha de edición).

Como siempre que se dan una multitud de datos y detalles se corre el riesgo de cometer algún error, y este caso no es una excepción. A los lectores más jóvenes les costará reconocerlos, pero a los veteranos que se acerquen a este libro no tanto.

El libro repasará algunas de las rivalidades clásicas de la NBA, llevándose la palma la que protagonizaron los equipos más laureados: Celtics y Lakers que se enfrentaron en 12 finales. Y su autor se “mojará” en su breve acercamiento a los mejores jugadores de la historia.

Haciendo un recorriendo por los europeos que jugaron en la NBA es de traca que se considere a Wallace Bryant como jugador español por el hecho de haber nacido en Torrejón de Ardoz (Madrid), pero no se meta en esa lista al “madrileño” “Wally” Szczerbiak que además también fue “all star”.

También se hará un repaso breve de las competiciones continentales europeas y de algunas ligas domésticas (con mayor atención a la liga española), de las competiciones FIBA de selecciones, y del nacimiento de la WNBA. Y las últimas páginas se reservan para una especie de anexo con datos de los diferentes equipos de la NBA.

“Un libro para gigantes a partir de 9 años” se apostilla en la portada después del título, y aunque como lectura ligera por su concisión puede estar bien para a través de la afición al baloncesto meter a los pequeños en el mundo de los libros, no sé si su lenguaje sería entendible a esas edades. Tal vez podría ser más apropiado para adolescentes algo más aficionados al baloncesto.

Sea como fuere, anímense a leer baloncesto, ya sea alguno de estos libros u otros que se fueron mencionando en otras ocasiones en BA-LON-CES-TO, hoy día internacional del libro o en cualquier otra ocasión porque siempre es un buen momento para la lectura.

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sábado, 2 de octubre de 2021

Mejora tu juego (22): finta de pase y finalización

Por Jorge

Vuelve la finta a esta sección. Aprender a fintar, ya sea pases, tiros, defensa, etc., no es fácil porque su éxito depende de que al final se consiga engañar al adversario, y para eso además de hacer bien el gesto técnico, lo más importante consiste en hacerlo en el momento adecuado. Si se hace antes de tiempo o después, puede implicar que el rival deje de picar y por tanto no se consiga la ventaja deseada.

Cada vez que veo una finta bien hecha que además conlleva la consecuencia deseada, que pique el contrincante, y no digamos si encima acaba con el resultado exitoso, quedo maravillado y no dejo de ver la jugada una y otra vez.

Esta sección de mejora del juego ya incluyó en el pasado diferentes entradas referidas a la finta: la finta de tiro bajo canasta (que cada vez cuesta más verla entre los jóvenes), la finta de tiro en general, y la finta de pase (primera entrada de la sección).

Esta vez vuelven a aparecer un par de fintas de pase en situaciones de juego en movimiento al aro con distintas finalizaciones, pero en ambos casos acaban bien por ejecutarse en el momento preciso y con una velocidad gestual y técnica de primer nivel, que son una maravilla.


La primera acción la ejecuta Alicia Villegas Martín, jugadora del Baxi Ferrol de liga femenina, durante la final de la Copa Galicia de esta pretemporada (2021), con un bote fuerte al aro manteniendo el balón arriba bajo su mano (pero sin cogerlo) mientras mira a un posible pase abierto, y una vez engañada la defensa va hacia el aro para hacer una finalización con pérdida de paso.

La segunda la protagoniza Francis Alonso, jugador de Unicaja Málaga, durante el partido que disputó su equipo en la segunda jornada de la liga ACB frente a Tenerife. En su caso, va en bote al aro, y cuando va a coger el balón ralentiza su movimiento añadiendo una finta de pase abierto con su cuerpo, y engañando a la defensa hace unos pasos cortos para tener opción de finalizar al aro.

En ambos casos se demuestra una habilidad técnica notable que a buen seguro es fruto de las repeticiones de esos gestos técnicos durante los entrenamientos.

Igual que decía al principio que no es fácil aprender a ejecutar una finta, también lo es enseñarla, porque como se advertía, su éxito depende del momento perfecto de ejecución. Sin embargo el apartado técnico si es enseñable, y en el anterior vídeo esos dos ejemplos pueden servir de modelo a ver por los entrenadores y jugadores para fijarse en los detalles técnicos a tener en cuenta para su ejecución, y practicarlos en los entrenos para cuando se llegue a una situación de juego parecida poder realizar una finta y finalización similares.

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miércoles, 2 de junio de 2021

El Estudiantes volvió a catear en la pista... y en los despachos

Por Jorge

Hace casi dos semanas que terminó la temporada regular de la ACB dejando tiempo para reflexionar sobre otro curso para olvidar del Estudiantes. Ojalá para aprender, pero tantas veces se repitió esta historia en este siglo, que será difícil solucionar los errores que se fueron cometiendo de manera continuada.

¿Nadie que tenga un mínimo de responsabilidad (y quizás de decencia) que trabaje en el club será capaz de darse cuenta de que hay que volver a los orígenes?

A nadie escapa que el baloncesto de ahora nada tiene que ver con el baloncesto amateur que existía cuando nació el Club Estudiantes en 1948 y luego durante muchos años más. La profesionalización que luego fue llegando no impidió que se mantuvieran esas raíces de rebeldía y contracorriente que enganchaba al aficionado y permitía un juego divertido y valiente encabezado por sus jóvenes jugadores. ¿Queda algo de eso en el Estudiantes de hoy? Me temo que nada más que su historia, y tal vez habría que aprender de ella.

Este siglo cuenta con tres descensos (2012, 2016 y 2020) que no se consumaron por cuestiones administrativas que impidieron el ascenso de otros equipos y hasta por una pandemia que cerró el curso por la parte baja de la clasificación. Y entre lesiones, mala suerte y problemas económicos siempre hubo una justificación para esas y otras malas temporadas. Pero ya está bien.

