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lunes, 23 de septiembre de 2024

Competición en el baloncesto de formación

Por Jorge

Ya falta menos para que comiencen las competiciones en categorías de formación, y muchos equipos están jugando amistosos de tal manera que todos los fines de semana (o casi) de aquí a final de temporada estarán ocupados con partidos, porque no faltarán los torneos que ocupen los parones de los encuentros oficiales.

Con ese panorama a la vista, la primera pregunta que me hago es: ¿Son necesarios tantos partidos en edades de formación?

Multideporte
La ciencia del deporte considera, según se dice en algunos estudios, que a edades tempranas no conviene la especialización deportiva, es decir, que para el mejor desarrollo deportivo de los jóvenes lo mejor es combinar diferentes deportes, tanto individuales como colectivos. Y tiene su lógica, más allá de esos estudios.

Y es que si bien no es fácil que una niña se enganche al baloncesto tan pronto, incluso haciéndolo está bien que experimente con todo tipo de deportes, porque nunca se sabe por dónde tirará al final, y en cualquier caso, todo el rango motriz y experimental que va a recoger de diferentes deportes, siempre le vendrá bien en el futuro. Mientras que quien sólo practica un deporte a priori no tendrá una experiencia más completa. Luego a medida que avance su evolución, habrá tiempo de decantarse definitivamente por un deporte concreto.

Si practicar diferentes deportes es bueno, y a eso se le suman otras actividades extraescolares (música, baile, idiomas, pintura, etc.) más colegio o instituto, ¿de dónde sacarán los jóvenes todo el tiempo necesario? ¿Y si se tiene que competir cada fin de semana en cada uno de esos deportes? Seguro que sobre esto las madres y padres tienen una opinión bastante clara, pues al fin y al cabo son ellos quienes tienen que organizar transporte y logística familiar cada semana. Por no hablar de que ese estrés competitivo tal vez no sea la mejor opción a edades tan tempranas si se quiere evitar que los jóvenes se quemen antes de tiempo.

Competición y formación
Un debate recurrente en categorías de formación es si se puede formar y competir a la vez o son incompatibles. Afortunadamente la mayoría tenemos claro que sí es posible, aunque igualmente tengo dudas de que la mayoría lo haga bien, y lo que es seguro es que muchos pueden hacerlo mejor.

Pocos clubes tienen la mejor organización y los entrenadores más experimentados en la base, requisitos que ayudan a tener las ideas claras para no saltarse pasos imprescindibles en la formación, y es que no vale competir (ganar) de cualquier manera a esas edades, y el partido debe ser visto como otro entrenamiento más en el que poner en práctica la técnica y táctica individual que se fue entrenando durante la semana, siguiendo unas progresiones lógicas y siempre ajustándose al nivel de las niñas o niños.

Por desgracia, todavía quedan demasiados clubes y entrenadores inexpertos que ven en los más pequeños una especie de baloncesto profesional en miniatura, y se cometen algunas barbaridades que dejan atrás demasiado temprano a algunos, especializando antes de tiempo y en definitiva, poniendo por delante victorias y derrotas frente a la enseñanza de las habilidades básicas del baloncesto.

Minibasket: ¿es necesario competir a cualquier edad?
No será la primera ni probablemente la última vez que escriba que a mi juicio en minibasket no es necesaria la competición pura y dura. Al menos en la mayoría de las ocasiones. Y es que no es lo mismo la competición en clubes bien estructurados que llevan una progresión lógica y con mucha experiencia detrás, que para otros cuya creación está cogida con pinzas y para los que el éxito es poder desarrollar esta actividad deportiva sin más.

¿Puede o debe competir cada semana un equipo cuyo nivel es muy bajo? ¿Conviene competir a niñas o jóvenes que empezaron a jugar de manera tardía y sin apenas experiencia? ¿No es perjudicial recibir una paliza tras otra porque el nivel de la competición está muy lejos del nivel de habilidad de los jóvenes deportistas?

Las respuestas parecen evidentes y dado que la realidad de la mayoría de los equipos de formación (puedo estar equivocado) está más cerca del club modesto, de barrio o colegio, cuya pretensión debe ser la formación por encima de la competición, que de los que están muy bien organizados gracias a sus mayores posibilidades (léase canteras de clubes de élite), la competición no debería ser generalizada o igual para todos.

Y, además, si bien para determinados niños o niñas sí se puede adelantar ciertas exigencias, para otros el exceso de competición puede ser contraproducente. Así, para quienes se encuentren en el segundo caso, el entrenamiento y las competiciones que se generan en él (insisto, sobre todo en minibasket) ya me parecen suficientes, y todo lo más sería añadir partidos amistosos de vez en cuando (no cada fin de semana) para conocer la dinámica competitiva futura.

