Por Jorge
No puedo negar que en mi caso pasa igual, cuando entreno, si miro un partido, si hablo de baloncesto, el tiempo que dedico al ataque siempre es la mayoría, pero como no está de más corregirse, aquí va esta entrada como especie de continuación de otra anterior escrita hace más de una década. Y es que ya en aquella ocasión comenté un pequeño detalle del juego que tenía que ver con el uso de los brazos en defensa.
Otra vez, entrenando a un grupo de chavales que no entrenaron nunca antes, y que jugaron muy poquito, quedé “fascinado” al ver como en defensa mantenían los brazos abajo, cual pistoleros a punto de coger su revólver en un duelo en el lejano oeste. Y es que pese a su poca experiencia en baloncesto ni siquiera hacían por ir a recuperar el balón del adversario, algo que siempre se considera instintivo.
Siguiendo con preguntas y respuestas, si preguntamos sobre ese uso de los brazos en defensa la mayoría estará pensando en los tapones, y también tal vez en los robos de balón. Y quizás poco en lo que llaman los “yankees” las deflections, y que podríamos traducir por desviaciones, es decir, pases que se interceptan y que pueden terminar o no en recuperación del balón, como podemos ver en el siguiente vídeo:
El ataque suele tener la iniciativa en el juego, y bastante es que la defensa pueda “estorbarle”, por eso habría que hacer hincapié en la necesidad de utilizar los brazos para esas desviaciones, y que ese es un apartado importante del trabajo defensivo.
Y aquí tenemos un ejemplo de cómo ese uso de los brazos se puede hacer incluso sin ver el balón, intuyendo que le puede llegar un pase a nuestro atacante, y así forzar el error, que en este caso sirvió para conseguir una victoria:
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