Por Jorge
La primera fase ha terminado para el equipo español, pero la victoria final contra Angola ha sido un trámite y todavía colean entre los aficionados las consecuencias de la paliza yankee del sábado.
Nada que objetar, nos dieron la del pulpo en todas las facetas del juego, y sólo se salvó Felipe Reyes. Manda narices que en la NBA no le valoren por una cuestión de talla. Ésta es una de las típicas tonterías made in USA. Los equipos tienen dudas de su juego porque es “bajo” para jugar de interior frente a las típicas torres de allá, como si Adrian Dantley, Mark Aguirre, Charles Barkley o Dennis Rodman (por poner unos pocos ejemplos) no hubieran podido no ya jugar, sino hacerlo a un excelente nivel. Peor para ellos porque así seguiremos disfrutándolo en el baloncesto español si no les ha convencido esta última exhibición.
Volviendo al penúltimo partido del siglo, se dieron inicialmente algunas circunstancias que nos favorecían como sus problemas de faltas (Kobe y Kidd rapidísimo al banco) pero no lo aprovechamos.
Se jugaron zonas y defensas alternativas y metieron los triples que no suelen meter (12 de 25, casi un 50%), y los nuestros no metían uno al arco iris (6 de 28, apenamos pasamos del 20%), aunque esto está siendo la tónica desde la preparación. Esperemos que se estén reservando Navarro, Garbajosa y cía. para los cruces porque hay momentos en los que nos cuesta sumar puntos.
Ganaban fácil y siguieron machando y esforzándose al final como si fuera el principio del partido y el resultado fuera igualado. Para ellos parecía que era un partido más importante que un simple partido de clasificación, solo que con ésta ya decidida, mientras que los españoles ni fu ni fa, más preocupados de protestas menores que de que les estuvieran pasando por encima. Aíto alabó después su motivación frente a nuestra falta de frescura por no hablar de algo de acongojamiento.
Si Reyes fue el protagonista español positivo por su buen juego, el protagonista negativo lo fue Marc Gasol incapaz de bregar en el juego interior ni tan siquiera contra escoltas o aleros como Wade, Kobe o Anthony. Lamentable que no pueda levantar la bola y recular con fuerza con su diferencia de peso a favor. Así como sus faltas ñoñas más propias de un junior que de una mala bestia, que si defiende puede ir más duro al choque y al tapón.
O Marc mejora la fortaleza de sus piernas para desplazar sus kilos o a lo mejor se pega el batacazo la temporada que viene en la NBA. Nadie duda de su técnica y su inteligencia (lectura del juego), pero allí es muy necesario estar a un nivel físico notable para pegarse abajo, porque los pivots son fuertes y grandes, pero los aleros no desmerecen. Quizá pague también la sobreprotección arbitral que ha vivido esta temporada pasada en la ACB.
Calderón dijo después del partido contra Alemania que jugarían contra los NBA de tú a tú y sin ninguna presión. Desde luego la presión no parecieron sentirla, pero tampoco mostraron la tensión mínima que evitase el ridículo. La verdad, no hace falta mucho análisis más. Tan sólo esperar que si nos cruzamos en el futuro, seamos capaces de dejar un resultado algo más decoroso (o incluso una victoria, porque aunque ahora todo se vea negro después de este baño, ¿quién no cree que los españoles pueden jugar bastante mejor?). Eso sí, veremos a ver si algunos medios dejan ya la tontería de la ÑBA que nos hace un flaco favor.
La humildad de Llaneras
Como todo no tiene que ser baloncesto, resaltar aquí la categoría de Joan Llaneras, que pocas horas antes de jugar España contra Estados Unidos, ganaba una medalla de oro en ciclismo en pista, tercera en su carrera después de otro oro en Sydney 2000 y de una plata en Atenas 2004.
Poco después del partido de baloncesto, estuvo presente en el plató de televisión española en Pekín, y me llamó la atención la humildad demostrada por su logro de la que bien tendrían que tomar nota tantas y tantas estrellitas de otros deportes, y en particular del baloncesto.
A la pregunta de si después de su participación olímpica (todavía le queda otra prueba) iba a disfrutar de otros eventos de los Juegos, dijo que se quedaría unos días allí con su familia, pero que no sabía si podría ver alguna competición porque no tenía entradas. Todo esto dicho con la boca pequeña claro, porque si soy yo, lanzo algún que otro dardo envenenado contra las autoridades deportivas españolas que sólo demuestran su interés por hacerse la foto.
Supongo que los deportistas, por las imágenes vistas de las gradas de algunas instalaciones, tendrán entradas reservadas, pero en todo caso o si no es así, habría que dar un toque de atención al Sr. Lissavetzky, familia real y demás gorrones federativos, que acuden a todo tipo de eventos por la patilla, supuestamente para demostrar su apoyo, pero que en realidad es para hacerse la susodicha foto. Mientras, éste triple medallista olímpico, y siete veces campeón del mundo (casi na), tendrá que darse una vuelta por la reventa o mendigar alguna entrada para él y su familia y poder ver alguna competición.
Ya se sabe que hay deportes que venden y otros no. Pero precisamente es sobre estos últimos sobre los que tendría que prestar mayor atención y apoyo el secretario de estado para el deporte y los medios de comunicación, y no precisamente del moral, sino del económico. Que sólo nos acordamos de ellos cuando ganan, pero tienen un esfuerzo y una dedicación detrás a la que no llegan otros muchos con más focos y dinero.
1 comentario:
Que mal.Menuda paliza.hay que reconocerlo,los americanos son los mejores en baloncesto.
Es que no les entraba nada de nada.
Ricky el mejor!!!
Publicar un comentario
Bienvenido a BA-LON-CES-TO.
¡Muchas gracias por hacer tu comentario!