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jueves, 23 de mayo de 2024

Futbolización del baloncesto

Por Jorge

La gente del baloncesto tendemos a mirar por encima del hombro al mundo del fútbol por lo que se refiere al comportamiento general de deportistas y aficiones. La tendencia es considerar al baloncesto como el deporte de los inteligentes, de la gente educada, y como siempre que se tiende a la generalización, hay excepciones como vamos a ver hoy con algunos ejemplos.

Peligrosas irregularidades sobre las que hay que poner el foco de vez en cuando para no creemos el ombligo del mundo en el ámbito deportivo, y poder corregirlas para evitar unos comportamientos que se hacen más habituales de lo que creemos.

Baloncesto de formación
Que se den comportamientos execrables en el baloncesto profesional no es aceptable, pero más sangrante es cuando estos se producen en el baloncesto formativo y amateur. Y es que raro es que alguien del mundo del baloncesto no conozca de primera mano alguna situación parecida a las que se van a comentar aquí.

Así, hace algunas semanas “aprendebaloncesto” (@Aprendebalonces) compartía en X el siguiente comentario vivido en un partido de formación:



También, al final del episodio número 22 de la segunda temporada del podcast “"Hoy me sale azul", programa que trata sobre la actualidad de los equipos principales del Estudiantes, Eugenio, su conductor, comenta de manera anecdótica que haciendo de delegado de campo de un partido del Estu sub-22 masculino se montó jaleo y el árbitro le pidió desalojar a la afición rival de la grada. Y al parecer, el entrenador visitante les dijo que no se marcharan, y el árbitro pidió que se llamase a la policía para echar a esa parte del público.

Quien quiera puede escuchar esa parte del podcast para comprobar que se criticó el comportamiento de esa afición y sobre todo la actitud del entrenador, pero con un tono más bien irónico, seguramente por no hacer más sangre sobre un asunto que es más serio de lo que nos creemos.

“Cosillas del deporte”
El exceso de agresividad del público no es algo nuevo, y la verdad es que es demasiado habitual, por desgracia, en muchos deportes, incluido el baloncesto. Y aquí podemos ver un ejemplo ocurrido en el último Baskonia-Breogán de Liga ACB jugado el pasado 14 de abril:



Como se dice en ese tuit, el periodista (y también antiguo entrenador de formación) Fran Fermoso, comentaba en “Overtime”, programa resumen de la jornada ACB, al ver esas imágenes, “cosillas del deporte”, seguramente por no extenderse mucho más, sabiendo que el comportamiento de esos aficionados era deplorable, más si cabe por tratarse de jóvenes que increpan a unos rivales bajo la protección del colectivo.

Y, sí, era un partido de baloncesto, y eso pasa en todas las canchas del baloncesto profesional. No son mayoría, pero raro es no ver una animadversión y agresividad (verbal y gestual) que nunca tiene sentido, pero menos si cabe en el ejemplo que vemos, en el que el jugador del equipo contrario no hace ningún comportamiento antideportivo que merezca recriminación alguna.

Por cierto, me parece notable el comportamiento de Jordan Sakho, que afea la conducta de esos jóvenes aficionados, y es que mirar para otro lado no creo que sea una solución, y de algún modo todos tenemos que contribuir a mejorar la educación deportiva.

Educación mejorable de los jugadores
Comportamiento opuesto al del anterior jugador del Breogán lo tenemos aquí, en un ejemplo vivido en Estambul en los últimos playoffs de la Euroliga:



Entendible es que un jugador con las pulsaciones altas después de ganar un partido sea incapaz de controlarse, pero también habría que hacer una labor importante por mejorar en este tipo de situaciones, pues si bien no es fácil aguantarse jugando frente a un público que a buen seguro insultó y recriminó su juego, aprovechar la victoria para comentarles algo, tampoco le engrandece ni a él ni a nuestro deporte. Y, este tipo de situaciones, me parece que también ocurren más de lo que nos creemos.

Simulación y engaños "futboleros"
En el baloncesto se habla de “flopping” para referirse a la sobreactuación de algunos jugadores al contacto con un contrincante para tratar de engañar al árbitro y lograr que pite una falta. Algo muy común en el ámbito del fútbol, donde un jugador puede “caer redondo al suelo como si le hubiesen pegado un tiro” y al rato, de manera milagrosa, salir corriendo como si no hubiese pasado nada. Actitud poco deportiva y claramente criticable… que, sin embargo, también podemos ver a veces en el baloncesto.



De un tiempo a esta parte se persiguen este tipo de acciones y se castigan con cierta severidad, pero no es el caso en el vídeo que vemos porque el jugador que simula no recibió ni siquiera aviso por “flopping” pese a realizar esa acción delante del árbitro. En cualquier caso, habría que insistir especialmente con los más jóvenes acerca de que esa no es una manera deportiva de jugar.

Hace algunos años ya escribí en el blog la opinión que tenía sobre algunos comportamientos vistos en el ámbito del fútbol profesional (que luego se reproducen en el deporte de base), y miro al futuro con cierto temor de que esas conductas sean cada vez más habituales en el baloncesto aunque no queramos verlas. La conclusión es evidente, hay que mejorar la educación general, y la deportiva en particular, especialmente entre los más jóvenes para erradicar esos malos modos, y esto depende de todos: familias, instituciones, clubes, entrenadores y todos aquellos que rodean el deporte.

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