Nadie da como aspirante al título a los Lakers, y todo pese a contar desde el inicio con Luka Doncic, el segundo candidato, según los mánager, para conseguir el premio al MVP, aunque lejos del máximo favorito: Nikola Jokic.
Estar por debajo de grandes expectativas puede que ayude a motivar al equipo, pero por encima de eso, el mayor aliciente será la “pasta”. Y es que muchos de los jugadores de la plantilla están en su último año de contrato, y no hay nada como eso para que todo el mundo se “ponga las pilas”.
¿Cambio de “jefe”?
La renuncia de la gerencia a ampliar contrato a LeBron James y, sin embargo, hacerlo con Doncic, puede suponer, por fin, el cambio de liderazgo de la franquicia al menos de puertas para afuera.
Ahora bien, según los mánager sobre los mejores jugadores en la encuesta previa al inicio de temporada, James aparece como el cuarto mejor alero de la liga (no está mal para un cuarentón), y además de ser considerado como el segundo mejor en IQ (conocimiento del juego), en cuanto al liderazgo aparece en cuarta posición sólo por detrás de Stephen Curry, Jalen Brunson y Jokic. Así que habrá que ver qué pasa en la pista...
Lakers star LeBron James is sidelined for at least 3 to 4 weeks due to sciatica on his right side. He is out for the start of the 2025-26 NBA season.
De momento, los problemas físicos de LeBron, que se perderá el inicio de curso por un problema de ciática, puede que ayude a que Luka tome el mando desde el principio y ponga las bases de lo que deberían ser los Lakers de esta temporada… y de los próximos años.
Caras nuevas
Doncic parece que fue llave responsable de la contratación de Marcus Smart, que tendrá que ser pieza importante de la defensa angelina, principal punto débil del equipo porque la gerencia siempre fue desestimando jugadores defensivos (como pasó con Alex Caruso, por ejemplo) teniendo que reinventarse cada temporada en ese apartado.
A esa defensa debería sumar DeAndre Ayton, jugador que está ante la oportunidad definitiva para acallar a quienes le juzgan (para mal) por su frialdad pese a que sus números son más que aceptables para un jugador titular aunque secundario. Teniendo en cuenta que en ataque puede vivir de balones “colgados”, rebote ofensivo y poco más, puede ser una buena adquisición.
Por último, rookie” aparte (Adou Thiero), hay que hablar de Jake LaRavia. Cada año, las elecciones de novatos incluyen una valoración sobre los posibles “robos del draft”, es decir, jugadores elegidos en puestos bajos que luego aspiran a ofrecer un rendimiento notable, y en esa situación pero respecto a fichajes puede estar la adquisición de LaRavia. Alero que estando por debajo del radar puede ser pieza importante saliendo desde el banquillo gracias a su nivel desde el triple (viene de un 42% el curso pasado).
Posible 5 inicial
El equilibrio entre titulares y banquillo será fundamental si se quiere dejar en mal lugar a los pronósticos previos. De cómo junte sus piezas J.J. Redick dependerá el éxito o fracaso de los Lakers.
El cuarteto Doncic, James, Austin Reaves y Ayton parecen claros en el cinco inicial, y un posible quinto podría ser Gabe Vincent, porque es otro que no necesita balón para hacer su juego: puede anotar tiros abiertos tras pase pero también es capaz de crearse sus tiros tras bote, es un buen “perro de presa” en defensa, y puede ayudar a dar descanso a las estrellas a la hora de subir la pelota. Veremos.
Ese quinteto dejaría a un nutrido grupo de jugadores para sumar desde el banquillo, desde el mencionado LaRavia más Rui Hachimura para sumar puntos, y el trío Smart, Jaxson Hayes y Jarred Vanderbilt para labores de intendencia atrás. No parece que este año tenga muchas opciones Dalton Knetch, aunque no se debería desdeñar su tiro de tres (nunca se anda sobrado en esa estadística) y habrá que ver qué pasa con un casi inédito Maxi Kleber.
Qué esperar...
