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miércoles, 11 de noviembre de 2020

Basket Music (22): Bailando sobre el parqué

Por Jorge

Si bien esta sección suele hace referencia a un personaje que relaciona música y baloncesto, esta vez toca presentar un libro que recoge muchas historias que ejemplifican esa relación: “Bailando sobre el parqué. El apasionante partido baloncesto vs. música” de Óscar Quant.

El autor jugó al baloncesto en sus años mozos, y ahora es músico y lidera una banda, “SkyhookS”, que él mismo define como “un grupo de música pop en el que todas nuestras canciones giran alrededor del mundo del baloncesto”.

El libro comienza con un bonito recuerdo de los dos narradores de baloncesto NBA por excelencia en España, Ramón Trecet (en la frase que abre el libro) y Andrés Montes (en los agradecimientos). Y el prólogo corre a cargo de Raúl López, legendario del baloncesto español, que habla de su relación con la música y la importancia que ésta tuvo en su carrera y en su vida. Y lo cierra con el epílogo Loquillo, músico que también tuvo su etapa baloncestística en la mocedad.

Su lectura se hace amena y fácil porque se distribuye en muchos capítulos corto (separados en cuatro partes a modo de cuatro cuartos), y dejando un espacio para el descanso con fotografías de imágenes sorprendentes de baloncesto y música donde se puede ver por ejemplo a la extraordinaria jugadora australiana Liz Cambage pinchando en un festival de música, o la portada de algunos discos.

Las anécdotas y los datos curiosos sobre baloncesto y música se suceden a lo largo de todas sus páginas, haciendo especial mención a la relación de las grandes estrellas del baloncesto NBA con la música: Bill Walton, “Magic” Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Pete Maravich, Michael Jordan, Dennis Rodman, Shaquille O´Neal, Kobe Bryant, LeBron James… y también a músicos de renombre como Grateful Dead, Michael Jackson, Whitney Houston, Red Hot Chili Peppers, Prince, Pearl Jam, Mick Jagger…

El libro permite conocer los pinitos que hizo Kobe Bryant en la música, llegando a hacer un disco cuya edición fue cancelada por la discográfica. O también la existencia de unas escenas de baloncesto de un partido entre grandes filósofos y jugadores de los Knicks que se eliminaron del montaje final de “Annie Hall”, película de Woody Allen, gran aficionado a la música y el baloncesto, y de quien se incluye alguna que otra frase de esas que no nos puede dejar indiferentes: “Créanlo, incluso para ser así de malo, debo ensayar todos los días”, refiriéndose a sus habilidades con el clarinete, instrumento que toca en la “New Orleans Jazz Band”.

También hay capítulos que relatan la obra y milagros de determinados jugadores (Manute Bol, Nate Davis, Wilt Chamberlain) bajo la excusa de que el grupo del autor hizo una canción sobre ellos, pero no por ello dejan de ser interesantes por las historias que se cuentan.

Y como no podía ser de otro modo, el libro tiene un capítulo sobre la relación de Kareem Abdul-Jabbar con el jazz, en el que se incluye la traducción de un texto del propio Jabbar en el que reflexiona sobre lo que supone esta música para él, y se remata con una lista de sus discos favoritos.

El autor considera el baloncesto el quinto elemento del hip-hop (junto al breakdance, los grafittis, el rap y los DJ´s) y aprovecha para relacionar las zapatillas Air Jordan con esta cultura, y apunta detalles sorprendentes sobre la influencia de la música en el diseño de algunos de sus modelos. Y posiblemente el capítulo más amplio es el dedicado al streetball para comentar sus orígenes, míticos jugadores de la calle en New York, la cancha más famosa, y hasta mencionar lugares de juego en España.

Es tal la cantidad de temas musicales con el baloncesto como protagonista que aparecen en el libro (como anécdota hay un listado de hasta 36 canciones que mencionan a “Magic” Johnson) que con su permiso me serviré de él para ir desgranando algunos de ellos en esta sección de “Basket Music”. Y aquí dejo una lista de reproducción de Youtube del autor que incluye muchos de los temas tratados en él:



Como en todo libro que incluye una cantidad notable de datos, existe el riesgo de cometer algún error, y en este caso no es una excepción. Así el autor coloca el “All Star” de 1989 en Dallas en vez de Houston, que es donde se jugó. Y menciona “Juego mortal” como el título de la película “Juego con la muerte” (“Game of death”) de Bruce Lee en la que aparece Abdul-Jabbar. Y cuando cita que Wilt Chamberlain es el único jugador de la historia que fue nombrado novato del año y MVP de la NBA en la misma temporada, también se equivoca, pues Wes Unseld también lo fue en 1969.

Luego en una mención al legendario entrenador de los Celtics, “Red” Auerbach, se añade una nota al pie de página donde se indica que ganó dieciséis títulos con Boston. Tal vez convendría aclarar que de ellos “sólo” nueve lo fueron como entrenador, y los otros siete los hizo en calidad de ejecutivo del equipo. Y si se cita a Al Attles, compañero de Wilt Chamberlain en Philadelphia, como posterior mánager general de los Golden State Warriors, cosa que es cierta, la verdad es que su posterior papel más relevante después de colgar las botas fue como entrenador de ese equipo cuando fueron campeones en 1975.

El autor también confiesa sus predilecciones y gustos baloncestísticos y musicales a lo largo del libro, en los que se puede coincidir o no, eso es lo de menos, pero también hace algún comentario que quizá no se ajuste demasiado a la realidad, como cuando al acercarse a los devaneos musicales de Lonzo Ball, denomina a éste como un “base anotador”, e incluso el recuerdo le juega una mala pasada al confundir el homenaje que recibió Michael Jordan en el “All Star Game” de 2003 cuando en el descanso de ese partido Mariah Carey cantó en su honor, cosa que hizo enfundada en una camiseta-vestido con el número 23 de los Wizards, equipo en el que jugaba por entonces Jordan, y no en una camiseta vintage de los Bulls como menciona él.



En cualquier caso, si la música y el baloncesto son tus aficiones, y te gustan las historias que relacionan ambas disciplinas, este libro tiene que estar en la estantería de tu particular biblioteca.

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