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jueves, 11 de diciembre de 2014

Mirotic en el frío de Chicago

Por Jorge

La frialdad de Nikola Mirotic siempre arrastró el sambenito de que con ella no tendría demasiadas opciones en la NBA. Su perfil similar al del legendario Dejan Bodiroga, por la frialdad claro, que me perdonen los seguidores de éste último porque lejos está el montenegrino de su palmarés internacional y dudo que lo alcance, hacía que la mayoría pensase que sus posibilidades NBA eran pocas o que tendría notables dificultades para destacar allí. Frente a esos, estábamos los que defendemos que la técnica individual y el conocimiento del juego tienen salida en cualquier baloncesto por muy físico, o más físico habría que decir, como allá, que fuera.

El honor de haber compartido club, como entrenador de base, con la leyenda del baloncesto español y madridista Wayne Brabender da pie a que ilustre una anécdota muy breve sobre la figura de Mirotic. La presencia de éste último en un partido que tuvo lugar en nuestro club cuando empezaba a tener sus primeras oportunidades en el Real Madrid me llevó a comentar en tono de broma al máximo anotador de la historia del baloncesto madridista que no le vendría mal a nuestro equipo junior para poder jugar mejor. A lo que Brabender contestó que su futuro estaba lejos de aquí porque el chaval estaba loco por irse a la NBA. La conversación no avanzó más, por timidez propia pues pese a tener el punto de confianza que daba compartir club no me era ni me será fácil hablar jamás con una leyenda, y porque Wayne tampoco destacó nunca por su elocuencia. Sin embargo me quedé con las ganas de mostrar mi pensamiento al respecto, y es que no me parecía ese el mejor camino para un todavía imberbe jugador, pese a su reconocida calidad, temiendo un batacazo producto de la falta de madurez y esas prisas por alcanzar la mejor liga del mundo.


Afortunadamente esa marcha tardó un tiempo y eso permitió su crecimiento individual como jugador así como de su palmarés, aunque todos tiendan a recordar siempre más lo que no tiene (Copa de Europa) que lo que tiene (títulos nacionales), y por supuesto que pudiéramos disfrutar de su juego aquí en España.

Ahora ya con varios meses en aquel baloncesto no sé si habrá disipado las dudas de los aficionados más escépticos pero a buen seguro que lo habrá hecho con las suyas propias que de no tenerlas habría sido más arrogancia y soberbia que otra cosa. Sin duda largo recorrido le queda como para hacer valoraciones generales tan pronto, pero su futuro parece halagüeño después de este inicio de temporada en el que lo que es seguro es que ya ha demostrado que puede jugar con solvencia aportando calidad cuando los minutos de juego le acompañan.

Tiene mano para anotar desde cualquier posición, puede ayudar más de lo que muchos piensan sin balón, en rebote y bloqueos, y su inteligencia le ayuda a leer el juego sacando ventaja de sus defensores fuera o dentro según sean las características de éstos. Esa variedad de posibilidades le ayudará a evitar cierta especialización que allí es habitual y que encasilla a los jugadores como ya sufrieron otros en su día (Navarro o Rudy fueron poco menos que tiradores de esquina cuando pueden hacer mucho más como demuestran en el baloncesto FIBA). La única queja que sobre él recae está en su defensa, si bien en un equipo como Chicago Bulls al que se le supone muy trabajado en ese aspecto sus deficiencias pueden quedar reducidas por el trabajo colectivo.


Muchos criticaron que diera el salto este curso sin haber ganado la Euroliga, pero con todo lo demás ganado y sabiendo que los Bulls le esperaban se entiende que quisiera cumplir ya su sueño de jugar en la NBA. Y es que no iba a parar precisamente a un equipo cualquiera, sino a un aspirante a altas cotas esta temporada, si bien en buena parte porque en la conferencia este el nivel es bajo, y eso garantiza muchas victorias en su conferencia y con ello las opciones de llegar lejos en playoffs son grandes… hasta quizá la final. Y ya puestos a especular, si bien el oeste está por encima, amigo, una final hay que jugarla y sobre todo ganarla, y allí quien sabe que podría pasar. Y por si no fuera suficiente aliciente comenzar su andadura NBA en un club histórico como Chicago, tener como cicerone a Pau Gasol sin duda es todo un lujo para él.

A día de hoy Mirotic está promediando 7 puntos y 5 rebotes en 17.5 minutos por partido en un equipo aspirante a todo con lo que ello significa, y sumando desde el banquillo con la limitación de minutaje que eso supone, datos que sin duda crecerían con rol de titular en equipos de perfil medio-bajo sino incluso alto a poco que el aumento de minutos conllevasen más tiros y protagonismo.

Nikola Mirotic llegó al frío de Chicago con la incertidumbre de saber si podría adaptarse a las características de juego de la NBA y en un par de meses despeja dudas apuntando a que esta temporada cumplirá con creces los plazos que su adaptación requiere. Conociendo su fama de trabajador veraniego incansable para mejorar a buen seguro que en el futuro podrá seguir avanzando para conseguir jugar su mejor baloncesto allí. Y mientras aquí deseoso y contento de que así sea porque siempre es una delicia admirar el juego de jugadores elegantes y con clase.

2 comentarios:

Mo Sweat dijo...

Totalmente de acuerdo, Jorge, yo tampoco tengo ninguna duda de que mejorará e irá ganando minutos e importancia. El sitio de Mirotic es la NBA; en los últimos tiempos han jugado allí muchos jugadores europeos peores que él...

Saludos.

Jorge dijo...

Así debería ser Mo, y así esperamos la mayoría. Ojalá Mirotic tenga suerte porque calidad le sobra.

Muchas veces que peores o mejores jugadores destaquen o no, tanto allí como aquí, depende del equipo para el que jueguen y sobre todo del rol que tengan.

Saludos.

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