Por Jorge
No pude resistirme a contestar, aunque poco acostumbrado a estos juegos lo hice rápido y sin apenas pensar sobre ello nombrando los primeros nombres que me vinieron a la mente. Y lo cierto es que viendo luego las respuestas de cientos de aficionados, me di cuenta de que realmente se podían hacer no uno ni dos quintetos, sino hasta una docena, y por supuesto si hablamos de jugadores de impacto luego me salían casi una centena.
Mi #QuintetoACBdeLos80 sería: Corbalán, Iturriaga, Epi, Wayne Robinson y Pinone... pero podría hacer unos cuantos más. #Baloncesto— Jorge #11 (@alerotirador) March 26, 2020
Aprovechando el efecto balsámico del juego en estos tiempos de encierro obligado por las circunstancias, voy a volver a responder otra vez a esos “retos virales”, pero esta vez permitiéndome la licencia de explayarme con algunos detalles sobre mis elecciones.
#QuintentoACBdeLos80
Aquí conviene aclarar que la ACB (Asociación de Clubes de Baloncesto) nació en septiembre de 1983, pero los aficionados más veteranos ya veíamos baloncesto antes, aunque poco teniendo en cuenta la oferta que existía entonces y que no era otra si no recuerdo mal, un partido de liga el fin de semana y el partido de Copa de Europa del Madrid entre semana.
Para jugar en este caso habría que tener cierta edad si se quiere opinar con fundamento, aunque gracias a Youtube, y ahora también a Teledeporte que está desempolvando su archivo durante esta reclusión, se pueden ver muchos partidos de aquella época, y así se tenga la edad que se tenga, se pueden atrever los más jóvenes a emitir su veredicto.
En mi caso el quinteto que marcó mi afición al baloncesto fue el que jugó (y perdió para desconsuelo mío) la final de la Copa de Europa de 1985 contra la Cibona de Zagreb de los hermanos Petrovic, y estaba formado por Juan Antonio Corbalán, Juanma López Iturriaga, Brian Jackson, Wayne Robinson y Fernando Martín.
Por supuesto vi baloncesto antes de la creación de la ACB, y como no, recuerdo al Barcelona de Antoni Serra con Juan Antonio San Epifanio (Epi), Chicho Sibilio, Nacho Solozábal… que luego se las tendría tiesas (llegando a veces a las manos) con el Madrid, y especialmente a la selección española que jugó el Eurobasket de Nantes (1983) que luego sería la base del equipo que conquistó la plata olímpica de Los Ángeles 1984.
Y así podría hacer otro quinteto ochentero con José María Margall (menuda muñeca la suya), Chicho Sibilio (pura elegancia en su juego), David Russell (siempre en el recuerdo con sus mates), Andrés Jiménez al que imitaba en su rutina de tiros libres botando con la izquierda antes de tirar, y el mismo Solozábal como base cerebral de efectivo tiro, por poner sólo otro ejemplo.
4 jugadores que me impactaron
Sin lugar a dudas los jugadores que elegí para responder a este reto virtual me influyeron claramente, pero haciendo trampas, ahora haré una clasificación particular que haga que pueda ampliar ese número de jugadores.
- Afición a la NBA
La lista de jugadores de esta liga que me dejaron (y me dejan) huella podría ser centenaria por multitud de motivos en cada caso. Así si me atengo al partido decisivo para mi afición al baloncesto NBA, aunque ya vi antes otros gracias al pionero español Fernando Martín que jugó en Portland, y que no fue otro que el sexto partido de las finales de 1987 que enfrentó a Celtics y Lakers, y que se decantó (y con ello mi afición por el equipo angelino) del lado del equipo de “Magic” Johnson.
Prácticamente todos los jugadores importantes de esos dos equipos me influyeron en la medida de que a partir de entonces no dejé de buscar información sobre ellos a través de revistas y viendo más partidos. Pero si tuviera que elegir un cuarteto estarían a la cabeza “Magic” Johnson y Larry Bird. El primero por quedar alucinado al ver a un tipo de mas de dos metros jugando de base, y el segundo por alucinarme también que un tipo tan poco atlético destacara en aquel baloncesto.
