Los Grizzlies se despidió del curso NBA 2024-2025 el pasado sábado al salir barridos de la eliminatoria de primera ronda que les enfrentaba a Oklahoma City Thunder. ¿Será ese el último partido de Santi Aldama en Memphis? El ala-pívot español acabó contrato y se convierte ahora en agente libre restringido, es decir, podrá marcharse si los Grizzlies no igualan cualquier oferta que reciba de otra franquicia.
Aldama fue creciendo en sus cuatro temporadas en Memphis, mejorando sus estadísticas año a año, y este curso terminó con unos promedios de 12.5 puntos (36.8% en triples), 6.4 rebotes y 2.9 asistencias. Datos que mantuvo en la postemporada y que acabó con un muy buen partido final: 23 puntos (5 de 7 en triples) y 9 rebotes en 40 minutos. Buenos números para un jugador que sale habitualmente desde el banquillo, y que ayudarán a que reciba, a buen seguro, suculentas ofertas de otros equipos.
Primera opción: seguir en Memphis
El canario siempre ha manifestado que está a gusto en Memphis, y este año jugó 25.5 minutos por partido, lo que significa que los Grizzlies también estuvieron contentos con él, y precisamente por ello extrañó que no se produjese una ampliación de contrato antes del 21 de octubre de 2024, fecha límite para hacerlo este curso una vez que todavía estaba en su contrato de novato.
La estrategia pues del equipo de Tennessee no se entiende salvo porque ofreciesen menos dinero de lo que Aldama pensaba que merecía, o simplemente porque el jugador quería sondear el mercado al final del curso. O tal vez fue un aplazamiento de la decisión si tenemos en cuenta que no fue para la franquicia moneda de traspaso ante el temor de perderle a cambio de nada a final de temporada. Lo cierto es que su buen rendimiento va a hacer que los Grizzlies se tengan que “rascar el bolsillo”, pues todo apunta a posibles ofertas de contratos multianuales con salarios medios de entre 15-20 millones de dólares por temporada.
La mejora económica parece garantizada, y si tan a gusto está en Memphis, qué mejor que quedarse allí, pues además desde el punto de vista colectivo la franquicia tiene su “estrella”, Ja Morant, y un núcleo de jugadores jóvenes (Jaren Jackson, Desmond Bane, Zach Edey, Jaylen Wells) que ya demostraron su valía en la difícil conferencia oeste. Así que deportivamente puede seguir creciendo allí, con el añadido de la “tradición” y respeto por el jugador español en Memphis, después del paso estelar por allí de los hermanos Gasol.
Incógnitas de los Grizzlies
Hasta aquí vemos las ventajas de continuar es los Grizzlies, que no son pocas si tenemos en cuenta que ya está adaptado al equipo y la ciudad, y no olvidemos que ellos tienen la última palabra a la hora de decidir su próximo contrato. Pero también hay ciertos “nubarrones” en el horizonte que quizás le haría conveniente valorar salir de allí buscando otras perspectivas.
Y es que habrá que ver el rumbo que toma la franquicia una vez que decida su inquilino para el banquillo, y si ese elegido cuenta con Aldama para un papel importante en el equipo, incógnita que parecía despejada con Taylor Jenkins, que fue quien le fue dando confianza hasta ahora.
Luego tenemos también la problemática que acompaña a la figura del equipo, Morant, por su comportamiento más que discutible en lo personal que luego afecta a su juego y al colectivo por aquello de las sanciones. Y aunque Aldama siempre habló muy bien de él, y del resto de sus compañeros, esa fama de “conflictivo” para la liga puede ser un hándicap para que el equipo alcance cotas más altas, lo que haría que fuese mejor que buscase jugar en otra parte para tener mejores posibilidades deportivas.Y es que no podemos olvidar que muchos acusan a Morant de ser el principal responsable de la salida de Jenkins, por su deseo de tener más tiempo el balón en sus manos.
