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domingo, 23 de marzo de 2025

Tributo a Taurasi

Por Jorge

El pasado 25 de febrero, Diana Taurasi anunció su retirada del baloncesto, y diez días después ofreció una rueda de prensa para decir sus últimas palabras como profesional.

Escolta que destacó por su anotación, es la máxima anotadora de la historia de la WNBA (10.646 puntos en temporada regular), su palmarés es tal que bien puede ser considerada la G.O.A.T. (“Greatest of All Time”, la más grande de todos los tiempos) del baloncesto femenino, después de más de 20 años de éxitos individuales y colectivos.

Por desgracia, la historia del baloncesto femenino no es muy grande o mejor dicho, no es muy conocida por haber estado ninguneado durante mucho tiempo, así que no es fácil evaluar a muchas grandes jugadoras de la historia. Sin embargo, queda claro que Taurasi está entre ellas gracias a su historial y su facilidad para anotar, ya que se podría decir parafraseando a un conocido narrador de baloncesto, que se le caían los puntos de las manos, gracias a su habilidad técnica y su carácter competitivo.

Sirva esta entrada en BA-LON-CES-TO para rendir tributo a una de las mejores de la historia, repasando algunos de sus éxitos salpicándolos con vídeos en los que se puede seguir disfrutando de su juego.



Taurasi llegó al baloncesto profesional como número 1 del draft de la WNBA (Women's National Basketball Association) en 2004, después de jugar cuatro años en la Universidad de Connecticut, donde formó parte de los equipos que ganaron tres títulos consecutivos (2002-2004) del baloncesto universitario estadounidense (NCAA). En ese periplo recibiría diferentes premios individuales como ser elegida jugadora universitaria del año y mejor jugadora del torneo final en 2003 y 2004.



Su debut en el baloncesto profesional fue con las Phoenix Mercury el 20 de mayo de 2004 en un partido en el que anotó 22 puntos frente a Sacramento Monarch. Y poco después jugaría con Estados Unidos sus primeros Juegos Olímpicos en Atenas.

Su tiempo con la selección estadounidense se cerró en los Juegos de París en 2024 con su sexta medalla de oro en su sexta participación olímpica, todo un récord al que se suman otras seis medallas en mundiales (cinco oros y un bronce).

El calendario comprimido de la WNBA que se juega en verano, y los grandes contratos que le ofrecieron equipos rusos y turcos, permitieron que Taurasi jugase en el baloncesto FIBA en Europa más allá de los torneos internacionales con su selección. Así añadió a su palmarés seis Euroligas ganadas con Spartak de Moscú (2007-2010) y con UMMC Ekaterimburgo (2013 y 2016), además de varios premios de mejor jugadora.



Como curiosidad, en 2015 el equipo de Ekaterimburgo le ofreció un sueldo hasta quince veces por encima del que cobraría en la WNBA, que le permitió tomarse una temporada de impasse en su trayectoria con las Phoenix Mercury en el verano de aquel año.

Pese a aquel compás de espera, Taurasi jugó un récord de 20 temporadas con las Mercury, hito al que sumar la marca de más puntos anotados en la WNBA, siendo hasta ahora la única jugadora que superó los 10.000 puntos.



En la WNBA además de ganar el premio a la mejor debutante en 2004, fue elegida once veces para jugar el “All Star”, formó parte diez veces del mejor quinteto de la temporada, y fue considerada la mejor jugadora de la temporada (MVP) en 2009. Además fue la mejor anotadora cinco veces, pero su mayor éxito fueron los tres títulos ganados en 2007, 2009 y 2014, siendo la mejor jugadora de las finales en los dos últimos.

Su impacto en el baloncesto fue tal que el vínculo que mantuvo con Kobe Bryant debido al interés que mostró este por el baloncesto femenino tras su retirada, le llevó a ser una de las personalidades que rindió tributo a la leyenda angelina, en un acto celebrado en L.A. tras su fallecimiento.



Taurasi, la “White mamba” homenajearía a la “Black mamba”, Kobe, cambiando su característico número 3 por el 8, el día previo a la celebración del día de Kobe Bryant, 24 de agosto, fecha instaurada así por la ciudad de Los Ángeles como tributo al gran jugador de los Lakers.



