Por Jorge Hemos descubierto otra cualidad de
La presidenta de la FEB (Federación Española de Baloncesto), Elisa Aguilar, piensa que la Liga Femenina es la mejor competición doméstica de Europa, según dijo hace una semana en la presentación oficial de la competición.
Seguro que Aguilar sabe de lo que habla porque no le faltará más conocimiento del que tiene un servidor sobre el resto de competiciones europeas, aunque es verdad que uno siente que más allá de algunos grandes equipos europeos creados a base de talonario (el Fenerbahçe turco, el equipo checo de Praga y en su momento algún equipo ruso), no parece que el nivel general de las ligas europeas sea muy alto.
Sin embargo su aseveración es llamativa cuando uno tiene la sensación de que la liga está cogida con alfileres, especialmente cuando se ve en algún partido banquillos desangelados con un cuerpo técnico mínimo con el número más que justo de jugadoras, y en definitiva con una expedición de equipo limitada para ahorrar costes (especialmente en los desplazamientos). Y a eso se suma que no falta el año en el que se produzca algún movimiento de clubes por alguna renuncia porque no se puede asumir los requisitos económicos, por lo que no me quiero imaginar cómo será fuera de nuestras fronteras si la española es la mejor.
En todo caso entiendo que la presidenta de la federación se refería al nivel deportivo y competitivo, y en ese sentido sí hay que reconocer a entrenadores (y a las pocas entrenadoras que llegan), y sobre todo a las jugadoras, por el salto de calidad que fueron dando en la última década, mejorando su juego y su físico a niveles que no tienen nada que envidiar a jugadoras que vienen de fuera, salvo en contadas excepciones. Y uno de esos ejemplos lo tenemos con Laura Gil, leyenda del baloncesto español que anunció su retirada de la selección.
— Laura Gil Collado (@Lau_gilcollado) September 20, 2024
De momento seguiremos disfrutando del juego de Gil que continúa este curso en Avenida, situación poco habitual pues vuelve a llamar la atención el continuo movimiento de jugadoras, cambios que en muchos casos están sujetos a contratos garantizados de una sola temporada, y que por tanto no son señal de una gran estabilidad en los clubes, reafirmando esa sensación de que en cualquier momento se puede ir abajo el chiringuito por cuestiones económicas.
Y es que esos cambios incluso se dan entre las de mejor nivel, como Paula Ginzo (internacional española en los pasados Juegos Olímpicos), que al ritmo que va (siete equipos distintos a sus 26 años) terminará por conocer más de media España a lo largo de toda su carrera deportiva.
Supercopa para el Valencia Basket favorito
Afianzar automatismos era lo que requería Rubén Burgos, entrenador de Valencia, antes del primer partido de la Supercopa del pasado fin de semana, y si bien les costó engancharse a la competición en la primera parte de su semifinal (32-37) por el buen hacer del Jairis anfitrión y por su desacierto desde el triple, luego lo arreglaron en la segunda parte (75-61), y continuaron en modo crucero en la final desarbolando desde el principio (84-60) a un Zaragoza que jugó muy bien la semifinal (60-65) ante Avenida.
Este primer torneo oficial apunta a que Valencia Basket puede dominar las competiciones nacionales, pues es tal la profundidad de su plantilla, que se permitió el lujo en el pasado de dejar marchar a diferentes jugadoras salidas de su cantera de reconocida valía, e incluso lo hace ahora cediéndolas a otros clubes como pasa con Elena Buenavida y Awa Fam que jugarán en Gernika.
Sólo las lesiones evitará que Valencia alce el título de liga al final de temporada, e incluso con contratiempos también tendrían opciones, pues apoyados en la estructura del equipo ACB y bajo el mecenazgo de Juan Roig, seguro que no le faltarían posibilidades de reforzarse para tratar de solventarlos.