Y a esa pareja tendría que sumar a Kareem Abdul-Jabbar y Robert Parish. El primero por esa combinación peculiar entre su look (cabeza afeitada y gafas protectoras) y ese tiro en gancho, el “skyhook”, que luego me dediqué a imitar, por supuesto sin su elegancia y efectividad, como seña distintiva de mi juego. Y el segundo también por su gesto hierático imperturbable, y el número que lucía a la espalda, y es que para los aficionados ver a jugadores que llevaban números más allá del 4 al 15 que se veía en el baloncesto europeo, eran una novedad, pero ¡el doble cero! era lo más de los más.
- NBA de los 80
Estableciendo una nueva categoría de la que sacar a los cuatro jugadores mencionados, que por supuesto me marcaron en esta década, abro el abanico a otros cuatro que durante este periodo me impactaron en cuanto a que estaba pendiente de ellos influyendo en mi juego aumentando mi afición.
Anthony “Spud” Webb. Este jugador me impactó antes de verle jugar. Como joven aficionado le descubrí a través de un poster que tenía un conocido con el que fui a jugar en una ocasión, enterándome entonces de que había ganado el concurso de mates de la NBA midiendo sólo 1´70. Como podréis imaginar ver esa imagen y escuchar aquello hizo que estuviera pendiente de cualquier detalle que me llegara de “Spud”.
Isiah Thomas. El conocimiento sobre este jugador me llegó después de las finales de 1987 mencionadas, y el impacto fue brutal después de verle a él en acción en las que protagonizó también contra los Lakers en 1988. Su actuación en el tercer cuarto del sexto partido, lesionado en un tobillo y haciendo tiros a una pierna, me pareció la mejor exhibición individual que había visto hasta entonces en mi vida.
Charles Barkley. Nuevamente el impacto de un jugador por su condición física y su tamaño que llamaba la atención porque era uno de los mejores reboteadores de la liga, sino el mejor (máximo reboteador en la temporada 1986-87). Ahora que se habla mucho de Zion Williamson, Barkley fue su versión anterior.
Michael Jordan. Si bien la mayoría lo conocimos gracias a los juegos olímpicos de Los Ángeles (1984) al jugar contra la selección española, su impacto se produjo durante esta década al llegar a las pantallas de televisión españolas desde ese baloncesto estelar de la NBA. Esa elegancia atlética y técnica nos enamoró a todos. Y recuerdo con gran agrado sus duelos anotadores con Dominique Wilkins, otro clásico de aquella época.
- NBA desde los 90 hasta hoy en día
Dennis Rodman. ¿A quién no le gustaría hacer lo que le da la gana alguna vez en su vida? Pues esa era la sensación que tenía con “El gusano”, que hacía lo que le daba la gana… jugando extraordinariamente al baloncesto. Y es que muchos se quedaban, como no podía ser de otro modo, con sus extravagancias, pero lo cierto es que era un profesional que reboteaba como nadie (posiblemente el mejor reboteador de la historia), defendía a cualquiera (incluso a pívots más grandes y pesados que él como Mourning y O´Neal), y además pasaba muy bien la pelota.
Scottie Pippen. La mayoría era de Jordan, como no serlo, pero a mí me gustaron siempre los segundos espadas, y desde que Pip llegó a la liga siempre le seguí y le defendí frente a los que le acusaban de ser un paquete que destacaba por estar junto al mejor jugador de la historia en esos momentos. Para mi gusto puede que sea el mejor defensor exterior de la historia del baloncesto.
Shaquille O´Neal. Me llamó la atención cuando sin haberle visto jugar nunca, en una revista (“Gigantes” o la oficial de la NBA, no recuerdo) descubrí que le daban un peso de 136 kilos, y sin embargo luego le veías moverse con una gracilidad impropia de un jugador de su tamaño. El dominio de la pelota que tenía y su habilidad para el pase demostraron que su juego iba más allá de machacar el aro una y otra vez, y cargarse alguna canasta que otra…
Jason “chocolate blanco” Williams. Su juego altruista como pasador creativo supuso un aire fresco para la liga como representante del baloncesto dinámico y divertido de los Sacramento Kings. Imposible no caer rendido a sus habilidades.