La carrera de Diana Taurasi nos dejó muchos momentos de gran baloncesto a los que por suerte siempre podremos volver para disfrutarlos gracias a las videotecas.

domingo, 16 de marzo de 2025

El lagunero opina… 2024-2025 (VI): Vaivén a la espera de salud (40-25 5º Oeste)

Por Jorge

La salud de la plantilla determinará el desenlace de la temporada. Así se puede titular lo que está por venir para los Lakers después de un balance aceptable hasta ahora, dejando pesimismo y optimismo a partes iguales para lo que resta de curso.

Los angelinos ofrecen cada día un informe médico que hace difícil definir quienes serán los que jueguen su próximo partido. Y a falta de diecisiete partidos para terminar la fase regular no será fácil entrar de manera directa en playoffs si no se recuperan efectivos.

Balance de los últimos 14 partidos
Desde la última visita de “El lagunero” los Lakers protagonizaron un vaivén a merced del parte médico de turno y de la inspiración de LeBron James, Luka Doncic y Austin Reaves.

James, por cierto, cerró febrero con el reconocimiento de mejor jugador del mes en la conferencia oeste, otro hito en su carrera como jugador con 40 años:



El balance fue de 8 victorias y 6 derrotas, y en este tiempo se produjo el primer enfrentamiento de Doncic frente a su antiguo equipo, que se saldó con derrota de los Mavericks (107-99) gracias a un triple doble del esloveno (19-15-12).



También en ese partido, aunque Anthony Davis no jugó por lesión, recibió un sencillo pero merecido tributo de los Lakers, que emitió durante el primer tiempo muerto un breve vídeo para que recibiese el agradecimiento de la afición angelina.



En Boston, coincidiendo con la lesión de LeBron, se puso fin a una racha de 8 victorias seguidas perdiendo ante los Celtics (111-101), y desde entonces hasta ahora se acumulan 4 derrotas consecutivas, en Brooklyn contra los Nets (111-108) frente a uno de los peores equipos de la temporada, en Milwaukee (126-106) sin opciones de victoria en ningún momento, y con la reacción de Reaves (ausente también Doncic) junto a los suplentes (y los muy suplentes) en Denver, donde no consiguieron la que habría sido una victoria merecida ante unos confiados Nuggets (131-126).

La mejor noticia en este periodo fueron las consiguientes adaptaciones de Doncic y de Dalton Knetch. Del primero se espera que vaya mejorando sus porcentajes de tiro, especialmente desde el triple (34% tirando 10 por partido). Y, el segundo, después de su traspaso “frustrado”, vuelve a tener confianza tanto cuando juega poco como cuando se le necesita por más tiempo ante las bajas (32 puntos en 37 minutos en Denver).

Y también habría que destacar la actuación de “jornaleros” como Jordan Goodwin, Shake Milton, Tray Jemison III y Christian Koloko que con las ausencias tienen que dar un paso al frente para ayudar en momentos puntuales, demostrando que no hay equipo que no requiera en algún momento de la ayuda de todos sus jugadores.

Pesimismo del parte médico
La baja más notable obviamente es la de LeBron. Parece que es un problema muscular, así que o se espera un milagro o la lógica dice que sólo debería llegar para jugar los últimos partidos de temporada. Y el balance del equipo sin él es de 3-4. Mantener ese porcentaje de victorias en lo que resta de curso sería lo mínimo necesario para asegurar el play-in.

Otra baja importante es Rui Hachimura, que lleva sin jugar desde el 27 de febrero, y cuya ausencia por un problema de tendinitis en la rodilla izquierda, complica más las perspectivas angelinas al dejar muy limitada la posición de alero sin James.

Y, por último, las otras dos bajas más importantes son las de los pívots: Maxi Kleber y Jaxson Hayes. El primero no jugó todavía con Lakers desde el traspaso con Dallas por un problema en su pie derecho que requirió de cirugía, y el segundo arrastra problemas en una rodilla que le hacen ser evaluado día a día.