Con este panorama parece que el resto de equipos estará por mantenerse en la categoría, en el caso de los recién ascendidos y los que se salvaron el curso pasado por los pelos, y conseguir afianzarse y hasta clasificarse para playoffs para el resto, buscando la mejor posición posible que les dé opciones de jugar competiciones europeas… que esa es otra. La economía y las plantillas de la mayoría están más que ajustadas, y sin embargo, casi media liga jugará en Europa: Valencia, Avenida y Zaragoza en la máxima competición, la Euroliga; y en la Eurocup lo harán: Girona, Jairis, Estudiantes, Ibaeta y Ferrol.
Nombres propios de interés para el aficionado
Anna Montañana llega al banquillo de Avenida después de hacerlo de maravilla en Jairis el pasado curso. Un reto notable porque en Salamanca todo lo que no sea como mínimo jugar las finales nacionales será un paso atrás, y tendrá que ensamblar muchas piezas nuevas que hagan frente a bajas notables como la de Leonor Rodríguez.
Por cierto, una Rodríguez que después de su salida de Avenida, entiendo que está sin equipo por decisión propia una vez que fue una de las mejores con la selección en los pasados juegos, y a quien los aficionados esperamos con los brazos abiertos para recrearnos con sus triples y asistencias en la liga española.
Jugadoras a seguir serán muchas, así estamos deseando ver otra vez a Mariella Fasoula (Avenida) en pista después de su grave lesión de rodilla, como así esperamos con ansia las recuperaciones entre otras de Helena Oma (Zaragoza), Raquel Carrera (Valencia), Laia Lamana (Lugo) y Belén Arrojo (Jairis). Ojalá las lesiones graves den tregua a las jugadoras este curso.
Será especial ver cómo crecen las jóvenes nacionales que cada verano compitieron a gran nivel como las mencionadas canteranas de Valencia que jugarán este curso en el País Vasco, o como Claudia Contell (Gran Canaria), que puede estar ante un año decisivo para incrementar su rendimiento. Y, por supuesto, muchos ojos estarán pendientes de una “jugona” como Iyana Martín, que se enfrenta al reto de debutar profesionalmente en Avenida:
𝐈𝐘𝐀𝐍𝐀…
Es CABEZOTA 💪🏻. Si dice que va, VA 💙 pic.twitter.com/z9LvNelkFx
Blanca Millán (Ferrol) será un gran refuerzo para seguir con el “milagro” ferrolano del curso pasado, y donde podrá formar una pareja explosiva junto a Gala Mestres. Y también habrá que seguir con atención la evolución de Iris Mbulito (Ibaeta) fuera de Canarias, y a la que se une el buen fichaje de Rosó Buch.
En Vigo veremos regresar a la Liga Femenina a Ariadna Pujol (Celta), una todoterreno que les será de gran ayuda para intentar evitar los apuros del curso pasado para salvar la categoría. También habrá que ver como se adapta Helena Pueyo (Zaragoza) al baloncesto profesional después de su exitoso periplo universitario en la NCAA, y donde tendrá que cubrir la ausencia de la retirada Vega Gimeno con la ayuda desde el base de Laia Flores, otra notable incorporación del equipo zaragozano para intentar mantenerse entre la élite de la liga.
En Gernika también habrá que ver si Irati Etxarri alcanza el nivel que la llevó a la selección española, y en Girona puede que Marta Canella esté ante un reto similar, el de despuntar para saltar también a la selección del 5x5 luego de su gran papel durante años con el equipo 3x3. Y en Madrid habrá que prestar atención a la vuelta de una Ángela Salvadores (Estudiantes) que quizás tenga allí el espacio para explotar como una gran anotadora, aunque esperemos que sin eclipsar la evolución de otra de esas jóvenes sobradamente preparadas como es Paula Saravia.
Por último, entre los ascendidos, Ardoi (Navarra) nos permitirá ver otra vez en acción en la máxima categoría a la veterana base María Asurmendi, un seguro para su equipo en la dirección y el lanzamiento, y por otro lado será ilusionante ver cómo Badalona, cuna del baloncesto por excelencia, acoge el baloncesto femenino en su primera división con la llegada del Joventut, y es que a buen seguro que será una gozada ver las gradas de su pabellón apoyando al equipo verdinegro.
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