Por Jorge
La primera toma como referencia la vida de la propietaria de un equipo profesional, Los Angeles Waves, y la segunda tiene como base la relación del protagonista con una estrella del baloncesto, Stephen Curry.
La serie: “Running Point” (2025)
Traducida para el mercado español como “Una nueva jugada”, su trama se desarrolla a partir de una versión jocosa de la vida de la familia Buss, propietaria de Los Angeles Lakers, desde que la hija (Jeanie) se hace cargo de dicha propiedad.
La actual propietaria de los Lakers se hizo cargo de la gestión económica del equipo a la muerte de su padre, Jerry Buss, junto a sus hermanos (recientemente despedidos de sus cargos dentro del organigrama de la franquicia), y eso se refleja en la serie junto al hecho de que en su juventud ella fuera un poco “vida la vida” llegando a posar para la revista “Playboy”. A partir de ahí se entiende que el desarrollo es totalmente ficticio, pese a que se incluyan pullas al equipo de Boston (ya se sabe de esa rivalidad histórica en la NBA).
Luego las acciones de baloncesto de la serie se reducen a algunas pocas imágenes de partidos y entrenamientos, y se cuenta con algún cameo como el de Jalen Rose (en su versión como comentarista) o la de la actuación de la acróbata “Red Panda”, clásica del entretenimiento en los descansos de los partidos de la liga profesional estadounidense.
En cierto modo, Buss demuestra que sabe reírse de sí misma bajo el personaje que interpreta la popular actriz Kate Hudson, en una serie que está bajo su control como una de las productoras ejecutivas junto a su gran amiga, Linda Rambis, esposa del legendario jugador angelino, Kurt Rambis.
La serie: “Mr. Throwback” (2024)
El argumento de la serie parte de la figura de un reconocido jugador de instituto al que la vida no le trata muy bien, y que compartió equipo con la figura del baloncesto Stephen Curry, al que recurre para intentar redimirse, todo ello rodado a modo de falso documental.
Al igual que con “Una nueva jugada”, Curry además de actuar haciendo de sí mismo, participa de la serie como uno de los productores ejecutivos, es decir, poniendo la “pasta” para divertirse (no parece que tenga muchas dotes actorales) y quien sabe si obtener beneficios económicos.
El baloncesto aquí además de simular alguna situación tras partido del propio jugador de los Warriors, se limita a verle jugando “suavemente” con el protagonista.
La conclusión respecto de estas dos series es que no dejan de ser un entretenimiento menor con el baloncesto como gancho, al que no merece la pena que se acerquen aquellos que busquen actuaciones increíbles ni guiones deslumbrantes. Así pues queda reducida para aquellos “frikis” del baloncesto (o no) que quieran echarse alguna sonrisa (tal vez alguna risa) para pasar el rato sin más. Por cierto, la primera fue renovada para otra temporada, pero la segunda no tuvo tanta suerte.












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