Por Jorge
En este punto habría que distinguir entre mirar o ver un partido. Que podría parecer que son sinónimos pero no lo son. Así, se puede decir que vemos todo lo que miramos pero no miramos todo lo que vemos, pues basta tener los ojos abiertos para ver, pero para mirar necesitamos cierta voluntad, es decir, habría que prestar atención, fijar el foco en un punto determinado. De ahí que atender y observar sí sean sinónimos de mirar.
Cuántas veces vamos por la calle nos cruzamos con alguien a quien vemos pero no miramos, porque estamos con la cabeza a “nuestras cosas”, y esa persona nos tiene que llamar la atención para que nos fijemos en ella y entonces sí, poder saludarla o entablar una conversación.
Todo este preámbulo sirve para decir que, muchas veces, todos vemos partidos que no miramos porque estamos atendiendo a otras cosas. Ya comenté en otra ocasión que la multitarea mata la atención y el disfrute de todo cuanto se hace, y en el caso del baloncesto, hace que veamos más que miremos baloncesto. A veces, a mí también me pasa.
Que el aficionado veterano atienda a dos o tres partidos, con el uso de varias pantallas a la vez para querer seguir la actualidad baloncestista, es lo que tiene el acceso a casi todos los partidos que se juegan ahora, vaya que vaya y allá con él, pero que algo parecido ocurra con los más jóvenes, ya no es tan aceptable.
La razón no es otra que el joven aficionado, especialmente el que juega, el que está en una etapa de formación, debe mirar con los ojos del que está aprendiendo, es decir, que debe fijar su atención en aquellos detalles que luego le puedan ser útiles para su mejora. Y en este punto es donde debe intervenir los entrenadores. ¿Cómo? Sencillo, “guiándole” sobre los aspectos del juego en los que más le conviene prestar atención.
Como vine diciendo en algún artículo anterior, me parece que cada vez los jóvenes ven menos baloncesto, y no digamos partidos, pero casi tan malo como eso es que se fijen en detalles que están lejos de su alcance. Lógicamente, es normal que miren los mates alucinantes que nos dejan los “highlights” de cada jornada de la NBA o de la ACB, todos los vemos, pero más allá de eso deberían prestar atención en los gestos técnicos, la manera de botar, pasar o los juegos de pies en la finalizaciones al aro, aspectos estos que sí están a su alcance y en los que deben mejorar.
Evidente es que no se puede poner un partido completo en un entrenamiento porque para eso se necesita unos niveles de atención a los que no llegan ni los jóvenes ni nadie, y menos cuando lo que se quiere en un entreno es jugar, pero sí se pueden seleccionar cortes de técnica y táctica individual sobre los que trabajar y que se pueden mostrar gracias a una tableta, e insistir una y otra vez sobre su importancia, y así quién sabe, tal vez los jóvenes jugadores aprendan a mirar los partidos de otra manera.
Pero para educar la vista del joven aficionado tampoco es necesario con el uso de un dispositivo móvil si no se quiere, basta con exigirle la debida atención en los gestos y movimientos de un compañero durante un entrenamiento para que explique qué ve. Así entenderemos como miran y si requieren mejora también en este apartado.
Muchas veces, la mayoría, por no decir todos, sólo tienen ojos para la canasta, para ver si las acciones terminan o no en un enceste. Una muestra de esto con la que me topo un día sí y otro también es cuando pido, por ejemplo, que se fijen en la buena mecánica de tiro de un compañero, y miren sólo sus brazos y su manos, para que miren su gesto de tiro… y al final todos giran su mirada inmediatamente hacía el aro para ver si entra o falla el tiro, perdiendo el foco de lo que realmente es importante.
Parece que si no acaba en canasta todo lo demás da igual, y así tenemos que corregir una y otra vez que lo importante es cómo se hacen las cosas, y no como acaban, porque a veces acaban bien (cuando un compañero va a la “guerra” contra tres defensores y acaba anotando un “churro” y todos aplauden en el banquillo) pero no está bien hecho, y otras se hace bien (aquel que teniendo camino abierto al aro marca muy bien los pasos de su finalización… pero falla) aunque no acabe en canasta.
Nunca es tarde para educar la vista del aficionado (más si es un joven que está aprendiendo) a la hora de ver baloncesto para que aprendan qué es importante, cómo conviene hacer los gestos de su deporte, y cuáles son las mejores decisiones a tomar en el juego.
4 comentarios:
Vaya. Veo que me precipité en el comentario del anterior post, pues en este expones lo que yo sospechaba y con mayor acierto.
Me está gustando este Blog, con un punto de vista diametralmente opuesto al mío, que es el de chaval exjugador y aficionado sin experiencia.
No te preocupes, las opiniones no son acertadas o desacertadas, cada uno hace su reflexión sin más.
Me alegra que te guste el blog. No sé si mi opinión es opuesta a la tuya, pero eres libre de exponerla siempre que quieras con tus comentarios.
Gracias por comentar.
Lo opuesto no es la postura u opinión, sino las circunstancias. Jugué 9 años de baloncesto hasta juvenil, y lo he seguido como aficionado. No tengo ni idea ni me fijo tanto en aspectos formativos, técnicos o estratégicos, aunque me empiece a gustar esa faceta del deporte.
Pues tienes multitud de información en internet sobre la formación deportiva, y tal vez indagar en ella sería una buena manera de averiguar si tus entrenadores siguieron principios básicos o se equivocaron en algunas de sus estrategias para enseñarte en su día.
Saludos.
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