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martes, 23 de abril de 2019

Libros de Baloncesto: Marta Fernández y Pete Maravich

Por Jorge

Hoy es día de libros, y aquí recomendamos como siempre lecturas de baloncesto. En este caso el de un libro sobre una histórica del baloncesto español, Marta Fernández, y otro sobre una leyenda del baloncesto estadounidense, Pete Maravich.

Por supuesto quien quiera conocer más posibilidades, puede repasar otras recomendaciones publicadas en anteriores entradas del blog.

“Marta Fernández. Volando con los pies en el suelo” de Toni Delgado García

Actualmente Marta Fernández es comentarista de los partidos de liga femenina y de la selección española en TVE, pero no hace mucho era protagonista del juego en la pista, y este libro repasa su carrera deportiva, pero como se dice en la contraportada, también se refleja el perfil humano de una mujer deportista que seguramente en muchos momentos de su carrera pasó desapercibida para el gran público del baloncesto, porque en su tiempo la transcendencia pública del deporte femenino en los medios de comunicación era menor, y eso también nos privó de verla en acción en más ocasiones.


Esta lectura me permitió conocer detalles que sin duda engrandecen su categoría deportiva, como por ejemplo esa medalla de oro júnior con la selección española acompañada del MVP del campeonato, o varios MVP de la liga femenina en un tiempo en el que el nivel de juego de esta competición era mejor que el actual.

Creo que el mejor resumen de lo que supuso la actividad deportiva para ella desde sus inicios, está en el párrafo de la página 22 donde se dice que “Marta asimiló rápido qué es la disciplina y el sacrificio”, después de explicar que jugaba con tres equipos de la cantera del Sant Josep Obrer donde comenzó su formación deportiva, y “llegaba muy tarde a casa y después de cenar tenía que ponerse con los deberes y estudiar”.

En la misma línea, en su paso por el famoso centro de alto rendimiento en baloncesto del “Siglo XXI”, la entrenadora Silvia Font remarca en otro momento del libro que “a las niñas les advertimos que si no rinden en los estudios, tendrán que marcharse”.

Ejemplos perfectos éstos para las (y los) jóvenes (y sus padres) de que se puede hacer deporte y estudiar si se pone el interés y la actitud necesaria. Y si digo esto es porque como entrenador de categorías de formación, y otros muchos pueden corroborarlo, estoy cansado de recibir la excusa de los estudios para justificar ausencias a los entrenamientos o incluso llegar a dejar un equipo.

El libro es un compendio de datos con anotaciones y resultados de los partidos más importantes en la trayectoria de Marta Fernández, y como en todo buen repaso de los recuerdos de una carrera deportiva, también hay espacio para algún error o impresión equivocada o alterada por el paso de los años. Así recordando los juegos olímpicos de Atenas (2004), Marta Fernández se refiere a sus vivencias en la villa olímpica, y menciona que allí podían coincidir en el comedor con “estrellas de la NBA como Yao Ming, Kobe Bryant, Tim Duncan, Allen Iverson…”. Quizá el equivocado sea yo, y Bryant estuviese allí de visita, pero como jugador no participó con Estados Unidos en aquel campeonato.

Durante el libro se mencionan multitud de testimonios relativos a la actividad deportiva y personal de Marta Fernández, se incluye bastante material gráfico, y el prólogo corre a cargo de su hermano Rudy Fernández.

Por último, además de considerarla una lectura recomendable para aficionados al deporte de la canasta, que la editorial Cydonia tenga el bonito gesto de ceder un porcentaje del precio del libro para proyectos solidarios, también anima a comprarlo.

“Pistol. La increíble historia de Pete Maravich” de Mark Kriegel

Pete Maravich fue un jugador que desarrolló su carrera baloncestística en los 60 y los 70, y como bien se resume en un ladillo de la contraportada, la historia de “Pistol” (su apodo) es la de un jugador adelantado a su tiempo, que pudo ser el mejor de la historia, y no lo fue por los demonios internos que rodearon su vida.

El libro comienza por el principio del baloncesto en la familia de Maravich, es decir, por el padre, Press, y su vínculo a principios del siglo XX con los orígenes como quien dice del baloncesto. El padre de Pete jugó baloncesto profesional, llegando a participar durante 51 partidos en los Pittsburgh Ironmen de la BAA (Basketball Association of America) en 1946-47, en lo que sería la primera temporada de la que ahora conocemos como la NBA.

