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jueves, 11 de enero de 2024

Baloncesto al aire libre en peligro de extinción

Por Jorge

La mañana del pasado día de Nochebuena fui a jugar un rato al baloncesto. Nada serio. No estoy para muchos trotes. Sólo tiro, eso sí, una hora de media y larga distancia, entradas y finalizaciones varias, juego de espaldas, etc. Me gusta enchufar algunos tiros.

Juego en un parque que dispone de una pista de esas que tiene porterías de fútbol con una canasta sobre el larguero, en una de esas combinaciones que siempre perjudica a quienes jugamos al baloncesto. Suelo jugar a primera hora para garantizar que no tenga futboleros por allí tocando las narices. Tampoco tengo que madrugar mucho. Algún domingo estoy por allí bien pasadas las once de la mañana, y casi nunca veo a nadie que vaya a jugar más allá del padre e hijo que juguetean un rato al fútbol, o de otros mocosos que están en los columpios que hay por allí.

Aquel día, oh, milagro, cruzó un chaval por delante de mí para ir a la otra canasta con su pelota de baloncesto. Vaya, pensé, todavía hay esperanza. Donde vivo el baloncesto no es una actividad muy ejercitada, más bien todo lo contrario, bueno, en realidad el deporte fuera de clubes, mucho menos al aire libre, es algo muy poco habitual, pero entre los jóvenes ni te cuento.

Aquel mozo tendría 14 ó 15 años, año arriba, año abajo. Se veía a la legua que no era un dechado de virtudes técnicas, pero le ponía interés, aunque sólo tiraba a canasta desde dentro de la zona, imagino que para no alejarse demasiado y así tener más opciones de encestar. Tampoco tenía mucha puntería por lo que pude ver, aunque repito, le ponía ganas… pero no durante demasiado tiempo. No llegó a veinte minutos en pista. No le dio tiempo a sudar la gota gorda, eso sí, en ese tiempo pudo parar para mirar su teléfono móvil no menos de tres veces. ¿Es este el futuro del deporte libre entre la mayoría de los jóvenes? O lo que es peor, ¿es este ya nuestro presente?

No soy optimista. No me cabe duda que tiene que haber excepciones, y que lo que veo donde vivo es sólo circunstancial, pero me temo que no es así. Si algún lector quiere ser tan amable de decidme en los comentarios lo que vive cerca de él, le leeré con agrado.

A mí me parece que vivimos tiempos de excesiva comodidad, y el deporte se convirtió para muchos en una especie de castigo, de actividad necesaria para mantener unos mínimos de salud, y no para disfrutarla como una manera de socializar, de poner a pruebas habilidades físicas, técnicas y diría que hasta mentales, al aire libre, con indiferencia de la época del año, no sólo cuando hace buen tiempo, aunque es verdad que es cuando mejor se puede hacer.

Una pena. Por mi parte no dejaré de hacer proselitismo del baloncesto al aire libre entre la chavalada que tengo la suerte de entrenar y entre todo el mundo en general. Y que mejor manera de hacerlo que con el ejemplo. Mientras pueda, no dejaré de jugar.

2 comentarios:

Nique_is_better dijo...

Buenos días Jorge

desgraciadamente, creo que esto pasa en todas partes, y es un tema que hemos comentado en repetidas ocasiones con Mo Sweat. Cuando nosotros teníamos 17-20 años, los sábados por la tarde había que ser puntual o las pistas de baloncesto donde íbamos a jugar ya estaban ocupadas, por lo que dependías de la buena voluntad de los que ya estaban jugando (hablamos de 2 pistas de mini, + 3 de mini que compartían espacio con el futbol sala, 1 de básquet y otra mas que compartía espacio con las 2 1as de mini). ¡Y en verano era cada día!. El rango de edad iba de los 12-13 hasta +30, por lo que todo el mundo podía encontrar a su grupo y nivel.

Ahora...ya no. El colegio al que íbamos valló el acceso a los patios/pistas, puertas de acceso que cada vez las habrían en menos ocasiones...hasta la puntilla final que fué el covid. Está claro que como colegio privado pueden hacer lo que quieran, o quizás la anomalía era la situación anterior, pues en caso de accidente o percances estando en las instalaciones de dicho colegio no sé de quién habría sido la responsabilidad última.

Por suerte, aún hay ayuntamientos que sí abren los accesos a los patios/pistas de los colegios públicos, permitiendo a los jovenes, no tan jóvenes, y familias disfrutar del fin de semana practicando deporte y pasando un rato al aire libre.

Respecto a lo de los jóvenes, soy (somos junto con Mo Sweat) que para ellos el deporte ya no es una distracción, una suerte, sino que se lo toman mas como una clase mas (mates, ciencias...): "voy, cumplo en la medida de lo posible, y para casa a jugar a la Play, que esto de moverse cansa mucho"

Jorge dijo...

¡Qué tal, Nique_is_better!
Ya dije que no era optimista, y tú confirmas lo que pienso, aunque me reconforta saber que existe algún lugar donde se abren los colegios para que la gente pueda hacer deporte. Supongo que también eso es rara avis.

Y, lo peor, como dices, es que los chavales, más allá de los que se toman en serio el deporte y juegan federado, lo ve como una clase más, y en ese sentido, sé bien de lo que hablas porque "entreno" a gente que está en esa situación, y es descorazonador saber que más allá del deporte que hacen conmigo, no hacen casi nada más.

Con la cantidad de beneficios que supone hacer deporte, a cualquier edad, pero entre los jóvenes más todavía, es lamentable el pobre trabajo que hacen las administraciones para fomentar este deporte, para concienciar a madres/padres que parece que olvidaron cuan importante fue el deporte en sus tiempos, y para crear espacios de juego en pueblos y ciudades, donde en muchos casos es un milagro que haya instalaciones, y cuando existen, que tengan un mantenimiento adecuado.

Mientras, algunos seguiremos reivindicando el deporte en la calle.
Saludos.

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