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miércoles, 14 de diciembre de 2016

El lagunero opina… Balance del primer tercio de temporada

Por Jorge

Mientras los Lakers están ya en Nueva York para jugar la próxima madrugada su siguiente partido en Brooklyn, es buen momento para ponerse al día, repasando algunos detalles de los partidos jugados la semana pasada contra tres equipos de su conferencia: (23) Utah Jazz, (24) Houston Rockets, y (25) Phoenix Suns. Y también para hacer balance del primer tercio de la temporada.

Seguramente contra Utah, teniendo en cuenta que es un equipo más fuerte de lo que pueda sonar al aficionado medio, se jugó el mejor baloncesto de estos tres partidos. Aguantando hasta la primera parte en el marcador, pero dejando la ofensiva casi exclusivamente en manos de Lou Williams, y sin poder parar a la pareja interior francesa de los Jazz: Diaw-Gobert.

Luego en Houston, el equipo acusó más otra nueva baja (Tarik Black), y jugando al pim pam pum con los Rockets difícil es tener opciones ante una batería ofensiva tan amplia como tiene el equipo de James Harden. A destacar que pese al festival anotador (134-95) el partido no dejó de ser una “castaña” pero que caracteriza estos tiempos del baloncesto NBA con ataques de muy pocos segundos al estilo “aquí te pillo aquí te mato” en el que los Lakers sumaron su récord de pérdidas de la temporada (27) y los Rockets no se quedaron cortos con otras 20 en un correcalles inaguantable.

Williams aparte (consiguiendo grandes marcas anotadoras saliendo desde el banquillo), el mejor, o al menos el que más ganas le puso en Houston, y en general en estos tres partidos fue Mozgov. Llamando la atención su facilidad para incorporarse rápidamente a la transición ofensiva, pero sobre todo que sea el primero en hacer el balance defensivo del equipo, siendo esto último una muestra de que la defensa de Lakers es muy pero que muy floja no ya en las transiciones, sino también en los bloqueos directos o en cualquier otra situación del juego.

Después de sus pasos por la liga de desarrollo y debido a las bajas, Zubac subió con el primer equipo, y en un partido con muchos minutos de la basura incomprensiblemente apenas jugó 5 minutos. ¿Cómo se espera que crezca este joven jugador si no juega?

Por último en el Staples frente a Phoenix el equipo se mantuvo en el partido pero siguió lastrado por su defensa (Bledsoe y Barbosa desde el banquillo les hicieron un traje) viviendo de arreones ofensivos puntuales.

Cada uno de estos partidos dejó detalles poco esperanzadores de cara a lo que estar por venir. Y si bien las lesiones son una buena excusa en cualquier momento, no lo es menos que después de haber jugado un cuarto de temporada, querer jugar ataques rápidos en un equipo joven sin mucha cabeza (tradúzcanlo por conocimiento del juego) y olvidarse de la defensa, no parece la mejor combinación posible aunque al principio de curso los resultados fueran positivos.

Recientemente L.A. se enfrentó a los Knicks y el que escribe volvió a rasgarse las vestiduras al comparar a Russell y Porzingis, más si cabe después de leer una información sobre los motivos que llevaron a los Lakers a elegir a uno en lugar del otro.

Está claro que la reconstrucción de un equipo mítico y legendario en cuanto a títulos no es fácil, y buena opción es el draft, pero no se puede elegir a la ligera, y los Lakers no parece que estén muy afortunados ni que parezca que el futuro sea tan bueno para sus elecciones pasadas y ni siquiera para la más reciente.

Esta temporada, hasta la fecha, Brandon Ingram está jugando 27 minutos por partido que ya los firmaría cualquier rookie antes de empezar la temporada. Y en ese tiempo anota 8 puntos, coge 4 rebotes y da 2 asistencias. ¿Son esos números de un número dos del draft? No lo parece. Venía con fama de ser un buen tirador de media distancia, pero lo cierto es que hasta ahora no mete una: 38% en tiros de dos y 30% en tiros de tres. Si esto era lo mejorcito que había el curso pasado en la NCAA, no hace sino demostrar que el nivel de la liga universitaria estadounidense es cada día más bajo.

Verdad es que hay que tener paciencia con un jugador que no deja de ser un niño que saltó demasiado pronto al baloncesto profesional sin terminar su formación, y desde luego sin el nivel físico adecuado más allá de su envergadura. Su peso no está para jugar en la NBA, incapaz de cerrar el rebote, y saliendo muy mal parado en cualquier penetración a canasta por mínimo que sea el contacto con el defensor.

La esperanza es que quizá pueda crecer y ayudar al equipo jugando como base, que es la posición que ocupa en muchos casos, aunque de momento sólo le sirva para subir la bola cuando bien podría aprovechar su tamaño jugando más al poste bajo.

Querer jugar ataques rápidos es una buena manera de hacer partícipes a todos en la ofensiva, y desde luego la salida de Clarkson y Williams desde el banquillo parece una decisión acertada, pero en un equipo que demostró dificultades para llevar el tempo de partido (saber cuando correr o cuando jugar en media pista para sacar ventajas) debido a su bisoñez y falta de liderazgo, quizás sería mejor idea pensar más en la mejora defensiva, que por momentos parece dejada en manos del azar. Por último, decir que se echa en falta más contraataque en un equipo joven con piernas frescas.

Sigue siendo pronto para juzgar el proyecto de Luke Walton, y seguro que la vuelta a la normalidad con la recuperación de los lesionados ayudará a mejorar los resultados, que viniendo de donde se viene se pueden considerar como aceptables, pero parece que hace falta algo más si realmente se quiere pelear incluso por entrar en los playoffs.

Por cierto, curioso vídeo el anterior en el que se ve a Young y Russell en un entrenamiento durante su tiempo de convalecencia. Parece que ni los responsables de las redes sociales del equipo confíen en sus propios jugadores, y es que la cámara se centra en sus movimientos sin que se vea si aciertan o no.

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