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miércoles, 23 de noviembre de 2022

Baloncesto Vintage: Adrian Dantley (Detroit Pistons)

Por Jorge

La primera final de la NBA que pudimos ver los aficionados españoles por televisión fue la que disputaron Los Angeles Lakers y Detroit Pistons en 1988. Algunos partidos o resúmenes amplios de finales, siempre en diferido, se pudieron ver antes, sin embargo, las finales de 1988 supusieron un punto de inflexión para el aficionado por cuanto pudimos ver todos sus partidos en directo. Además aquella serie final se fue al séptimo y decisivo partido, y al juego que nos fascinaba por entonces se sumó la incertidumbre y la emoción del resultado final.



Aquí se podría hacer semblanza de cualquiera de los protagonistas de aquella final, pero si tuviera que elegir a uno pocos adivinarían que pensase en Adrian Dantley. Que ya conociera a las grandes estrellas de los finalistas (Jabbar, “Magic” y Worthy por los Lakers; y Thomas por los Pistons) hizo que mis ojos se centraran entonces en este alero de apariencia “viejuna” que se enfrentaba a pívots rivales pese a su “desventaja física”.



A las nuevas generaciones puede que no les llame la atención este juego, ahora se lleva el tiro lejano y los vuelos estratosféricos, pero Dantley era un jugador “terrenal” que se apoyaba en su técnica y sobre todo en su inteligencia para sacar provecho de sus virtudes baloncestistas.

¿Quién era Dantley?
Nunca sobran motivos para recordar a una leyenda, sea cual sea, pero en este caso el germen de esta entrada está en la lectura de “Showtime” de Jeff Pearlman, el libro en el que se basa en parte la famosa serie de HBO “Winning Time”. Su autor repasa la etapa de los Lakers denominada “Showtime” por el juego rápido y alegre que caracterizó a este equipo en los 80. Y en el capítulo dedicado a aquellas finales de 1988 se acuerda de Dantley una vez que es el principal protagonista de la victoria de los Pistons en el primer partido de aquella final.

Entre Pearlman, Wilt Chamberlain y Frank Layden hacen una estupenda descripción de quien fue y el juego que desarrolló Dantley:

(…) “el alero que jugara en los años setenta en los Lakers y que venía de promediar veinte puntos por partido en la temporada regular. Con su 1.93 de estatura real (algo menos que el 1.96 que aparecía en todas las guías) y sus noventa y cuatro kilos, Dantley era un jugador único en la liga. Aunque no era especialmente alto ni especialmente rápido, sabía moverse como nadie bajo el aro y tenía un instinto especial para colocarse siempre en el lugar preciso. Los compañeros le llamaban Teach (Profe) por todos los trucos que les enseñaba. Wilt Chamberlain llegó a decir de él que era el mejor jugador de la historia al poste bajo. “Movía los pies de maravilla y era muy listo –explica Frank Layden, entrenador de Dantley en Utah durante cinco temporada–. En los finales de partido, lo mejor era darle el balón a Adrian porque nunca se ponía nervioso y siempre metía los tiros libres. Era un jugador decisivo”.

Pasado de Dantley antes de los Pistons
En los 80 y los 90 los aficionados no disponíamos de internet para repasar cuanta información existe en la red sobre cualquier persona o asunto, así que el conocimiento que teníamos sobre Dantley era escaso. Sabíamos que era jugador de los Pistons y punto. No conocíamos de donde venía, cuál era su trayectoria previa. Así ibas descubriendo poco a poco de cualquier jugador a medida que crecían las opciones informativas a través de revistas especializadas o reportajes televisivos. Y uno de estos últimos fue el famoso programa “Chócala”, que era una especie de documental en trece episodios que repasaba la historia del baloncesto desde su invención hasta el año previo a la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.

Concretamente en el episodio que repasaría el baloncesto olímpico de Montreal 1976 se pudo ver a Dantley en acción, pues él fue uno de los componentes del equipo olímpico estadounidense que ganó la medalla de oro en aquella competición. Menuda sorpresa ver a un jovenzuelo Dantley, más atlético que el jugador que veíamos en aquella época en la NBA, pero que también solía hacer su juego cerca del aro.



