Por Jorge
Recientemente se firmó un acuerdo entre la Federación Española de Baloncesto, el Consejo Superior de Deportes (CSD), la Asociación de Clubes y la Asociación de Jugadoras (AJUB) encaminado a crear un convenio colectivo que permita la profesionalización del baloncesto femenino español de elite.
Sin embargo, a veces se viven algunas situaciones, como la que contamos hoy aquí, que demuestran que la estructura tiene que mejorar y hay que pulir algunos detalles que son menores pero que no pueden ocurrir en una competición profesional de baloncesto.
El pasado fin de semana el Barça CBS recibió la visita de Valencia Basket. El partido fue retransmitido por Teledeporte, y asistimos a una situación llamativa, por lo negativo, y que no debería ser propia de ningún deporte profesional. El Barça llegaba a ese partido acuciado por las bajas, y tuvo que echar mano de algunas jugadoras de su cantera que debutaron en la máxima categoría.
🆕 En una nova jornada amb baixes per lesió, avui han debutat a #LFEndesa les juniors Martina Muñoz, Martina Vizmanos i Xenia Salzmann.
— Barça CBS (@FCBbasket_fem) December 10, 2023
Enhorabona, noies! I a continuar treballant! 💪
💙❤️🏀 pic.twitter.com/voTNDRqHpT
Al final del partido pasó lo siguiente:
Como bien dicen (y se escucha en el vídeo) el narrador (Diego Martínez) y la comentarista (Marta Fernández), en el baloncesto del pasado, y todavía en el amateur, cuando se da una circunstancia de este tipo, o se da la vuelta a la camiseta o se pone esparadrapo para modificar el número que aparece en la camiseta. Doy fe, porque lo he vivido en categorías de formación. Pero que se dé una situación así en la máxima categoría del baloncesto femenino…
Entiendo que la jugadora Martina Vizmanos tuvo que abandonar el partido porque no fue inscrita con el número que llevaba en la camiseta (llevaba el 12 de Angela Bjorklund), no necesariamente porque llevase el nombre de otra jugadora a la espalda, porque sobre eso el reglamento no dice nada. Y la prueba la tenemos en que otra debutante, Xenia Salzmann, jugó también con la camiseta de otra jugadora del equipo (número 23 de Roselís Silva), y no volvió de vuelta al banquillo porque hay que suponer que ella sí estaba inscrita en acta con el número que llevaba a la espalda.
Verdad es que el resultado estaba decidido cuando estas jugadoras saltaron al campo, y su participación no supuso ningún perjuicio para el equipo adversario, pero el reglamento es el reglamento, y está para cumplirse, especialmente en la máxima competición del baloncesto femenino.
La vinculación del Barça CBS con el F.C. Barcelona viene de hace algunos años, y se refrendó tras su ascenso a la máxima categoría, pues en realidad el equipo tiene su origen en el Club Básquet SantFeliuenc. Este vínculo permite a este equipo llevar los colores del Barcelona, su nombre y recibir la aportación económica pertinente. Lo llamativo es que, así y con todo, no disponga de equipaciones para solventar situaciones como la vivida en ese partido, más allá de que no puedan fichar otras jugadoras profesionales para sustituir a las lesionadas (como reclamaba al final de la emisión televisiva, Paula Ginzo, la jugadora más importante del equipo).
No deja de ser una “anécdota” lo que vivimos el pasado fin de semana, e igual de mal estaría que el equipo responsable de este “incidente” fuera otro, pero es curioso que el “todopoderoso” Barcelona a través de su “representante” en liga femenina sea el protagonista de una situación así de llamativa, y me atrevo a decir que hasta cierto punto bochornosa, para su imagen y el de la liga, que es más propio de una liga municipal que del baloncesto de élite. Insisto, mucho camino por recorrer para profesionalizar el baloncesto femenino y su mejor competición.
2 comentarios:
Saludos Jorge
¿A quién habrían guillotinado si esto hubiese pasado en una categoría masculina?. ¡Ah, no, perdón!, que esto seguramente no habría pasado.
¡Qué tal Nique_is_better!
Es verdad que si una situación así llega a pasar en baloncesto masculino habría tenido más repercusión, y a buen seguro que a alguien le habrían llamado la atención o algo peor.
Pero a mí eso me da igual, de un tiempo a esta parte disfruto bastante del baloncesto femenino, y me duele que se viva algo así en su máxima categoría, porque aunque no deja de ser un detalle menor, demuestra que falta cierto rigor y seriedad.
Saludos.
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