La revista “Gigantes del Basket” planteaba al día siguiente del descenso una serie de dudas acerca de lo que supondrá esta bajada a la segunda categoría del baloncesto español, y se apuntaba a la comparecencia institucional del presidente del Estudiantes, Fernando Galindo, para ver si se resolvían entonces, y a juzgar por sus palabras, todavía se mantienen.



El máximo mandatario estudiantil apelaba a la reflexión y la necesidad de hacer cambios, pero decía que su equipo de trabajo tiene la voluntad de seguir. Entonces parece que el cambio estará en la parte deportiva que será gestionada por gente de baloncesto, algo que parece obvio en un club de baloncesto, y puede que haya sido este despropósito uno de los motivos del descenso. Pensar que un club de baloncesto profesional no tiene la estructura adecuada para competir en la élite es llamativo a esta altura de la película.

Otro motivo de este descenso parece que es la deuda económica que arrastra el club con hacienda, y que desde luego es un problema notable, pero que debería quedar compensado con los patrocinios secundarios, y sobre todo con el principal, que es una empresa notable que continuará con el club, y que quizás aporta menos de lo que se piensa, más allá del nombre.



Cualquier seguidor de Estudiantes echará en falta en las palabras de los responsables del club la autocrítica necesaria en este tipo de situación más allá de ua asunción genérica de errores que derivaron en este descenso. Y tendrá que confiar en que de puertas para dentro sean más concretos para resolverlos y solucionar unos problemas que llevaron a este equipo a fracasar una y otra vez desde hace varios lustros.

En el plano deportivo que es el que más interesa al aficionado, la mayoría (por no decir todos) de los jugadores que fueron pasando por la plantilla del Estudiantes en este siglo fueron mercenarios. Extranjeros de medio pelo que salvo alguna excepción, fueron morralla que poco mejor baloncesto tenían comparados con los jóvenes jugadores de la cantera, y éstos últimos sin embargo sólo servían para cubrir plazas y expediente sin apenas participación seria en el juego del equipo. Una lástima porque en el último partido de este curso las bajas obligaron a tirar de chavales, y dejaron detalles que demostró que debieron tener más oportunidades. Y el ascenso del equipo EBA a LEB Plata es otra señal de que la chavalería puede ayudar al primer equipo si se les da minutos de juego.

El simpatizante del Estudiantes antes tenía el orgullo de poder decir que su equipo era un equipo de cantera formado mayormente por chavales que procedían de sus categorías de base, y ver como crecían en la competición era suficiente motivo de satisfacción por encima de títulos, que incluso llegaban en alguna ocasión, o por lo menos se competía cerca de ellos. Ahora hace tiempo que ese sentimiento fue desapareciendo hasta llegar a este tiempo de retales.

Por cierto, un inciso sobre el equipo femenino del Estudiantes, y su parcela deportiva que lleva camino de repetir fórmula. En la temporada recién terminada se jugó copa y playoffs de liga femenina, todo un éxito para un equipo que había ascendido, pero repasando su plantilla, más de lo mismo, muchas jugadoras extranjeras, que en su caso sí rindieron a gran nivel, pero protagonismo mínimo de la cantera. Y tal vez se podría sacrificar competición, que al final la diferencia con los tres o cuatro grandes del baloncesto femenino será insalvable por ahora, y apostar más también por las jóvenes que llegan desde abajo, aunque aquí la “profesionalización” tantas veces reclamada para el baloncesto femenino sea un hándicap, porque el tiempo y dedicación de las jugadoras sí es profesional, pero me temo que los sueldos no (salvo para las grandes “estrellas” de la liga), y ese es un problema porque algunas jugadoras prefieren seguir jugando en liga femenina dos con menos exigencias deportivas para poder compatibilizarlo con la seguridad de otro “trabajo de verdad”.

Volviendo al equipo masculino, ahora con el descenso no debe haber excusas. Jugar una liga con menores exigencias económicas debía ser el punto de partida para apostar de una vez por la cantera tantos años abandonada, hacer una planificación adecuada desde la base, mejorando entrenadores, captando talento y formándolo para volver a ser el club de cantera que hace tiempo que dejó de ser, y que ese sea el punto de partida para afrontar el ascenso.



La historia hará difícil que desaparezca el Estudiantes, y su trabajo con el desarrollo de una cantera social de baloncesto para todos que amplía y mejora sus horizontes, pero si quiere mantenerse en la élite deportiva necesitará volver a sus orígenes para no deambular por el baloncesto profesional.

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viernes, 23 de octubre de 2020

Impaciencia en el banquillo

Por Jorge

La paciencia es una virtud, dicen, pero el baloncesto profesional no es muy virtuoso, y es que esta semana vivimos otro caso de impaciencia con el trabajo de un entrenador de baloncesto. Paco García, fue destituido en Baloncesto Fuenlabrada después de ¡sólo cinco partidos!

Algo hace pensar, y no es que quiera ser malpensado, que debía haber algún problema en ese vestuario, porque a este despido se sumó una reestructuración del cuerpo técnico y hasta la salida y entrada de jugadores.

La nota informativa que difundió el club fue muy escueta, y por supuesto, en los tiempos políticamente correctos que vivimos, nada decía más que hasta aquí hemos llegado, y si no se ganan partidos a otra cosa mariposa. No sé qué pensarán los aficionados del equipo, pero a lo mejor merecerían alguna explicación más.

Quién sabe, a lo mejor en el futuro, el entrenador dice esta boca es mía, y despotrica de algún jugador o de los gestores. Ahora toca callar y esperar que pase el tiempo para conseguir otra oportunidad y volver a un banquillo.

