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Por Jorge
Una de las mayores controversias que genera el juego está cuando los árbitros deciden que una falta es “abajo” y por tanto será de banda/fondo si no está el equipo infractor en bonus (cuatro o más faltas antes de esa), y cuando es en el tiro y por tanto se dan tiros esté o no el equipo infractor en bonus. Por no hablar de esta misma circunstancia en posibles situaciones de canasta y falta.
El artículo quince del Reglamento FIBA hace referencia al jugador en acción de tiro:
15.1.2 La acción de tiro:
Comienza cuando el jugador inicia el movimiento continuo que normalmente precede al lanzamiento del balón y, a juicio del árbitro, ha comenzado un intento de encestar lanzando, palmeando o hundiendo el balón hacia la canasta de los oponentes.
Finaliza cuando el balón ha abandonado la(s) mano(s) del jugador y, si se trata de un tiro en suspensión, ambos pies han regresado al suelo.
Un jugador podría agarrar los brazos de un adversario que intenta encestar, evitando de esta manera que logre la canasta; aún así, se considera que el jugador ha efectuado un lanzamiento a cesto. En este caso, no es imprescindible que el balón abandone la(s) mano(s) del jugador.
No existe relación alguna entre el número de pasos legales realizados y la acción de tiro.
15.1.3 Un movimiento continuo en la acción de tiro:
Comienza cuando el balón descansa en la(s) mano(s) del jugador y este empieza a realizar el movimiento propio del lanzamiento, generalmente hacia arriba.
Puede comprender el movimiento de los brazos y/o cuerpo del jugador en su intento de lanzamiento.
Finaliza cuando el balón ha abandonado la(s) mano(s) del jugador o si se efectúa una acción de tiro completamente nueva.
Sin duda, esa parte que dice, “a juicio del árbitro” es demasiado difícil de controlar. Si uno se da una vuelta por las diferentes interpretaciones que circulan del reglamento, en ninguna, al menos yo no lo vi, se mencionan ejemplos de faltas en situaciones o no de tiro por lo que todo es demasiado arbitrario.
Particularmente, cuando he asistido a algunos cursos de entrenador, los árbitros encargados de explicar el reglamento y llegando a este punto, consideraban que ese “empieza a realizar el movimiento propio del lanzamiento, generalmente hacia arriba” guardaba relación con el movimiento de hombros al levantar el balón para tirar, pero claro, ¿quién dice que un jugador no pueda tirar a la remanguillé con un gesto de tiro poco ortodoxo…?
Eso sí, para aquellos que muchas veces se refieren a la acción de tiro continuada por aquello de empezar a dar los pasos a canasta, el reglamento es claro con ese “No existe relación alguna entre el número de pasos legales realizados y la acción de tiro”. Así que olvídense los que protestan en uno u otro sentido, pues uno puedo entrar a canasta y marcar todos los pasos del mundo para luego acabar pasando, o levantar el balón para tirar antes de darlos.
En el siguiente video se pueden apreciar un par de casos de un mismo partido de esos que complican la labor de los árbitros y en los que tienen que decidir rápido y bien en tan poco tiempo:
A mi parecer en el primero tal y cuando pitan los árbitros entiendo que el atacante hace el gesto del tiro, viendo que va a recibir la falta (una de esas faltas intencionadas llamadas tácticas que paran un contraataque en media pista), y debería de haberse dado tiros libres. En el segundo, el atacante ya marcando los pasos, y sin todavía decidir si tirar o pasar (conociendo como conocemos los aficionados a Huertas), recibe una falta y aprovecha para hacer un aspaviento con los brazos que los árbitros entienden que guarda relación con un tiro y dan tiros libres con el consiguiente enfado del entrenador del equipo infractor... que no lo ve tan claro.
La regla quiere ser clara… pero como vemos, luego la interpretación tal vez no tanto, y en todo caso, y en defensa de los árbitros, se entiende que las faltas en las que no dan tiros es evidente que lo hacen porque consideran que se producen antes, a veces parece que milésimas antes a juzgar por lo que se ve, y cuando los dan porque sí se producen en el momento del tiro.