A todos nos gusta jugar, todos preferimos los partidos al entrenamiento, da igual la edad, pero como dijo un famoso entrenador, primero hay que ganar en el entrenamiento para poder ganar el partido. Y tenemos que empezar por hacer atractivos y completos esos entrenamientos para que los jóvenes quieran entrenar tanto como jugar. Ya habrá tiempo de jugar (muchos) partidos. No tengamos prisa.

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lunes, 16 de septiembre de 2024

Resaca olímpica (y III): Oro USA y distancias NBA-FIBA

Por Jorge
Termina la serie de BA-LON-CES-TO sobre la resaca olímpica para abordar en esta tercera entrega el tema sobre el que más se debatió, y que no es otro que la eterna comparación con el “Dream Team” y las distancias mayores o menores entre baloncesto NBA y FIBA. Todo ello a raíz de un oro olímpico estadounidense más “currado” de lo habitual pese a llevar en su plantel a muchos de los mejores jugadores de la liga, con especial mención a tres leyendas como Stephen Curry, Kevin Durant y LeBron James.

Oro olímpico sufrido
El equipo “yankee” las pasó canutas en semifinales frente a Serbia, y luego en el último partido contra Francia algo menos, pero con el equipo galo llegando al final del partido con opciones de victoria, rotas por la definitiva exhibición triplista de Curry:



Por cierto, ese último triple es un claro ejemplo de un “mal tiro”, por selección que no por ejecución… si quien lo tira no fuese él. Pues como vemos en la siguiente imagen, tenía dos compañeros libres a su izquierda a los que pudo haber pasado para que se hiciera un tiro liberado más “cómodo”. Y, este comentario, va para todos esos jugadores, especialmente para los jóvenes que están aprendiendo, que cualquiera no puede hacer ese tipo de tiros, y que una cosa es que seamos tiradores, y otra anotadores como suele pasar con Curry.



Distancias FIBA-NBA más cortas
El apurado oro olímpico conllevó el debate sobre la distancia que separa el baloncesto NBA y el baloncesto FIBA, y aunque esta es una cuestión difícil de dirimir, podemos basarnos en dos puntos para concluir que, sí, la distancia se fue acortando hace ya unos cuantos lustros.

Uno de esos puntos es que ahora los mejores jugadores de la NBA no son estadounidenses (Nikola Jokic, Luka Doncic, Shai Gilgeous-Alexander, Giannis Antetokounmpo), aunque “fichen” alguno como Joel Embiid. Además, los últimos seis premios de MVP fueron a parar a alguno de esos jugadores, y el mejor quinteto de la liga el pasado curso incluyó a esos jugadores mencionados entre paréntesis.

Y a ese punto se puede añadir que la globalización del producto NBA hace que el resto del mundo conozca aquel baloncesto, a sus jugadores, sus métodos de entrenamiento, y al final se genera así una confianza que luego se puede trasladar al juego, cosa que no ocurría en el pasado cuando la NBA era un territorio casi desconocido para el resto.

“Dream Team” vs. Resto USA
Que a otras selecciones posteriores se les añadiera el mismo apelativo que a la primera selección con jugadores NBA les hizo un flaco favor, porque como el original no hubo ni habrá ninguna. Un equipo que incluía a Larry Bird, “Magic” Johnson y Michael Jordan como capitanes fue tremendo. Tres de los mejores jugadores (y mayores iconos) de la historia del baloncesto.

Dicho eso, habría que mirar aquel mítico equipo con la perspectiva que da el tiempo, porque jugaron de maravilla (la videoteca no miente), pero las circunstancias fueron otras, lo que me lleva a decir que tuvieron algunas “ventajas” frente a las siguientes selecciones.

Por un lado el nivel del resto de equipos no era tan alto como ahora, no olvidemos que pocos eran los jugadores del resto de selecciones que habían pisado la NBA, y muchos menos los que lo habían hecho a buen nivel. Y a eso se le unía las recientes separaciones nacionales que dispersaron el talento de potencias como la URSS y Yugoslavia, que tal vez de jugar unidos hubiesen podido hacer más frente a aquel equipo de ensueño.

Por otro lado, la admiración que tenían sus rivales por todos los componentes de aquella selección estadounidense, como se podía comprobar por los continuos gestos de camaradería y las peticiones de foto conjuntas al final de los enfrentamientos, que hasta incluso algunos jugadores de banquillo tomaban esas fotografías mientras se disputaban los partidos, jugó a su favor. Así pues, muchos jugaron contra el “Dream Team” casi derrotados de antemano, y así pudieron jugar “a medio gas”, hasta el punto de no tener que pedir ningún tiempo muerto en toda la competición.