García llegó a Fuenlabrada el pasado mes de febrero con más de doscientos partidos en la ACB como entrenador principal (muchos más como ayudante), y con la misión de intentar apagar el fuego que por entonces había en el equipo, y que no era otro que el de tratar de salvarse del descenso. La pandemia paró la competición y aunque todavía quedaban partidos para el milagro, la situación salvó al equipo madrileño de una posible bajada de categoría.

La trayectoria de Baloncesto Fuenlabrada en ACB tuvo altibajos a lo largo de su historia, con algunos descensos y ascensos como corresponde a un club modesto que seguro que siempre manejó presupuestos ajustados, con todas las limitaciones que ello supone a la hora de fichar, jugadores y también entrenador, claro. Y siendo así, sorprende una falta de paciencia que desde luego hay que reconocer que no disimuló.

Cinco derrotas. Primero en Santiago de Compostela, clara, pero jugando bien y compitiendo al menos hasta el tercer cuarto. Luego derrota contra el Baskonia de Euroliga en casa. Después de una jornada de descanso llegó una derrota dolorosa en Fuenlabrada por un punto (81-82) frente a Estudiantes. A continuación también derrota dura por sólo cuatro puntos (81-77) en cancha de Tenerife, por entonces líder invicto. Y finalmente derrota ajustada en casa contra Manresa (100-102).

Cinco derrotas, sí, pero tres de ellas con resultados muy ajustados. Y todo esto, tengo que decir condicionado por la pandemia, porque si el apoyo de la afición para cualquier equipo es genial, el público de Fuenlabrada aprieta como ninguno, doy fe, y me atrevo a decir que en el Fernando Martín su público “suma” algunos puntos en cada partido. En otro tiempo habría alguna victoria en el casillero fuenlabreño, seguro, pero como no es así… a la calle. Una lástima, porque ya me dirán cómo puede un entrenador desarrollar su filosofía de juego con tan poco margen de tiempo. La dictadura del resultado.

Ahora a la llegada de un nuevo entrenador, Javier Juárez, se suma otro ayudante, Salva Guardia, que por cierto fue exjugador de la casa y que ejercía como director de cantera, pero que fuera de la pista sólo tiene experiencia en la gestión como director deportivo en Zaragoza y no en el banquillo. También sale Anna Montañana después de tres años como entrenadora ayudante. ¿Hablará ella de lo que pasaba en ese vestuario? Tal vez otros entrenadores podrían aprender de lo que pasó allí.



Otras veces la solución fue dar salida a algún jugador y traer a otro, como pasó aquí también, y a seguir remando sin romper una línea de trabajo, que si no obtuvo resultados hasta el momento fue por bien poco, señal de que no se estarían haciendo tan mal las cosas.

Javi Juárez, quizá esté ante una última oportunidad de engancharse en la élite. Entrenador de larga trayectoria en los banquillos, tiene poca experiencia en la ACB, de hecho, el también fue otro ejemplo de impaciencia con los entrenadores en su única temporada en la máxima categoría. Cuando entrenó en Murcia fue destituido después de una serie de derrotas en liga, pero ojo, con su equipo liderando la liguilla en la Basketball Champions League. Nada, que lo querían todo… o no sabían lo que querían.

Me pregunto si no había un candidato más cualificado para ocupar ahora el banquillo, porque la papeleta que tiene Juárez es más que complicada. Entiéndaseme, que si lo digo es porque su experiencia no invita al optimismo. Ya puestos a cambiar, ¿por qué no apostar por un entrenador más "consagrado"? Léase, Joan Plaza, por ejemplo.

Ojalá Juárez tenga más suerte esta vez, y sea capaz de reconducir al Fuenlabrada, pero ahora tendrá que establecer sus reglas de juego, de vestuario y demás, vamos, lo que viene a ser un trabajo que se hace en una pretemporada pero que tendrá que hacerlo durante la competición, así que veremos cuanto tiempo de adaptación le permiten, porque como no salgan los resultados…br />
Está claro que los plazos en los que se mueven estos equipos que pelean por salvar la categoría obligan a sus entrenadores a asumir el riesgo de trabajar en el filo, con muy poco margen, y desde luego a muy corto plazo. Y a lo mejor es ese el error, no tener paciencia.

Por cierto, si el entrenador fue el equivocado, ya puestos, ¿por qué no buscar culpables también en los gestores deportivos? Si tienen que rodar cabezas que caigan todas y no sólo la del entrenador, que la gestión implica también otros puestos, pero seguro que este fue el primer despido de un entrenador, espero equivocarme, pero no el último porque lo que pasó en Fuenlabrada es moneda demasiado común.

Sé que es una quimera imposible, pero estaría bien obligar a los clubes a respetar ciertos plazos y verse obligados a que los entrenadores puedan disponer de al menos una temporada completa para dejarles que puedan desarrollar su baloncesto, y aprender de los errores para hacer los ajustes oportunos. ¡Qué iluso! Maldita impaciencia.

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martes, 16 de junio de 2020

Fase final ACB: clásico o sorpresa

Por Jorge

La ACB comienza su fase final esta semana en Valencia para decidir su campeón de liga bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria por culpa del coronavirus.



La competición tendrá lugar entre el 17 y el 30 de junio, y en cierto modo se va a asemejar a una fase final de un campeonato internacional de selecciones, con 33 partidos en un par de semanas. Habrá dos grupos de seis equipos para jugar un partido cada dos días hasta la final.

La incertidumbre que rodea la resolución de esta competición es máxima teniendo en cuenta que a este formato novedoso se suman los meses de confinamiento y que no habrá partidos amistosos previos.