Sin duda difícil es la apreciación de este tipo de faltas muchas veces, y quizá una medida que resolviese esta dificultad sería que todas las faltas se penalizasen con tiros libres (al menos las que se producen en campo de ataque) olvidando la cuestión del bonus, de tal manera que los equipos tendrían que adaptarse para no hacer esas faltas “intencionadas” que sólo buscan parar contraataques u otras situaciones de ventaja ofensiva. Y es que curiosamente y al menos a corto plazo, ahora mismo estas infracciones benefician al infractor. Algo difícil de entender.
Sin embargo ese posible cambio a falta igual a tiros siempre perjudicaría el ritmo del juego y aburriría al espectador por los constantes parones (muchos se quejan ya) hasta que los jugadores y equipos se adaptasen a la regla… si es que al final lo consiguiesen.
Al final la conclusión que se puede desprender de todo lo mencionado es que más allá de una posible modificación del reglamento (falta igual a tiros libres), el componente humano en las decisiones arbitrales es indudable y siempre quedará margen para el error, demostrando que arbitrar es una de las tareas más difíciles de llevar a cabo…
¿Alguien se anima a opinar?
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Entradilla
Por Jorge

Los Angeles Lakers pasan ahora mismo las de Caín en el inicio de la temporada NBA 2014-15, y no parece que la cosa tenga pinta de que vaya a ir mucho mejor de aquí al final de curso. Así que antes de que empeore (ojalá me equivoque como seguidor angelino), es buen momento para rescatar en la sección de "Hemeroteca" a la versión de jugador de su actual entrenador: Byron Scott.
Los seguidores más jóvenes sólo conocen a Scott en su faceta de entrenador tras ser asistente de los primeros y espectaculares Sacramento Kings de Webber y Jason Wiliams, luego pasar por New Jersey Nets (doble finalistas con él en 2002 y 2003), seguir en los New Orleans Hornets (2004-2009) donde ganaría el premio al mejor entrenador del año (2008) y terminar en los Cleveland Cavaliers (2010-2013) hasta llegar a su puesto actual al frente del banquillo de los Lakers.
Sin embargo como jugador tuvo una dilatada trayectoria que comenzó en 1983 después de ser seleccionado en el número cuatro del draft por los San Diego Clippers, que traspasarían sus derechos a los Lakers de "Magic", Kareem y Worthy a cambio del veterano Norm Nixon.
Gracias a su juego y currículum visitaría España allá por el mes de julio de 1990 para asistir a un campus veraniego, ya clásico, en Málaga, y protagonizar así esa portada del número 42 de la revista semanal de baloncesto “SuperBasket”.
Si bien Scott (y otros como Michael Cooper que también aparece en el siguiente video) pasaba desapercibido entre aquellos legendarios jugadores, fue un aceptable escolta que destacó siempre como buen tirador de media y larga distancia, así como finalizador de muchos contraataques. Elegido para el mejor quinteto rookie de 1984, su mejor media anotadora tuvo lugar en la temporada 1988-89 con 20 puntos por partido (anotaría más de 15.000 puntos en su carrera NBA).
Durante los años del conocido como “Showtime” en honor al juego espectacular de contraataque que caracterizaba al equipo de púrpura y oro, Byron Scott ganaría tres títulos (1984, 1987,1988) y alcanzaría otras tantas el subcampeonato de la NBA (1984, 1989, 1991).
En la entrevista que incluía aquel número de "SuperBasket" hablaba sobre la posibilidad de alargar su carrera deportiva jugando varios años en Italia o España pero sin embargo esa posibilidad luego se daría sólo en una temporada (1997-98) que cerraría su trayectoria como jugador ganando la liga griega con el Panathinaikos.
También se mostraba aquel verano del 90 esperanzado respecto a la posibilidad de desbancar a los que eran los campeones, los Detroit Pistons, y no fue del todo desencaminado. Y es que los Lakers acabarían jugando la final (que el propio Scott se perdería por lesión) de la siguiente temporada 1990-91 aunque caerían derrotados contra los descollantes Chicago Bulls de Michael Jordan.
