Por Jorge
Aquellos que dicen que el “all star game” y toda su parafernalia ya no es lo que era, como si no hubiese sido siempre un escaparate para vender el producto más allá del juego, se centrarán en la Copa ACB disfrutando de la competitividad que la caracteriza, porque el equipo que quiere alcanzar el título tendrá que ganar sí o sí cada día, pero en los dos casos disfrutarán de un modo u otro de estos espectáculos.
Partido de las estrellas
La NBA hizo cambios en 2018, de tal manera que el clásico enfrentamiento entre conferencia este y oeste desapareció, y ahora el partido estelar se convierte más que nunca en una pachanga entre superestrellas desde el momento que los dos jugadores más votados se encargan de elegir sus equipos como se hizo siempre en el patio del colegio.
A modo de homenaje a Kobe Bryant después de su trágico fallecimiento en 2020, las reglas de este partido se cambiaron y se juega cada cuarto como si fuera un partido cada uno, y el equipo ganador de cada periodo consigue un premio que luego dona para una causa benéfica. Luego en el último cuarto el equipo que va por delante en el resultado global necesita anotar 24 puntos, número relacionado con el dorsal que portó Bryant, puntos que necesita sumar el otro equipo además de superar la desventaja que tenga para ganar. Y en este caso sin límite de tiempo. Veremos si se mantiene ese formato o vemos más cambios de última hora.
La competitividad del partido de las estrellas mejoró pero está lejos de lo que se puede ver en competición oficial, y es lógico, ningún equipo quiere arriesgarse a perder a alguna de sus estrellas por un exceso de celo competitivo en un partido de exhibición. De todos modos, a los aficionados les gusta poder ver a los jugadores más icónicos de la liga vendiendo las bondades de ese baloncesto de mates y vuelos espectaculares hacia el aro, y de triples y tiros imposibles en ataques de poco más de cinco segundos.
Partido de jugadores jóvenes
Este curso se produce otro cambio que quizás sí mejore la competitividad y sirva como banco de pruebas para una futura competición a desarrollar durante la temporada similar a lo que se vive en la Copa ACB. En este caso será una especie de “final four” que se jugará en lugar del antiguamente partido de los “rookies” (novatos) y luego denominado de las “estrellas emergentes” (rising stars).
Ese partido dividirá a jugadores de primer y segundo año de la liga, más cuatro jugadores (“Scoot” Henderson, MarJon Beauchamp, Dyson Daniels y Jaden Hardy) que todavía no aterrizaron en ella pero que juegan en un equipo de su liga de desarrollo (G League) que está bajo el auspicio de la propia NBA: NBA G League Ignite.
Los 28 jugadores seleccionados (los cuatro mencionados más doce “rookies” y doce “sophomores”, jugadores de segundo año) se dividirán para formar cuatro equipos dirigidos por cuatro leyendas (Rick Barry, Gary Payton, Isiah Thomas, y James Worthy) que se medirán en dos semifinales donde los ganadores serán los equipos que alcance antes los 50 puntos. Y luego en la final para ganar habrá que alcanzar los 25 puntos. Todo ello en un guiño a los 75 años de vida de la liga (50+25).
Una competición de tiro denominada “Clutch Challenge” se desarrollará también antes de la final de este evento, y en ella participarán varias parejas de jóvenes jugadores que deberán anotar desde cinco posiciones de la cancha relacionadas con tiros icónicos de la historia de la NBA.
A todo esto se le sumarán los clásicos concursos de habilidades, triples y mates, que si bien es difícil que ofrezcan novedades después de casi cuatro décadas de eventos de esta naturaleza, siempre dejan alguna imagen llamativa, aunque lo que más llama la atención antes de su celebración es la ausencia del vigente campeón del concurso de triples, Stephen Curry, que no defenderá su corona triplista.
Copa ACB: modelo de competición
La semana de Copa ACB, la competición va de jueves a domingo, es un clásico del baloncesto mundial al que se acercan multitud de ojeadores de la NBA en busca de talento. Y su organización y formato está considerado como todo un paradigma de competición.
El baloncesto puro y duro se da cita en formato reducido a la manera clásica de ganar para seguir compitiendo hasta la final. Los ocho mejores equipos de la ACB al final de la primera vuelta de la liga se miden para conseguir el primer título de la temporada. Y aunque el formato invita a las sorpresas, lo cierto es que desde que su desarrollo está bajo la organización de la ACB (1983-84), sólo en once ocasiones no estuvieron Barcelona o Real Madrid en la final, y de las diez últimas, seis enfrentó a los dos equipos “futboleros”. Y este curso que ambos equipos no sólo llegan como los dos mejores clasificados de la liga sino que también de la euroliga, así que parece que será difícil será que no repitan final.
En cualquier caso, si hay un torneo que invita a la sorpresa es éste, y ese es uno de los alicientes para todos los aficionados. Joventut o Valencia pueden ser candidatos a romper el “clásico” en la final, e incluso Manresa que está jugando muy bien y ya ganó dos veces al Barça (en liga y en la copa catalana) tal vez podría dar la sorpresa.
Lo que es seguro es que la variedad técnica y táctica durante la Copa ACB será del más alto nivel, y los más estudiosos del juego tendrán a su disposición siete partidos a repasar después para analizar el más mínimo detalle. Y todo ello no exento del espectáculo y la emoción que suele caracterizar al baloncesto.
Copa ACB vs. Fin de semana de las estrellas NBA
Algunos por motivos familiares, laborales o personales tendrán que seleccionar a qué evento le dedican toda su atención, pero el seguidor fiel tiene anotado en su agenda este fin de semana y seguro que sabrá sacar tiempo para seguir dos de los eventos baloncestistas más importantes del curso.
Pero si hay que elegir, parece que la elección es fácil, seguir en directo la Copa ACB, con competición pura y dura del máximo nivel, y dejar el fin de semana de las estrellas para el diferido que ahora permite el auge del “streaming”, o en su defecto decantarse por los “highlights” y resúmenes del día siguiente que condensan los mejores momentos baloncestísticos de dicho espectáculo.
Para aquellos que prefieran seguir el “fin de semana de las estrellas” de la NBA en directo por televisión/internet y no lo hayan hecho antes, advertirles que no es lo mismo verlo en diferido o en los resúmenes que en directo, y es que en ocasiones vivir alguno de estos eventos en directo (en el caso español, a altas horas de la madrugada), supone asistir a numerosos cortes publicitarios y a algunas rachas de fallos continuos en los concursos de mates o triples, por no hablar de correcalles en el partido de las estrellas con el marcador claramente decantado de un lado (a veces pasa), pero quién sabe.
Lo que es seguro es que la NBA ofrecerá el esperado y “obligado” homenaje a los recientemente elegidos como mejores jugadores de sus 75 años de historia, y es que esa veneración a sus leyendas es algo habitual de lo que tal vez debería aprender el baloncesto FIBA.
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