La versión negativa de la temporada equivaldría a una sucesión de malos resultados fruto de que James descanse más de lo previsto y juegue sólo para lucirse y mejorar sus números históricos, de que Doncic arrastre problemas físicos aunque siempre deje muestras de su calidad, de que a Reaves le salga mal la jugada de renunciar a una renovación millonaria en busca de la avaricia del “pelotazo”, y que haga que Hachimura y otros de los que terminan contrato sean traspasados buscando una reinvención que incluso se lleve por delante a Redick.
La versión positiva dice que las piezas encajaran, que los altibajos producto de molestias físicas y bajones de juego de las estrellas quedarán cubiertos por los jugadores de banquillo que se ganen así méritos deportivos (y económicos en el futuro) y se llegue así en plenitud a una postemporada en la que la historia termine con final feliz y un nuevo título para las vitrinas angelinas.
Seguramente la realidad se quede en un punto intermedio si tenemos en cuenta que alcanzar grandes cotas en el oeste es complicado porque de partida la mayoría de los candidatos al título están en esta conferencia. Y así no será fácil llegar a la postemporada, primer y único pensamiento que debe tener en mente la franquicia a estas alturas de la película. Veremos luego si se juntan el “hambre” de todos los que buscan su próximo contrato y la buena salud de las estrellas, y entonces tal vez ningún equipo se quiera enfrentar a unos Lakers en forma en los playoffs.
Reconozco que soy un aficionado friki del baloncesto, y siempre me llama la atención todo aquello que guarda relación con nuestro deporte, aunque sólo sea un detalle curioso. Y aquí se pueden ver la imagen de una escena de baloncesto recreada con unas figuras de juguete, dentro de un escenario mayor correspondiente a un emplazamiento militar.
El todo en el que se incluye esa escena de baloncesto, es una recreación de una misión de la OTAN en Letonia, donde España, al menos en el momento de la exposición en la que se incluía, lidera una brigada multinacional desde julio de 2024.
El país báltico tiene al baloncesto como uno de sus deportes más representativos con Kristaps Porzingis (campeón en la NBA con los Boston Celtics) como su jugador más reconocido. Una muestra de la importancia y el interés por el baloncesto en Letonia se comprobó en el pasado Eurobasket, cuya fase final se disputó en Riga, la capital letona.
La escena baloncestista de esos clicks de playmobil es básica y apunta a una recreación casera por parte de sus autores, al menos si comparamos esas imágenes con la de los clicks que se venden como propiamente de baloncesto.
¿Tendrán mucho éxito estos juguetes en tiempos de entretenimiento tecnológico? Algo me dice que estas “figuras” son reliquias de otra época, y sólo son objetos de coleccionistas que recuerdan su más tierna infancia. Ojalá me equivoque.
Para muestra de coleccionismo, en la siguiente imagen se puede ver un click “tuneado” por “Playmogeneration” de Juan Antonio Corbalán, mítico jugador del Real Madrid. Y las posibilidades de “personalización” de estos juguetes son inmensas después de echar un vistazo rápido por la página web de estos artistas.
Este 2025 se cumplió un cuarto de siglo del primer anillo de Los Ángeles Lakers de Shaquille O´Neal, Kobe Bryant y Phil Jackson, luego de jugar las finales contra los Indiana Pacers de Reggie Miller dirigidos por el legendario Larry Bird.
El líder de aquellos Lakers en la pista fue un O´Neal imparable que terminó el curso siendo el máximo anotador, M.V.P. del partido “All Star” (compartido con Tim Duncan), M.V.P. de la temporada, y M.V.P. de las finales después de promediar 38 puntos, 17 rebotes, 3 tapones y 2 asistencias en los seis partidos de aquella serie final.
Shaq uno de los “cachondos” por antonomasia de la historia de la NBA, le daba por ponerse motes a cual más extravagante, y en aquella época se sacó el de “El gran Aristóteles” una vez conseguido el premio al mejor jugador de la temporada, y basado en una cita atribuida al filósofo griego que decía: "La excelencia no es un acto singular, sino un hábito".
