Por Jorge
El homenaje- semblanza-pleitesía a Díaz Miguel se quedó en el cuarto puesto del Mundobasket de Colombia en 1982, y ahora continúa a partir de la plata del Eurobasket de Nantes en 1983.
Los recuerdos nos enriquecen. Nuestra historia viaja con nosotros, y gracias al pasado, tenemos un futuro. Sigamos conociendo la trayectoria de Antonio Díaz Miguel.
Las platas del 83-84 y el Mundobasket de España
Aquí comienzan los recuerdos del que escribe. Así la victoria agónica frente a la URSS en el Eurobasket de Nantes, la viví asomado a la tele de un bar de mi barrio. Con ilusión, pero sin la emoción que al año siguiente me haría sentir otro éxito del baloncesto español: la plata de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
El peor recuerdo de aquel europeo fue la pena por la derrota ante una Italia que no me parecía tan invencible si habíamos ganado a la todopoderosa URSS, pero también tengo el recuerdo de un jugador: Juan Antonio Corbalán. Esa majestuosidad dirigiendo el ataque español con sobriedad, efectividad y sus dosis justas de acciones para la galería. Pequeño pero con un gran carácter. Casi la derrota ante Italia me dio rabia por no verle en lo más alto de podium después de su esfuerzo.
En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984, la historia se repitió pero con mejor sabor de boca. Los americanos en su casa parecían invencibles y aunque aquí a la mayoría, los Jordan y compañía no nos sonaban de nada, las narraciones de Héctor Quiroga y Pedro Barthe contando los méritos de aquellos universitarios como si fueran seres de otra galaxia hacía que pensáramos que ganarles era tan imposible como lo había sido hasta no hace mucho tiempo con la URSS.
Recuerdo los madrugones para ver partidos a primera hora de la mañana, por ejemplo, el enfrentamiento contra la Canadá de Grez Wiltjer, que luego jugaría en el Barça, y como la final tuve que conformarme con escucharla por la radio en la cama, y es que mi padre no me dejó levantarme a verla por la tele.
Hoy día, ya vista con el paso del tiempo, hay que reconocer que ganar a los americanos era complicado, pero todavía se ve con orgullo algunas canastas y buenas jugadas de los jugadores españoles más carismáticos de aquella selección.
El éxito de aquella plata olímpica todavía resuena hoy día pese a los éxitos contemporáneos de la selección, y significó un boom para el baloncesto español que se agrandó gracias al seguimiento y organización española del Mundobasket de 1986.
El despliegue mediático del Mundobasket de España no tuvo parangón hasta entonces. Recuerdo los resúmenes y la gran cantidad de partidos que retransmitió televisión española. El impacto de ver al pequeño Tyrone Bogues defendiendo con relativo éxito al rebelde Petrovic. El duelo Yugoslavia-URSS de las semifinales, o la gran final entre soviéticos y estadounidenses.
Fue un campeonato de buen juego, y que contó con excelentes jugadores que han pasado a la historia de nuestro deporte con letras mayúsculas: Sabonis, Petrovic, Divac, David Robinson, Óscar… y que quizás dejó un regusto amargo en la selección, pese a la que a mi me pareció una meritoria quinta plaza. Pero ya se sabe, en “nuestra casa” y con los mejores jugadores nacionales que se habían visto hasta entonces en su madurez todos soñábamos con algo más.
Nuevos altibajos… bronce de 1991…y salida de la selección
A finales de la década de los años 80 fue cuando la labor de Díaz Miguel al frente de la selección empezó a ser más cuestionada debido a la fuerza de las campañas periodísticas en su contra, y se mantuvieron incluso a pesar del para mí, exitoso bronce del Eurobasket de Italia en 1991.
Pese a las críticas, Díaz Miguel aseguró su continuidad al frente del equipo hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992.
La selección llegó a Barcelona 1992 con ilusión pero algunas lesiones, me atrevería a decir que algunas obligaciones (la presencia de un Epi renqueante pero que siendo el último relevista…como iba a faltar) y el famoso “angolazo” (derrota por 20 puntos frente a Angola) tumbaron la poca resistencia que ya le quedaba al bueno de Antonio.