Luego si vamos jugador por jugador, el palmarés y la trayectoria de los miembros del “Dream Team” es increíble… pero no muy lejos de muchos de los que conformaron equipos posteriores, y si hablamos puramente del juego, tenemos que recordar que salvo Jordan que llegaba a la cita olímpica como vigente campeón NBA, los otros dos estandartes de aquel equipo estaban lejos de su mejor baloncesto. Bird se retiró después de jugar en Barcelona por culpa de sus problemas de espalda. Y “Magic” se perdió varios partidos, y aunque llevó muy bien la manija del equipo, no era el mismo después de llevar una temporada ya retirado por culpa del VIH.

Así pues será difícil que vuelva a haber un equipo tan mítico como aquel “Dream Team”, por la coyuntura que se vivió entonces, y si bien ningún equipo se podrá comparar con él en ese sentido, sí los habrá, como los hubo, que tengan jugadores del mismo nivel o superior al momento de disputarse la competición, y que, por tanto, jugarán mejor… aunque sus victorias (si las consiguen, ojo) no sean tan apabullantes por el hecho de tener que hacer frente a una mayor competencia por parte de sus adversarios, y por no gozar de la “reverencia” generalizada.

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miércoles, 11 de septiembre de 2024

Resaca olímpica (II): Plata femenina y crecimiento del 3x3

Por Jorge
Continuando con la resaca olímpica, le toca el turno al baloncesto 3x3, y por la parte que le toca al baloncesto español por el recuerdo de una estupenda medalla de plata a cargo del cuarteto de la selección femenina.

Este baloncesto llegó a los juegos en Tokio 2020 (aunque se disputaron en 2021), y ahora en París recibió un espaldarazo notable por seguimiento y juego que la puedan convertir en una de las disciplinas que mayor crecimiento experimenten a corto y medio plazo, como explicó “Relevo” en un artículo a partir del éxito de la selección femenina española.

Hay que reconocer que es un baloncesto diferente. Muy rápido y duro que exige unos estupendos niveles de concentración y energía, y que por su condicionantes temporales (10 minutos de juego) y espaciales (media pista) es muy espectacular, propiciando que sea más llamativo entre aquellos jóvenes a los que les cuesta seguir con atención un partido de 5x5 con sus innumerables interrupciones. Y por aquí seguro que pueda llegar el futuro éxito del 3x3.



Sin embargo, el éxito español en este baloncesto, como el seguimiento y atención que despertaron otros muchos deportes en la cita olímpica es más que probable que se queden en la trastienda de los medios de comunicación, como reclamó Vega Gimeno, componente de la selección española, y que luego tuvo que matizar un comentario hecho al respecto en redes sociales:



Y es que no le falta razón a Gimeno. Pero siempre nos quedará internet y los medios “underground” para estar al tanto del baloncesto 3x3 y otros deportes. Por cierto, que el equipo español sumó a su medalla olímpica el reciente título de campeonas de Europa:

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lunes, 2 de septiembre de 2024

Resaca olímpica (I): rotaciones y árbitros

Por Jorge
Con el inicio del curso 2024-25, aunque cada vez sea más difícil trazar una línea que separe temporadas por las apreturas del calendario y el continuo competir, vuelve BA-LON-CES-TO para ofrecer información y, sobre todo, opinión, como en este caso para repasar brevemente algunos detalles que dejó el baloncesto de los Juegos Olímpicos de París.

Y aquí se inicia esta serie con el apunte referido a las rotaciones que hicieron algunos entrenadores de sus jugadores durante la competición, y, cómo no, la siempre presente polémica arbitral.

Rotaciones más cortas
La realidad es que el debate sobre las rotaciones tuvo como punto de partida la llamativa nula participación de Jayson Tatum, uno de los referentes de Boston Celtics, vigente campeón NBA, en varios partidos. Y por lo que respecta al aficionado español, destacaron los pocos minutos de algunos jóvenes que cuando jugaron lo hicieron bien, y también la poca participación de alguna jugadora en el equipo femenino, como por ejemplo Leticia Romero, que no olvidemos que fue MVP de la Copa de la Reina.

Algunos entrenadores consideran que no es posible jugar con 12 jugadoras o jugadores un partido. Que no hay minutos para todos. Y si los mejores juegan mucho… alguien se tiene que “sacrificar”. ¿Cuántos? Depende, pero quienes defienden esta gestión no pasan de 8 ó 9 jugadores, y si juega alguien más, lo hará por unos segundos para una eventualidad concreta, o algo más si se produjo una lesión o un problema de faltas personales.

Nada hay que objetar a esa manera de dirigir un partido porque esos entrenadores tienen clara su idea, y seguro que las jugadoras o jugadores conocen su rol antes de empezar el torneo y hasta cada partido… pero, ¿qué pasa si las cosas no van bien? ¿Hay plan B? ¿C? ¿Cómo reaccionará una jugadora o jugador que pasa del ostracismo a tener que ser pieza fundamental del equipo?