Sin duda, aquel curso como en varios de los siguientes, el pívot demostró una y otra vez su dominio en la pintura con una combinación de tamaño y agilidad que le hacían imparable, hasta el punto de añadir otros dos títulos más a ese del año 2000 y redondear un estupendo triplete angelino.
Miguel Ángel Paniagua, muchos años agente de jugadores (del mítico Fernando Martín, y por ejemplo, trajo a España a Kevin Magee si no recuerdo mal), hacía referencia entonces a aquel apodo de Shaq en su columna semanal en la revista “Gigantes del Basket” (nº 762).
Productos NBA
También ese año 2000 fue la primera vez si no me equivoco que, casi de manera inmediata, los aficionados de la NBA pudimos disfrutar de algunos productos de recuerdo de aquel éxito deportivo, pues aunque ya por entonces existía internet, estaba lejos de ser lo que es hoy, especialmente en materia comercial, y conseguir aquellos “recuerdos” deportivos no era entonces ni fácil ni habitual.
Así podíamos ver al finalizar el sexto y definitivo partido de la final, como los jugadores de Lakers se ponían la típica camiseta conmemorativa del título (ver foto de Kobe luciéndola junto a Shaq arriba en la portada de “Gigantes”). Y pocas semanas después, gracias a la “Revista Oficial NBA” se podía adquirir esa prenda.
Además, también se pudo conseguir una revista (en inglés) de gran formato, “The big title”, que repasaba aquel campeonato con más de 150 fotografías sobre un papel de gran calidad, y 112 páginas para resumir los mejores momentos de esa temporada 1999-2000.
La revista hacía hincapié en la serie final contra Indiana, pero también se recordaba el MVP del curso para O´Neal…
...se hacía semblanza de Phil Jackson…
se reconocía el despegue de Kobe Bryant como pieza más importante del equipo, sólo por detrás de O´Neal…
… y hasta se repasaba también parte de la historia del mítico equipo de púrpura y oro.
25 años del recuerdo de un título, pero también de una época en la que la comunicación en papel todavía tenía su valor.
La sociedad dejó de caminar, o lo hace menos. Eso me parece, pero quizás esté equivocado. Pondré un sencillo ejemplo de lo que veo a mi alrededor para ilustrarlo, aunque repito, puede ser que mi caso sea aislado… pero me temo que no.
Los autobuses escolares son una gran ayuda para muchas familias que viven lejos de los centros educativos. Comprendo que quienes se tienen que desplazar de un municipio a otro para ir al colegio o el instituto hagan uso de este servicio, o incluso cuando dentro de una misma ciudad o pueblo, se tengan que desplazar de una punta a la otra de esa localidad. Ahora bien, ¿qué entendemos por lejos?
Aprovechar esos autobuses cuando apenas se encuentra el colegio a un kilómetro (o dos a lo sumo), y se dispone de aceras, semáforos y todas las medidas adecuadas para ir caminando, me parece un error, porque se está “acomodando” a esos jóvenes a una vida que ya de por sí es suficientemente sedentaria. Por supuesto, cuando me refiero a esos autobuses también incluyo el “servicio de taxi” que ejercen madres/padres con su vehículo privado (incluso en aquellos sitios donde funciona perfectamente el transporte público, por cierto), dejando y recogiendo a sus hijos en la misma puerta de colegios, academias, polideportivos y demás lugares a los que se tengan que desplazar.
Supongo que no debería hacer falta escribir aquí cuales son los beneficios de caminar, pero por si alguien los olvidó, además de los relativos al ámbito físico (control de peso, prevención de enfermedades, mejora de la salud cardiovascular, etc.), también los tenemos relacionados con la salud mental mejorando el estado de ánimo y la función cognitiva, por no hablar de la ayuda a la socialización que implica caminar por la calle con amigos y junto al resto de la gente.
Muchos padres o madres ejercen de “taxistas” también porque sus hijos están saturados de actividades extraescolares (recuerden, tal vez menos es más), movidos por una comodidad mal entendida (a mi juicio), y también por un exceso de control/preocupación, que hace que no se les deje caminar a su aire, actividad más que saludable, repito, física, mental y socialmente.