Más allá del fracaso, a los aficionados nos quedó el consuelo de ver jugar al equipo español frente al famoso “Dream Team” (posiblemente el mejor equipo de baloncesto de la historia), y cuando menos, de poder disfrutar de momentos históricos del baloncesto mundial, aunque no fueran protagonizados por los nuestros.
Días después de finalizar el torneo, la federación española anunció el cese de Díaz Miguel, y meses más tarde se nombró para el cargo a Lolo Sainz.
Últimos intentos en la elite
Tras su larga etapa al frente de la selección española a la que dirigió en más de 400 partidos, permaneció una temporada inactivo y en la temporada 1993-94 fue contratado por el Clear Cantú italiano. Pero su regreso a los banquillos no fue exitoso. Apenas comenzada la temporada, tras haber acumulado varias derrotas tanto en la competición nacional como en la europea, fue destituido el 6 de noviembre de 1993.
Desencantado de su última experiencia, no fue hasta principios de la temporada 96-97 cuando aceptó la oferta para dirigir al Pool Getafe de la liga femenina. Esa temporada conseguiría los títulos de liga y Copa de la Reina, además de ser finalista de la Copa de Europa. En ese equipo jugaba una jovencísima Amaya Valdemoro.
Después de su exitosa etapa en el baloncesto femenino se retiró de los banquillos.
La experiencia americana
Escribir sobre Antonio Díaz Miguel sin mencionar su experiencia americana no completaría el merecido homenaje.
Títulos colectivos y premios individuales al margen, Díaz Miguel fue un pionero viajando a la meca del baloncesto, Estados Unidos, para aprender de los grandes entrenadores universitarios del momento, Bobby Knight (Indiana), Dean Smith (North Carolina), Lou Carnesecca (St. John´s), y John Wooden (UCLA).
Lejos de utilizar ese conocimiento sólo para beneficio propio, fue capaz de introducirlo dentro de los mentideros del baloncesto español para disfrute y aprendizaje de todos aquellos que quisieran. Su influencia sobre el baloncesto español llegó a todos los entrenadores del momento que siempre supieron agradecer que compartiese esas experiencias con ellos, suponiendo la introducción de nuevos conceptos del baloncesto nunca vistos hasta entonces.
Ejemplo de la camaradería y la buena relación que siempre mantuvo con esas vacas sagradas del baloncesto NCAA y con las universidades que representaban, fue una curiosa imagen vivida en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.
España se enfrentó en la primera fase con el mítico “Dream Team”, y para el recuerdo quedó la simpática imagen de un Michael Jordan abrazando y hablando confidencias al oído de un risueño Díaz Miguel, cuando se dirigían a los vestuarios, ante la incrédula mirada de un Rafa Jofresa, que seguramente se preguntaría como era posible esa confianza entre el campechano Antonio y la megaestrella del baloncesto mundial.
Esa confianza no era sino fruto de la amistad forjada en los viajes de Díaz Miguel por USA y que le hacían para por la mítica universidad de North Carolina donde jugó Jordan, por no hablar del doble enfrentamiento Estados Unidos-España de los Juegos Olímpicos en 1984.
La última muestra de ese cariño y respeto que le tuvieron y que todavía le tienen algunas de esas vacas sagradas del baloncesto NCAA, fue hecha por Bobby Knight en una reciente visita a España.
Los éxitos de Antonio al frente de la selección
Nadie ha permanecido 27 años al frente de un equipo nacional (record mundial para tal cargo en cualquier modalidad deportiva), lo que resulta curioso para un hombre que llegó al puesto casi por casualidad y como solución de emergencia.
Durante su estancia al frente de la selección, Díaz Miguel conseguiría hitos deportivos no alcanzados hasta entonces por el equipo nacional, y sólo superados a partir de la llegada de la denominada generación de los juniors de oro en 1999.