Muchos se sorprenderán al considerar como importantes las bajas de estos pívots, pero si los analistas consideran que L.A. necesitaría fichar un pívot para ser claro aspirante a grandes cotas, o sea, el título, entonces que el equipo no disponga más que del parche de Alex Len en esa posición, mandan al garete cualquier opción de éxito.

Así que esperemos que la vuelta de Hayes sea más pronto que tarde, pues cumple más que aceptablemente su papel teniendo en cuenta el tipo de protagonismo que se le otorga. Y es que eso de que los Lakers necesiten un pívot es un tema que requerirá un análisis más detallado para cuando acabe el curso o cuando esté a punto de empezar el próximo.

Calendario para el optimismo
Así con todo, se parte de una posición más que buena en la clasificación para afrontar el último tramo de curso: 40-25 (5º del oeste), y el seguidos angelino tiene que agarrarse a un calendario que ofrece algunos datos para el optimismo.

Quedan por jugar diecisiete partidos, de lo que ocho se jugarán contra equipos que están por debajo del 50% de victorias, y tal vez, en el momento de jugar frente a ellos, estén más por cerrar la temporada que por competir. Pero si ocurre lo que ha pasado en partidos recientes (derrotas en Utah o Brooklyn), no hay que perder el optimismo, pues, curiosamente, el récord angelino es mejor hasta ahora contra rivales que están por encima de ese 50%: 19-9.

Por último, otro dato para la esperanza es que nueve de los partidos que restan por jugar tendrán como escenario el Crypto.com, buena noticia si tenemos en cuenta que los Lakers son el tercer mejor equipo en casa de la competición a estas alturas de curso (25-7).

martes, 11 de marzo de 2025

Baloncesto en Cine y TV (35): Un pase a la gloria

Por Jorge

Vuelve esta sección de “Baloncesto en Cine y TV” después de un par de años sin comentar ninguna película. Y lo hace con un producto clásico de la filmografía estadounidense en materia deportiva en general, y baloncestista en particular, que tiene algunas particularidades que bien merece su reseña.

“Un pase a la gloria”, basada en hechos reales, muestra una más de tantas historias locales que pueblan la geografía estadounidense dentro del ámbito deportivo.

La película: “Passing glory” (1999)
La acción transcurre en New Orleans a mediados de los años 60 del siglo pasado, y tiene como protagonista al equipo de baloncesto del instituto St. Augustine, escuela católica para estudiantes afroamericanos. Su éxito deportivo no es completo porque su programa de baloncesto está fuera de la asociación deportiva del Estado de Lousiana por cuestiones raciales. Entonces llegará allí un cura de raza negra, el padre Joseph Verrett, que tiene que hacerse cargo del equipo y que intentará cambiar la segregación existente para poder jugar un partido frente al instituto de estudiantes blancos.



Creada para su distribución televisiva, probablemente esa limitación temporal fuera la que no permitió ahondar con más profundidad en la historia que se cuenta, desarrollar más y mejor sus personajes, para no quedar reducida al clásico cliché del resultado del partido final.

En cualquier caso, la película cumple desde el punto de vista del entretenimiento gracias entre otros al buen hacer de su protagonista principal, Andre Braugher, reconocido actor de series que tuvo su primer papel importante en la película “Tiempos de gloria” (1989) junto al oscarizado Denzel Washington.

Y siempre está bien conocer este tipo de historias que, alejadas ahora en el tiempo, pueden parecer algo anacrónicas pero que forman parte de la realidad de nuestro deporte.

El baloncesto de la película
Las vinculaciones baloncestistas de la película son muchas. Empezando porque el productor principal de la misma es “Magic” Johnson (junto al gran Quincy Jones). Y durante la misma se mencionan a algunas leyendas de la época como Wilt Chamberlain, Bill Russell y Oscar Robertson (aparecen unos cromos suyos).

También el director, Steve James, tiene su relación anterior con el baloncesto porque fue quien dirigió uno de los mejores documentales deportivos con “Hoop Dreams” (1994).

Y lo más importante es que el guión fue escrito por Harold Sylvester, basándose en las experiencias de su propia vida como jugador del instituto St. Augustine, ya que jugó el partido que se refleja en la película. Sus habilidades baloncestistas fueron tales que le llevaron a ser el primer afroamericano en recibir una beca deportiva de la universidad de Tulane.