Disculpen que haga aquí un inciso sobre la saturación de actividades, que a lo mejor habría que preguntarse si no es que la educación está tan mal gestionada, que hace necesario añadir multitud de actividades como idiomas, deportes, música y otras artes, a lo que sumar clases de refuerzo, porque el currículo académico y su desarrollo es lamentable. Que si todas (o la mayoría) de las familias consideran que el inglés, el deporte, la música, etc. son actividades fundamentales para el futuro de sus hijos, ¿por que no se les da más tiempo y valor durante la educación obligatoria? Por ejemplo, si el inglés se estudiara bien, con rigor, tiempo y exigencia durante la etapa escolar, a lo mejor luego no sería tan necesario acudir a una academia más que en casos puntuales.
Volviendo a la reflexión que se hizo este mes de septiembre sobre el menos es más, cierro haciendo hincapié que a lo mejor no es necesario entrenar tanto ni jugar tantos partidos, que se debe jugar en la calle, y que no hay necesidad de ir corriendo de una actividad a otra, que no pasa nada por caminar, y hasta podemos aburrirnos en algunos tiempos muertos, que divagar también es muy sano.
Una queja habitual entre los entrenadores más veteranos del baloncesto de formación es que a los jóvenes de ahora les falta el desparpajo y la picardía que se ganaba jugando en las canchas de barrio o en el patio del colegio, es decir, por libre. Con diferentes espacios y fuera de las reglas sistemáticas propias de entrenamientos y partidos de cualquier club.
No sé si antes se jugaba tanto fuera de las horas de entrenamiento habituales como creemos o es mera nostalgia romántica, pero si parece claro que si nos damos una vuelta por pistas de cualquier ciudad o pueblo, día sí y día también, cuesta ver jugar a alguien “a su bola” que no tenga menos de veinte años (siendo generoso). ¿De quién es la culpa? ¿Qué podemos hacer?
Seguramente sean muchas las causas de esa “dejadez”. Los tiempos cambian y los hábitos de ocio son otros, la oferta es tan amplia que el esfuerzo que conlleva la actividad deportiva no es para todos. Y si a eso añadimos las comodidades que facilitan las familias, la falta de espacios para jugar, y el número de horas de entrenamiento, que para los entrenadores siempre son pocas, pero que me parece que son demasiadas (exceso de profesionalización), entonces el cóctel ya está servido.
¿Qué podemos hacer los entrenadores para recuperar ese juego libre? Aquí va una sencilla propuesta. Reservar un espacio de cada entrenamiento para él. Menos quejas porque ya no existe y más dedicar aunque sea diez o quince minutos en cada entrenamiento para que las chicas y chicos jueguen de “manera distinta” a como luego lo harán en los partidos de competición. A su aire, creando esas “burbujas” los jóvenes se pueden “oxigenar” un poco, jugar de otra manera, y quien sabe, lo mismo contribuimos a que luego quieran continuar con ese tipo de juego fuera de los entrenamientos.
Otra vez, menos es más. ¿Dejarán de ser grandes tiradores los chavales que tiren quince minutos menos en cada entrenamiento por hacer un juego libre? No creo. Y, sin embargo, seguro que se gana en diversión y en otros detalles de técnica y táctica individual que serán positivos en su crecimiento deportivo.
Y continuando con esa idea de menos es más, ¿cuándo empezó ese “boom” entre los equipos de formación por empezar antes las pretemporadas? ¿Por qué se tienen que parecer a las que realizan los equipos profesionales? ¿Es necesario que chavales de 11 años jueguen dos torneos y varios amistosos más antes de empezar la competición oficial? Ahora raros son los equipos de formación que no empiezan a mediados o finales de agosto, que si por algunos fuera, no habría ni postemporada ni pretemporada. Que todo fuera un continuo non-stop. Luego querremos que los chavales jueguen también en las pistas de su barrio. Y qué más.