Para no marear con estadísticas y detalles concretos que apabullen al lector, a modo de resumen, tan sólo mencionar algunos de sus logros al frente del equipo nacional: la clasificación para la disputa de 6 Juegos Olímpicos (medalla de plata en Los Ángeles 1984), la clasificación para jugar 4 Mundobasket (meritorio cuarto puesto en Cali 1982), la disputa de 13 Eurobasket (medallas de plata en Barcelona 1973 y Nantes 1983, y medalla de bronce en Roma 1991), y también añadir una medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo de 1987.
A título individual destacar su nombramiento como "Mejor entrenador del año" en España en 1981 y 1982. Actualmente, el premio al mejor entrenador del año, entregado por la AEEB (Asociación de Entrenadores Españoles de Baloncesto) se denomina “Memorial Antonio Díaz Miguel”
En 1997 ingresó en el Hall of Fame del baloncesto estadounidense, algo de lo que no tengo recuerdo que se hablará mucho en su momento pero que es de una transcendencia y mérito enorme. Pocas gentes del baloncesto internacional tienen cabida allí y en particular entre los españoles, sólo más recientemente, ha ingresado Pedro Ferrandiz. Ya a título póstumo, sería incluido en el FIBA Hall of Fame en 2007.
Mis otros recuerdos de Antonio
Su aportación didáctica y difusora del baloncesto fue uno de sus avales, y nunca dejó de animar a la práctica y a la mejora de las competiciones, instituciones, jugadores, entrenadores, y en general, todo aquello que tuviera que ver con el baloncesto.
Famosa fue su enciclopedia de venta en quioscos en el formato de los fascículos y bajo el título de “Mi Baloncesto”. Aquí dejo una imagen de la enciclopedia y de la que recuerdo haber comprado en su momento algún fascículo.
También le recuerdo comentando partidos de la ACB para televisión, incluso con alguna trifulca con el público de alguna cancha (ahora no recuerdo donde), pues como ya he dicho, aunque era querido por la mayoría, como todo el mundo, también tenía sus detractores.
Personalmente, le recuerdo en el banquillo saltando, gesticulando, abroncando… Parecía que estaba jugándose la vida a cada segundo de partido. Como si cada detalle tuviera importancia y nada se pudiera dejar al azar. No había margen para la broma en sus equipos. Supongo que llevaba a su equipo bajo mano de hierro, aunque luego fuera de las pistas era otro.
Ese general se transformaba en un profesor chiflado de sonrisa perenne. Cuando era entrevistado, ya en un tono más cordial era alucinante escucharle, ya fuera explicando alguna cuestión táctica como un detalle más personal o específico. Siempre ponía tal énfasis por ser entendido, por conseguir que fuese comprendido, que pareciera que también se le iba la vida en ello.
Así era Antonio, un entrenador que entendía el baloncesto como si fuera su vida manteniendo una intensidad del 100% en la pista, pero también fuera de ella. En definitiva, no dejaba de ser un apasionado de nuestro deporte, pasión que inculcó en todos los que le conocieron y que nos permitió aprender y disfrutar del baloncesto.
Para terminar este homenaje a Díaz Miguel, dejo un emotivo video que emitió el programa “Generación +” a raíz de su fallecimiento en febrero de 2000. En él, no se puede ver uno de los recuerdos que tengo del día de su entierro. La riada de personas del baloncesto (jugadores, entrenadores, aficionados) que acompañaron a su familia camino del cementerio, y es que podía ser entendido o no, aceptado su forma de ser o no, pero nunca dejo de ser querido por todos aquellos que le conocieron, y esa fue su manera de demostrarle su gratitud. Gracias, Antonio.
11 comentarios:
Lo dicho en el anterior post, un hombre que tiene necesariamente que pasar a la historia y que la prensa le hizo pasar unos momentos duros al final de su carrera. Que eso no la empañe.
saludos!
Sigues teniendo razón, General Espartero.
La lástima es que desde la federación y demás instituciones tampoco se ha hecho mucho por levantar y sobre todo dar el bombo que merece, la trayectoria de Antonio.
Dicen que para el próximo torneo de la selección se va a homenajear a la plata de Los Ángeles, quizás ese sería un buen momento para hacer hincapié en la figura de Díaz Miguel.