Luego su relación con el baloncesto estuvo centrada en los banquillos de la competición universitaria, y sería su trabajo como entrenador lo que influiría en su hijo, obsesionándose con el desarrollo deportivo de Pete en el baloncesto: “el único objetivo que Press tenía en la vida era Pete”, dice un testimonio. Él se encargó de entrenar a Pete fuera de la competición al principio, y luego en su etapa universitaria en los Tigers de Louisiana State.

Tener a su padre como entrenador supuso una presión, por la notable exigencia que recibía, pero también por el trato de preferencia a ojos del resto de jugadores. Así parecía que había un rasero para medir a los demás, y otro para Pete (que era más duro).


En LSU Maravich batió todos los récords posibles en anotación, marcas que actualmente siguen vigentes en el baloncesto universitario (NCAA): 3667 puntos en su carrera universitaria, más de 44 por partido.

Carolina Cougar de la ABA estuvo a punto de ser el destino de Maravich una vez finalizado su periplo universitario, pero al final Atlanta interesado en la construcción de un nuevo pabellón (el Omni), necesitaba una cara visible para mejorar sus ventas y con ello financiar esa futura cancha…

Considerado como la esperanza blanca, la elección del número 44 en su camiseta (el 23 que lució en su etapa universitaria lo llevaba Lou Hudson) guardaba relación con la idea de ser el relevo de Jerry West, 44 de los Lakers.

Falta de habilidades sociales, su dependencia del padre, su obsesión por el baloncesto, fueron dificultades para adaptarse al profesionalismo, y su afición por la bebida así como algunas excentricidades (creencias acerca de los ovnis) tampoco le ayudaron… y dejaron una carrera rica en “highlights” y números, pero pobre en éxitos deportivos. Y es que individualmente tuvo temporadas estupendas que le llevaron a ser máximo anotador, a formar parte del mejor quinteto de la liga un par de veces, y a ser elegido para jugar el “All Star Game” en cinco ocasiones... pero colectivamente sólo jugó dos temporadas con récords positivos, una en Atlanta (1972-1973), y la media temporada que pasó con los Celtics. Y disputó sólo 26 partidos de playoffs, ganando su única eliminatoria en su última temporada en Boston.

La etapa final de su vida ocupa los últimos capítulos del libro, contándose la muerte de su padre Press (víctima de un cáncer), acompañado de su hijo una vez que ya estaba retirado del baloncesto profesional. Además del cuidando de su padre, Pete pasó por diferentes etapas, una primera en la que aborrecía de los recuerdos de su carrera baloncestística, para luego pasar a su conversión a la religión, momento en el que volvió al baloncesto para recaudar fondos para diferentes causas, realizando campamentos o participando de homenajes.

Poco después de su inclusión en el “Hall of Fame” en 1987, falleció víctima de una extraña anomalía en su corazón, sin que entendieran los médicos que hubiese podido jugar al baloncesto de alto nivel con dicha dolencia.

Finalmente se menciona la influencia que tuvo en sus hijos y como tuvieron que hacer frente a su actividad en el baloncesto llevando el peso del apellido y las hazañas de su padre.

En el libro se relatan multitud de curiosidades e historias que demuestra un gran trabajo de investigación del autor y que hacen muy recomendable su lectura. Por ejemplo se hace mención al famoso récord de los 100 puntos de Wilt Chamberlain cuando se habla del entrenador de Maravich en Atlanta, Richie Guerin, el cual jugó para los Knicks en ese partido, sintiéndose ofendido porque “los warriors empezaron a hacernos faltas en la zona exterior para parar el reloj y dar más tiempo para que Wilt fuera sumando”. Y se dedicó a hacer faltas para que le expulsaran porque no quería participar de “esa farsa”.

Eso sí, hay que tener en cuenta que se escribió en 2008, pero luego fue traducido por David Fernández en 2016 para la editorial Contra, aviso que conviene tener en cuenta porque en él por ejemplo se cita a Phil Jackson (como miembro de los Knicks de los 70), y se indica que ganó nueve anillos como entrenador (y no los once que consiguió finalmente).

1 comentario:

Planckito (Julio Gómez) dijo...

recientemente ha salido otro libro muy interesante, The Stories Behind The Photos In 'A Basketball Book About Black People', Dejo el enlace en Forbes y donde aparece una reseña de lo que será: https://www.forbes.com/sites/raewitte/2019/05/30/the-stories-behind-the-photos-of-a-basketball-book-about-black-people/#7d4f5d863b1d

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