Algunos consideran que el jugador veterano que necesita más tiempo de recuperación entre partidos verá perjudicado su rendimiento, pero discrepo, porque precisamente esa experiencia es la que les permitirá dosificar sus esfuerzos. Por el lado contrario, los jugadores más jóvenes y atléticos quizás sí tengan que jugar con el freno de mano por precaución porque después de tanto tiempo parados y con las ganas de jugar que traerán todos, por buena que haya sido la preparación previa, el riesgo de lesiones musculares será grande.

Jugadores a tener en cuenta

Más allá de las grandes estrellas como Mirotic, Shermadini o Shengelia, este escaparate será una prueba de fuego para aquellos jugadores que acaban contrato y que lógicamente querrán hacerlo bien para asegurarse un buen futuro inmediato.

En el Barcelona por ejemplo están en esa situación Kevin Pangos, Ante Tomic y Kyle Kuric. En Unicaja destacan Adam Waczynski y Josh Adams. En Valencia San Emeterio, Mike Tobey y Sam Van Rossom. Con Baskonia acaban contrato Illimane Diop y Jayson Granger. Éste último viene de una grave lesión y no sé si jugará mucho, pero seguro que viene con ganas de demostrar que está bien recuperado.

Además se juntan ciertas particularidades como el final de cesión de Carlos Alocén sin que se sepa si acabará en Madrid el próximo curso o continuará cedido, y por tanto seguro que tendrá muchas ganas de hacerlo bien con el club que le vio crecer. En Zaragoza también destacó esta temporada Jonathan Barreiro, que al fin parece encontrar su hueco en la élite, pero acaba contrato.

El mejor reboteador de la temporada hasta que se suspendió era Alen Omic, y también acaba contrato con el Joventut, como Xavi Rabaseda con Gran Canaria. Otros dos jugadores a los que seguro que nos les faltarán ofertas en el futuro pero que querrán tenerlas con las mejores condiciones si juegan muy bien en Valencia.

Por último, dos veteranos como Felipe Reyes y Rafa Martínez (Bilbao) también terminan contrato y no se sabe si estaremos ante los últimos partidos de su carrera profesional, por lo que también habrá que seguir sus actuaciones con lupa. Quién sabe si tomara su relevo en el estrellato el joven Juan Núñez que viajó con el Real Madrid.



Banquillos

El formato express de la competición también pondrá en aprietos a los entrenadores, que tendrán dificultades para equilibrar la rotación de sus piezas sabiendo que no hay mucho margen de error en una competición corta en la que un partido perdido puede dejarte fuera de jugar las semifinales.

Y aquí también hay entrenadores que acaban contrato: Jaume Ponsarnau (Valencia), Dusko Ivanovic (Baskonia) y Luis Casimiro (Málaga). Tal vez de lo que hagan en Valencia dependerá su futuro, aunque hay algún entrenador como Svetislav Pesic, que si su equipo no alcanza al menos la final, por muy excepcional que sea la situación que se vivió esta temporada, puede que no se siente en el banquillo el próximo curso.

Precisamente hablando de banquillos, todo apunta a que los grandes equipos afrontan la competición con ventaja al disponer de plantillas más amplias y existir la posibilidad de cambiar convocatoria para cada partido. Además estos equipos tienen numerosos jugadores internacionales, y como dije, me parece que estos son los que tienen más experiencia a la hora de jugar una competición de estas características.

Dicho todo lo anterior y teniendo en cuenta la distribución de los equipos, todo apunta a que se clasificarán para jugar las semifinales Real Madrid y Valencia por un lado, mientras que por el otro la duda será saber quien acompañará al Barcelona, aunque me inclino por Tenerife. Y con todo esto la final parece que será el clásico.

Media plantilla de Bilbao acaba también contrato y muchos en San Pablo Burgos, equipos que pueden complicar la existencia de cualquiera en pista neutral y sin público, no lo olvidemos. Y como ellos la Penya o Andorra también. Y qué decir de Zaragoza que perdió algunos jugadores por el camino y que no tiene nada que perder en Valencia…

Esos equipos son la única ventana que se abre a la sorpresa. Equipos que en condiciones normales no tendrían muchas opciones de llegar lejos si no es en un torneo como éste, y de esta manera tienen la oportunidad de pegar un pelotazo que abra una bonita página de su historia. Y aunque dudo de que salgamos del guión normal, tal vez veamos algún zarpazo en esta competición que acabe con las opciones de los que suelen acompañar a los equipos futboleros en la parte alta de las clasificaciones.

Contexto sanitario y social

Después del comentario deportivo es imposible que no me refiera también a la situación que estamos viviendo con la pandemia del covid-19 que llevó a la ACB a este excepcional final de temporada.

No debemos olvidar que todavía fallecen personas y la desescalada contribuye a que decenas (incluso centenares) de ellas se contagien cada día. En este contexto no parece que tenga sentido que se permita la vuelta a la actividad a deportes de contacto que no pueden cumplir con las medidas de prevención que se les exige a todos los ciudadanos de a pie.

Por cierto, ¿cómo le decimos ahora a un niño que no puede jugar al fútbol o al baloncesto con sus amigos si es lo que va a ver por la televisión?

Como aficionado tengo ganas de ver el mejor baloncesto pero parece obvio que las competiciones debieron cancelarse en su momento, y esta fase final (como la vuelta del fútbol profesional) no deja de ser ahora una especie de “pan y circo” que anime a la población en la situación que estamos viviendo para olvidarse de problemas más serios como la falta de recursos de la sanidad y la educación.

