Por Jorge
Recuerdo siendo preadolescente que un día por la calle iba repitiendo una palabrota a voz en alto, a lo que mi hermano respondió atizándome y pidiéndome que me callara por la vergüenza que le estaba haciendo pasar delante del resto de la gente.
Sin embargo ahora vas por la calle, y si uno presta un poco de atención no hay chaval/a que no tenga reparo en ir voceando a los cuatro vientos palabras poco apropiadas sin importar quien o quienes escuchen, sean adultos o niños.
Los tiempos cambian, y lo que en otra época era recato y buena educación a la hora de hablar en determinados espacios (familia, escuela, y en general delante de adultos), hoy se convierte en demasiadas ocasiones en grosería y palabras malsonantes a edades más tempranas con una falta de registros idiomáticos entre los jóvenes que seguramente se deba a la cada vez menores exigencias académicas y educativas.
Un día, en el corrillo de los ya presentes a la espera del resto del equipo para coger el autobús que nos llevaría a un partido, uno de los chavales (ya en edad cadete o junior, no recuerdo) contando una batallita remató la faena con un sonoro ¡qué hijoputa!, que no me habría sonrojado de no ser porque en ese momento llegaba otro compañero acompañado de su padre, mientras que quien soltó la exquisitez se quedó más ancho que largo como si fuera lo más normal del mundo.
Hoy no es raro el caso que incluso benjamines, ya no digo más mayores, suelten en algún momento de exaltación, enfado o protesta alguna palabra de la que a buen seguro desconocen su significado pero que utilizan como si fuera una palabra cotidiana que pueden utilizar en cualquier contexto, y que tal vez hayan aprendido gracias a la televisión, la calle, o el descuido general de los adultos.
Los entrenadores en ocasiones también somos malhablados bien en protestas arbitrales e incluso cuando nos dirigimos a alguno de los deportistas durante entrenamientos y partidos. ¿Quién no ha visto alguna escena protagonizada por un entrenador que en pleno exabrupto suelta lindezas por la boca?
Difícil será que los entrenadores podamos cambiar lo que parece una tendencia social en el mal uso del lenguaje, pero no por ello hay que insistir en utilizar las palabras adecuadas sin recurrir a las palabrotas como tampoco a los gritos (el otro día vi como le gritaban a un pobre alevín que cualquiera diría que más que cometer un error había matado a alguien) para remarcar instrucciones o rematar regañinas durante entrenamientos o partidos.
Recientemente, mi “confidente” para asuntos arbitrales, me contó que durante un partido, un jugador ya senior, recibió la amenaza de un árbitro con palabras tales como “a la próxima te vas a la puta calle”. Otro ejemplo de lenguaje que no parece de recibo en un ambiente deportivo.
Al buen uso del lenguaje que puedan hacer los jóvenes deportistas, al menos por la parte que nos toca en el baloncesto, debemos contribuir todos aquellos que podemos serviles de ejemplo: árbitros, padres, entrenadores, y demás personas vinculadas a la actividad deportiva, utilizando las palabras adecuadas al contexto deportivo y social.
Si el lenguaje es la representación del pensamiento, la verdad es que la situación no es muy boyante entre algunos jóvenes, pues si además de a las palabras malsonantes añadimos el uso de monosílabos, interjecciones, y expresiones más propias de los chats informáticos como únicos medios para exponer sus reflexiones, lo cierto es que a veces cuesta entender que quieren decir, y esa falta de recursos demuestra su poca inclinación por el arte de pensar. Ya se sabe, pensar es muy cansado y si otros pueden hacerlo por mí… pero ese es otro tema que dará para contar otra historia en el futuro.
sábado, 23 de marzo de 2013
Historias de un Entrenador de Formación (10): uso del lenguaje
sábado, 16 de marzo de 2013
Mejora tu juego (3): Faltas intencionadas
Por Jorge
Muchas veces en los finales de cuarto o de partido vemos como los equipos que tienen faltas para dar sin que se transformen en tiros libres para el equipo adversario, apuran los ataques rivales para después forzar su defensa sin importarles hacer esa falta.
