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viernes, 11 de septiembre de 2020

Tiro de tres: confianza, obligación y estadística avanzada

Por Jorge

Los playoffs de la NBA son una fuente inagotable de jugadas, datos y demás detalles, y hace poco hemos asistido a una nueva actuación estelar de un joven jugador, en este caso de manera sorprendente por no tratarse de una superestrella, aunque no sirviera para dar la victoria a su equipo.

Luguentz Dort, rookie de Oklahoma City Thunder, hizo el partido de su vida en el séptimo de la serie de primera ronda entre OKC y los Houston Rockets. Su anotación pasó a ser una de las mayores conseguida por un novato en un partido definitivo de una eliminatoria de playoffs.



Ahora a muchos aficionados les basta con datos y “highlights” para darse por satisfechos, y cuando se levantan por la mañana después de una larga noche de baloncesto NBA, miran estadísticas y resúmenes y se hacen un todo de una parte. Y a veces, si repasas el partido completo te das cuenta de que no todo es tan bonito como nos lo quieren vender, o que se pueden encontrar algunos detalles que pasan desapercibidos.

Este caso de Luguentz Dort puede ser un buen ejemplo, así que voy a tratar de examinar buena parte de los tiros exteriores que hizo aquella noche estelar, y de paso llegar a unas conclusiones que quizá no dejen es buen lugar al abuso del triple y de la importancia que le atribuyen muchos por culpa de la estadística avanzada.

Dort hizo 6 de 12 en triples, y ese es un dato notable al que no se le puede poner mucha pega. Ya quisieran muchos jugadores firmar ese porcentaje (con ese número de lanzamientos) en cualquier partido. Ahora bien, repasando buena parte de las opciones de tiro de tres que tuvo en aquel partido, quizás deja a las claras que no se trata de un tirador, y que se vio forzado a tirar porque Houston en ocasiones le dejaba, y porque quizás era lo que esperaba su equipo de él.



La confianza en el tiro depende de muchos factores, pero a mí me parece que son vitales el acierto previo y la seguridad que te den compañeros y entrenadores cuando fallas.

En cuanto al acierto no se puede decir que Dort destaque ahora mismo como un anotador de tiros de tres puntos. En su etapa universitaria, sólo un año en Arizona State, su porcentaje en el triple fue discreto (31%), aunque sí se puede decir que era un tirador de triples (5 por partido). Ahora en su corta etapa NBA, jugó 36 partidos (23 minutos de media) este curso para no llegar a un triple anotado pero manteniendo su porcentaje universitario (30%).

Esos datos hacen que se pueda entender que los Rockets jugasen en defensa a flotarle, y conceder el tiro de tres a tan bisoño jugador, aunque no parece que esa estrategia fuera tan decisiva, y es que curiosamente Dort estuvo más acertado en las derrotas de su equipo (27,5%) que en las victorias (23,8%), para un total bastante flojo 26% (13 triples de 50 intentos). Así y con todo, poco faltó para que en el último partido se convirtiera en el héroe de la eliminatoria.

La verdad es que fue una sorpresa que sin jugar en el primer partido de la serie, y que no olvidemos que se trata de un jugador con contrato dual, es decir, que puede “subir al primer equipo” pero que juega en el vinculado de la “G League”, luego pasase a ser titular y jugar 29 minutos de media. Ni que decir tiene que tampoco es muy normal que en este momento decisivo de la temporada pasara a ser la quinta arma ofensiva del equipo con casi 13 tiros por partido, por delante de Danilo Gallinari y Steven Adams. Pero es que además fue el que más triples tiró jugando un partido menos que las estrellas del equipo.

Ese “despliegue ofensivo” sólo se puede entender gracias a la “confianza” que le dieron tanto sus compañeros como su entrenador a lo largo de estos partidos. Sin embargo, una cosa es que el rival te invite a tirar, que tu equipo te anime a hacerlo aunque falles, y otra bien distinta cómo hagas esos tiros si antes no estuviste en una situación similar.

Futuro de Dort

Vista buena parte de sus triples tomados (o que dejó de hacer), parece evidente que Dort fue un tirador (porque le tocó tirar) para OKC, aunque su comportamiento no es propiamente el de un tirador, y desde luego está lejos de ser un anotador de triples.

