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sábado, 11 de septiembre de 2021

Baloncesto veraniego: Estados Unidos y Francia vs. España y Mondelo

Por Jorge
Los apuntes más destacados del baloncesto veraniego estuvieron en las victorias de Estados Unidos en la competición olímpica (femenina y masculina), el notable botín de Francia (plata europea y bronce olímpico en femenino, y plata olímpica la selección masculina), y el pobre resultado de las selecciones españolas salpicadas por la polémica destitución de Lucas Mondelo en la femenina.

Estados Unidos recuperó el trono del baloncesto mundial en categoría masculina con el oro olímpico después de la debacle mundialista en 2019… y pese al aviso de Francia en el primer partido del torneo, que a buen seguro que les sirvió de correctivo y ajuste para no dejarse sorprender más tarde. Eso sí, esta victoria estadounidense queda lejos de la brillantez de otras ocasiones más allá de la deslumbrante actuación de Kevin Durant, y esconde unas deficiencias que lo mismo no se corrigen con la victoria final.

La selección estadounidense fue un conjunto de individualidades, con sólo dos jugadores que repetían de su anterior convocatoria (Jayson Tatum y Khris Middleton), y aunque nadie duda de esa calidad individual, no parece que esa sea la mejor estrategia para conjuntar un equipo, y es que juntarse unos cuantos para hacer unos entrenamientos y unos partidos amistosos casi como si de un periodo "all star" se tratase, no es lo mismo que la continuidad que suelen vivir el resto de selecciones internacionales cuando se unen cada verano para disputar un campeonato. Y si en esta ocasión salió bien, quizás fue más por demérito de los rivales.

Ejemplo de una buena conjunción puede ser la propia selección estadounidense femenina, cuyo núcleo de jugadoras importantes se suele mantener en el tiempo. Tina Charles, Sue Bird, Diana Taurasi, Breanna Stewart, Brittney Griner, Jewell Loyd y A´Ja Wilson ganaron el oro en Tokio, y antes jugaron también en la copa del mundo disputada en Tenerife en 2018, pero es que algunas de ellas vienen defendiendo la camiseta “yankee” desde hace algún lustro.

La victoria estadounidense afianzó el modelo basado en el triple y el juego de perímetro con la incomprensible decisión defensiva de hacer cambios en todos los bloqueos y defendiendo jugadores “pequeños” a rivales interiores, que quizás no castigaron lo suficiente esa situación.



Más allá de la excelente actuación de Luka Doncic en los juegos que a punto estuvo de llevar a su selección a lo más alto (muchos aficionados suspiraron por ese duelo entre Estados Unidos y Doncic en la final), y el juego rapidísimo de la Japón femenina que le llevó a una increíble medalla de plata en el torneo femenino, las selecciones francesas fueron las otras triunfadoras del verano.

La selección francesa perdió la final europea en Valencia (plata) pero se resarció ganando el bronce olímpico frente a Serbia en Tokio. Todos los especialistas apuntan al enorme potencial de esta selección, reforzada ahora con una gran jugona como Gabby Williams, y siempre se apuntó a la entrenadora, Valérie Garnier, como principal blanco de las acusaciones de no conseguir sacar todo el rendimiento posible a su equipo. Al final tampoco estas dos medallas (y otras anteriores) la mantienen en su puesto y finalmente fue cesada en su cargo.

La selección francesa masculina también tuvo un camino similar a la femenina en los últimos tiempos. Grandes equipos, resultados discutibles. Pero esta vez consiguió una meritoria plata olímpica, aunque muchos esperaban mayor batalla en la final contra Estados Unidos, una vez que les derrotaron en la fase previa y luego de venir de ganar en semifinales a la Eslovenia de Doncic.

Decepción española
Los aficionados españoles quedamos decepcionados con la actuación de las selecciones este verano. El deseo común estaba en ver a la selección femenina triunfando en el Eurobasket de Valencia, y a Pau Gasol despidiéndose al menos en el podio olímpico, sin embargo, que no se haya conseguido demuestra que alcanzar grandes logros deportivos a nivel internacional requiere que se den muchos condicionantes además del lógico buen juego, y eso da más mérito a todos los grandes resultados anteriores.

La selección de Sergio Scariolo arrastró de inicio la baja de Juancho Hernángomez (por lesión y luego también por impedimento de su club de la NBA), un jugador que pudo ser importante en el torneo olímpico. Luego no desarrolló su mejor juego, pero compitió bien y al final en el alambre frente a Eslovenia salió cruz y esa derrota condicionó el posterior enfrentamiento con Estados Unidos. Contra estos se careció de continuidad en el juego, y si frente a otro rival hubiesen bastado los buenos momentos que se jugaron con los estadounidenses, en este caso no sirvió para entrar en la lucha por las medallas.