Por otro lado, desde el punto de vista individual y visto desde fuera, parece que su utilización fue secundaria, sin exprimir todas sus posibilidades, sobre todo en ataque, pues si bien su “timidez” (o esa sensación deja a veces) a la hora de hacer más cosas que los tiros abiertos no le favorece, teniendo como parece un estatus mayor que el de otros secundarios, eso no se tradujo en más tiros y protagonismo ofensivo (sólo hizo 10 tiros por partido). Eso sí, debería “compensar” su mejora contractual, de quedarse e los Grizzlies, con la mejora de su defensa, al menos por lo que se refiere al rebote y los tapones, apartados donde le faltan en ocasiones cierta agresividad.
Otros escenarios posibles
Parece claro que Aldama recibirá unas cuantas ofertas. Su perfil de jugador versátil, con tamaño y mano desde el triple, a lo que añade que no necesita de mucho balón para rendir, puede ser de interés para muchos equipos.
Contextos posibles en los que su reclamo también le podría interesar a él, serían franquicias en desarrollo como San Antonio, Toronto y Brooklyn. Las dos primeras por ser de tradición baloncestista internacional quizás se adaptarían muy bien a sus habilidades y conocimiento del juego, destacando la presencia de Darko Rajaković como posible valedor suyo en los Raptors, dado que coincidió con él en Memphis como entrenador asistente. Y la opción de los Nets tampoco estaría mal por aquello de contar con Jordi Fernández en el banquillo, a lo que se añadiría poder jugar en la conferencia este, más “débil”, y en un mercado más grande como el de Nueva York, con mayor visibilidad deportiva y económica para él.
Imaginamos que Aldama más allá de querer seguir en Memphis, no descartará ninguna opción y estará abierto a cualquier posibilidad, pero aparte de esos tres posibles destinos citados, hay que tener en cuenta el margen de maniobrabilidad económica de los equipos, atados por el límite salarial, de tal manera que otras opciones pudieran ser: Wizards, Hornets, Kings, Rockets, Hawks, Bulls, Pistons y Jazz.
Detroit y Houston no estarían mal deportivamente hablando, y Chicago como mercado grande tampoco. En cualquier caso, insistir en que los Grizzlies son la opción más sencilla y probable por deseo de Aldama y por los condicionantes económicos. La solución a este “culebrón” la conoceremos en unas semanas cuando acabe este curso y empiece el vaivén de la agencia libre.
Todo joven aficionado al deporte, sea el que sea, sueña con ser en el futuro protagonista de las hazañas que vive como seguidor deportivo. Pero a medida que pasa el tiempo ese sueño tan difícil de cumplir se transforma, para conformarse en vivir esas gestas para contarlas desde dentro como observador.
En el día del libro de este 2025, BA-LON-CES-TO trae la lectura de ese sueño vivido por Gonzalo Vázquez, periodista que protagonizó la aventura de irse a Estados Unidos con la idea de conocer y contar las entrañas de la competición más importante del baloncesto desde dentro: la NBA.
El autor que también escribió otros libros que recogen sus trabajos de investigación para dar a conocer historias de la NBA, en este caso escribe sobre su propia historia. Una historia que muchos soñamos y desearíamos haber vivido, y que él nos trae de primera mano con ”Viaje al centro de la NBA”.
El viaje comienza en 2009 en la embajada estadounidense de Madrid solicitando los papeles que permitan su entrada en Estados Unidos. Y a partir de entonces conoceremos como busca alojamiento, se desenvuelve con el inglés, le instigan a hacer contactos, investiga para futuros artículos y libros, pero sobre todo, como cubre la NBA en el Madison Square Garden y en el Meadowlands Arena (más tarde en el Prudential Center) siguiendo a Knicks y Nets (y a sus visitantes).
Para aquellos que esperen anécdotas y “salseo” de la NBA, que tiene y de todo tipo, paciencia. El libro tiene casi 900 páginas de letra menuda y al principio se puede hacer “pesado” si sólo es eso lo que esperas, porque el comienzo, como decía, tiene que ver más con las vicisitudes vitales del autor que con el baloncesto... aunque esté presente de una manera u otra, como cuando acude con sus compañeros de inglés a una biblioteca y elige una biografía de Kareem Abdul-Jabbar y otra de Michael Jordan como libros sobre los que disertar.
También hay que advertir que esta lectura no es como otras sobre la NBA, este libro es “café para muy cafeteros”, es decir, sólo los muy aficionados podrán entender algunas partes del relato, y así se echan en falta notas a pie de página para aclarar algunos nombres y lugares citados, pues hacen referencia a momentos baloncestísticos muy concretos y algo alejados en el tiempo.