Estas faltas a veces se intentan pero no se consiguen por habilidad-velocidad del ataque, pero también a veces por despiste o torpeza a la hora de saber hacerlas.
La mejor manera de hacer este tipo de faltas sin que pasen a ser consideradas antideportivas por el árbitro, con la consiguiente sanción de dos tiros libres y saque de banda para el equipo contrario, consiste en “cuerpear” al jugador que maneja el balón o tratar de ir fuerte con brazos a tratar de robar sin eludir el contacto mientras está botando el atacante.
En el siguiente video vemos una falta intencionada hecha a destiempo que supone tres tiros libres para el rival, y otra bien hecha que no da lugar a dudas y que limita el tiempo del que dispondrá después el ataque para hacer un tiro:
El reglamento tiene sus fisuras como en este caso pues particularmente no me gustan este tipo de faltas que “afean” el juego, pero mientras el arbitraje y lasl reglas las permitan, saber hacerlas y utilizarlas en momentos determinados podrán beneficiar a nuestro juego y a nuestro equipo.
lunes, 11 de marzo de 2013
Los mejores números 42 de la historia de la NBA
Por Jorge
Ciento cincuenta y cinco jugadores han utilizado hasta la fecha el número 42 a lo largo de la historia de la ABA y la NBA. Actualmente parece que no es un número muy popular pues sólo seis jugadores lucen este dorsal en la liga.
A juzgar por quienes lucieron este número todo indica que es sinónimo de jugador de equipo, poco llamado a los focos de la popularidad y los éxitos, salvo por algunas excepciones... Curiosamente el mejor 42 tuvo que elegir ese número porque el que había utilizado durante su exitosa etapa universitaria (52) ya estaba cogido en el equipo con el que disputaría toda su carrera NBA.
10. Chris Ford
Jugó con este número para Detroit Pistons y los Boston Celtics en los 70 y principios de los 80. Tras su etapa en el parqué ocuparía los banquillos llegando a entrenar también al equipo de Boston.
Destacado por su tiro, coincidir con Larry Bird le relegó a un papel secundario, pero también le permitió ganar un título de la NBA con los Celtics en 1981.
Su nombre forma parte de los libros de la NBA por se el anotador de la primera canasta de tres punto de la historia de la liga en 1979.
9. Walt Williams
Probablemente el menos conocido de esta lista, jugó con el 42 en los Sacramento Kings, Miami Heat, Toronto Raptors, Portland Trail-Blazers, y Houston Rockets.
Jugador con clase, como atestigua su apodo “The Wizard”, capaz de manejar el balón para dar buenas asistencias, jugar abierto para enchufar triples, y entrar en la zona para culminar con un buen mate. Seguramente haber formando parte de equipos mediocres (sólo jugó 35 partidos de playoffs en su carrera) no le permitió alcanzar mejores cotas.
8. Jerry Stackhouse
Todavía en activo, sigue utilizando el número 42 ahora en los Brooklyn Nets. Su mejor época en la cancha fue en sus inicios en los Philadelphia 76ers junto a Allen Iverson, y luego en los Detroit Pistons junto a Grant Hill.
Un valor seguro procedente de la universidad de North Carolina, destacó por ser un anotador, con tiro de media distancia, y habilidad en las inmediaciones del aro gracias a sus buenas condiciones atléticas. Fue All Star en 2000 y 2001.
7. Kevin Willis
Destacado por sus cualidades defensivas y reboteadoras, jugó con el número 42 en Atlanta Hawks (en dos etapas), en Miami Heat, en Houston Rockets, en Toronto Raptors, y en San Antonio Spurs.
Su mejor etapa fue a mediados de los 80 y primeros 90 en los Hawks formando equipo con Dominique Wilkins. Precisamente jugaría un All Star Game en 1992 en sustitución de su compañero lesionado. Esa temporada, la mejor de su carrera, fue el segundo mejor reboteador de la liga, y formaría parte del tercer mejor quinteto de la competición. Ganó el título de la NBA en 2003 formando parte de la plantilla de los San Antonio Spurs aunque con una participación testimonial.
