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viernes, 11 de julio de 2014

El valor de un entrenador

Por Jorge


“Hay entrenadores que se creen más importantes que los jugadores. Cuando es así, es un problema.” Zinedine Zidane


A veces en el deporte de tanto repetirse algunos tópicos entre los aficionados acaban por convertirse en axiomas que se toman por verdades absolutas que ni mucho menos lo son. Un ejemplo: El equipo ganó gracias a los jugadores (cuando el equipo consigue una victoria). El equipo perdió por culpa del entrenador (en caso de derrota). Palabras que por supuesto no dejan en muy buen lugar al entrenador y que simplifican cualquier resultado.

Recientemente en una entrevista de “Marca” a Xavi Pascual, entrenador del Barcelona, éste se quejaba de que siendo el entrenador un actor principal dentro del baloncesto no se le da valor, y sólo se tiende a resaltar los errores y los resultados, jamás nada referido al juego y el buen trabajo realizado. Incluso va más allá y “reclama” que igual que se destacan las mejores jugadas de los jugadores, se podía hacer también algo parecido con los entrenadores.

En este ejemplo, simplificando, el tópico supone que si el Barcelona pierde la culpa es de Pascual, y si gana lo es de que Navarro haya hecho un partidazo.

Que levante la mano quien haya visto o escuchado al público en una grada, padres de chavales en categoría de formación, o aficionados en general, criticar a un entrenador por no sacar a fulano, por no jugar de tal manera, por no hacer tal o cual cosa…imagino que la mayoría. Todos somos entrenadores en potencia, da igual de que deporte o categoría, y tenemos el cuchillo entre los dientes para arremeter contra aquellos que hacen o dejan de hacer lo que creemos conveniente como si el mero hecho de seguir un deporte a través de la pantalla o de los periódicos significara que conocemos un deporte y tenemos patente de corso para despotricar de los entrenadores.

No es una profesión con la que se suela ser agradecido, y con el tiempo, menos. También es verdad que saber encajar las críticas forma parte de la profesión, pero la mayoría de las veces son injustas o desproporcionadas (ojo, también lo son cuando van dirigidas a los jugadores).

Por mucha que sea la información que tiene el aficionado sobre la actividad de un equipo, existen multitud de detalles que le rodean que se desconocen, y que muchas veces determinan decisiones de un entrenador que vistas desde fuera no se entienden. Por no hablar del día del partido y todos los factores (no olvidemos que el otro equipo también juega) que afectan a las medidas que se tienen que tomar, y que vistas desde fuera y sobre todo a posteriori son muy fáciles de juzgar, pero que en el momento de la verdad no dejan mucho margen de actuación a la hora de tomar una decisión.

Cierto es que en el baloncesto, por su formato, se hace más fácil la influencia del entrenador en el juego: mayores posibilidades de cambios de jugadores, y tiempos muertos y parones que permiten realizar ajustes tácticos. Pero que nadie olvide que pese a ello al final todo está en manos del jugador/a y de su acierto. La decisión última siempre, como debe ser siendo como son los protagonistas del juego, es de los jugadores/as.

No me va la “notoriedad” que reclama el entrenador del Barça, y creo que la mayoría prefieren pasar desapercibidos, así que no querrán verse ni en pintura en ningún ranking de jugadas que resalte su figura, ahora bien, como deporte de equipo que es el baloncesto parece claro que la influencia de entrenadores y jugadores se reparte sino a partes iguales si en un buen porcentaje, de tal manera que igualmente se tendrán que repartir los elogios en las victorias y los palos en las derrotas aunque los protagonistas del juego sean siempre los jugadores.

¿Qué importancia tiene el entrenador en la dirección de un partido y el valor que tiene en el resultado?




Publicado el 11 de noviembre de 2013 en la web de baloncesto JordanyPippen.

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