Una parte importante del libro tendrá como protagonistas a los españoles, hispanos y europeos que jugaban en aquella época en la liga, contando la relación que mantuvo con ellos, aprovechando la cercanía del idioma (o el hecho de haber jugado en España como en el caso de Anderson Varejao) y las visitas que hacían a Nueva York. Y hace hincapié en la confianza gestada con Mike D´Antoni y Danilo Gallinari en su etapa en los Knicks, y en la posterior llegada de Sergio Rodríguez al equipo de la Gran Manzana.
Entre temporadas el relato también se convertirá en una especie de guía de viajes de la ciudad, con el baloncesto como hilo conductor, por supuesto. Y si no quiero mencionar más detalles puntuales de la obra no es más que por no destripar nada a futuros lectores que quieran recorrer este viaje con el autor.
Sólo terminar diciendo que el libro es baloncesto pero también vida, mucha vida, hasta el punto de que me atrevo a decir que durante muchos momentos parece más una novela de autoficción, aunque no dudo de la veracidad de cuanto se cuenta, y en la que terminas preocupándote por la vida del autor e interesándote por los muchos secundarios que le acompañan durante su aventura.
Recordad que además de este libro, en el blog se pueden encontrar otras recomendaciones lectoras con el baloncesto como protagonista. Felices lecturas.
Terminada la temporada regular, “El lagunero” califica de notable la actuación de Lakers a la espera de la parte más importante del curso, unos playoffs que de momento les enfrentarán en primera ronda ante Minnesota Timberwolves en su camino por mejorar esa nota.
Hasta llegar a la postemporada continuaron los altibajos con victorias de mérito ante Denver y Houston en L.A. o fuera en Memphis y Oklahoma, pero también duras derrotas ante Milwaukee, Orlando y Chicago (por dos veces).
La buena noticia es que las derrotas fueron ante equipos del este y ahora toca pelear los playoffs en el oeste, y las derrotas contra Warriors y OKC en este último tramo de temporada lo fueron compitiendo hasta casi el final de los partidos.
Previa 1ª ronda vs. Minnesota (49-33)
Eliminatoria que debería ser muy igualada como lo fue la temporada para casi todos los equipos (menos OKC) del oeste, como se demuestra porque los Wolves acabando sextos de la conferencia sólo ganaron un partido menos que Lakers.
Los antecedentes de los enfrentamientos entre estos equipos en temporada regular siguen demostrando esa igualdad porque el balance fue de 2-2 ganando cada uno sus partidos de casa. Si bien sólo el último partido se jugó después de la llegada de Luka Doncic, que debería ser factor decisivo de esta serie de playoffs.
Minnesota ya se cruzó con Doncic en las finales de conferencia del curso pasado, donde es esloveno dejó en evidencia a Anthony Edwards y sus compañeros, así que a buen seguro que ese será un buen acicate motivador para los Timberwolves que habrán más que estudiado como hacer frente al juego de Luka.
Clave será la salud de LeBron James, que se volvió a lesionar en el penúltimo partido de temporada contra Houston, y viendo las imágenes de la jugada en la que se lesionó, que necesitase de un vendaje y que no volviese a jugar, más sobre todo por su cara y gesto, aunque nadie habló de ello, tengo serias dudas de que esté para los primeros partidos de esta eliminatoria.
Así la rotación y el papel de los secundarios se antojará vital para superar a unos hambrientos Wolves. Rotación que apunta a que será de 8 ó 9 jugadores como máximo dejando, injustamente en mi opinión, al novato Dalton Knetch fuera de ella más allá de minutos de la basura. Además de Doncic y James si se recupera, Lakers se la jugará con Austin Reaves, Jaxson Hayes, Jarred Vanderbilt, Dorian Finney-Smith, Rui Hachimura y Gabe Vincent. A los que se podría sumar para labores de intendencia Jordan Goodwin.
Datos para el optimismo
Desde el pasado 23 de enero el balance de Lakers contra equipos por encima del 50% de victorias, es decir, frente a los “buenos”, los que juegan playoffs, es de 17-6, el mejor de la liga.