Su elección en aquel equipo olímpicos (fue su máximo anotador) dirigido por otro legendario, Dean Smith (Carolina del Norte), vino avalada por su trayectoria universitaria con Notre Dame donde promedio 28 puntos y 10 rebotes por partido en su último año universitario. Es decir, era una estrella del baloncesto universitario.

Luego en su desembarco en el baloncesto profesional fue elegido novato del año en 1977 una vez que promedió 20 puntos y 7 rebotes para los Buffalo Braves. Eso sí, llama la atención que fuera traspasado a los Indiana Pacers que a su vez lo traspasaron después a los Lakers (en ese canje estuvo implicado James Edwards, que curiosamente también jugó con Detroit las finales de 1988). Entonces no lo sabíamos, pero Dantley ¡había tenido pasado angelino!, coincidiendo en L.A. con jugadores destacados como Norm Nixon, Jamaal Wilkes y sobre todo Kareem Abdul-Jabbar.

Uno podría pensar que en L.A. junto a jugadores de aquel calibre podría haber tenido temporadas exitosas, sin embargo, aunque promedió 18 puntos en sus dos años allí, el equipo siempre estuvo lejos del título.

Después en 1979 Dantley sería traspasado a los Jazz por Spencer Haywood, y en Utah jugó un gran baloncesto promediando 30 puntos por partido en siete temporadas. Esa facilidad para anotar le sirvió para ser el máximo anotador de la liga y formar parte del segundo mejor quinteto de la temporada en 1981 y 1984, así como ser seleccionado para disputar seis partidos “all star”. Si bien estos logros individuales siguieron sin verse correspondidos con éxitos colectivos, a la larga se reconocerían sus méritos cuando se retiró su número 4.

Detroit, posibilidades de título… y traspaso antes de la gloria
Dantley fue traspasado a Detroit como jugador “all star” en 1986, es decir, para dar el salto de calidad que permitiera a los Pistons pelear por la corona del este frente a los Celtics y tener opciones de aterrizar en una final NBA. Y así se convirtió en pieza fundamental para jugar las finales de conferencia en 1987 y después de quedarse a las puertas de las finales, alcanzarlas en 1988.

Dantley nunca había estado tan cerca de la gloria… y nunca lo volvería a estar. Mediado el curso siguiente, volvió a ser traspasado una vez a Dallas más por Mark Aguirre, amigo íntimo de de Isiah Thomas, de quien se dijo que orquestó ese canje. Luego Detroit ganaría el título aquella temporada y la siguiente, y el “pobre” Dantley se quedó sin saborear el triunfo pese a haber sido pieza decisiva en la construcción de aquel equipo campeón.

Muchos sentimos aquel traspaso como una “traición” y seguramente el propio Dantley también. A su vuelta por primera a la pista de los Pistons con su nueva camiseta, el alero recibió una calurosa ovación del público que no olvidó su gran juego allí, pero también se pudo observar una conversación privada con Thomas, en la que las malas lenguas dicen (y por el gesto de Dantley parece que no iban desencaminadas) que le dijo que no le perdonaría jamás por aquel traspaso.



Luego de su paso por Detroit, Dantley jugaría sólo 86 partidos con Dallas y Milwaukee, y acabaría sus días como jugador de baloncesto en el equipo italiano de Aresium Milano donde promedió ¡27 puntos por partido con 37 años!

Hall of fame
Muchos aficionados sólo valoran a los jugadores por sus títulos, y eso deja fuera del estrellato a muchos grandes que por unas causas o por otras no pudieron ganar el ansiado título de la NBA, como pasó con Dantley. Afortunadamente los especialistas saben reconocer también grandes trayectorias y en este caso su mayor reconocimiento fue su inclusión en el “Hall of Fame” junto a las leyendas de la historia del baloncesto en 2008.

Acompañado por su entrenador del instituto (que importantes son siempre los maestros en los inicios en cualquier actividad), Morgan Wootten, Dantley realizó su discurso de ingreso en esta institución no sin antes recibir el aplauso puestos en pie de otros legendarios como Pat Riley o “Magic” Johnson, protagonistas también de aquellas finales de 1988:

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