Luego llegaron las retiradas de los hermanos Gasol y de Sergio Rodríguez de la selección, y habrá que ver si no cae alguna más antes del próximo torneo internacional. Ahora sí, parece que se cierra una etapa gloriosa llena de éxitos, y habrá que ver como se gestiona. Difícil será vivir una época similar, pero siendo optimistas, notables jugadores jóvenes tiene el baloncesto español como para al menos ser competitivos en el futuro.

En el caso de la selección femenina se vio perjudicada por los positivos en coronavirus de Tamara Abalde, y sobre todo de Alba Torrens, antes de empezar el Eurobasket, y pagó ese contratiempo con la derrota en el debut. Luego mejoró su juego y compitió al límite contra Serbia para tener opciones de haberse metido en la pelea por las medallas, pero no pudo ser y poco o nada parece que se pueda reprochar al esfuerzo competitivo que se demostró en Valencia. A fin de cuentas se perdió contra la Serbia de Sonja Vasić, que serían las campeonas y MVP del campeonato.

Luego en Tokio la “incorporación” de Torrens se notó y así se ganó con solvencia a las serbias en una primera fase inmaculada con todos los partidos saldados con victoria. Después llegó el cruce decisivo de cuartos, y aunque se compitió contra Francia, esta vez la derrota alejó a las españolas de las opciones de medalla, pero igual que pasó en el Eurobasket, esa competitividad impide que se pueda recriminar nada a esta selección.

El “caso” Mondelo


Lucas Mondelo fue cesado a raíz de los resultados deportivos de este verano a juicio de la federación, pero a buen seguro que tuvo que ver en ello la polémica que se destapó una vez terminados los juegos olímpicos.

Marta Xargay, exjugadora de la selección, acusaba en una entrevista en “El País” de conducta inapropiada hacia ella por parte de Mondelo durante su etapa juntos en el Dynamo Kursk.

Luego la federación apoyó a la legendaria jugadora, y Mondelo emitió un comunicado en redes sociales para salvaguardar su reputación y mostrar su disconformidad con el comportamiento de la federación y su presidente, Jorge Garbajosa:



Después otra mítica del baloncesto español, Anna Cruz, añadiría más “leña” al referirse a su relación con el ya exseleccionador.



Destapada esta situación todos los dardos apuntaron a Mondelo, y sólo públicamente Pepe Laso, histórico del baloncesto español, se atrevió a defender la actuación de este entrenador… y como consecuencia también recibió lo suyo.



Este escenario abre un debate que tiene diversas vertientes y en el que muchos se olvidaron de la presunción de inocencia.

Por un lado, la profesionalidad de un deporte no justifica ningún comportamiento abusivo. Exigencias, siempre, como para cualquier actividad, pero teniendo en cuenta el contexto, pues lógicamente no es lo mismo el entrenamiento de un equipo cadete que el de una selección nacional. Si bien lo que para unos deportistas pueden ser unas exigencias excesivas tal vez no lo sean para otros, sobre todo si se quieren alcanzar determinados resultados.

Mondelo como seleccionador, no tengo dudas de sus conocimientos y habilidades, pero nunca me gustaron sus rotaciones cortas en los campeonatos cuando disponía de doce grandes jugadoras, sin embargo, habría que aclarar cuál fue su comportamiento exacto al respecto de lo que se le acusa. La comunicación es fundamental en cualquier equipo, y a veces se producen malentendidos sin que unos se sepan explicar, y otros entiendan lo que realmente se quiere decir. Acusar puede ser fácil, pero puede que esta acusación no se ajuste del todo a la realidad o habría que tener en cuenta ciertos matices que sólo conocen las personas (todas) implicadas.

Cuando menos es curioso que no haya habido más testimonios de otras jugadoras acerca del comportamiento de Mondelo, pero más me llaman la atención las siguientes palabras de Marta Xargay en una entrevista publicada en octubre del año pasado cuando se refería a lo que vivió jugando en Rusia:

«Sé que no estuve a la altura, pero no pude salir del bucle negativo. Solo pensaba en que pasara el partido y en que me dieran días libres para no ir al pabellón, porque era pisarlo y sentirme mal. Luego iba con la selección y jugaba mejor que nunca, era la Marta de siempre. ¡Era todo mental! Ahí te das cuenta de que no somos invencibles. Aprendí mucho, al menos a nivel mental es una etapa que me ha fortalecido».

El entrenador del equipo ruso y el de la selección era el mismo, en Rusia tenía problemas, con España, no. Tal vez habría matices que convendría explicar.

Más allá de personalizar, la conclusión a esta situación es que para evitar estas polémicas y mejorar las relaciones de los deportistas y sobre todo su salud, sería conveniente que la figura del psicólogo deportivo estuviera más presente en el deporte (también en el amateur) para evitar problemas que pueden llegar a ser muy graves.

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