Lakers consiguió el tercer mejor balance de la liga en partidos jugados en su casa (31-10) sólo superado por los dos mejores equipos de la temporada (OKC y Cavs), y tendrá ventaja de campo en esta primera eliminatoria.
La última vez que Lakers ganó el título de la división del pacífico y que tuvo una temporada regular de 50 victorias, ganó el campeonato (2020).
Feliz cumpleaños, capitán
Esta última opinión de “El lagunero” previa a la postemporada hay que cerrarla felicitando a uno de los estandartes históricos de los Lakers, Kareem Abdul-Jabbar, que hoy cumple 78 años.
Seguro que el gran capitán está deseando que comiencen los playoffs, y como cualquier seguidor angelino, esperando lo mejor de los Lakers para esta postemporada.
Nueva entrega de esta sección de “Reglamento de Baloncesto” para mejorar nuestro conocimiento de las reglas, con una situación que puede llamar la atención de los aficionados y jugadores más jóvenes, y que es la diferente sanción que tienen las faltas que se hacen cuando no está el balón en juego según el momento de partido en el que se produzcan.
Y al final añado un ejemplo de una situación parecida... y preguntándome por qué no tiene la misma sanción si se ajusta a la definición de la regla salvo por un detalle.
En el siguiente vídeo podemos ver dos faltas sin el balón en juego con diferente sanción, en la primera el equipo que recibe la falta mantiene la posesión y volverá a sacar, porque no está en situación de bonus (más de cuatro faltas del equipo contrario en ese cuarto) para tirar tiros libres. En la segunda, como el equipo infractor sí llegó a ese límite de faltas, la jugadora que la recibió tirará dos tiros libres.
En el artículo 34 de las reglas FIBA que es el referido a la falta personal, se indica lo siguiente en relación a lo que se denomina como “falta de saque”:
“34.1.2 Una falta de saque es una falta personal que se produce cuando el reloj de juego indica 2:00 minutos o menos en el cuarto cuarto y en cada prórroga, y que se comete por un defensor sobre un adversario en el terreno de juego mientras que el balón todavía está en manos del árbitro o a disposición del jugador que efectúa el saque fuera de las líneas limítrofes.”
Sobre la penalización de este tipo de falta se añade:
34.2.3 Si la falta es una falta de saque:
• El jugador objeto de la falta dispondrá de 1 tiro libre, independientemente de si el equipo infractor está en situación de penalización por faltas de equipo. El juego se reanudará mediante un saque del equipo no infractor en el punto más cercano a la infracción.
Este tipo de penalización se añadió al reglamento hace algunos años para evitar la “triquiñuela” de hacer faltas continuas al final de los partidos de resultado ajustado a jugadores que eran malos tiradores de tiros libres. Así no avanzaba el tiempo de juego y se mantenían opciones de dar la vuelta al marcador. Y se trasladó también a la NBA.
Y aquí tenemos la aplicación de lo dicho en esos apartados del reglamento en un partido de la NBA:
Ahora veamos una situación parecida… pero de diferente sanción por los matices:
Aunque en este último ejemplo mostrado la falta se produce con más de siete minutos por jugar del último cuarto, ¿por qué no se aplica la misma penalización cuando la infracción la comete el equipo atacante?
A falta de poco más de diez días para acabar la temporada regular de la NBA, en BA-LON-CES-TO vamos a jugar a adivinos presentando a tres posibles candidatos (más alguna mención especial) a conseguir cada uno de los premios a los mejores del curso 2024-2025.
Aclarar que las estadísticas y datos clasificatorios que se mencionan de esta temporada alcanzan hasta el 1 de abril (incluido), y que para todos los premios, se indicará el probable ganador y quien me gustaría que fuera (que en algún caso coincidirá).
• Rookie del año Jaylen Wells (Grizzlies). Para muchos el principal aspirante al premio porque fue el más regular de todos (hasta ahora jugó todos los partidos posibles), y aunque se le reconoce por su capacidad defensiva que le hacer ser el elegido para marcar a las estrellas rivales, cuando tiene que asumir responsabilidad ofensiva no se arruga y parece más veterano de lo que dice su edad.
