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martes, 9 de diciembre de 2008

Lázaro camina... y resucita

Por Jorge

Diversos medios ya han informado del primer partido que ha jugado Papadopoulos en su nuevo equipo, la Fortitudo de Bolonia. Todos destacan su buena actuación (pese al paupérrimo porcentaje de tiros libres (3 de 10). ¿Qué cara se le habrá quedado a Joan Plaza después de esos 19 puntos y 14 rebotes? ¿Y a Herreros y Antonio Martín?

Papadopoulos: ni antes era un paquete, ni ahora es la octava maravilla. (foto: fortitudo.it)

Conocida mi defensa de los jugadores interiores, este es buen momento para echar más leña al organigrama madridista y a la vez ejemplificar algunos factores (estilo de juego y confianza) que influyen en el rendimiento de un jugador en cualquier equipo de baloncesto.

El estilo de juego se tiene que adaptar a las características de los jugadores. Sólo en categorías de formación podrá ser al revés, en el sentido de que el entrenador tendrá que enseñar a los chavales a jugar en todas las posiciones y conocer el juego de manera global, siendo menos importante (por no decir nada importante) los resultados.

En el caso de los profesionales esto no puede ser así, y menos con jugadores de distintas características técnicas y sobre todo físicas. Así, cuando el Madrid fichó al griego, todo hacía sospechar que se jugaría un baloncesto más controlado o al menos de ritmo no tan acelerado como el que suele desarrollar el equipo blanco. Pero nada de nada. ¿Motivos?

Una vez fue fichado el griego, todo hacía pensar que era la pieza que faltaba al Madrid para su asalto a la euroliga. Ahora tendría el jugador grande necesario para hacer frente en los ataques estáticos ante las buenas defensas europeas. Pero cual ha sido nuestra sorpresa con la poca o nula participación de Lazaros en el juego.

Inicialmente tuvo minutos pero éste quizá no supo aprovecharlos por la falta de adaptación, por los habituales pasos que le pitaban y seguramente por la pérdida de confianza de su entrenador en sus posibilidades. Ahora la excusa quizá sea que el jugador no se adaptó, pero ¿no se tendría que haber adaptado el estilo de juego del equipo? ¿Acaso no conocía Plaza (me extrañaría) las características del griego? ¿No será que con su fichaje lo que se pretendió fue que no fichara por otro rival europeo? ¿Será que la dirección deportiva (Herreros y Martín) ficha sin consultar o haciendo poco caso al entrenador? ¿Pensarían los rectores blancos que Plaza era una solución momentánea y por eso importaba poco su opinión?

Demasiados interrogantes que todavía no se han resuelto y que quizás no resuelvan nunca. Señores periodistas, aprieten un poco las tuercas y dejen de hacerle el juego al equipo blanco…intereses, intereses…

Evidentemente si el estilo de juego del equipo pasa por correr todo el partido, la presencia de un mastodonte puede que no este muy bien visto pero quizá a la gente le falla la memoria baloncestística. ¿Cuál ha sido el mejor equipo de la historia practicando el arte del contraataque? Gustos aparte, los famosos Lakers del showtime fueron ejemplo en su momento de lo que tiene que ser el contraataque, y curiosamente en sus filas no sólo destacaba un pívot grande sino que encima era ya demasiado mayor: Kareem Abdul-Jabbar (el mejor pívot de la historia, opinión muy personal por supuesto).

Buen ejemplo de todo esto ha sido recientemente Shaquille O´Neal. En su última etapa en Miami y sus primeros meses en los Suns, con la cantinela de que se jugaba muy rápido apenas tocaba bola, ahora con un juego intermedio de correr pero cuando no se puede, jugar en estático, si tiene protagonismo.

Total, se puede correr y no dejar de sacar rendimiento a los hombres altos, porque aunque lo queramos, no siempre nos dejan ir a toda pastilla e incluso a veces conviene tomarse las cosas con calma. Y entonces es cuando la presencia de un jugador interior determinante (y encima buen pasador) puede ser de mucha utilidad. Eso sí, hay que pasarle el balón y darle confianza.

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