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jueves, 11 de junio de 2020

Interrogantes para la vuelta del baloncesto de formación

Por Jorge

La sociedad sigue su particular desescalada camino de una normalidad en la que todavía no se atisba la vuelta del baloncesto de formación, y si ésta será posible y en qué condiciones. Mientras tanto la ACB está desembarcando en una especie de búnker sanitario en Valencia para disputar su fase final. En Alemania ya empezaron a jugar el fin de semana pasado, y la NBA también espera confinarse en Disney el mes que viene para terminar su temporada 2019-2020.

El baloncesto de formación finalizó su actividad este curso sin acabar su competición debido a la crisis sanitaria originada por el coronavirus, y mientras los entrenadores y jugadores estamos como locos por volver a entrenar y jugar, no queda claro cuál será la situación para volver la próxima temporada, con a mi juicio más interrogantes que certezas.

El baloncesto escolar, de barrio y de clubes modestos en el que se hace una encomiable labor para fomentar los hábitos saludables y formativos del deporte no dispone ni de lejos de los medios que tienen las grandes competiciones profesionales para entrenar y disputar sus partidos. Y si algunos especialistas manejan que muchos clubes deportivos de élite tendrán dificultades para continuar con su actividad la próxima temporada o tendrán que hacerlo en peores condiciones por los problemas económicos derivados del final abrupto de la temporada, ¿qué pasará con la actividad de los clubes de barrio y los colegios?

La “nueva normalidad” exigirá a los centros de enseñanza contar con medidas de desinfección, prevención y acondicionamiento que permitan la vuelta al curso escolar en septiembre. Y también se tendrán que adoptar medidas organizativas que eviten aglomeraciones y mantengan la distancia de seguridad entre personas. Y si algunos centros no pudieron asumir esas medidas para terminar el curso actual, ¿qué pasará con los modestos clubes de baloncesto? ¿Subirán las cuotas para asumir el gasto de material de limpieza y desinfección?

Muchos clubes empezaron a difundir información para facilitar la inscripción de jugadores para la próxima temporada. Incluso algunos pretenden desarrollar sus campus de verano pero haciendo uso de una serie de medidas que garanticen la seguridad sanitaria. Entre éstas se encuentra que el personal se realizará test PCR, pero no se informa de que esos mismos test se los tengan que realizar los niños y jóvenes que acudan a tales campamentos. ¿Será que ellos pueden ser contagiados pero que no puedan contagiar? Curioso.

Volviendo a la fase final de la liga ACB, Fran Vázquez, jugador del equipo de Zaragoza renunció a jugarla, aunque la competición se desarrollará bajo estrictos protocolos sanitarios. Los mismos que siguieron durante la vuelta a los entrenamientos, aunque no se pudo evitar algún positivo.

Si un jugador profesional tiene dudas y cierto temor por el coronavirus que le llevan a no jugar, si la posibilidad de que se produzca un positivo existe en el baloncesto profesional pese a disponer de notables recursos, ¿qué dudas no tendrán las familias de los jóvenes deportistas de base para que vuelvan a la actividad deportiva sin esos medios?

Recientemente en un reportaje sobre cómo serán los espacios escolares para el próximo curso se citaba que el protocolo que se aplicará en Francia indica que la actividad física quedará reducida a la de baja intensidad, de carácter individual y siempre al aire libre. Y en el patio estará prohibido jugar a la pelota.

Todavía no se sabe cómo será la vuelta al colegio en España, pero todo apunta a que los gimnasios serán espacios reconvertidos en aulas para poder reducir el número de alumnos por clase y garantizar el distanciamiento de seguridad.

Si no se puede jugar en el patio o si los gimnasios se utilizan como aulas, ¿cómo podrá volver el baloncesto a los colegios?

Las grandes ligas profesionales van a jugar con sus equipos confinados en sedes únicas para terminar esta temporada. ¿Podría jugar así el baloncesto de formación? Parece obvio que no, y los equipos se tendrían que desplazar como siempre entre municipios de una misma provincia o de diferentes comunidades autónomas. ¿Puede comenzar una nueva temporada sin saber si habrá un rebrote del virus que vuelva a reducir la movilidad? ¿Habrá capacidad para adaptar fechas si se produce una interrupción de la competición? ¿Podrían sobrellevar los clubes modestos otra temporada inacabada? ¿No sería mejor esperar a que se resuelva la situación antes de empezar la competición?

Está claro que no podemos estar confinados eternamente, pero para evitar los contagios, que por cierto, son más frecuentes en ambientes cerrados o con mucha gente (condiciones que se viven en el baloncesto de formación también) habrá que tomar medidas preventivas y hasta ahora estas son según recomiendan las autoridades sanitarias: distanciamiento entre personas, uso de mascarillas, higiene frecuente de manos, limpieza y desinfección (en ese orden). ¿Cómo se pueden jugar partidos de baloncesto siguiendo esas medidas de prevención?

Por cierto, llamará la atención en la vuelta a la competición de los equipos profesionales ver, por incongruente con las medidas de prevención, al personal de la mesa de anotadores con mascarillas o dentro de una especie de mampara anticontagio (como en el siguiente vídeo de un partido en Alemania) , jugadores de banquillo separados con distancia de seguridad o de los jugadores con el entrenador durante los tiempos muertos… pero luego los jugadores se pegarán de lo lindo durante el juego como no puede ser de otra manera cuando se juega a un deporte de contacto como el baloncesto.



En cuanto a la evolución de esta pandemia tampoco hay que olvidar que se sabe todavía muy poco del coronavirus, y existe la posibilidad de una segunda oleada que obligaría a volver a medidas de confinamiento más o menos severas para evitar de nuevo el colapso del sistema sanitario. Y no olvidemos que a este virus se sumaría el de la gripe común que ya produce en determinadas épocas la saturación de las urgencias hospitalarias.