Zach Edey (Grizzlies). Muchos dudaron de su adaptación a esta NBA del triple y los ataques rápidos, y aunque tiene margen de mejora, su tamaño se nota siempre que está en pista. Sus números a 36 minutos (minutaje de titular) serían de 16 puntos, 13 rebotes y 2 tapones por partido.
Zaccharie Risacher (Hawks). Su impacto está lejos del clásico número 1 del draft. Está por desarrollar, pero fue de menos a más, y su movilidad para correr la pista y la posibilidad de tirar de tres le hacen una pieza importante para el cierre de temporada de Atlanta.
Mención especial para Stephon Castle (Spurs), que jugó bien aún cuando Victor Wembanyama jugaba y que dejó muy buena impresión con su participación en el último concurso de triples,le “penaliza” que San Antonio se quedará lejos de los equipos de los otros candidatos.
Los astros quizás apunten a que el premio recaiga en Risacher, tal vez beneficiado de que los jugadores de Memphis se quiten votos uno a otro. Si la decisión dependiera de mí, la querencia por los pívots me llevaría a preferir que el galardón fuera para Edey.
• Entrenador del año Kenny Atkison (Cavs). Cleveland es el mejor equipo del este, y eso no es fácil teniendo en cuenta a Boston, máximo favorito para volver a ganar el anillo. Pasarán de 60 victorias y algo tendrá que ver el entrenador. Lo que pase en postemporada ya se verá.
J. B. Bickerstaff (Pistons). Precisamente el anterior responsable de los Cavs, que salió de allí por no cumplir las expectativas en playoffs, está demostrando su categoría liderando la salida del ostracismo de un equipo que llevaba muchas temporadas en el pozo de su conferencia. A buen seguro que mejorarán su récord del curso pasado en más de 30 victorias para entrar directamente en playoffs.
Mark Daigneault (Thunder). No será fácil que reciba el premio por segunda ocasión consecutiva (nunca pasó), pero OKC mejoró de un año a otro y si ya tuvo mérito el curso pasado, éste más. Mejor equipo de la liga y ahora mismo principales candidatos al título.
Mención especial para J.J. Redick (Lakers) que de inicio levantó suspicacias por aquello de su “amiguismo” con LeBron James y su falta de experiencia, pero que resolviendo favorablemente en un difícil escenario como es el angelino. Además el hecho de haberse codeado antes en el ámbito de los medios de comunicación, lo mismo le hace sumar muchos votos en esta carrera por el premio al mejor entrenador del año.
Todo apunta a que el premio será para Atkinson, sin embargo preferiría que se lo diesen a Bickerstaff, porque eso demostraría que su salida de Clevelana no estaba tan justificada y porque me parece que tiene más mérito hacer crecer a un equipo que viene de estar hundido en la clasificación y con quien nadie contaba mucho.
• Mejor jugador defensivo Dyson Daniels (Hawks). Tres robos por partido, líder en desvíos (deflections) y una actividad defensiva que se debería enseñar a los chavales para que aprendan qué es intensidad pero también inteligencia defensiva.
Shai Gilgeous-Alexander (Thunder). Líder de OKC en ataque… pero también en defensa. A diferencia de otros anotadores (él es el mejor de este curso) también juega en el otro lado de la pista para dar ejemplo en uno de los mejores equipos defensivo esta temporada (106 puntos encajados con un +13 a su favor).
Evan Mobley (Cavs). Su lugar podría ser ocupado por su compañero de equipo Jarrett Allen, pívot de Cleveland que tiene números defensivos similares, salvo en tapones, donde Mobley casi dobla sus datos (1,6 por 0,9), seguramente porque su versatilidad le permite perseguir jugadores por el perímetro y recuperarles mejor cuando van al aro, restrigiendo la anotación rival en la pintura.
Mención especial para Jaren Jackson (Grizzlies) pues aunque su equipo fue bajando su rendimiento defensivo a medida que va terminando el curso, sigue siendo un bastión en defensa, aunque con el lunar de sus habituales problemas de faltas por un exceso de celo defensivo… que siempre es perdonable por cualquier entrenador o aficionado.
El hecho de que Shai esté en la pelea por el MVP quizá le reste protagonismo para conseguir este galardón, así que me parece que al final se le concederá a Daniels, elección que coincide con los deseos de BA-LONCES-TO (incluso aunque estuviera jugando Wembanyama), pues de ese modo se reconocería ese trabajo oscuro que va más allá de “highlights” y que no es fácil de hacer en una liga que cada vez tiene mayor calidad ofensiva.
