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domingo, 2 de febrero de 2025

Polémica NBA: Muchos triples, menos juego de pívot (II)

Por Jorge

Hace varias semanas inicie una reflexión sobre el abuso del triple, donde dejé claro que la clave estaba en la selección de los tiros, es decir, que la queja debería estar en los errores y el desacierto más que en el hecho de tirar más o menos. Y ahora le toca el turno a comentar sobre la ausencia de juego al poste bajo.

Evolución del pívot
Los más veteranos recordamos que los pívots de antes estaban para poner bloqueos, cargar el rebote de ataque, defender y poco más… salvo que estuvieras en el club de los elegidos, léase Kareem Abdul-Jabbar o Wilt Chamberlain, si nos referimos a la “prehistoria” de la NBA, y Hakeem Olajuwon, Tim Duncan o Shaquille O´Neal si nos remontamos a finales del siglo pasado y principio de éste. Pívots que marcaban la diferencia, y por cuyas manos tenía que pasar la pelota casi en cada uno de los ataques de sus equipos.



Muchos nostálgicos se quejan de que ya no hay “bailarines” al poste bajo que destaquen por su juego de pies, pero no estoy tan de acuerdo, Joel Embiid (Sixers), Nikola Jokic (Nuggets), Anthony Davis (Lakers), Ivica Zubac (Clippers) y algunos más, son interiores que ahora pueden volver loco a sus defensores con sus pivotes y giros en la pintura, sin embargo, los pívots van también por otros caminos y al igual que ellos juegan por fuera, los jugadores de perímetro también pisan la zona más de lo que se hacía antes.

Si por jugar de pívot nos referimos a que se pase la pelota al poste bajo, pues sí, eso es una rara avis en la NBA de hoy. Así entendido, salvo en los casos de tres o cuatro equipos que cuentan con un jugador muy grande y habilidoso para jugar en esa posición, apenas si llegan balones allí. Sin embargo, eso no impide ver ciertos movimientos en la pintura de jugadores que llegan en bote y se giran para hacer un tiro a la media vuelta, igual que podía hacerlo antes un pívot que recibía y hacía ese movimiento después de una finta previa.

Ahora los pívots pueden (o les dejan) hacer otras cosas, y así tenemos el ejemplo de Domantas Sabonis (Kings), jugador que suele estar siempre entre los mejores de la liga en la estadística de puntos por bloqueo puesto (sí, en la NBA hay datos para todo), pero además puede subir la pelota (recuerdo que en su día ganó un concurso de habilidades del “All Star”), repartir juego y tirar triples, además de jugar alguna vez en el poste y pegarse en la pintura por los rebotes.

Y el mejor jugador de la liga es un pívot: Jokic. El pívot de Denver está ya entre los mejores interiores de siempre, hasta el punto de que no podría contradecir a nadie que me dijera que es el mejor de la historia por mucho que, en mi caso, tenga otras preferencias. Y es que nunca vimos un pívot tan completo como él. Capaz de jugar en la pintura y superar a cualquier con juegos de pies, fintas y habilidades que no parecen corresponderse con un físico (aparentemente tosco) como el suyo. Además puede subir la pelota y dirigir los ataques de su equipo, repartir juego desde el poste alto, y hasta tirar triples (y meterlos, que es lo importante, pues está entre los mejores porcentajes de acierto de la liga).

Jugar de pívot nunca fue fácil
Está claro que el exceso de triples y el llamado “small ball” (juego con jugadores de perímetro) no facilita jugar al poste ni el juego del pívot clásico, pero tampoco podemos olvidar que para los jugadores interiores nunca fue fácil jugar en la pintura, y siempre es más cómodo jugar por fuera (menos contacto, menos golpes). Para qué te vas a estar “pegando” por ganar la posición, si o no te pasan o encima te pitan falta de ataque si el que “pega” eres tú cuando a ti te estuvieron “breando” antes:



La supuesta ventaja física de un pívot frente a un jugador de perímetro (aunque ahora éstos tienen tamaños y pesos muy parecidos) suele ir en su contra, y es que si el pívot “sopla” a su defensor y sale despedido por una cuestión puramente física (más un poco del método Stanislavski), será falta sí o sí. Aquí podemos ver un ejemplo de esta temporada:



¿Cambiarán las reglas para equilibrar el juego?
El diferente criterio arbitral que rige la defensa de perímetro o interior no facilita el juego de los pívots. Mientras que a un jugador de fuera el mínimo toque puede considerarse falta, por ejemplo, ya sea conduciendo el balón o saliendo de un bloqueo, el pívot necesita que se le cuelguen tres o cuatro jugadores de los brazos como si fuera un árbol (que le pregunten a O´Neal) para que la piten.

En el pasado, si eras un pívot imparable había que buscar la manera de reducir ese dominio. Y así pasó, por ejemplo, en los años 50 (inicios de la NBA) cuando la superioridad de George Mikan fue vista como un peligro, y se decidió aumentar el tamaño de la zona duplicando las dimensiones del área restringida de 1,8 metros (6 pies) a 3,6 metros (12 pies) en 1952. La idea era alejar a Mikan del aro para reducir su dominio, y aunque sus números bajaron, lideraría a sus Minneapolis Lakers a ganar un par de títulos más.

Más tarde, en los años 60, Chamberlain sería la razón para volver a agrandar la zona (en 1964) aumentando el área restringida de 3,6 metros a 4,8 (16 pies) en un intento por dificultar su dominio del juego.

Incluso en la NCAA también quiso controlar el dominio de los pívots a finales de los 60, más concretamente para evitar la superioridad del jugador de UCLA, Lew Alcindor (más tarde Abdul-Jabbar), prohibiendo los mates. La medida no tuvo mucho éxito porque siguió liderando a su universidad para conseguir más títulos. Y, de hecho, el mismo dice que esa limitación le ayudó a mejorar su técnica individual añadiendo más recursos a su juego.

Si en el pasado se pretendió equilibrar el juego limitando las posibilidades de los jugadores interiores, ¿cambiarán las reglas para limitar el tiro de tres puntos? Algunos barajan la posibilidad de eliminar los triples desde las esquinas. Otros citan la opción de alejar la línea de tres puntos, aunque mucho tendrían que hacerlo para que tiren sólo los mejores tiradores, y así permitir que se busquen más tiros de media distancia y al poste bajo. Veremos.

A la espera de posibles cambios que permitan un juego más equilibrado en la NBA, igual que disfruté del juego en el pasado, disfruto ahora, y lo haré en el futuro, porque siempre hubo, hay y habrá partidos buenos y malos que vendrán determinados por el acierto, ya se hagan tiros de tres o se la juegue un pívot en el poste, porque igual se puede apreciar una buena circulaciónn de balón para llegar a un triple abierto como de un balón interior que termina con un gancho en la pintura. Por cierto, animo a los nostálgicos a ver una decena de partidos NBA de una semana al azar, para contabilizar el número de balones interiores que se juegan. Tal vez se sorprendan... para bien.

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