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lunes, 16 de noviembre de 2009

Iverson: más dimes y diretes

Por Jorge

Allen Iverson lleva casi dos décadas siendo noticia para bien (éxitos deportivos) o para mal (comportamientos personales cuando menos reprobables). Lo último: “su espantada” de Memphis.


Iverson el día que se hizo oficial su fichaje por Memphis Grizzlies.

Mucho se ha dicho y escrito, por parte de analistas y aficionados, pero ahora me entero de un detalle que bien puede cambiar la percepción que en general se ha tenido de esta salida.

Escucho en el programa de radio “2 de 18”, que comentan que Rudy Gay, compañero de Iverson en Memphis, enviaba oraciones de aliento para “The Answer” desde su Twitter, poco después de su salida del equipo. Entonces dicha salida se ha justificado por circunstancias personales, pero debido a que el pequeño jugador ya había mostrado su disgusto por su suplencia y falta de protagonismo con los Grizzlies (unido a sus antecedentes en una situación similar vivida la temporada anterior en Detroit), hacía que la mayoría pensáramos que todo se debía a su egocentrismo y falta de adaptación a su nuevo rol de suplente.

¿Y si realmente los problemas personales que padece van más allá de lo deportivo? ¿Qué pensarán los analistas y aficionados? De momento, en su propia
página personal no se hace ninguna mención a su situación personal o deportiva reciente, y supongo que habrá que esperar todavía pues la última noticia que guarda relación con su ausencia ha sido la contratación de Jamal Tinsley para ocupar su plaza. Por cierto, otro “cabeza perdida” que curiosamente es licenciado en sociología. Otro digno de estudio sociológico ¿y psicológico?

Su comportamiento excéntrico y poco correcto que le llevó en su momento a buscar, pistola en mano, a su mujer, o incluso ya en sus inicios escolares, a verse mezclado en una pelea de desagradables consecuencias, no favorece su imagen ni lo que muchos piensan de él, pero eso no debe empañar el deseo de que realmente esos problemas personales que se han alegado no revistan una importancia exagerada o cuando menos que se puedan solucionar satisfactoriamente para su familia.

Situación personal-familiar al margen, deportivamente, tras su marcha, también se especuló con su posible retirada, algo que no parece descabellado por cuanto también lo insinuó la temporada pasada cuando se apartó de los Pistons tras su papel de suplente. Visto como discurren las aguas por Memphis, parece que sería lo mejor dado que el entrenador de su equipo no ha aceptado los posibles beneplácitos prometidos a Iverson por parte del dueño del club. Motivo casi exclusivo por el que se podía entender en su momento que esta superestrella fichará por un equipo mediocre.

Si realmente no toma el protagonismo que le ha caracterizado a lo largo de toda su carrera por méritos deportivos (todo sea dicho), y dado que no acepta papeles secundarios, lo más lógico es que acabe por retirarse a falta de ninguna oferta-traspaso que realmente le devuelva su condición de estrella, algo que no parece que tenga visos de producirse si tenemos en cuenta la aceptación de esta oferta de Memphis y la (suponemos) ausencia de ofertas mejores de equipos de garantías.

Un jugador con su palmarés, categoría y reconocimiento deportivo no merecería esta salida por la puerta de atrás, que si bien no empañaría sus méritos si dejaría al aficionado y a él mismo con un regusto y sensación amarga que seguramente no sean merecidos.

Siempre fue, y seguiría siendo un placer ver jugar a Allen Iverson. Su juego merece todos los respetos y reconocimientos fruto del mérito que tiene que un “tipo normal” de velocidad endiablada pueda destacar entre un mundo de gigantes, con toda la dosis de espectacularidad que ello conlleva. Reconozco mi admiración por su juego, aunque también reconozco que jamás le elegiría para formar parte de mi equipo si quisiera que tuviera opciones de ganar el campeonato, al menos bajo ese papel de jugador más importante del equipo. Quizás por ese individualismo exacerbado que se manifestaba en un abuso del tiro con una selección dudosa en muchos casos, sea lo que le haya permitido reunir un palmarés individual envidiable y a la altura de los mejores de la historia, pero que colectivamente ha tenido mucho que desear. Y seguramente ese protagonismo individual sea el motivo por el que no ha recibido ofertas mejores para esta temporada. Otra cosa es que una reflexión profunda le permitiera aceptar, que de momento no lo hace y dudo que lo llegue a hacer, un papel secundario que le permitiera jugar para un equipo con aspiraciones de ganar la competición.

Sea como fuere, esperemos que se resuelvan sus problemas personales… y también los deportivos, de modo que en su otoño deportivo pueda recibir los últimos parabienes que merece un jugador que nos ha hecho disfrutar a todos los aficionados al baloncesto.

2 comentarios:

Mo Sweat dijo...

Bonitas palabras finales, estoy de acuerdo en todo lo que dices. Yo también prefiero esperar a que se aclare la cosa antes de ponerlo a caldo y más si realmente he tenido serios problemas personales.

Saludos.

Jorge dijo...

La verdad Mo es que no escondo en mis palabras que no es el tipo de jugador que más me gusta, pero al César lo que es del César, porque Iverson nos ha levantando de nuestros asientos una y mil veces haciendo diabluras increibles.

Fíjate si tendrá mérito y será espectacular, que todavía recuerdo como en una entrevista, Carlos Jiménez, jugador totalmente opuesto en estilo, citaba a The Answer como el jugador que más le había impactado ver jugar en directo.

Saludos.

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