• Jugador con mayor progresión Cade Cunninghan (Pistons). Si antes era la estrella de Detroit, este curso alcanzó el estatus de estrella de la liga. Grandes números y equipo dispuesto a jugar playoffs siendo su líder.
Christian Braun (Nuggets). Este no llegó al rol de estrella, difícil compartiendo equipo con Jamal Murray y sobre todo con Nikola Jokic, pero si alcanzó el de titular haciendo más del doble de puntos respecto del curso pasado (15 ahora, 7 antes).
Ty Jerome (Cavs). Uno de esos jugadores en la sombra que ayudaron en la gran temporada de los Cavs con las mejores estadísticas de su carrera, meritorio viniendo tras una temporada casi en blanco (sólo jugó 2 partidos en la 23-24) por culpa de una lesión y operación correspondiente en el tobillo.
Mención especial para Dyson Daniels que también podría pelear por este premio pues adquirió un protagonismo que no tuvo antes, y no sólo en defensa, doblando sus números en anotación.
Si nos dejamos llevar por la tradición de los últimos años todo hace pensar que el ganador será Cade Cunninghan, por su mejora que incluye liderar un equipo camino de los playoffs habiendo pasado por el reconocimiento previo de su consideración como “all star”. Pero el voto y las preferencias de BA-LON-CES-TO se inclinan por Jerome. Jugador que no encontró su lugar en la liga hasta este curso, para hacer 12 puntos y un 43% en el triple en menos de 20 minutos por partido.
• Mejor sexto hombre Payton Pritchard (Celtics). Máximo favorito al premio para casi todos. Eficiente en la “migajas” que le dejan los “muy titulares” de los Celtics, con el mérito que eso tiene: 14 puntos con 41% en triples.
Malik Beasley (Pistons). Otro en la línea del base de Boston. 16 puntos y 43% de acierto triple saliendo desde el banquillo.
Aaron Wiggins (OKC). Representante del banquillo del mejor equipo de la liga con 12 puntos en menos de 23 minutos por partido.
Mención especial para Ty Jerome (ver apartado anterior de premio al jugador a la mayor progresión).
Todo lo que no sea que le den el premio a Pritchard sería una sorpresa, y siempre está bien que este premio vuelva a un equipo que lo “ganó” varias veces en los 80.
• MVP
Shai Gilgeous-Alexander (Thunder). El mejor jugador del mejor equipo del curso. Máximo anotador de la temporada. Credenciales más que suficientes para ganar este premio…
… si no fuera por Nikola Jokic (Nuggets), que ganó este premio tres veces antes jugando “peor” que este curso que está promediando un triple doble (29-13-10) con un 41% en triples.
Giannis Antetokounmpo (Bucks). Tercero en discordia. “Lejos” de los anteriores… pero que después de liderar a Milwaukee para ganar la Copa NBA, ahí sigue con estadísticas que en otro año bien le valdría el premio: 30 puntos y 12 rebotes con un 60% de acierto en tiro.
Mención especial para LeBron James (Lakers), capaz de rendir como para ser elegido mejor jugador del mes de febrero en la conferencia oeste, y no dejar que apenas se vislumbre su ocaso, incluso en una temporada a la que llegó después del desgaste de unos Juegos Olímpicos.
Si el premio le cae a Shai estará bien y si le cae a Jokic también. Si la elección dependiese de BA-LON-CES-TO el ganador sería el pívot.
Conviene recordar que todos estos galardones son concedidos a partir de la votación de un amplio panel de periodistas que siguen la liga. Sólo los mejores quintetos de novatos y los mejores equipos defensivos que se establecen a partir de los votos de los entrenadores, que no puede votar como es lógico a sus propios jugadores, y los premios (que no se citan aquí) al jugador más deportivo y al mejor compañero que son elegidos a través de los votos de los jugadores, están fuera del alcance de los medios de comunicación.
Veremos si me acerco al parecer de los especialistas y acierto alguna de estas previsiones. ¿Coinciden con alguna de las tuyas? Siéntete libre de apuntarlas en los comentarios.