Por Jorge
¿Éramos tan malos antes en la primera fase cuando se pasaron apuros con China, incluso con Angola en el primer cuarto, y fuimos apaleados por USA? ¿Somos tan buenos ahora después de una muy buena segunda fase, rematada con un gran partido en la final? Ni lo uno ni lo otro.
En mi opinión son tres los factores que han influido enormemente en el juego menos vistoso desarrollado en el torneo olímpico: el cambio de entrenador, la precaria condición física del equipo (o al menos no óptima), y el ser considerado como favoritos por los rivales, por la afición y por la prensa.
1.- CAMBIO DE ENTRENADOR
Cambiar de seleccionador a un par de meses de una cita olímpica, y sobre todo, que ese cambio implique un cambio en la filosofía de juego influye tremendamente sobre la preparación y el posterior rendimiento.
Las comparaciones del juego de este año, más defensivo y con diferentes rotaciones frente a la mayor fluidez en el juego de ataque y la fantasía desplegada por los jugadores durante el mundial de 2006 son algo ventajistas por ese motivo, y quizá las responsabilidades habría que pedírselas al presidente de la federación que fue el que despidió a Pepu.
Después del cambio de seleccionador, Aito comentó que había hablado con Pepu. Lógicamente dado su reserva habitual no indicó sobre que aspectos concretos habían conversado. Visto lo visto durante el torneo olímpico, no creo que lo hicieran mucho de baloncesto y si de aspectos más personales del grupo de jugadores. Y aquí es donde me pregunto: ¿Por qué echar por tierra todo el trabajo previo de los años anteriores?
Aquí entra la federación que por medio de su director técnico, Ángel Palmi, si podía haber dejado claras algunas ideas a acatar por Aito, aunque claro, estaría por ver que éste las aceptara. Tal vez la solución hubiese sido recurrir a un entrenador menos autoritario aunque con menos prestigio, lo cual seguro que no hubiese sido bien visto por la afición. La premura en la toma de decisiones tampoco favorecía la resolución del problema.
Llegados a este punto, hay que destacar dos filosofías –a grandes rasgos por supuesto– dentro de los entrenadores. Los que se adaptan a los jugadores de que disponen, y los que imponen su estilo y son los jugadores los que se tienen que adaptar (atención, jóvenes entrenadores de formación, esta última opción no es válida para vosotros, así que dejar de pretender aplicar triángulos ofensivos y sistemas varios en chavales que apenas dominan el pase o el tiro).
Cada maestrillo tiene su librillo, y como se ha visto, Aito ha tratado de imponer su estilo de juego más defensivo, con mayores rotaciones, aunque no menos bonito. La muestra la hemos tenido con el Joventut, que con un estilo similar ha ofrecido el mejor baloncesto no ya de la ACB sino de Europa durante la última temporada. Pero claro, en el Joventut el proceso culminó después de tres años de trabajo. Difícil era conseguir lo mismo en varios meses.
Las mayores críticas que ha recibido el entrenador han tenido que ver con la rotación de jugadores y los cambios de roles teniendo preponderancia Rudy, Ricky o Felipe por delante de Navarro, Calderón y Garbajosa.
Ese cambio ha justificado para algunos el bajo rendimiento de algunos de esos jugadores que han perdido importancia en el equipo. Indudablemente tener más o menos confianza influye en el rendimiento, pero señores, hablamos de profesionales de cuyas capacidades no se han de dudar y que por tanto pueden rendir en todo tipo de situaciones. Además en los tres casos no pueden decir que no tengan experiencia en ser jugadores de rotación, pues en la pasada temporada NBA ninguno ha sido titular salvo Calderón por lesión del base titular, pues su rol era secundario para el entrenador como demuestra su vuelta al banquillo ante la recuperación del compañero, pese a jugar mejor el equipo con él. Vamos que la situación les sonaba ya de lejos y podían haberse adaptado mejor.
2.- PRECARIA CONDICIÓN FÍSICA
La práctica deportiva de elite requiere de una condición física impecable si se quiere optar a los mejores resultados. Y los jugadores españoles no han estado bien.
Tener que esperar a Pau Gasol por terminar tarde la temporada con los Lakers, y que en el primer entrenamiento con el equipo nacional ya diga que este hecho polvo, no es buen síntoma. ¿Qué recuperación hizo durante los quince o veinte días desde las finales hasta su incorporación a la selección? Eso si, anuncios, promociones y demás zarandajas seguro que no le faltaron.
Navarro y Raúl se lesionaron durante la preparación y quizá ese sea un motivo, no estaría de más que alguien le preguntará a Aito (y que respondiera a las claras, que esa es otra), por el que jugaron menos durante el torneo. Llama la atención que en la final Raúl sólo jugara tres minutos (pese a sus faltas rápidas) ante la ausencia de Calderón.
Ya nos avisaron los narradores de televisión española acerca del trabajo físico específico que hacía Raúl durante los descansos de los partidos junto al preparador físico de la selección, por si participaba luego en las segundas partes.
Luego, aunque el diga lo contrario, Garbajosa no es ni sombra del que fue. Quizá somos demasiados los ojos pendientes de él y creemos ver lo que no hay, pero a mi me parece que no corre con la frescura que tenía antes de las lesiones, independientemente de su mejor o peor acierto en el tiro.