Como curiosidad, es uno de los jugadores más longevos de la historia de la liga, jugando ininterrumpidamente hasta los 42 años. Luego volvería a la liga para jugar cinco partidos en los Dallas Mavericks con 44 años.
6. Vin Baker
Ala-pivot versatil que podia rebotear y anotar con facilidad, jugó con el 42 en Milwaukee Bucks, Seattle Supersonics, Boston Celtics, New York Knicks, y Houston Rockets.
Sus mejores años fueron en los Bucks y los Sonics siendo All Star (cuatro veces) formando parte tanto de uno como otro equipo en la década de los 90. Fue seleccionado en el quinteto rookie de 1994, y en el tercer (1997) y segundo (1998) mejor quinteto de la liga.
Un detalle que habla de su calidad como jugador es que fue seleccionado para formar parte del equipo olímpico de Estados Unidos que ganó la medalla de oro en los Juegos de Sidney en 2000.
5. Elton Brand
Otro jugador que sigue en activo, ahora en los Dallas Mavericks, y que siempre ha jugado con el número 42 (Bulls, Clippers, Sixers).
Prototipo de jugador interior bajo (2.03 m) pero de gran corpulencia que siempre se desenvuelve bien en la zona, y desde fuera gracias a un tiro aceptable de media distancia.
Vivió sus mejores temporadas en los Bulls y los Clippers siendo un habitual de los dobles-dobles en puntos y rebotes. Ya en la cuesta abajo de su carrera trata de conseguir un título que enaltezca su palmarés.
Rookie del año (junto a Steve Francis) en 2000 y por tanto miembro del equipo ideal de rookies de aquel curso. Fue All Star en 2002 y 2006, y formó parte del segundo quinteto ideal de la liga en 2006.
4. Kevin Love
Actual jugador de los Minnesota Timberwolves, el parón que le ha supuesto las lesiones en la presente temporada no quita para que forme parte de esta lista en esta posición que bien pudiera mejorar al final de su carrera.
Ala-pivot moderno capaz de jugar en la pintura o abrirse para tirar de tres (ganó el concurso de la NBA en 2012), también destaca por su capacidad en el rebote (mejor reboteador de la liga en 2012). Seleccionado en el segundo quinteto rookie en 2009, fue elegido jugador de mayor progresión en 2011, All Star en 2011 y 2012, y en el segundo quinteto ideal de la liga en 2012.
Campeón del mundo (2010) y medalla de oro olímpica (Londres 2012) formando parte de la selección de Estados Unidos.
3. Nate Thurmond
Fan: Who defended you the best?KAJ: I would have to say Nate Thurmond defended me the best.
— Kareem Abdul-Jabbar (@kaj33) 1 de marzo de 2013
2. Connie Hawkins
Miembro del Hall of Fame desde 1992, la vida de Hawkins daría para una buena película o documental. Destacado jugador en los playgrounds de New York, problemas por un préstamo y un lío de apuestas que le salpicó, jugador de los Harlem Globetrotters, juicios con la NBA para poder acceder a la liga al ser vetado por sus aquel lío de las apuestas y demás…
El caso es que Hawkins, precursor del juego dominando el balón con una mano, cuando pisó la cancha siempre demostró su clase ya fuera en las canchas callejeras, en la ABA, o en la NBA donde acabaría jugando siete temporadas en Phoenix Suns (número retirado allí), Lakers, y Atlanta Hawks.
Ganador del campeonato de la ABA en 1968 con los Pittsburgh Pipers (también MVP aquel año), luego sería cuatro veces All Star en la NBA, y formaría parte del mejor quinteto de la liga en 1970.
1. James Worthy
Sus estadísticas, analizadas fríamente no son llamativas, pero si acudimos a su apodo “Big Games” así como a su palmarés, entonces entenderemos porqué encabeza este ranking. El apodo se lo puso Chick Hearn, la voz de los Lakers, debido a que cuando más importante eran los partidos (playoffs), mejoraba su juego y sus números.
Su palmarés incluye un título universitario con North Carolina en 1982 (todo el mundo recuerda el último tiro de Jordan, pero el MVP del torneo fue Worthy), y tres anillos de campeón NBA.