Con todos los condicionantes que supone el coronavirus para el baloncesto y teniendo en cuenta las dificultades e incertidumbres que atravesaron las ligas profesionales para terminar la actual temporada pese a los recursos y medios de que dispone ese baloncesto, no tengo ninguna duda (ojalá me equivoque) de que el baloncesto de base tendrá muy difícil volver a la actividad (más allá de entrenamientos de técnica individual que buena falta hacen) y mucho menos a competir, pese al optimismo que mostró Pau Gasol hace algunas semanas.



En cualquier caso habrá que ver cómo evoluciona el curso 2020-2021, pero si epidemiólogos y especialistas en la lucha contra el coronavirus muestran cautela sobre su comportamiento social más inmediato, tal vez convendría tener paciencia, sobre todo por lo que se refiere a las competiciones, y esperar a que se resuelva la situación con la llegada de un tratamiento eficaz y una vacuna que permita volver al baloncesto de formación tal y como lo conocemos.

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jueves, 2 de abril de 2020

Juegos de baloncesto para los aficionados

Por Jorge

El confinamiento casero por la pandemia del coronavirus tiene como consecuencia pasar mucho tiempo (más todavía) navegando por internet, y particularmente, en las redes sociales, y los aficionados al baloncesto no somos una excepción. La semana pasada circuló por twitter un par de cadenas de mensajes que tenían como reclamo que cada aficionado dijera cual era su quinteto favorito de la liga ACB de los 80, y otra por la que se pedía nombrar a los cuatro jugadores que más te habían impactado.

No pude resistirme a contestar, aunque poco acostumbrado a estos juegos lo hice rápido y sin apenas pensar sobre ello nombrando los primeros nombres que me vinieron a la mente. Y lo cierto es que viendo luego las respuestas de cientos de aficionados, me di cuenta de que realmente se podían hacer no uno ni dos quintetos, sino hasta una docena, y por supuesto si hablamos de jugadores de impacto luego me salían casi una centena.



Aprovechando el efecto balsámico del juego en estos tiempos de encierro obligado por las circunstancias, voy a volver a responder otra vez a esos “retos virales”, pero esta vez permitiéndome la licencia de explayarme con algunos detalles sobre mis elecciones.

#QuintentoACBdeLos80

Aquí conviene aclarar que la ACB (Asociación de Clubes de Baloncesto) nació en septiembre de 1983, pero los aficionados más veteranos ya veíamos baloncesto antes, aunque poco teniendo en cuenta la oferta que existía entonces y que no era otra si no recuerdo mal, un partido de liga el fin de semana y el partido de Copa de Europa del Madrid entre semana.

Para jugar en este caso habría que tener cierta edad si se quiere opinar con fundamento, aunque gracias a Youtube, y ahora también a Teledeporte que está desempolvando su archivo durante esta reclusión, se pueden ver muchos partidos de aquella época, y así se tenga la edad que se tenga, se pueden atrever los más jóvenes a emitir su veredicto.

En mi caso el quinteto que marcó mi afición al baloncesto fue el que jugó (y perdió para desconsuelo mío) la final de la Copa de Europa de 1985 contra la Cibona de Zagreb de los hermanos Petrovic, y estaba formado por Juan Antonio Corbalán, Juanma López Iturriaga, Brian Jackson, Wayne Robinson y Fernando Martín.



Por supuesto vi baloncesto antes de la creación de la ACB, y como no, recuerdo al Barcelona de Antoni Serra con Juan Antonio San Epifanio (Epi), Chicho Sibilio, Nacho Solozábal… que luego se las tendría tiesas (llegando a veces a las manos) con el Madrid, y especialmente a la selección española que jugó el Eurobasket de Nantes (1983) que luego sería la base del equipo que conquistó la plata olímpica de Los Ángeles 1984.

Y así podría hacer otro quinteto ochentero con José María Margall (menuda muñeca la suya), Chicho Sibilio (pura elegancia en su juego), David Russell (siempre en el recuerdo con sus mates), Andrés Jiménez al que imitaba en su rutina de tiros libres botando con la izquierda antes de tirar, y el mismo Solozábal como base cerebral de efectivo tiro, por poner sólo otro ejemplo.

4 jugadores que me impactaron

Sin lugar a dudas los jugadores que elegí para responder a este reto virtual me influyeron claramente, pero haciendo trampas, ahora haré una clasificación particular que haga que pueda ampliar ese número de jugadores.

- Afición a la NBA

La lista de jugadores de esta liga que me dejaron (y me dejan) huella podría ser centenaria por multitud de motivos en cada caso. Así si me atengo al partido decisivo para mi afición al baloncesto NBA, aunque ya vi antes otros gracias al pionero español Fernando Martín que jugó en Portland, y que no fue otro que el sexto partido de las finales de 1987 que enfrentó a Celtics y Lakers, y que se decantó (y con ello mi afición por el equipo angelino) del lado del equipo de “Magic” Johnson.

Prácticamente todos los jugadores importantes de esos dos equipos me influyeron en la medida de que a partir de entonces no dejé de buscar información sobre ellos a través de revistas y viendo más partidos. Pero si tuviera que elegir un cuarteto estarían a la cabeza “Magic” Johnson y Larry Bird. El primero por quedar alucinado al ver a un tipo de mas de dos metros jugando de base, y el segundo por alucinarme también que un tipo tan poco atlético destacara en aquel baloncesto.

Y a esa pareja tendría que sumar a Kareem Abdul-Jabbar y Robert Parish. El primero por esa combinación peculiar entre su look (cabeza afeitada y gafas protectoras) y ese tiro en gancho, el “skyhook”, que luego me dediqué a imitar, por supuesto sin su elegancia y efectividad, como seña distintiva de mi juego. Y el segundo también por su gesto hierático imperturbable, y el número que lucía a la espalda, y es que para los aficionados ver a jugadores que llevaban números más allá del 4 al 15 que se veía en el baloncesto europeo, eran una novedad, pero ¡el doble cero! era lo más de los más.