Tirador de mecánica lenta, duda en la mayoría de sus acciones (poca confianza que provoca varias pérdidas de balón), abusa de fintas “al aire” innecesarias cuando tiene tiempo y espacio para tirar (su mecánica no es rápida), y cuando recibe un marcaje más severo de un defensor que llega en movimiento, lejos de forzar una posible falta en el tiro, tampoco utiliza el recurso de la finta y tiro de media distancia tras bote, algo que sí saben hacer grandes tiradores (me vienen a la cabeza J.J. Reddick o Eric Gordon). Por cierto, de haber aplicado alguna de esas dos opciones en la última jugada, quizás el desenlace de la eliminatoria habría sido otro.

Vaya por delante que no pretendo criticar e infravalorar a Luguentz Dort, que bastante mérito tuvo con hacer frente a tamaña responsabilidad anotadora cuando este jugador canadiense no deja de ser un novato de sólo 21 años con apenas experiencia profesional.

Tal vez Billy Donovan, entrenador de los Thunder, pudo haber hecho uso de una mejor combinación de jugadores en la pista, y tener a mejores tiradores en el campo (Abdel Nader y Mike Muscala), y hasta buscar otras maneras de jugar que no les hiciera depender tanto del tiro de este rookie al que, la verdad, en muchos momentos se le veía sobrepasado.

Quién sabe si Dort podrá llegar a despuntar en el futuro, aunque apostaría porque esta actuación se quedará en una bonita historia para los libros de datos de la NBA, y es que su complexión física (98 kilos para 1,91 m) no invita al optimismo de cara a ver un futuro gran tirador de tres puntos, pero nunca se sabe, igual con entrenamiento…

Estadística avanzada

La estadística avanzada permite hacer un análisis pormenorizado de multitud de situaciones del juego de tal manera que se puede medir por ejemplo el porcentaje real de acierto en tiros de campo lejos de los números tradicionales de porcentaje de tiro a partir del número de intentos y aciertos, así como detalles que antes serían intangibles como el porcentaje de éxito de un ataque a partir del bloqueo/pantalla de un jugador, y hasta la estimación de las victorias que genera un jugador para su equipo.

Nadie duda de esas posibilidades de análisis, y es lógico utilizar esa información para mejorar entrenamientos y juego buscando la mayor eficiencia posible. Sin embargo la ciencia ofrece datos fríos que no siempre se ajustan al contexto de un juego en el que, no olvidemos, concurren multitud de situaciones cambiantes a las que se tiene que adaptar el jugador y tomar en cada momento la mejor decisión si quiere tener éxito.

A mi juicio la estadística avanzada debe ser un apoyo para mejorar, pero no podemos olvidarnos de elementos que la estadística no tiene en cuenta como el cansancio y las lesiones, o la ansiedad y el factor mental que tan decisivos puede ser durante un partido.

La estadística avanzada puede indicar que conviene hacer tiros de tres o en la zona para tener más opciones de victoria, pero eso no quiere decir que cualquiera pueda hacer ese tipo de tiros. Y por supuesto si el juego te lleva a tener que hacer otro tipo de tiro (¡ay, la media distancia!), hay que estar preparado para tomar la decisión adecuada y hacerlo.

Una máxima del baloncesto profesional (y seguramente de cualquier baloncesto) dice que cada jugador debe tender a hacer en la pista aquello que mejor sabe hacer, y sin embargo a veces vemos a muchos tomando tiros que no debieran, y desde luego equivocando sus decisiones más veces de las que le gustaría a los entrenadores. Y quizás en este caso de Luguentz Dort tenemos un ejemplo de jugador que tuvo que hacer aquello que no es su mayor virtud en la pista porque el “guión del equipo” decía que había que tirar de tres.

Para terminar con la estadística avanzada, apuntar que el equipo de Los Angeles Lakers de la temporada 1986-87 anotaba 115,6 puntos por cada 100 posesiones, la mejor eficiencia ofensiva conocida hasta la llegada de los fantásticos Warrios de 2016-17, y su ataque destacaba por el contraataque, las canastas en la zona y el “skyhook” de Jabbar al poste, es decir, el triple no era un factor determinante. Ahora mismo no se vislumbra que se vuelva a un estilo similar, pero a lo mejor habría que equilibrar más el juego, y no dejar que el tiro exterior ocupe un porcentaje tan alto de la finalización de los ataques porque es baloncesto es mucho más.

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