- 4 Jugadores nacionales de la ACB
Alberto Herreros. Un tirador excelso desde sus inicios en el Estudiantes que tiene récord de triples totales de la liga, que fue máximo anotador con la selección española en un mundial y un europeo, y que se retiró con un triple ganador en su último partido con el Real Madrid. Para alguien a quien le gusta tirar, cómo no iba a influirme hasta el punto de que es al único jugador al que le pedí una foto… una vez retirado.
Jordi Villacampa. Potencia para entrar al aro y tiro de media y larga distancia con un físico envidiable en su época. Tiene el récord de puntos en un partido con la selección española (48). Y es todo un símbolo para los seguidores de la Penya. Compartir nombre llevaba a mis amigos a llamarme cariñosamente Jordi por él.
Juan Carlos Navarro. ¿Hace falta que diga algo de este extraordinario jugador? Sirva de ejemplo el vídeo que dejo con su actuación estelar en la fase final del europeo de 2011 en el que España ganó el oro y él fue elegido mejor jugador del torneo. Con la apariencia de un tipo corriente dejo exhibiciones una tras otra jugando con el Barcelona.
Raúl López. Líder (junto a Navarro) de la selección española que ganó el mundial junior de 1999, me volvió loco en su etapa en el Joventut, lástima que haya pocos vídeos de entonces, y por supuesto luego desarrollo una gran carrera que habría sido mejor de no tener varias lesiones graves.
- 4 jugadores extranjeros de la ACB
John Pinone. ¿Cómo podía jugar un tipo orondo en el baloncesto profesional? Muy fácil, porque era muy listo. Americano de otra época, cuando algunos extranjeros llegaban para quedarse y ser pieza fundamental sin ser propiamente la estrella del equipo.
Kenny Simpson. Quizá sorprenda la inclusión de este jugador, pero fue el mejor físico defensivo que vi en su momento, finales de los 80. Pura fibra de brazos alargados que tuvo dos versiones muy distintas en el baloncesto español, una primera en el Barcelona como jugador especialista, y luego en Manresa como un anotador compulsivo.
Oscar Schmidt. Sólo jugó dos temporadas en la ACB y ya bastante veterano, pero lo suficiente como para traer a una leyenda del baloncesto a este cuarteto. Algunas de sus exhibiciones triplistas con el mítico Forum de Valladolid se quedaron grabadas en nuestro recuerdo, como cuando batió el récord de triples en un partido (11) que perduró hasta que fue superado veinte años después.
Mike Anderson. Podría haber puesto aquí a otros bases pequeños que jugaron en la liga sobre todo en los 90 con un perfil similar como Andre Turner o incluso Elmer Bennet, pero a mí me encantaba verle jugar tanto en el Madrid como luego en Sevilla y Murcia.
- 4 Jugadores del baloncesto europeo
Vladimir Tkachenko. Imaginen a un joven aficionado que de repente ve a un jugadore gigante de ¡2,20 metros! con esa pinta de ogro, ¿cómo no quedar impactado? Y no es que le viéramos jugar mucho, la primera vez en mi caso probablemente sería en la final del mundial de Colombia de 1982 en la que la URSS ganó a Estados Unidos, pero la mítica de ese personaje nos ganó a muchos, y luego lo seguimos como pudimos…
Dino Meneghin. Los duelos italo-españoles de los ochenta (los más viejos los vivieron también en los 70) tuvieron a este pívot rocoso con gesto de mamporrero mafioso como protagonista al que todos recordamos, más por sus bloqueos y dureza que por su juego del que seguro que mejoraría nuestra opinión si repasamos ahora la videoteca. Luego además la longevidad de su carrera llevó a que le siguiéramos viendo triunfar en Europa avanzados los 80 con un par de títulos europeos compartiendo equipo con otro jugador impactante: Bob McAdoo.