- NBA de los 80

Estableciendo una nueva categoría de la que sacar a los cuatro jugadores mencionados, que por supuesto me marcaron en esta década, abro el abanico a otros cuatro que durante este periodo me impactaron en cuanto a que estaba pendiente de ellos influyendo en mi juego aumentando mi afición.

Anthony “Spud” Webb. Este jugador me impactó antes de verle jugar. Como joven aficionado le descubrí a través de un poster que tenía un conocido con el que fui a jugar en una ocasión, enterándome entonces de que había ganado el concurso de mates de la NBA midiendo sólo 1´70. Como podréis imaginar ver esa imagen y escuchar aquello hizo que estuviera pendiente de cualquier detalle que me llegara de “Spud”.



Isiah Thomas. El conocimiento sobre este jugador me llegó después de las finales de 1987 mencionadas, y el impacto fue brutal después de verle a él en acción en las que protagonizó también contra los Lakers en 1988. Su actuación en el tercer cuarto del sexto partido, lesionado en un tobillo y haciendo tiros a una pierna, me pareció la mejor exhibición individual que había visto hasta entonces en mi vida.



Charles Barkley. Nuevamente el impacto de un jugador por su condición física y su tamaño que llamaba la atención porque era uno de los mejores reboteadores de la liga, sino el mejor (máximo reboteador en la temporada 1986-87). Ahora que se habla mucho de Zion Williamson, Barkley fue su versión anterior.



Michael Jordan. Si bien la mayoría lo conocimos gracias a los juegos olímpicos de Los Ángeles (1984) al jugar contra la selección española, su impacto se produjo durante esta década al llegar a las pantallas de televisión españolas desde ese baloncesto estelar de la NBA. Esa elegancia atlética y técnica nos enamoró a todos. Y recuerdo con gran agrado sus duelos anotadores con Dominique Wilkins, otro clásico de aquella época.



- NBA desde los 90 hasta hoy en día

Dennis Rodman. ¿A quién no le gustaría hacer lo que le da la gana alguna vez en su vida? Pues esa era la sensación que tenía con “El gusano”, que hacía lo que le daba la gana… jugando extraordinariamente al baloncesto. Y es que muchos se quedaban, como no podía ser de otro modo, con sus extravagancias, pero lo cierto es que era un profesional que reboteaba como nadie (posiblemente el mejor reboteador de la historia), defendía a cualquiera (incluso a pívots más grandes y pesados que él como Mourning y O´Neal), y además pasaba muy bien la pelota.



Scottie Pippen. La mayoría era de Jordan, como no serlo, pero a mí me gustaron siempre los segundos espadas, y desde que Pip llegó a la liga siempre le seguí y le defendí frente a los que le acusaban de ser un paquete que destacaba por estar junto al mejor jugador de la historia en esos momentos. Para mi gusto puede que sea el mejor defensor exterior de la historia del baloncesto.



Shaquille O´Neal. Me llamó la atención cuando sin haberle visto jugar nunca, en una revista (“Gigantes” o la oficial de la NBA, no recuerdo) descubrí que le daban un peso de 136 kilos, y sin embargo luego le veías moverse con una gracilidad impropia de un jugador de su tamaño. El dominio de la pelota que tenía y su habilidad para el pase demostraron que su juego iba más allá de machacar el aro una y otra vez, y cargarse alguna canasta que otra…



Jason “chocolate blanco” Williams. Su juego altruista como pasador creativo supuso un aire fresco para la liga como representante del baloncesto dinámico y divertido de los Sacramento Kings. Imposible no caer rendido a sus habilidades.



- 4 Jugadores nacionales de la ACB

Alberto Herreros. Un tirador excelso desde sus inicios en el Estudiantes que tiene récord de triples totales de la liga, que fue máximo anotador con la selección española en un mundial y un europeo, y que se retiró con un triple ganador en su último partido con el Real Madrid. Para alguien a quien le gusta tirar, cómo no iba a influirme hasta el punto de que es al único jugador al que le pedí una foto… una vez retirado.



Jordi Villacampa. Potencia para entrar al aro y tiro de media y larga distancia con un físico envidiable en su época. Tiene el récord de puntos en un partido con la selección española (48). Y es todo un símbolo para los seguidores de la Penya. Compartir nombre llevaba a mis amigos a llamarme cariñosamente Jordi por él.



Juan Carlos Navarro. ¿Hace falta que diga algo de este extraordinario jugador? Sirva de ejemplo el vídeo que dejo con su actuación estelar en la fase final del europeo de 2011 en el que España ganó el oro y él fue elegido mejor jugador del torneo. Con la apariencia de un tipo corriente dejo exhibiciones una tras otra jugando con el Barcelona.



Raúl López. Líder (junto a Navarro) de la selección española que ganó el mundial junior de 1999, me volvió loco en su etapa en el Joventut, lástima que haya pocos vídeos de entonces, y por supuesto luego desarrollo una gran carrera que habría sido mejor de no tener varias lesiones graves.



- 4 jugadores extranjeros de la ACB

John Pinone. ¿Cómo podía jugar un tipo orondo en el baloncesto profesional? Muy fácil, porque era muy listo. Americano de otra época, cuando algunos extranjeros llegaban para quedarse y ser pieza fundamental sin ser propiamente la estrella del equipo.



Kenny Simpson. Quizá sorprenda la inclusión de este jugador, pero fue el mejor físico defensivo que vi en su momento, finales de los 80. Pura fibra de brazos alargados que tuvo dos versiones muy distintas en el baloncesto español, una primera en el Barcelona como jugador especialista, y luego en Manresa como un anotador compulsivo.