Actualmente no sé si el entrenador de los Lakers se mostrará tan esperanzador pues tiene una difícil papeleta tratando de reconducir al equipo a la senda, de momento, de la victoria, y veremos si en el futuro y dependiendo de la paciencia de sus jefes hacia cotas más altas que sería volver a pelear por el título de campeones.
El dato curioso es que ahora como entrenador está dirigiendo a un jugador que coincidió con él en la pista en su temporada rookie (1996-97): Kobe Bryant. Luego de jugar un par de temporadas en los Indiana Pacers (1994-1996) Scott volvió a los Lakers para jugar su última temporada en la NBA para aportar la veteranía que necesitaba un joven equipo liderado por el entonces recién llegado Shaquille O´Neal. A buen seguro que en aquella ocasión contribuyó a la adaptación de Bryant al baloncesto profesional. Tal vez ahora Kobe debería ayudar a su entrenador a reflotar la nave angelina con un liderazgo del equipo asumiendo menos tiros a canasta.
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Entradilla
Por Jorge

No tengo a la victoria como la principal motivación en el deporte, y ojo, que me gusta ganar, y que mis equipos o deportistas favoritos ganen, y entiendo que en el deporte profesional ese sea el objetivo, pero uno a veces se despista o se queda descolocado cuando ve un partido de baloncesto… y no tiene marcador en el que ir comprobando el resultado.
El pasado fin de semana fue uno de esos días. Sábado por la tarde. Tarde que acabaría siendo noche desapacible: fresco que terminaría siendo frío gracias al viento, y la lluvia, al final hasta bastante lluvia. El espectáculo, un partido de liga femenina 2. El escenario, un clásico, el Magariños.
Cuando a uno ni le va ni le viene quien gane un partido, o tenga ciertas preferencias pero su idea sea disfrutar del baloncesto, tampoco importa mucho que no se pueda ver el marcador (en este caso por ubicación no estaba al alcance de mi vista), y en ese caso las miradas se van al juego, y quiero creer que a la esencia: la técnica y la táctica individual.
Cómo se mueven, las jugadoras en este caso, que gestos técnicos utilizan, el manejo del balón, la habilidad para pasar, y por supuesto mil detalles más que rodean el juego. Las miradas en la pista, los gestos y las instrucciones de los entrenadores con el balón en acción o en los tiempos muertos, el ánimo de los banquillos, el ruido y los cánticos de los aficionados, y por estar, hasta uno está pendiente de la música que se pone en los entre cuartos y el descanso (muy mejorable la selección musical en este caso).
Volviendo al juego, en esta ocasión el equipo visitante era C.B. Almería, a mi juicio demostró muy buena técnica individual. Buen manejo de balón con todo tipo de cambios de mano-ritmo-dirección en bote, habilidad con la mano menos dominante (pese a cierta confusión con una supuesta zurda que era también diestra), finalizaciones en bomba sobre una pierna (también Rocío Torcal lo hizo varias veces para las locales), aros pasados…
Esa habilidad técnica que hacia jugar fácil a las almerienses y el desconocimiento del resultado, unido al gusto por el juego más allá de que acabaran las jugadas en canasta me llevó a pensar que la victoria corría a cargo del equipo andaluz. Cuando cual fue mi sorpresa que al terminar el partido, no se veía especial alegría en las visitantes, pero es que tampoco en las locales. La verdad es que fueron unas simples sonrisas de las estudiantiles lo que me llevó a dudar y pensar si no habrían sido al final ellas las ganadoras. Total que hubo que echarle una ojeada al marcador… y vaya, pues pareciendo que jugaban mejor las foráneas… ganó Estudiantes.
