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domingo, 2 de junio de 2024

Cromos de BA-LON-CES-TO (6): Oscar Schmidt

Por Jorge

BA-LON-CES-TO deshace, por fin, el desagravio imperdonable de no haber dedicado hasta ahora un texto para repasar algunos detalles de la figura de Oscar Schmidt. Una leyenda del baloncesto que sólo se mencionó tangencialmente en este blog en varias entradas anteriores, y cuya trayectoria merece cierto repaso a colación de una serie de curiosos cromos.

La imagen que abre esta entrada es la de un cromo del álbum “100 Gigantes del Basket mundial” (1989) de las revista “Gigantes del Basket”, y en el que se puede ver a Oscar con la camiseta del Snaidero Caserta, equipo italiano en el que cosechó algunos de sus mejores éxitos en el baloncesto transalpino: campeón de Copa (1988) y finalista de la Recopa de Europa (1989).

Este cromo es bastante curioso porque además de la errata en su apellido, se le ve en una acción sobre la que seguramente no será muy recordado, un mate de espaldas, y es que para todos los aficionados su recuerdo está asociado a su excelente tiro, que le valió el apodo de “Mano Santa”, por ese toque que le llevaba a anotar y anotar con facilidad desde todas las posiciones.

Sus mayores logros colectivos los alcanzó con la selección brasileña, con la que consiguió multitud de medallas y entre las que destacan el bronce mundialista de 1978, y sobre todo, el oro en los Juegos Panamericanos disputados en Indiana en 1987, donde ganaron la final a los Estados Unidos después de anotar 46 puntos. Y siendo esta la primera piedra que empezó a replantear a las autoridades del baloncesto estadounidense sobe la conveniencia de llevar a jugadores NBA a futuras competiciones internacionales.



Su sentimiento brasileño le llevó a declinar la posibilidad de jugar en la NBA, pues recibió en su día ofertas para jugar allí de la mano de New Jersey Nets, que le habían elegido en el draft de 1984, pero renunció porque en aquella época se diferenciaba el baloncesto profesional estadounidense del resto del baloncesto mundial, de tal manera que estaba prohibido que jugadores NBA pudieran jugar las competiciones del baloncesto FIBA.

Jugó en cinco Juegos Olímpicos y es su máximo anotador histórico (1.093 puntos), además de tener el récord de anotación en un partido (55 puntos contra España en 1988).



Para el recuerdo queda algunas acciones espectaculares en Atlanta 1996, ya con 38 años, frente a algunos de los mejores defensores estadounidenses (Gary Payton y Scottie Pippen):



Otro cromo aquí de una colección de los ochenta que también ofrece otra vez la errata de su apellido, y de nuevo se le ve machacando el aro.

En España tuvimos la suerte de verle jugar durante dos temporadas en la ACB formando parte del Fórum Valladolid (1993-95), y realizando exhibiciones anotadoras como la del récord de triples en un partido (11) que no sería batido hasta varios lustros después:



Y, así ganaría el concurso de triples del “All Star” de la temporada 1993-94 que se celebraba de manera conjunta entre ACB y Lega italiana.

Su longevidad en las pistas le llevó a jugar hasta los 45 años en Brasil, lo que unido a su estupenda mano le permitió retirarse con casi 50.000 puntos en su carrera. A los que añadiría algún punto extra más como se ve en el siguiente vídeo de su participación en un partido de celebridades en un fin de semana de las estrellas de la NBA en 2017 (con 59 años):



Unos años antes, en 2013, había recibido uno de los mayores reconocimientos que puede alcanzar un jugador de baloncesto una vez retirado, su inclusión en el “Hall of Fame” del baloncesto, introducido de la mano del legendario Larry Bird:



Por último, finalizo este recuerdo de la trayectoria de Oscar con un reportaje en el que se repasan algunos detalles de su estupenda carrera y que dejo aquí para quien quiera conocer un poco de la historia de este mítico jugador:

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