Un saludo.
mi abuelo paterno era su hermano. me llamo eduardo díaz-miguel martinez
Hola Eduardo, y gracias por comentar. Desconozco si eres aficionado al baloncesto, aunque si no lo eres no será por falta de genes.
En todo caso, espero que te haya gustado mi particular homenaje a la figura y leyenda deportiva que fue y será siempre tú tío abuelo.
Saludos.
soy fan del baloncesto y poco a poco voy descubriendo mas cosas sobre mi tio abuelo.
No tuve la oportunidad de conocerlo en persona pero asistí al homenaje que se hizo en málaga con familia y amigos en el Martín carpena. tengo la colección de libros "mi baloncesto" que publicó son muy interesantes, ya que tenia una forma muy peculiar de hacer las cosas. muchas gracias por no olvidarle
Me alegro de que tu vínculo familiar con Antonio Díaz-Miguel haya ayudado a tu afición por el baloncesto. Como es obvio por lo que puedes leer en este blog, soy un ferviente apasionado de este deporte y animo a todo el mundo a que se acerque a él porque podrá conseguir experiencias muy satisfactorias.
También puedo disfrutar de su visión del baloncesto porque esos tomos que citas los tengo a mi disposición en la biblioteca pública.
Y no dudes que ni un servidor, ni la inmensa mayoría de aficionados que conozcan un poco la figura de tu tío abuelo podrán olvidarle. En cierto modo, seguir amando este juego es una manera de seguir dando tributo a su figura así como a la de otros muchos que contribuyeron o contribuyen (como nosotros como aficionados) al disfrute y desarrollo del baloncesto.
Hola Jorge! Soy Cintia Diaz-Miguel Latorre, hija de Antonio, me ha alegrado mucho leer todo lo que has escrito.
Y estoy muy de acuerdo con vosotros, se merece muchos más homenajes de los que le han dado.
Un saludo muy grande.
Hola Cintia. Me alegro que te hayan gustado mis palabras, que es lo mínimo que podía decir como aficionado al baloncesto y deudor del excelente trabajo que hizo tu padre.
Una figura de nuestro deporte como él merece mucho más, pero lo que es seguro, y aunque no se haga público, es que todos los aficionados le estarán eternamente agradecidos.
Tanto A.D.Miguel como todos los componentes de aquella selección que tantas alegrías nos dieron a principios de los 80 siempre tendrán un hueco especial en mi corazón por los maravillosos momentos que a mi me hicieron pasar. Yo tengo los 4 fascículos de "Mi baloncesto" y la verdad es que me encantan el contenido del mismo. Encuentras de todo (táctica, entrevistas a jugadores de aquella época, vivencias vividas en campeonatos....yo que sé, los 4 tomos me encantan), los he ojeado mil veces y siempre que lo recuerdo cojo y los vuelvo a ojear y no me canso pq en parte yo crecí baloncestísticamente con todo lo que en los 4 tomos se cuenta y es un recuerdo de mi infancia maravilloso, de los más bonitos vividos jamás. Lo peor de todo es que A.D. Miguel tuviera que salir de la selección de la manera que salió después de estar ¡¡¡27 años¡¡¡ entrenándola tras el desastre de Barcelona 92. Ahora es muy fácil con internet y con tantos canales de TV encontrar cualquier tipo de información desde cualquier parte del mundo de cualquier cosa que esté relacionada con el básket pero en la época de A.D.Miguel era un utopía. Él hizo infinitos viajes a USA para aprender y enseñarnos sobre aspectos del juego y eso es algo que hemos de agradecerle, fue el 1º que nos acercó poco a poco con sus conocimientos al mejor básket del mundo
Totalmente de acuerdo Anónimo. Como bien dices, Antonio se preocupó de su formación, y lejos de guardársela para si mismo, luego compartía todos sus conocimientos con el resto de las gentes del baloncesto, tal y como han reconocido muchos entrenadores posteriores, y como bien podemos atestiguar los aficionados gracias a obras como la mencionada "Mi Baloncesto".
Un saludo.
Un buen entrenador para una buena selección. Quedan las fotos y las imagenes de esos buenos momentos y alegrias que dio a la selección española de baloncesto.
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