Por supuesto no quiero desmerecer el buen hacer de las “women in black” como denominan este año a las chicas de Estu desde el club por aquello de jugar de negro celebrando los 25 años de existencia de la sección femenina del club. Si bien en cuanto a la susodicha técnica parecieron menos hábiles con dificultades en el manejo de balón, pocas se atrevían a poner el balón en el suelo, con soltura sólo la mencionada Torcal (muy buen partido el suyo) y María Conde (internacional en categorías inferiores). Además del peor manejo, en los pases tampoco estuvieron muy afortunadas, y si bien mostraron interés por el juego interior, el tema de los espacios pareció muy mejorable.
Total, que como defensor de la técnica (y la táctica) individual como base del buen juego, mi más sincera enhorabuena al staff técnico del equipo almeriense, y en general a todos aquellos entrenadores de quienes haya dependido y dependa (seguro que siguen en ello) la enseñanza de esa técnica con las jugadoras de su equipo, y en especial a ellas, que son las que al fin y al cabo ponen el interés por mejorar sus habilidades en cada entrenamiento (y fuera de él supongo).
Como mi visión del partido fue tan particular, dejo aquí la crónica local y la visitante para que cada uno pueda leer las dos versiones y saque sus propias conclusiones acerca de cómo fue el partido.
Por cierto, muy agradable y hasta cierto punto sorprendente el ambiente de las pobladas gradas del Magata, Demencia incluida, que además de sus cánticos de ánimo para el equipo local dedicaron su característica sorna en forma de silbidos a la mejor jugadora visitante (máxima anotadora del partido con 20 puntos), Jessica Kitrys, por su juego y seguramente también por su belleza.
Imagino que la entrada gratuita ayudó a que se llenara el campo, pero familias aparte, se agradece tanta presencia animosa que da calor a las jugadoras y facilitan el juego. No es el baloncesto femenino espacio que suela reunir mucha afición por lo que es gratificante encontrarse un escenario así de vez en cuando, esperando que no sea una excepción sino un soplo de esperanza. El baloncesto femenino también es divertido y las chicas juegan muy bien. Animo a todos a comprobarlo en directo.
Por mi parte procuraré aprender la lección o al menos a coger un mejor sitio en las gradas para ver el marcador, pues está bien que me fije en los detalles, pero como no preste mucha atención a ver quienes meten mas canastas, al final me iré de algún partido sin saber quien ha ganado… si quienes juegan no muestran un poquito más de entusiasmo o decepción por el resultado.
No tengo por costumbre dedicar ninguna de las palabras que escribo aquí porque no tienen categoría para tanto, pero no me resisto a hacerlo en esta ocasión. Así pues van dedicadas a la persona que me acompañó en lo que al final se convirtió en una agradable tarde de baloncesto. No tiene afición pero su compañía hizo que el partido fuera más divertido. Y además de ver buen baloncesto, ganó Estudiantes, que aunque no lo parezca a juzgar por lo escrito a uno le tiran los colores estudiantiles. Fue su segunda parada por un partido del equipo colegial, el anterior fue del ACB… y como se enteren en el club que sus visitas se cuentan por victorias, le van a reservar palco VIP. Gracias y que sigas disfrutando del baloncesto.
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Entradilla
Por Jorge
Aprovechando las letras de las canciones como con el clásico rockero “Jump” de “Van Halen” y el salto entre dos, los pinchas de la NBA sacan partido de otro clásico del legendario Ray Charles, reconocido como uno de los mejores artistas de todos los tiempos según la afamada revista “Rolling Stone”:
En la letra de esa canción se le dice a un tal Jack que coja el camino y no vuelva más y basta eso para relacionar esa canción con una acción habitual en los partidos de baloncesto como la salida de pista de un jugador por faltas personales o expulsión por técnicas para que suene a modo de burla con los jugadores rivales:
Si bien la NBA cada vez más acude a música moderna para sus promociones y sobre todo sus videojuegos (en ellos abunda el rap), recientemente ha vuelto también a los clásicos con el propio Ray Charles, para poner música al video de su último avance del inicio de la temporada 2014-2015:
El tema de Ray Charles que suena en esa promoción es “What'd I Say”:
Los viejos rockeros y los clásicos en general nunca mueren, y en la NBA... parece que tampoco.
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Entradilla