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sábado, 11 de marzo de 2023

Baloncesto en Cine y TV (34): Tiempo de victoria: La dinastía de Los Lakers

Por Jorge

El baloncesto vive buenos tiempos en materia de documentales, películas y series gracias a las plataformas de contenidos audiovisuales. Y entre los estrenos más recientes la serie que está teniendo más éxito es “Tiempo de victoria”.

Tal vez el triunfo de esta ficción radica en la polémica que generó, una vez que la realidad quizás no se parezca mucho a lo que se cuenta en ella. Sin embargo, ya fue renovada para una segunda temporada que habrá que ver por donde tira.

La serie: “Winning Time: The Rise of the Lakers Dynasty” (2022)



La creación de la serie tiene su punto de partida en la compra de los derechos del libro “Showtime” escrito por Jeff Pearlman y publicado en 2013, con la idea de hacer una adaptación a la pantalla.

El libro tiene el subtítulo de “Magic, Kareem, Riley y la dinastía de Los Ángeles Lakers en los años 80” y se trata de un repaso de la historia de los Lakers desde la llegada de Jerry Buss hasta que “Magic” anunció que era portador del virus VIH (1991).

La serie en esta primera temporada toma como base los acontecimientos que tuvieron lugar durante el curso 1979-1980 y todas las vicisitudes que se vivieron en Los Angeles Lakers. La compra de la franquicia a cargo de Jerry Buss, la llegada de “Magic” Johnson vía draft, la salida de Jerry West del banquillo sustituido por Jack McKinney, y mucho más.

Equivaldría a los cinco primeros capítulos (de un total de 22) del libro, así que habrá que ver como evoluciona si finalmente se hace una segunda temporada siguiendo la misma línea.

Protagonistas: Buss, “Magic”, Riley… y una época

El elenco protagonista está formado por muchos actores y actrices desconocidos para la mayoría del público español, como por ejemplo Quincy Isaiah, que da vida a “Magic” Johnson.

Sin embargo, entre ellos también se encuentran algunos más reputados con nominaciones a grandes premios del mundo de la interpretación. Es el caso de Sally Field, en el papel de la madre de Jerry Buss (a quien por cierto no recuerdo que se haga referencia en el libro), que fue varias veces nominada a los Oscar y que lo ganó en 1980 y 1985. Adrien Brody haciendo de Pat Riley, que ganó el Oscar a mejor actor en 2002. Y John C. Reilly como Jerry Buss que fue nominado como mejor actor de reparto por los Globos de Oro y los Oscar en 2002, y que ganaría el premio del Sindicato de Actores de Estados Unidos.

En general todos los intérpretes hacen un gran trabajo siguiendo la línea marcada durante toda la serie, que consiste en caricaturizar a unos personajes reales resaltando algún aspecto negativo de su personalidad hasta el extremo, con el objetivo de hacer cierta gracia sensacionalista.

Particularmente es atractivo por no ser muy común, la técnica de romper la cuarta pared, es decir, que algunos personajes (Jerry Buss y “Magic”, principalmente) se giran para hablarle a la cámara como si se dirigieran a los espectadores que están detrás de la pantalla.

Cabe destacar de la serie la recreación de aquella época gracias al vestuario. También la banda sonora que se puede escuchar durante sus capítulos, que incluye una gran selección de la música de aquellos tiempos, merece mucho la pena. Además la fotografía reproduce la imagen y el color característico de las retransmisiones televisivas que se vivieron en esos primeros 80.

Polémica y reflexión

Recrear libremente, aunque a partir de algunos datos verdaderos, una época con nombres y apellidos de personas vivas conlleva un problema si lo que se dice o hace no gusta a esas personas y sus allegados. Y la verdad es que si se dice muchas veces que la realidad supera a la ficción, cuesta pensar que “Magic” Johnson fuera tan promiscuo como parece en la serie, que Kareem Abdul-Jabbar fuera tan huraño y se llevara mal con él, o que Jerry West fuese tan malhablado y malhumorado en su día a día.

La caricaturización extrema de personajes no gustó a algunos implicados porque se pueden producir consecuencias debido a la ignorancia de muchos espectadores que confunden realidad con ficción. Así Jabbar comentó que organiza campus educativos para niños, y los padres pueden pensar que el tiene ese carácter arisco que se ve en la serie y que de ese modo no quieran que sus hijos acudan a esos eventos que pueden ser muy positivos para ellos.

El caso más extremo es el de Jerry West, que ya contó en un libro biográfico acerca de las circunstancias familiares de su infancia, y sobre sus problemas de depresión, pero en todos los capítulos aparece poco menos que como un chiflado paranoico. Y por eso parece que ejercerá acciones legales contra los responsables de la serie.

Los creadores de la serie no engañan a nadie… a partir del segundo capítulo, momento en el que se incluye en los créditos finales un aviso dirigido a ofendidos, y diría que también a ignorantes, cuando se afirma que:

“Esta serie es una dramatización de ciertos hechos y sucesos. Algunos de los nombres han sido cambiados y algunos de los eventos y personajes han sido ficcionados, modificados o compuestos con fines dramáticos”.

Seguramente el revuelo del visionado del primer capítulo provocó la necesidad de añadir esa apostilla al resto de capítulos para evitar malinterpretaciones y demandas.

Estamos en tiempos en los que se revisa el pasado a través de libros, películas, series y documentales, y discernir la realidad de la ficción no es fácil en tiempo de redes e internet, aunque habría que recordar que la literatura lleva siglos haciendo ficción de la realidad, como por ejemplo pasa con la novela histórica, y no parece que haya que explicar que buena parte de lo que contienen muchas de esas obras no es real. Quizás porque la lectura, por desgracia, es una actividad en peligro de extinción.

A lo mejor el problema está en una educación deficiente y en la falta de formación cultural que no permite el desarrollo de un espíritu crítico a quienes consumen ficción televisiva o cinematográfica. La posibilidad de no verse engañados o de conocer mejor la realidad pasa por investigar y acudir a otras fuentes de información más allá de los contenidos audiovisuales.

En cualquier caso si el objetivo de la serie es entretener y hasta en algún momento divertir, a mi juicio lo consigue, aunque también es verdad que para mí todo aquello que esté relacionado con el baloncesto me gusta más allá de que tenga unas predilecciones y preferencias por encima de otras. Ahora bien, aquellos aficionados que esperaban una recreación más fidedigna de la realidad y que tampoco quedaron muy contentos, basta con decirles que existen libros y documentales a través de los cuales se puede conocer la historia de aquellos Lakers.

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