El caso más paradigmático de las rotaciones lo tuvimos con la selección estadounidense y los casos de Tyrese Haliburton que sólo jugó en 3 de los 6 partidos de su equipo, Joel Embiid, Derrick White y Jrue Holiday que se quedaron sin jugar un partido, y, principalmente, el mencionado Tatum que “calentó banquillo” en dos partidos… aunque sólo estuvo por detrás de LeBron James, Stephen Curry, Devin Booker, Holiday y Kevin Durant en minutos de juego por partido (17.7). Y no olvidemos que el alero de los Celtics además de ganar el último anillo de campeón, fue elegido para formar parte del mejor quinteto de la NBA. Por cierto, White, también campeón, fue el “descarte” del seleccionador estadounidense, Steve Kerr, para la final olímpica.

En la selección femenina española hubo una situación similar con Leticia Romero, que se quedó sin jugar frente a Serbia, y luego en los cuartos de final frente a Bélgica. Pero aquí podríamos estar ante una variante de esas rotaciones limitadas de algunos entrenadores, que consideran que la tercera base no juega o está para imprevistos… si no fuera porque la ausencia de Silvia Domínguez dejó a las españolas con sólo dos bases, aunque hubiera escoltas capaces de cumplir con esa función. Lo curioso es que Romero venía de una gran temporada en su club y con el premio a la mejor jugadora de la última Copa.

A todo esto, por supuesto, cabe la posibilidad de que la base de Valencia Basket no estuviera en condiciones de jugar por algún problema físico, aunque no lo pareció en los minutos (14 en dos partidos) que pasó en pista en este torneo. Sea como fuere, Miguel Méndez, seleccionador español decidió acumular muchos minutos en unas pocas jugadoras, como por ejemplo en el partido decidido con prórroga frente a China (más de 40 minutos para Leonor Rodríguez y Megan Gustafson), y cuando el resultado final del torneo no es muy bueno todas las miradas (y reproches) van para el entrenador.

Parece claro que si un partido va bien, o va igualado, es normal que un entrenador se mantenga en “sus trece”, y si luego el resultado es adverso, no hay mucho que decir más que fue consecuente con su estilo. Sin embargo, si decides modificar el plan inicial y jugadores de banquillo juegan y lo hacen bien… ¿por qué no pueden mantenerse más tiempo sobre la pista? Y, en ese sentido, eso pudo pasarle en algunos momentos a la selección masculina dirigida por Sergio Scariolo, que contó poco con Jaime Pradilla (no jugó el primer partido) o Darío Brizuela, pero el rendimiento de ambos fue muy bueno por momentos y tal vez tendrían que haber gozado de un poco más de su confianza (en forma de más minutos) en algún partido.

Respetando el estilo de cada entrenador creo que este debe ser capaz de acoplar a sus doce jugadores en un partido, sea con el rol que sea. Y, por supuesto, el jugador tiene que saber adaptar su papel, y estar preparado para jugar 30 minutos cuando toque, o hacerlo sólo unos segundos para una determinada defensa o una jugada de ataque. ¿Es difícil para unos y otros? Sin duda, pero nadie dijo que entrenar y jugar fuera fácil.

Árbitros mejorables
Una queja que dejó entre algunos aficionados el pasado torneo olímpico tuvo a los árbitros como protagonistas. Así el reconocido analista, "Piti" Hurtado, publicaba este tuit el 27 de julio:



Desconozco cuál es el criterio exacto de selección arbitral para este campeonato pero imagino que seguirá directrices similares a las de la clasificación de los países participantes, y que consiste en que sean representados todos los continentes, y eso lleva a que en la cita olímpica sea difícil que estén los mejores árbitros si partimos de la idea de que estos, a priori, serán los que arbitran las competiciones de mayor nivel.

Y la verdad es que algún partido olímpico sacó ciertas “vergüenzas” arbitrales a relucir, pero no olvidemos que ningún resultado se decide nunca por la actuación arbitral, porque sus errores (y aciertos) son una parte más del juego, como los son los errores y aciertos de jugadores y entrenadores. Y en cualquier caso, aunque no le falte razón a “Piti” Hurtado, los árbitros Euroliga también se equivocan, y como habitual seguidor NBA, el nivel arbitral allí está por debajo del europeo en general, y tal vez no mucho más allá que el del resto del mundo.

Esperando que las asperezas FIBA-Euroliga se limen del todo y los árbitros de la segunda puedan pitar competiciones FIBA pronto, no olvidemos que eso tampoco supondrá un cambio tan sustancial en este caso si no se cambian los criterios de representatividad olímpica, que me temo que no cambiarán, y que recordemos que también afecta a las selecciones participantes, dejando fuera a jugadores y equipos notables (La Eslovenia de Luka Doncic o la Lituania de Domantas Sabonis) en beneficio de otros menos potentes.

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