Oscar Schmidt. Sólo jugó dos temporadas en la ACB y ya bastante veterano, pero lo suficiente como para traer a una leyenda del baloncesto a este cuarteto. Algunas de sus exhibiciones triplistas con el mítico Forum de Valladolid se quedaron grabadas en nuestro recuerdo, como cuando batió el récord de triples en un partido (11) que perduró hasta que fue superado veinte años después.



Mike Anderson. Podría haber puesto aquí a otros bases pequeños que jugaron en la liga sobre todo en los 90 con un perfil similar como Andre Turner o incluso Elmer Bennet, pero a mí me encantaba verle jugar tanto en el Madrid como luego en Sevilla y Murcia.



- 4 Jugadores del baloncesto europeo

Vladimir Tkachenko. Imaginen a un joven aficionado que de repente ve a un jugadore gigante de ¡2,20 metros! con esa pinta de ogro, ¿cómo no quedar impactado? Y no es que le viéramos jugar mucho, la primera vez en mi caso probablemente sería en la final del mundial de Colombia de 1982 en la que la URSS ganó a Estados Unidos, pero la mítica de ese personaje nos ganó a muchos, y luego lo seguimos como pudimos…



Dino Meneghin. Los duelos italo-españoles de los ochenta (los más viejos los vivieron también en los 70) tuvieron a este pívot rocoso con gesto de mamporrero mafioso como protagonista al que todos recordamos, más por sus bloqueos y dureza que por su juego del que seguro que mejoraría nuestra opinión si repasamos ahora la videoteca. Luego además la longevidad de su carrera llevó a que le siguiéramos viendo triunfar en Europa avanzados los 80 con un par de títulos europeos compartiendo equipo con otro jugador impactante: Bob McAdoo.



Drazen Petrovic. Te podía caer mal (cuando jugaba en el rival) o bien (si jugaba en tu equipo), pero ningún aficionado ochentero puede negar el impacto de su juego… y su comportamiento en el baloncesto europeo. Una técnica magnífica al igual que una educación deportiva discutible, todos repasábamos su historia en las revistas de baloncesto. Particularmente quedé alucinado al conocer como en su etapa de estudiante tenía las llaves del pabellón de su pueblo para ir a encestar 500 tiros antes de ir a clase.

Arvydas Sabonis. Un jugador de los ochenta que se adelantó a su tiempo. Unión de físico y técnica dentro de un carácter reservado al que daba gusto verle jugar… antes y después de lesionarse gravemente. Los aficionados podríamos hacer un listado de decena de recuerdos del para muchos el mejor pívot de la historia del baloncesto europeo. Aquel tablero roto en un torneo de Navidad del Madrid, su bronca con Petrovic en una final de Copa de Europa, la multitud de títulos que atesoró en el viejo continente, pero sobre todo su juego, esa facilidad para el pase, su habilidad para anotar de fuera pero también en la pintura, su intimidación…



Estas listas de cuartetos extraordinarios que influyeron en mi afición podría crecer porque alguno se preguntará, ¿cómo puede ser que le impactara Hakeem Olajuwon? Por supuesto, como John Stockton, Karl Malone, Pat Ewing… Por no hablar que no cite a dos leyendas como Pau Gasol y Kobe Bryant a los que lógicamente les debo buena parte de mi disfrute como aficionado. Y qué decir de jugadores históricos de la NBA a los que no vi jugar o sólo en reportajes y algún partido esporádicos pero sobre los que luego investigué como Jerry West, Wilt Chamberlain, Bill Russell, Bob Cousy, Julius Erving…

Entre los jugadores nacionales no mencioné debilidades personales como Berni Rodríguez, José Antonio Montero, “Chichi” Creus (increíble final de carrera en Manresa) o entre los europeos a toda la pléyade de jugadores como el italiano Walter Magnifico, los griegos Nikos Galis y Panagiotis Giannákis, los lituanos Rimas Kurtinaitis o Šarūnas Jasikevičius, los balcánicos Toni Kukoc, Dino Radja y Dejan Bodiroga, y qué decir de un trío de jugadores argentinos de la generación dorada como Pablo Prigioni (capaz de ganar el MVP de una final de Copa anotando sólo 3 puntos), Andrés Nocioni y Luis Scola (enamorado de sus bailes al poste bajo), y jugadores internacionales como el gran Manu Ginóbili, o el alemán Dirk Nowitzki del que recuerdo su exhibición en la lucha por el bronce del Eurobasket de 2001, que por suerte no bastó para derrotar a la selección española.



Y para los que echen de menos a jugadores actuales, pues qué decir del gusto de ver en acción en la NBA al cuarteto formado por Joel Embiid, Trae Young, Luka Doncic y Donovan Mitchell, por citar a cuatro jóvenes, y James Harden, Kevin Durant, Stephen Curry y Klay Thompson por nombrar a cuatro veteranos. Y en Europa es un placer ver en acción todavía a los jugones de Dario Brizuela y Jaime Fernández, a Sergio Rodríguez, y a Bojan Dubljević al poste bajo, por citar sólo algunos ejemplos. Y por cerrar no puedo dejar de nombrar también a Ricky Rubio que sigue maravillándome ahora como lo hizo cuando empezó como profesional con 14 años en la ACB, una vez que ya le había visto jugar antes en la primera minicopa (2004).



En fin, como habrá visto el lector, es muy difícil para un aficionado quedarse con sólo cuatro jugadores, y si alguna vez somos tan categóricos como para limitarnos, no se confundan, porque un día diremos unos y otro día diremos otros... Hagan la prueba y comenten si quiere. Ah, y perdonen que aquí no acaba todo, porque el lagunero también jugará próximamente a nombrar sus quintetos y jugadores más impactantes de los Lakers.

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