Por Jorge
La zona es el territorio de los más grandes, de los más pesados. Sin embargo a veces en ese espacio destacan jugadores que están lejos del prototipo de pívot por antonomasia. En la actualidad, Paul Millsap (Utah Jazz, 2,03 m) y DeJuan Blair (San Antonio Spurs, 2,01 m) podrían ser dos buenos ejemplos de pivots “bajos”.
Los dirigentes de la NBA en algunas ocasiones equivocan su ojo clínico a la hora de seleccionar jugadores en el draft, prejuzgando a partir de las características físicas de algunos jugadores hasta el punto de preferir a aquellos que destacan por su estatura por encima del talento y del empeño que ponen otros.
Millsap destacó en la NCAA alcanzando un record que no será fácil de superar: ser máximo reboteador de la competición durante tres campañas consecutivas. Su currículum estadístico universitario se completó con 19 puntos, 13 rebotes y 2 tapones por partido durante sus tres años de estancia en la universidad de Louisiana Tech, A pesar de esos números tan destacados, sólo Utah Jazz se acordó de él para seleccionarle en el número 47 de la segunda ronda del draft de 2006.
Por delante quedarían entre otros una superestrella de la NCAA como Adam Morrison (sólo cinco temporadas después de aquel draft ya no está en la liga), así como multitud de jugadores que juegan ahora en la ACB: Mouhamed Sene (Baloncesto Fuenlabrada), Cedric Simmons (Asefa Estudiantes), Sergio Rodríguez (Real Madrid), Joel Freeland (Unicaja de Málaga), Kosta Perovic (Barcelona Regal), y James Augustine (Baloncesto Murcia).
DeJuan Blair es otro caso similar al de Millsap, aunque en él además del handicap de su estatura se añadieron las dudas que tuvieron los ojeadores de la NBA acerca de su futuro rendimiento deportivo debido a sendas operaciones durante su etapa de high school (instituto) que le llevan a jugar al baloncesto sin ligamentos anteriores cruzados en sus dos rodillas.
Seguramente esas dudas fueron las que le llevaron a ser elegido en el puesto 37 del draft de 2009. Draft en el que también fueron seleccionados otros muchos jugadores actuales de la ACB: Víctor Claver y Nando de Colo (Valencia Basket), Sergio Llull (Real Madrid), Henk Norel (FIATC Joventut), y Sergiy Gladyr (Assignia Manresa).
¿Demasiado bajos para jugar de pívot en la NBA? Ya sea gracias a su agilidad y velocidad de movimientos, al juego de pies en la pintura, a su habilidad en el manejo del balón, a su inteligencia en la colocación en la cancha, o sobre todo a su perseverancia, éstos jugadores se hacen un hueco entre los más grandes.
Millsap y Blair son sólo dos ejemplos de jugadores interiores “cortos de estatura” pero a lo largo de la historia de la NBA han existido otros muchos casos que incluso alcanzaron el status de superestrellas como Charles Barkley (perenne all star incluido en los quintetos ideales de la liga en los 80 y 90, mejor reboteador en la temporada 1986-87 con 1,98 m de estatura), y Dennis Rodman (cinco veces campeón de la NBA, dos veces elegido como mejor jugador defensivo de la liga, y mejor reboteador durante siete temporadas con 2,01 m)
A día de hoy* Millsap promedia 16 puntos y 8 rebotes en 29 minutos de juego, y Blair 11 puntos y 6 rebotes en 24 minutos por partido. Tal vez no alcancen el nivel de esas leyendas del baloncesto, pero los dos ejemplifican lo que se conoce como “robos del draft”, jugadores poco considerados por los general managers que acaban en los últimos puestos del draft y que sin embargo rinden más que bien, completando carreras sólidas en la mejor liga de baloncesto del mundo sumándose a la larga lista de bajitos que rompen con el prejuicio que pone la estatura por encima del talento y la habilidad en el juego interior.
* Artículo de colaboración publicado en vavel.com el pasado 20 de enero.
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2 comentarios:
Claros ejemplos de "rara avis" reboteadora menuda.
Raras avis, pero quizás no tanto, por aquí también tenemos a otro: Felipe Reyes.
Saludos.
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