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jueves, 23 de julio de 2020

La NBA está de vuelta… de momento

Por Jorge

La NBA volvió la pasada noche con los primeros partidos amistosos que servirán de preparación para jugar la fase final de la temporada que se va a disputar en el complejo de Disney en Orlando.



Los aficionados estamos encantados. Demasiado tiempo sin ver en acción a las grandes estrellas del baloncesto mundial se echaba de menos. Sin embargo, atendiendo a la situación mundial que se padece debido a la pandemia del coronavirus, y con ojos de ciudadano normal y corriente, las dudas y preguntas sobre este regreso son obvias: ¿Tenía que volver? ¿Será exitoso este regreso?

Nos podrán vender la moto como nadie, y para ello la maquinaría de marketing y promoción de la liga no dejará de funcionar a toda pastilla para decirnos que lo hacen por amor al juego y para satisfacer a los aficionados. Y nadie duda de que eso sea cierto… pero no olvidemos que la poderosa razón de esta vuelta está en el dinero.


La suspensión de la temporada fue un palo económico para la liga, los jugadores y todos los patrocinadores implicados. Las cantidades perdidas son astronómicas. Y como siempre, los que más perdieron fue el personal que está debajo de la pirámide de este emporio deportivo, y que en verdad son los que ayudan a que toda la maquinaria siga funcionando.

Los datos sobre la evolución de la pandemia en Estados Unidos y en particular en el estado de Florida donde se va a jugar son alarmantes, pero eso no paró los planes de regreso de la liga. Y a buen seguro que las medidas de seguridad serán extremas (los jugadores usarán un anillo que detectará la enfermedad con hasta tres días de antelación respecto de la aparición de síntomas) para que todo el personal implicado en esta vuelta pueda hacer su trabajo con el menor riesgo posible, pero si no me pareció correcta la vuelta de la ACB, por muchas ganas que hubiese de baloncesto y pese a que todo salió bien, tampoco me lo parece el regreso de la NBA porque las prioridades deben ser otras.

Ahora bien, dejando clara mi postura, como aficionado reconozco que intentaré seguir la evolución de esta fase final, y como si se tratase de una película, disfrutaré desde fuera en la medida de lo posible, esperando que tenga un final feliz, es decir, que no haya percances sanitarios y que consigan terminar la competición, cosa sobre la que ahora mismo tengo serias dudas, y es que no olvidemos que durante las semanas previas a este regreso, algunos equipos cerraron sus instalaciones de entrenamiento por algunos casos de coronavirus.

Si el éxito de esta vuelta depende de la responsabilidad individual de los jugadores, en ese sentido, los aficionados sabemos que muchos de ellos se comportan como niños mimados acostumbrados a hacer lo que les da la gana como buenos multimillonarios que son, y es que no olvidemos que la vida NBA está lejos de las rutinas de concentración que se viven en el baloncesto europeo, y así, por muchos lujos y entretenimientos de que dispongan en la “burbuja” de Disney (un amigo me comentó que se rumoreó que Harden había reclamado un local de striptease), ya se conocieron casos de algunos que se saltaron el confinamiento. Para evitar estas “escapadas” los propios jugadores dispondrán de un número de teléfono anónimo para denunciar el incumplimiento de las medidas de seguridad.

A todo eso habrá que sumar que existirá personal que entrará y saldrá de ese espacio (parece que hasta el comisionado, Adam Silver, dijo que por sus quehaceres estará en esa situación), de tal manera que las posibilidades de que se den positivos por coronavirus quizá sea más alta de lo que pensamos. Y entonces, ¿qué pasará cuando se produzcan con la competición oficial en marcha? Pues todo apunta a que si esos positivos son mínimos el juego seguirá, y esas bajas no dejarán de tratarse como bajas deportivas por lesión, y sólo volverán a la actividad pasados los periodos de cuarentena estipulados para evitar mayores riesgos de contagio.

¿Y bajo estas circunstancias qué dará de sí la competición?

Pues no es fácil responder a esta pregunta porque en este escenario excepcional, quién sabe cómo reaccionará cada equipo jugando en cancha neutral, sin público, en una situación de confinamiento, y después de tanto tiempo de inactividad competitiva. Así que habrá que ver como avanzan los partidos para ver qué equipos se adaptan mejor a todas estas novedades.

Sin duda la preparación física de los jugadores será fundamental, pero a ella habrá que sumar la tan necesaria preparación mental, sobre la que por cierto, la NBA también facilitará ayuda a los jugadores para adaptarse a esta situación tan especial.

Otro factor que será importante en la vuelta a la competición estará en ver cómo afectan las bajas de los jugadores de algunos equipos por circunstancias personales, como pasa por ejemplo con Avery Bradley, que no olvidemos que fue titular en 44 de los 49 partidos que disputó hasta el momento con los Lakers. Bajas que por cierto también se darán en los banquillos, porque algunos entrenadores por motivo de edad y protocolo no podrán estar en Orlando al ser personal de riesgo, como en el caso también de los Lakers con su entrenador ayudante Lionel Hollins.

En cualquier caso y con el balón ya botando sobre las pistas, habrá que desear que todo transcurra con la “normalidad propia de esta situación excepcional”, y que los aficionados se den el gusto de vivir un verano atípico de buen baloncesto.

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