Drazen Petrovic. Te podía caer mal (cuando jugaba en el rival) o bien (si jugaba en tu equipo), pero ningún aficionado ochentero puede negar el impacto de su juego… y su comportamiento en el baloncesto europeo. Una técnica magnífica al igual que una educación deportiva discutible, todos repasábamos su historia en las revistas de baloncesto. Particularmente quedé alucinado al conocer como en su etapa de estudiante tenía las llaves del pabellón de su pueblo para ir a encestar 500 tiros antes de ir a clase.
Arvydas Sabonis. Un jugador de los ochenta que se adelantó a su tiempo. Unión de físico y técnica dentro de un carácter reservado al que daba gusto verle jugar… antes y después de lesionarse gravemente. Los aficionados podríamos hacer un listado de decena de recuerdos del para muchos el mejor pívot de la historia del baloncesto europeo. Aquel tablero roto en un torneo de Navidad del Madrid, su bronca con Petrovic en una final de Copa de Europa, la multitud de títulos que atesoró en el viejo continente, pero sobre todo su juego, esa facilidad para el pase, su habilidad para anotar de fuera pero también en la pintura, su intimidación…
Estas listas de cuartetos extraordinarios que influyeron en mi afición podría crecer porque alguno se preguntará, ¿cómo puede ser que le impactara Hakeem Olajuwon? Por supuesto, como John Stockton, Karl Malone, Pat Ewing… Por no hablar que no cite a dos leyendas como Pau Gasol y Kobe Bryant a los que lógicamente les debo buena parte de mi disfrute como aficionado. Y qué decir de jugadores históricos de la NBA a los que no vi jugar o sólo en reportajes y algún partido esporádicos pero sobre los que luego investigué como Jerry West, Wilt Chamberlain, Bill Russell, Bob Cousy, Julius Erving…
Entre los jugadores nacionales no mencioné debilidades personales como Berni Rodríguez, José Antonio Montero, “Chichi” Creus (increíble final de carrera en Manresa) o entre los europeos a toda la pléyade de jugadores como el italiano Walter Magnifico, los griegos Nikos Galis y Panagiotis Giannákis, los lituanos Rimas Kurtinaitis o Šarūnas Jasikevičius, los balcánicos Toni Kukoc, Dino Radja y Dejan Bodiroga, y qué decir de un trío de jugadores argentinos de la generación dorada como Pablo Prigioni (capaz de ganar el MVP de una final de Copa anotando sólo 3 puntos), Andrés Nocioni y Luis Scola (enamorado de sus bailes al poste bajo), y jugadores internacionales como el gran Manu Ginóbili, o el alemán Dirk Nowitzki del que recuerdo su exhibición en la lucha por el bronce del Eurobasket de 2001, que por suerte no bastó para derrotar a la selección española.
Y para los que echen de menos a jugadores actuales, pues qué decir del gusto de ver en acción en la NBA al cuarteto formado por Joel Embiid, Trae Young, Luka Doncic y Donovan Mitchell, por citar a cuatro jóvenes, y James Harden, Kevin Durant, Stephen Curry y Klay Thompson por nombrar a cuatro veteranos. Y en Europa es un placer ver en acción todavía a los jugones de Dario Brizuela y Jaime Fernández, a Sergio Rodríguez, y a Bojan Dubljević al poste bajo, por citar sólo algunos ejemplos. Y por cerrar no puedo dejar de nombrar también a Ricky Rubio que sigue maravillándome ahora como lo hizo cuando empezó como profesional con 14 años en la ACB, una vez que ya le había visto jugar antes en la primera minicopa (2004).
En fin, como habrá visto el lector, es muy difícil para un aficionado quedarse con sólo cuatro jugadores, y si alguna vez somos tan categóricos como para limitarnos, no se confundan, porque un día diremos unos y otro día diremos otros... Hagan la prueba y comenten si quiere. Ah, y perdonen que aquí no acaba todo, porque el lagunero también jugará próximamente a nombrar sus quintetos y jugadores más impactantes de los Lakers.
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