Individualmente fue siete veces All Star, miembro del equipo rookie ideal de 1983, integrante del tercer mejor quinteto de la liga en 1990 y 1991, y MVP de las finales de 1988.
Martillo ejecutor del contraataque dirigido por “Magic” durante el showtime de Lakers en los 80 con su famoso mate de la estatua de la libertad, siempre destacó por su habilidad en el poste bajo gracias a un excelente juego de pies.
Elegido entre los 50 mejores jugadores de la historia con motivo del 50 aniversario de la NBA en 1997, es miembro del Hall of Fame desde 2003, y por supuesto su número 42 fue retirado por los Lakers. Actualmente ejerce de analista de los partidos del equipo angelino.
sábado, 2 de marzo de 2013
Baloncesto en Cine y Tv (15): Camino a la Gloria
Por Jorge
El cine y las gestas deportivas siempre se han llevado bien, y esta película es un ejemplo más aunque no se encuentra entre las más reconocidas por público y aficionados pese a narrar un hecho histórico del baloncesto estadounidense.
Ahora que estamos en el mes del March Madness del baloncesto universitario merece la pena recordar y conocer la sorpresa que supuso la victoria de Texas Western en 1966 por cuestiones deportivas y sociales.
- La película: “Glory Road” (2006)
Basada en el libro “Glory Road” escrito por Don Haskins y Dan Wetzel, la película narra como Texas Western (al año siguiente pasaría a denominarse Universidad de Texas-El Paso) se alzó con el triunfo en el torneo de la NCAA de 1966 tras ganar la final a la favorita universidad de Kentucky.
La cinta refleja las dificultades del entrenador Haskins a la hora de reclutar jugadores para una universidad modesta, y el devenir de un equipo formado mayormente por jugadores negros en una época (años 60) en la que no lo tenían fácil ni en la pista ni fuera de ella.
Aquel equipo tenía la particularidad de que en una época de fuerte segregación racial en Estados Unidos, reunió en el vestuario a negros, blancos, e hispanos, y por primera vez, un equipo alineó en la final del campeonato a un quinteto inicial formado únicamente por jugadores de raza negra.
“I wasn´t out to be a pioneer when we played with Kentucky I was simply playing the best players on the team, and they happened to be black.” Don Haskins
En los títulos de crédito se pueden ver y escuchar a protagonistas reales de aquella temporada, entre ellos a Pat Riley, actual presidente de Miami Heat y mítico entrenador en la NBA, que formó parte de Kentucky en aquella famosa final universitaria.
La película bajo el sello de Walt Disney está producida por Jerry Bruckheimer, afamado productor de éxitos televisivos como las series de C.S.I, y cinematográficos como “Superdetective en Hollywood”, “Top Gun”, “Piratas del Caribe”, etc.
Las imágenes son adornadas con una notable banda sonora con temas de la época con cantantes como Smokey Robinson, y esta versión del “People get ready” (escrito por Curtis Mayfield cuando formaba parte de The Impressions en 1965) interpretada por Alicia Keys y Lyfe Jennings:
- El protagonista: Don Haskins
El entrenador inició su carrera baloncestística como jugador en la universidad de Oklahoma State dirigido por el legendario entrenador Henry Iba.
Luego su trabajo en los banquillos comenzó pronto entrenando en un instituto hasta que en 1961 aceptó el puesto que ocuparía durante casi 40 años hasta el final de su célebre carrera en los banquillos, y que culminaría con su inclusión en el Hall of Fame en 1997.
La cancha donde UTEP juega sus partidos pasó a denominarse Don Haskins Center en su honor en 1998.
El papel del entrenador en la cinta corre a cargo del actor Josh Lucas que ha participado entre otras películas en “Una mente maravillosa”, “Poseidón”, y más recientemente “J. Edgar”.
El entrenador rival en aquella final de 1966, Adolph Rupp, mítico entrenador de la universidad de Kentucky y ganador de cuatro campeonatos de la NCAA es interpretado por el "oscarizado" Jon Voight.