Por Jorge
La primera fase del europeo de baloncesto femenino acaba de terminar y lo ha hecho con una importante victoria para las chicas españolas frente a Eslovaquia, lo cual les da el primer puesto de su grupo y pasan sin ninguna derrota a la siguiente fase.
(foto: FIBA Europe)
Destacar de esta primera fase, la revelación que ha supuesto Anna Cruz para aquellos que seguimos menos de lo que deberíamos el baloncesto femenino y que sólo podemos ver los partidos de la selección que ofrece televisión española.
Teledeporte-Televisión Española
Igual que otras muchas veces se critica, ahora hay que reconocer el buen hacer de televisión española, al menos de momento, que no solo ofrece los partidos de las nuestras, sino también otros más a través del canal temático Teledeporte.
Los partidos cuentan con un narrador, Diego Martínez (habitual del baloncesto femenino) y una comentarista, en unos casos Betty Cebrián, actual miembro del gabinete técnico de la federación española y poseedora del record de internacionalidades (252), y en otros, Nuria Martínez, jugadora internacional habitual de las convocatorias que no participa en este campeonato.
Como todo no pueden ser loas, los partidos son comentados desde los estudios de la cadena aquí en España, algo que se está volviendo por desgracia demasiado habitual. Esta estrategia ha sido el pan nuestro de cada día en la liga europea (televisión española), o en algún partido de la ACB (telemadrid), viviéndose casos esperpénticos en los que uno desde su casa es capaz de descifrar situaciones de “allí” que los comentaristas son incapaces de seguir desde sus propios monitores “aquí”. Supongo que la crisis afecta a todo el mundo, y si llega la imagen, para que viajar al meollo de la información.
Al menos, la realización letona (supongo que será esta la televisión que facilita la señal) está siendo aceptable, y destaca el buen apoyo que suponen los micrófonos de ambiente que captan los comentarios de las jugadoras y del cuerpo técnico, acercando detalles que difícilmente se pueden conseguir en las retransmisiones habituales. Supongo que estas escuchas se ven favorecidas por el desangelado ambiente del pabellón, y es que ya se sabe que el baloncesto femenino no atrae a las masas. Por cierto, a destacar el colorido de los asientos de la grada, lo cual al menos reduce esa sensación de vacío que otras veces se ven en las canchas cuando no va ni Dios.
Siguiendo con las retransmisiones, el otro día me llamó la atención un comentario “técnico” del narrador al hilo del esfuerzo de una jugadora española. Vino a decir algo así como que en ella no faltaba esa garra, lucha o llámese como se quiera. Y me pregunto: ¿acaso no es eso el mínimo exigido para cualquiera? Esto que debería ser una pregunta retórica, no lo es por desgracia. ¿Cuántas veces hemos visto a deportistas que no dan el 100%? Quizás por eso sea un ejemplo la honestidad de esa jugadora.
Amaya Valdemoro
Con ser bueno el juego de la selección, posiblemente la noticia más importante-impactante-curiosa (que cada uno la califique como quiera) sea la lesión de Amaya Valdemoro y su ausencia de las pistas, de momento…. "Ojalá pueda jugar algún partido en este Europeo".
Es sabido que en general para este tipo de campeonatos, los equipos tienen que presentar una relación de jugadoras/es antes de una fecha prevista con el consiguiente perjuicio de que si alguien se lesiona justo en horas previas o durante el campeonato tiene imposible el recambio.
Mi sorpresa es que al parecer y según un comentario de Nuria Martínez en el primer partido, la jugadora española ha estado renqueante durante la preparación al punto de que apenas si ha participado en los partidos previos al campeonato. Se entienden que el seleccionador apure todas las opciones debido a la importancia de la jugadora, pero si es tal el pesimismo mostrado por ella para poder jugar, no se entiende que no se haya inscrito a otra compañera que haya acompañado al equipo en la preselección. No olvidemos que este es un deporte de equipo y todas son importantes.
Por no hablar del problema que se puede avecinar cuando por status, una vez recuperada y pese a que tenga el beneplácito de compañeras y cuerpo técnico, acabe por sustituir a aquellas que han estado haciendo su trabajo, y muy bien, y los resultados no acompañen. De hecho, seguramente los minutos de la debutante Anna Cruz y su buen hacer se deban en cierto modo a la ausencia de Valdemoro. Veremos como acaba todo esto según avance el campeonato.
Ya en el baloncesto masculino se vivió algo parecido con Garbajosa, y si bien acabo jugando el europeo masculino de 2007, no lo hizo o al menos eso pareció, a su mejor nivel físico. Y lo que es peor es que dejó fuera a otro compañero que seguro que si hizo buenos méritos para merecer ese puesto (Jordi Trías).
Después de que Sergio Scariolo fuera nombrado seleccionador nacional, en algún medio se hizo eco de la posibilidad de que la FIBA permitiera que los equipos llevaran hasta 14 jugadores a cada campeonato aunque luego tuvieran que decidir que 12 entraban en acta. Algo parecido a lo que se suele hacer en las convocatorias futbolísticas. Finalmente no se aprobó la medida, pero quizás debería seguir siendo estudiada (y aplicada de manera experimental en campeonatos de categorías inferiores), porque solventaría los problemas de lesiones y asimismo permitiría a los entrenadores la posibilidad de disfrutar de mayor variedad táctica ajustándose a las circunstancias propias y de los rivales para cada partido.
Burocracias, despachos y decisiones del seleccionador al margen, sólo me queda animar a todo los aficionados a ver las evoluciones de la segunda fase de este europeo pues es una oportunidad excelente para ver tácticas a veces menos “sofisticadas” que en baloncesto masculino pero tanto o más efectivas, así como la evolución de jugadoras de excelente técnica individual.
Algunas dan auténticos clinics entre otras cosas porque su menor velocidad de ejecución permiten que nos fijemos mejor en los detalles y sería bueno que algunos entrenadores aleccionaran a esos jóvenes jugadores “sabelotodo” que desprecian el baloncesto femenino por no ofrecer mates y demás juego físico, cuando luego les das un balón y lo único que saben hacer el correr y saltar.
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