Por Jorge
Un debate habitual en el baloncesto de los últimos años consiste en estudiar qué medidas se pueden aplicar para conseguir que se haga un juego más ofensivo y espectacular que atraiga más aficionados a las gradas y a las pistas.
Hace pocas fechas, Aíto García Reneses preguntó a sus seguidores vía twitter (@AlejandroGar114): ¿Creéis que es conveniente un cambio de reglas para mejorar la espectacularidad del baloncesto? Si es así ¿cuál es más importante?
Mi respuesta incluyo las clásicas propuestas que hacemos todos los aficionados, agrandar el campo y con ello los espacios (reducirlos beneficia a la defensa), y ser más severos con el castigo de las faltas tácticas en media pista pues ahora perjudican más a quienes las reciben en vez de penalizar a los infractores.
También añadí que había que tomar medidas para ser menos permisivo con los contactos defensivos, y sin pensar mucho, a eso le sumé que tal vez había que limitar el número de faltas permitidas por jugador. Ahora después creo que incluso se podría hacer que los jugadores sólo pudieran cometer tres faltas como máximo e incluso reducir a tres también las faltas a poder hacer por cuarto antes de ir a los tiros libres.
En definitiva, la idea es limitar en lo posible los contactos haciendo que los defensores (y entrenadores) se lo piensen muy mucho a la hora de meter las manos de manera indiscriminada por las limitaciones en faltas.
Otras situaciones habituales del juego actual que premian a la defensa (aunque sea mala) por encima del ataque son las faltas que se hacen antes de un tiro de tres para conceder dos tiros libres cuando se tiene esa ventaja en el marcador, y los carruseles de faltas para llevar al rival al tiro libre en los finales de partido con marcador ajustado. El primer caso nos priva de numerosas situaciones espectaculares que por ejemplo en el baloncesto NBA se ven con cierta frecuencia pues allí no suele ser normal este tipo de faltas. Y en cuanto al segundo ralentizan el juego al permitirse todas esas faltas intencionadas.
Tanto para las faltas que evitan los triples como para la ida-vuelta constante al tiro libre en los minutos finales se podrían castigar todas ellas como faltas intencionadas (que no es la actual antideportiva). Con ello se agilizaría el juego y se evitarían finales de partido interminables. Y la falta antideportiva debería denominarse flagrante como en la NBA, que sería aquella que conlleva un peligro físico de lesión: golpear o empujar a un jugador que está en el aire, por ejemplo.
Lógicamente cualquier cambio en el reglamento debería ser estudiando y aplicado de manera experimental en ligas menores para ver que evolución toma el juego antes de universalizarlas pero siempre intentar avanzar en ese campo pues a veces tomar medidas acumula un retraso injustificado fruto de que quienes dirigen el cotarro no están a la altura pues poco o nada les interesa el juego y los aficionados. Así es sangrante que todavía no se haya hecho nada para aumentar las medidas de los campos después del aumento de la distancia de la línea de tres puntos cuando todo el mundo ve que es necesario.
Todo lo mencionado sólo son ideas, pero quizás se ha perdido cierta espíritu del reglamento con el paso del tiempo, y bastaría con volver a aplicar una de las trece reglas originales del baloncesto que fueron escritas por su inventor, James Naismith en 1891. La regla número cinco decía que no se permitían determinados contactos, y que serían sancionados con una falta en la primera ocasión, y en la segunda, el jugador tendría que dejar el campo hasta que se anotase una canasta. Algo parecido a las exclusiones que se aplican en el balonmano. ¿Podría ser esa una buena opción en determinados casos para mejorar el juego?
Finalmente para quienes piensen que algunas de las medidas planteadas son un castigo excesivo para la defensa, y que consideran que la buena defensa (atención al adjetivo porque no es fácil ver buena defensa) también puede ser espectacular, recordarles lo que dice la regla número doce de las trece originales: el juego es ganado por el equipo que consigue meter más canastas, es decir, se hace hincapié en el ataque.
Aíto García Reneses practicó hace varias temporadas en el Joventut de Badalona un juego dinámico y con alto ritmo ofensivo a partir de unos niveles de intensidad defensiva notables con todo tipo de variantes. Realmente su juego era bastante espectacular. Pero eso es poco habitual, y como dice el tópico, es la excepción que confirma la regla que dice que el baloncesto ahora premia la defensa (aunque sea mala) por encima del ataque algo que parece incongruente con el deseo de los jugadores y los aficionados.
3 comentarios:
Jorge, a partir de esta temporada en ligas FEB(no ACB) se pondrá en práctica la falta antideportiva en casos de realizar una falta táctica sin intentar jugar el balón, simplemente por destruir el juego ofensivo. Típica falta en medio campo y como no llevo ninguna falta de equipo...salgo beneficiado. FALTA ANTIDEPORTIVA.
Jorge, a partir de esta temporada en ligas FEB(no ACB) se pondrá en práctica la falta antideportiva en casos de realizar una falta táctica sin intentar jugar el balón, simplemente por destruir el juego ofensivo. Típica falta en medio campo y como no llevo ninguna falta de equipo...salgo beneficiado. FALTA ANTIDEPORTIVA.
Pues me alegro que sea así Diego DCS. A ver si así a la gente se le quita las ganas de romper el juego de ataque de esa manera o lo paga como se debe.
Estaría bien que todo el baloncesto aplicara esa medida.
Saludos.
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