Problemas añadidos durante el campeonato fueron el golpe en la cabeza de Jiménez (del que afortunadamente se recuperó para la fase final), molestias en la rodilla de Marc que le dejaron sin jugar un partido y le hicieron renquear después, así como la rotura de fibras en el abductor de Calderón (fruto del cansancio acumulado y de una preparación no óptima).
Con todos estos lastres en la condición física del equipo, ¿alguien duda de que fuera necesario el sistema de rotaciones impuesto para sacar el mejor rendimiento? Otra cosa es que a veces nos pareciese que los quintetos en pista no pegaran ni con cola o que alguna rotación se produjera cuando el jugador estaba más enchufado (esto me pareció con Rudy y Felipe en varias ocasiones).
3.- JUGAR CON LA PRESIÓN DEL FAVORITO
No es lo mismo ir sin presión que tener la obligación de alcanzar al menos la plata porque sino será considerado poco menos que un fracaso. Después de lo vivido en Japón parecía que no nos conformaríamos con menos, y así se demostró con la plata del europeo que supo a poco jugándose además en casa. La presión entonces ya fue otra. La exigencia era ganar el oro, y jugándose en casa, más.
Consecuencia, la fantasía ya disminuyó en el Eurobasket y en el último partido la presión y el cansancio le pudieron al equipo. La sensación fue que se perdió el partido, no de que lo ganará el equipo ruso, que tampoco jugó de maravilla. Anotar sólo 59 puntos es un dato más que suficiente para ejemplificar la situación.
Ahora llegamos a los Juegos Olímpicos y todo el mundo se frota las manos antes de empezar previendo una final USA-España. Y claro, todo lo que sea menos de eso…
No solo el aficionado y la prensa nos da como favoritos, sino que el título de campeones mundiales también nos hace serlo para todos los rivales que ante el equipo español salen a morder. Esto unido a los factores previos, suponen un juego menos vistoso y que todo el mundo ponga el grito en el cielo ya desde el segundo partido con el susto ante China…
En este país siempre le buscamos un pero a todo. Si ganamos jugando menos bien de lo que nos gustaría, pues nada, no nos sirve. Si Pau falla tiros libres pero se parte la cara con todo el mundo y anota veinte puntos, tampoco nos sirve. Si las rotaciones permiten un mejor trabajo defensivo pero hacen que Navarro no las huela, descontentos también.
Paul Shirley en El País ejemplificó muy bien la diferencia entre quienes juegan con la presión de tener que ganar si o si, y quienes pueden “(…) jugar como el que tiene menos posibilidades de ganar y saborea cada posesión (…)”. Afortunadamente, con el objetivo de la plata asegurada se volvieron a disfrutar las posesiones y nos hicieron disfrutar a todos en la final. Sólo algunos detalles (no olvidemos que este es un juego de detalles muy importantes), y no me refiero al arbitraje, nos privaron del oro. Incluido un equipo NBA que jugó muy bien y es justo decirlo aquí: anotar un 60% en tiros de campo tiene un mérito enorme.
Esta selección ha tenido momentos de juego brillantes (a cuentagotas, pero los ha tenido frente a Grecia, China, Alemania y Angola durante la primera fase) y ha defendido muy bien. Pese a tener un preparación física discutible, cuando más falta hacía, todo el mundo ha dado un paso al frente. Y sobre todo, en los partidos clave, cuando ya te estas jugando las medallas es cuando mejor se ha jugado (contra Croacia, Lituania y en la final).
Después de todos los factores que han afectado al juego de la selección durante el torneo, el balance es más que positivo, por no hablar de las sensaciones y emociones últimas que es lo más reciente que nos queda y que nos hizo sentirnos a todos tan orgullosos de nuestro equipo.
Esta bien ser críticos sobre todo para analizar los errores y corregirlos, pero poner a caldo porque otros se equivocan no tiene mucho sentido. Desde la grada todo se ve muy fácil. El que no tiene ninguna presión, el que desde el salón de su casa ve, opina y discute sin tener quien le rebata su opinión no tiene mucho mérito.
Ya nos gustaría que la selección (no sólo de baloncesto), fuera capaz de clasificarse para cuartos con un juego discutible pero con relativa facilidad para luego demostrar en los momentos calientes de que pasta están hechos.
España es diferente. Ahora Alonso es un tuercebotas o la culpa es del coche, Induráin ganó tours pero queríamos que atacara en la montaña y que ganara siempre, ahora estamos encantados con Nadal y todos saltamos de felicidad por la victoria en el europeo de fútbol…que se preparen cuando no les vaya bien las cosas porque les van a caer más palos que a una estera.
No quiero terminar este interminable artículo sin un agradecimiento para Carlos Jiménez que ha anunciado su retirada de la selección española. Siempre le he puesto ante mis jugadores de formación como ejemplo de jugador de equipo e incluso he cantado sus alabanzas a amigos aficionados, por encima de las superestrellas del juego en ataque. Esforzado para la causa fuera cual fuese la misión a cumplir, solo con el ánimo de ayudar al grupo. y siempre educado y respetuoso con rivales y árbitros.
Gracias por tu ejemplo en la selección, y chicos, a partir de ahora, disfrutar de su calidad humana y deportiva en la ACB.
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