Sylvester desarrolló una carrera como actor en cuya filmografía se encuentra otra película de baloncesto, “Canasta de sueños” (1979), que también fue reseñada en este blog.

Para terminar una curiosidad, los títulos de crédito de la película se cierran con una preciosa versión del tema de Bob Dylan, “The times they are a changing”, cantada por “The brothers and sisters of L.A. choir”, bajo la producción de Lou Adler, nombre que puede pasar desapercibido para cualquiera menos para algunos seguidores de la NBA. Y es que la fama como seguidor incondicional de los Lakers se la lleva siempre el actor Jack Nicholson, pero Adler también estuvo, y sigue estando, en su silla a pie de pista para ver todos los partidos de los angelinos.

domingo, 2 de marzo de 2025

Imágenes de BA-LON-CES-TO (30): Harlem Globetrotters (II)

Por Jorge

Si hay un equipo de baloncesto que más imágenes singulares dejó para la historia esos fueron, son y serán los Harlem Globetrotters, capaces de jugar en todo tipo de escenario, y que vuelven a esta sección con otra curiosa escena baloncestista.

Y es que los Globetrotters fueron capaces en su día de jugar hasta en una pista de hielo en Michigan con la participación de un exjugador de los Detroit Red Wings de la NHL (National Hockey League).



En 2013 durante el cierre patronal que vivió la liga de hockey sobre hielo estadounidense, los Globetrotters “animaron” a los aficionados a este deporte jugando un partido de baloncesto sobre hielo.

domingo, 23 de febrero de 2025

Historias de un Aficionado (7): ¿Por qué no te acercas?

Por Jorge

El baloncesto es un juego de estrategia. En el profesionalismo… o en la calle, cada equipo o cada jugador tienen que jugar sus bazas. Y a continuación voy a contar una historia que me pasó hace mucho tiempo, y que mirado en perspectiva, podríamos decir que fui un “visionario”… sin pretenderlo y a mi pesar.

En otro tiempo, esta explicación va dirigida a los más jóvenes, cuando querías jugar al baloncesto te acercabas a una pista y jugabas. Así de sencillo. Ahora, la mayoría, sólo juega si forma parte de un equipo y va a entrenar o jugar un partido. Fuera de los entrenamientos no es fácil encontrar a nadie jugando, no digamos con regularidad, salvo excepciones que confirman la regla.

Así pues, hecha la explicación, hace mucho mucho tiempo me acerqué a jugar a una pista en la que no había jugado nunca. Allí estaban unos cuantos, y entre a jugar con ellos sin más. Físicamente saltaba a la vista que era peor, menos “saltarín”, menos rápido, y por supuesto menos fuerte, así que la táctica que tenía que aplicar si quería tener alguna opción de meter alguna parecía clara: a la mínima que tuviese espacio y tiempo… a tirar, tirando nunca mejor dicho de mi puntería. Y estuve acertado.

La anécdota es que los chavales con los que jugaba, al final me preguntaron: “¿por qué no te acercas?” Y respondí sorprendido por la pregunta: “¿para qué? Si estoy sólo y las meto de fuera… además el triple vale más, ¿no?”. Mi respuesta no les dejó muy satisfechos y me miraron como si fuera un bicho raro.

Repito que aquello pasó cuando el baloncesto no vivía el “abuso del triple”, y en mi defensa tengo que decir que en realidad la mayoría de los tiros fueron de media distancia más que de tres, pero la “moraleja” viene a ser que eso de acercarse por la zona está bien si tu físico te lo permite o tienes clara ventaja, de lo contrario, tendrás que mejorar tu tiro para poder tirar (y anotar que no es lo mismo tirar que meter) desde fuera.

Insisto. Para poder tirar de fuera hay que mejorar el tiro. Concepto que muchos no parecen entender porque ahora se lleva la estrategia opuesta, es decir, si antes todos iban al aro como locos tuvieran o no ventaja, ahora se tiende a tirar a la mínima, cuanto más lejos mejor. Así la pregunta que habría que hacerle a muchos sería: “¿por qué tiras de fuera si no metes una?” Y cuando muchos se justifican “es que estoy solo”… por algo será.